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Las tierras de Cuesta del Ternero «son del Estado argentino»

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Lo reafirmó el Ministerio Público Fiscal de Río Negro, al referirse a las tierras ocupadas el 18 de septiembre por integrantes de la Lof Quemquentreu. Mediante un comunicado, la procuración rionegrina indicó que los lotes «desde el año 1981 cuentan con un ocupante fiscal»; además «las personas que allí se encuentran no están privadas de su libertad». También advirtieron que «nada consta acerca de que la comunidad indígena sea propietaria ancestral de esas tierras».

El Ministerio Público Fiscal de Río Negro reafirmó que las tierras ocupadas el 18 de septiembre por integrantes de la Lof Quemquentreu, en el Paraje Cuesta del Ternero de El Bolsón, son del Estado Argentino.

La Procuración de rionegrina, mediante un comunicado, detalló que la ocupación se realizó en un campo identificado como lote 103 y 104, y «al día de la fecha no hay documento alguno que vincule de manera ancestral esas tierras con la comunidad indígena Lof Quemquentreu».

«El Estado Argentino sancionó en el año 2006 la Ley 26.160 para formalizar el relevamiento territorial de comunidades indígenas dando respuesta a la situación de emergencia territorial de las Comunidades Indígenas del país», indicó.

La ley de emergencia es de carácter transitorio, y fue prorrogada en tres oportunidades con vencimiento en el mes de Noviembre de este año.

En ese marco, «en los 15 años de funcionamiento, nada consta acerca de que la Lof Quemquentreu sea propietaria ancestral de esas tierras, por lo tanto para el Estado, ese lote no pertenece a ninguna comunidad indígena», se precisó desde el Ministerio Público.

«El ingresar a dichas tierras en horas de la madrugada y en comunidad de acción, el mencionado grupo estaría cometiendo el delito de usurpación, descripto en el Artículo 181 inciso 1 del Código Penal Argentino que requiere de la intervención del Ministerio Público para hacerlo cesar», denunció.

En este sentido los días 19, 20 y 21 de septiembre se intentó una resolución pacífica del conflicto cuando representantes de la Fiscalía Descentralizada ingresaron para mantener un diálogo con quienes allí se encontraban, y se definió que «ninguna de las personas que ocupan esas tierras se encuentra privada de su libertad».

En ese sentido, se recordó que la justicia dispuso que «quienes se encuentran ocupando por vías de hecho las tierras de Cuesta del Ternero deben salir de ellas para satisfacer sus necesidades básicas», ya que «las personas que allí se encuentran lo hacen por propia voluntad y nada les impide movilizarse».

El pasado viernes 24 de septiembre, una autorización judicial permitió a la fiscalía ingresar al lugar para identificar a cada uno de los ocupantes y notificarlos de que se encontraban «cometiendo un delito».

En el texto se aseguró que la justicia constató que «dos de las 12 personas que allí se encontraban, entre ellas un niño de 8 años cuyos derechos, fueron protegidos con la presencia del Defensor de Menores de El Bolsón; abandonaron el lugar por propia voluntad», y que «otras cuatro fueron aprehendidas y cinco huyeron para evitar ser imputados».

Horas más tarde, se formularon cargos sin la presencia de las mujeres, fueron imputados quienes habían sido aprehendidos y luego recuperaron su libertad.

En ese maco la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), EL Concejo de Desarrollo de las Comunidades Indígenas (CODECI) y el Parlamento Mapuche, presentaron en los últimos días cinco pedidos de «Habeas Corpus» ante los Tribunales de Bariloche y El Bolsón reiterando la solicitud de ingresar al lugar para llevar alimentos y abrigo.

Pero, «todos ellos fueron rechazados por diversos jueces provinciales, en su mayoría in limine», concluye la información de la procuración provincial.


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Las tres Marchas

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Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno de Javier Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor. El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como “héroes” que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.

El gobierno despreció esta marcha porque —dijeron— la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. “Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios”, dijeron por la televisión. Y Patricia Bullrich la calificó de “rara”. Defender la universidad que el gobierno quiere cerrar es “raro”. Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.

Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron estratégicamente a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.

Las manos invisibles del mercado no son tan invisibles, pero se ocultan detrás de los ataques a los puntos más sensibles, como los trabajadores, los derechos humanos y la educación. Este país dejaría de existir, se derrumbaría, si destruyeran esos pilares.

La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. La Plaza y las avenidas laterales, más toda la Avenida de Mayo hasta parte de la Plaza de los dos Congresos, las diagonales, Rivadavia e Irigoyen, repletas. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.

En las tres marchas hubo una parte que fue a todas, pero en cada una se suman muchos manifestantes nuevos. Y el que va una vez, ya no se baja, porque el encuentro físico con otras personas que piensan parecido y actúan en común destruye preconceptos y diluye el prejuicio sobre el que se monta todo el discurso antipopular o incluso antimilitante o antipolítico, que son los antis que funcionan como pegamento del relato desarmador de la derecha.

En esta marcha hubo muchísima gente sin encolumnarse. Y había columnas que casi nunca han compartido la calle, como las de agrupaciones peronistas estudiantiles y la Franja Morada del radicalismo. Esa misma mezcla se daba en la muchedumbre.

Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.

Un detalle que puso en evidencia la diversidad de los manifestantes que asistieron a las marchas fue la profusión de cartelitos caseros. En las marchas anteriores había algunos. Pero ayer estaba plagado de cartelitos con leyendas inventadas por sus portadores, escritos con marcadores de diferentes colores sobre hojas, cartulinas o cartones. Una nota de Página/12, da cuenta de este fenómeno. No hay que pensar demasiado: Si se juntan cientos o miles de maestras y docentes, preparan la marcha como si fuera una clase, con sus cartelitos didácticos o graciosos para sus alumnos. Es difícil imaginar una marcha de ferroviarios, por ejemplo, con cartelitos escritos a mano con marcadores de diferentes colores.

Qué poco conocen el país real estos tipos que gobiernan. Esos cartelitos son una clase en la escuela pública. Nadie las obliga a llevar un cartelito. Es lo que hacen las maestras en su tiempo “libre”, porque es lo que lleva en la sangre el ser docente. “La educación nos hace libre” dice uno que reivindica la verdadera libertad y no la que carajean estos farsantes. Y hay otro que es para reflexionar: ”Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.


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