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Podría haber demoras y cancelaciones de vuelos a partir del martes por medida gremial

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El sindicato de controladores aéreos reclama por sus salarios y por la falta de personal a raíz de los contagios de Covid que afectan al sector.

La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) anunció el inicio de acciones gremiales a partir de este martes, que podrían derivar en demoras y cancelaciones de vuelos en aeropuertos de todo el país.

El gremio que de los controladores aéreos, información aeronáutica y técnicos de la aviación, entre otros profesionales de todos los aeropuertos, sostuvo que producto de la pandemia se agravó la situación de falta de personal que reclaman hace años y que hay trabajadores que «están realizando tareas con dotaciones por debajo de los mínimos de seguridad recomendados».

Además reclaman que la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), Sociedad del Estado, que trabaja bajo la órbita del Ministerio de Transporte de la Nación, «no da respuestas a la cláusula de revisión de la paritaria de 2021».

Por eso, el sindicato anunció el cronograma de medidas «a todas las empresas aeroportuarias en tiempo y forma para que reprogramen los servicios sin afectar a las y los pasajeros ni los vuelos de transporte de cargas».

El gremio sostiene que «si bien la empresa oculta los datos, según un relevamiento propio que realizaron a inicios de este mes, el 51% de los trabajadores encuestados confirmó que tiene compañeros y compañeras en estado de aislamiento y que no están prestando servicio».

«El 56% afirmó que el personal es insuficiente y está trabajando con dotaciones por debajo de los mínimos de seguridad recomendados y esto perjudica las operaciones y les genera más presiones y estrés», se agregó. Además, «el 66% se vio obligado a compensar la falta de personal cumpliendo más tareas, con alta carga laboral y sus responsabilidades se duplicaron».

«La empresa no reemplaza al personal que queda aislado. Nos dicen arréglense como puedan en el turno», se quejaron fuentes del gremio de controladores.

Jonatan Doino, secretario general del sindicato, señaló que producto de la crisis que denuncian «este domingo el Aeropuerto de Morón debió cancelar las operaciones producto de la falta de personal por Covid».

«En aeropuertos como el de Río Gallegos, que debería funcionar las 24 horas, los propios trabajadores y trabajadoras decidieron acotar los horarios producto de la falta de personal y para resguardar la seguridad operacional», continuó.

Por otra parte, el gremio reclama que la empresa no cumple con la cláusula de revisión de la paritaria 2021 y que, en este contexto, los incrementos otorgados del 45% durante el año «deja los salarios por debajo de la inflación que se estima que cuando se conozcan los datos finales del INDEC rondará alrededor del 55%».

«Desde el gobierno sostienen que los salarios tienen que ganarle a la inflación. Es paradójico que esta empresa que es una Sociedad del Estado incumpla con las propias prerrogativas que anuncian oficialmente», sostuvo Doino.


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El gobierno anunció un acuerdo con las universidades que no existe

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El gobierno informó un incremento en el presupuesto universitario pero solo abarca los gastos de funcionamiento.  El Consejo Interuniversitario Nacional señaló que es un reconocimiento al ajuste aunque considera insuficiente a propuesta. Se mantiene la movilización de la semana próxima. 

La marcha prevista para el 23 de abril en defensa de la universidad pública que se realizará en todo el país promete ser multitudinaria. Crecen las expresiones de apoyo y convocatoria tanto a nivel nacional como en el extranjero, incluso centros de estudiantes de universidades privadas, como la UADE, se suman a la convocatoria. Actores, científicos, docentes, dirigentes gremiales y estudiantes llaman a movilizarse contra el desastre que se avizora ante el desprecio que le dispensa el gobierno libertario a la educación pública. La primera reacción del gobierno fue el ataque furioso, encabezado por el presidente Javier Milei. Anoche, además, hubo un intento de desactivar la movilización. Desde el Ministerio de Capital Humano informaron que «se dispuso un aumento del 70 por ciento en marzo llevando la asignación por gastos de funcionamiento» y adelantaron que en mayo se otorgará el mismo porcentaje. De esa manera, el gobierno lanzó a rodar una moneda falsa al anunciar que se había llegado un acuerdo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que congrega a todas las universidades públicas, lo desmintió. «Nos parece bien que reconozcan que existe el ajuste, porque hasta hace poco lo negaban. Queremos sentarnos a dialogar, pero la propuesta sigue siendo insuficiente», señalaron desde una de las universidades.  El CIN  ratificó la convocatoria a la movilización. 

El gobierno ya utilizó esta estrategia sin resultados positivos.  Ante el conflicto, rechaza su existencia, ataca a sus protagonistas, cuando todo está por desmadrarse hace una oferta y, a través de las redes sociales, vende una solución que no existe. Así lo hizo el pasado 14 de marzo cuando intentó frenar la huelga nacional de los docentes universitarios. La noche anterior anunció el incremento de un 70 por ciento para gastos de mantenimiento que las universidades debían recibirlo los primeros días de abril. Los gremios docentes y no docentes no se equivocaron en mantener el paro porque ese dinero no llegó.

Es más, se trata del mismo porcentaje que forma parte del ofrecimiento que realizaron a última hora de este jueves al CIN. Pero este aumento representa en realidad menos del 10 por ciento del presupuesto de las universidad que todavía no lo cobraron. El gobierno dice que ese 70 por ciento «lleva la asignación por gastos de funcionamiento a $10.075.851.995 mensuales para las Universidades Nacionales» y propone otro «70 por ciento en el mes de mayo alcanzando los $14.224.732.213 mensuales, totalizando un 140 por ciento de aumento sobre la asignación base de $5.926.971.777 mensuales». «Además –agregó el comunicado–, se dispuso una partida extraordinaria para atender las necesidades de los hospitales universitarios de $14.403.479.661».

Los números siguen siendo insuficientes porque, como sostienen en las universidades, el ajuste es superior a lo que está ofreciendo ahora la Rosada. La propuesta es un aumento sobre los gastos de funcionamiento de las universidades que representan solo es el 10 por ciento del presupuesto. El otro 90 por ciento son los salarios. 

En cambio, el gobierno anunció que estos los montos surgían de un consenso alcanzado con los rectores de las universidades nacionales y anticipó un encuentro para avanzar en «lograr una educación universitaria de calidad». Sin embargo, desde el CIN no dijeron lo mismo. Valoraron «que se reconozca parte de lo que venimos reclamando, sustancial e ineludible para el normal funcionamiento de nuestras instituciones». Y señalaron que el diálogo convocado porque «es sin dudas el camino para lograr acuerdos duraderos que den la previsibilidad que el sistema universitario y científico necesita las en materia presupuestaria». Pero los rectores también informaron que están «a la espera de la invitación formal a la reunión donde se anuncie formalmente estas medidas, reunión a la cual asistirá el Comité Ejecutivo». Advirtieron, además, que el Consejo Interuniversitario «siempre ha estado y estará en virtud de nuestro convicción profunda respecto del rol estratégico que la educación pública, el sistema público de educación superior y la ciencia tienen para el país». Y destacaron que la marcha convocada para el 23 abril «continúa siendo una actividad de vital importancia y de visibilización, la cual el CIN adhiere y convoca».

«No hubo un acuerdo, hubo una propuesta del gobierno, de manera informal, donde se comprometen a subsanar el 25 por ciento del ajuste de los gastos de funcionamiento de las universidades», señaló en las redes sociales Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA.

El comunicado de los rectores a la propuesta apresurada y de última hora también es una respuesta a los ataques a los que los sometieron tanto el presidente Milei como su ministro del Interior Guillermo Francos. A los docentes universitarios el Presidente los llamó “salamines firmadores de cartas de indignación” y acusó a la educación pública de generar «disonancia cognitiva». A su turno, Francos se preguntó si ante los problemas presupuestarios no deberían plantearse «la forma de generar más recursos a los que aporte el Estado nacional». Tanto Francos como Milei tienen en común el haber egresado de universidades privadas. Tal vez eso también explica el desapego que expresan por las universidades públicas. 


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