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Los turistas extranjeros podrán vender hasta US$5.000 al tipo de cambio financiero

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El Gobierno también mejoró las condiciones de acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones de insumos para «sectores estratégicos».

En un intento por calmar las agitadas turbulencias en el mercado cambiario, el Gobierno facilitó la liquidación de divisas de turistas extranjeros, quienes podrán vender hasta US$5.000 al tipo de cambio financiero, y mejoró las condiciones de acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones de insumos para «sectores estratégicos».

Las medidas se conocieron tras la reunión del gabinete económico que encabezó la ministra Silvina Batakis.

Según informó el Ministerio de Economía, en el encuentro se resolvió facilitar la liquidación de divisas de turistas extranjeros.

El BCRA anunció que los turistas no residentes podrán vender divisas al valor de referencia del dólar en el mercado financiero por un monto máximo de 5.000 dólares (o su equivalente en otras monedas) mensuales, en las entidades reguladas por el Banco Central autorizadas a operar en el mercado de cambios.

Las entidades deberán identificar al turista no residente mediante documento de identificación válido y verificar que no se encuentre comprendido en las listas elaboradas de conformidad con las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en materia de lucha contra el terrorismo y que no resida en países o territorios donde no se aplican, o no se aplican suficientemente, las Recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional.

Además, deberán requerir una declaración jurada de la persona humana no residente en la que conste su condición de turista y que, en los últimos 30 días corridos y en el conjunto de las entidades, no ha realizado operaciones que superen el equivalente a 5.000 dólares.

A los efectos de agilizar la atención al cliente la entidad interviniente podrá liquidar la operación sobre la base de los precios de referencia disponibles en ese momento.

La entidad deberá concretar las operaciones con títulos valores hasta 2 (dos) días hábiles de ser encomendada por el turista no residente.

Por cada operación que la entidad realice por este mecanismo se deberá realizar un boleto a nombre del cliente dejando constancia del monto de moneda extranjera recibida y el monto en pesos entregado al cliente.

La medida permitirá la venta de moneda extranjera en entidades autorizadas a operar en el mercado de cambios, con la presentación de la documentación identificatoria utilizada para el ingreso al país.

Importaciones.

Además, el Directorio del Banco Central liberó el acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones de los insumos que salieron de puerto de origen antes del 27 de junio último.

La medida permitirá pagar la totalidad de los pedidos hasta 4 millones de dólares o el 40% hasta un tope de 20 millones de dólares.

Se trata de insumos que serán utilizados para la elaboración de bienes en el país y que fueron embarcados en origen hasta el 27 de junio.

CEDEAR.
El BCRA decidió también incluir a la tenencia de CEDEAR en el límite de disponibilidad de 100.000 dólares que pueden tener las empresas que acceden al mercado oficial de cambios.

También dispuso incluir a esos instrumentos que no podrán operarse ni en los 90 días previos ni en los 90 días siguientes al acceso al mercado oficial.

Antes de conocerse formalmente las medidas, el encuentro en el Palacio de Hacienda contó con la participación del ministro de Trabajo, Claudio Moroni; la secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra; el presidente del Banco Central, Miguel Pesce; la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Mercedes Marcó del Pont; el presidente del Banco de la Nación Argentina, Eduardo Hecker; el titular de la Comisión Nacional de Valores, Sebastián Negri y la jefa de gabinete del Ministerio de Desarrollo Productivo, Camila Cabral.

Batakis estuvo acompañada por la secretaria de Política Económica, Karina Angeletti; el secretario de Finanzas, Eduardo Setti y el secretario Legal Administrativo, José Ballesteros.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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