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La historia de Télam, la agencia creada por Perón que privatizó Frondizi y Milei quiere cerrar

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A lo largo de sus 79 años, la agencia nacional de noticias sufrió una serie de embestidas por parte de los sucesivos gobiernos militares. En democracia, Menem y Macri buscaron cerrarla, sin éxito pero imponiendo un feroz  plan de ajuste. Milei prometió darla de baja y este lunes la redacción amaneció vallada y los trabajadores fueron suspendidos por una semana.

De un plumazo. El Gobierno de Javier Milei avanzó así sobre la agencia nacional de noticias Télam. Tras casi 80 años de retratar la historia, la redacción de la calle Bolívar al 500 amaneció vallada y con todos los trabajadores dispensados de sus actividades. Testimonio clave de la historia reciente en las últimas ocho décadas, sus cables y fotografías fueron clave para el periodismo argentino. De Perón a Milei, cómo nació, el día que Menem prometió cerrarla y el plan de ajuste que quiso implementar Macri pero encontró una resistencia en la Justicia. 

Télam fue creada el 15 de abril de 1945 por el entonces secretario de Trabajo y Previsión Juan Domingo Perón. En ese momento embrionario, fue bautizada como «Telenoticiosa Americana». En aquel momento se explicó que la creación de una agencia de noticias nacional buscaba ponerle fin a la hegemonía informativa de las agencias extranjeras United Press International (UPI) y Associated Press (AP), ambas con sede en Estados Unidos.

Dos años más tarde, en 1947, la redacción se mudó a su primera sede, donde funciona actualmente el Teatro Maipo, en Esmeralda 433, en el centro porteño. Como una curiosidad, los periodistas informaban las noticias en pizarras que daban a la calle. No hubo que esperar mucho para el primer embate contra la agencia de noticias. A 10 años de su creación, la llamada “Revolución Libertadora”, un golpe de estado impulsado por Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu, puso en riesgo su continuidad.

El golpe puso a la empresa, de capitales mixtos, bajo la órbita de la Fuerza Aérea. Al mismo tiempo, tuvieron que exiliarse algunos de los periodistas más importantes de la redacción. A pesar de estos ataques, Télam siguió funcionando, aunque con un número reducido de corresponsales.

Foto: archivo Télam

Con el siguiente Gobierno democrático –en un contexto de proscripción del principal partido político, el peronismo–, al mano de Arturo Frondizi, de la UCR, llegó la primera embestida privatizadora de Télam, que fue convertida en «Télam Sociedad Anónima, Periodística, Radiofónica, Cinematográfica, Comercial, Inmobiliaria y Financiera».

Tras la caída de Frondizi, con un nuevo golpe militar, con José María Guido al frente, llegó en 1953 la clausura de Télam por, supuestamente, «difundir informaciones falsas y tendenciosas que, por su naturaleza y alcance, atentan contra el orden público y la tranquilidad de la población».

Fue el Gobierno, también militar y de facto, de Juan Carlos Onganía el que, el 24 junio 1968, ordenó estatizar la agencia y ponerla bajo la órbita de la Secretaría de Difusión y Turismo.

Mientras tanto, la agencia seguía realizando sus tareas informativas y, por ejemplo, graficaba lo que fue luego denominado como el “cordobazo”, una masiva movilización estudiantil, obrera y sindical contra la dictadura en la provincia de Córdoba. 

Agustín Tosco -de la izquierda clasista- acordó con Elpidio Torres (Smata) y Atilio López (UTA) -ambos de extracción peronista- la realización de un plan de lucha contra la dictadura de Onganía. / Foto Archivo

En tanto, la década del 70’ fue igual de convulsionada para la agencia de noticias que las dos décadas anteriores. Entre 1975 y 1978, la Triple A y la dictadura cívico-militar desaparecieron a tres trabajadores: Alejandro Martín Almeida (17/6/1975), Héctor Jesús Ferreyros (30/3/1977) y Célica Elida Gómez Rosano (30/1/1978).

Con el proceso iniciado durante la gestión de Onganía, el gobierno militar de 1976 utilizó a la agencia como un órgano de propaganda de su gestión. La actividad de la agencia también dejó marca durante estos años, como se ve en la cobertura de la Guerra de Malvinas, que tuvo enviados de Télam entre las tropas. 

Algunas de las imágenes del archivo de Télam sobre la guerra en Malvinas fueron recuperadas años atrás. En 2022, la agencia hizo público un documento especial con más de 2.200 imágenes – muchas de ellas jamás publicadas – que dan cuenta de momentos clave del conflicto bélico, pero también de cómo era la vida de los soldados en las trincheras y la vida de los isleños. 

De todos modos, a pesar de largos años de trabajo, en 1983, ya con el Gobierno de Raúl Alfonsín y una vez restaurada la democracia, se denunció que la dictadura de Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Bignone había destruido parte importante del archivo periodístico y fotográfico. Aún así, la democracia no llegaría a Télam como un período de tranquilidad: en 1984, las agencias privadas le solicitaron públicamente el cierre de la agencia nacional al presidente.

Agosti, Videla y Masera, integrantes de la Junta Militar / Télam

Si bien Alfonsín desestimó el pedido, quien acertó una serie de golpes fue su sucesor, Carlos Menem, –ídolo del actual mandatario Javier Milei– quien en 1992 dispuso la intervención de la empresa y dos años después su liquidación. No pudo. En la misma intentona, en el 2000 el radical Fernando de La Rúa reintentó cerrar Télam, pero fracasó debido a la resistencia y la lucha de los trabajadores de la Agencia, quienes dejaron fotos icónicas sobre la caída del Gobierno de La Alianza.La represión y caída de De la Rúa retratada por Fernando Gens / Télam

Tres años más tarde, en 2003, Télam lanzó su primer sitio web, que no dejó de funcionar hasta el último ataque del Gobierno de Javier Milei, donde este lunes 4 de marzo, de la noche a la mañana, se dio de baja cualquier tipo de acceso al portal nacional de noticias y a la plataforma donde se actualizan los cables, fotografías, infografías y publicaciones especiales.

Los años siguientes fueron de amplio crecimiento para la agencia de noticias, que incrementó su intercambio con las principales agencias de noticias del mundo, entre las que están AFP (Francia), XINHUA (China), REUTERS (Inglaterra), EFE (España), DPA (Alemania), ITAR-TASS (Rusia) y YONHAP (Corea) y creó un área de audiovisual.

Todo este proceso de crecimiento culminó el 5 Junio 2014 cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner inauguró el edificio de Belgrano 347, donde funciona buena parte del área periodística de Télam. Además, se incorporaron a las corresponsalías en Chile Uruguay nuevas en Brasil Venezuela.

Medios de todo el mundo reflejaron la noticia sobre los despidos masivos en la agencia de noticias

Los años de bonanza para Télam terminaron de golpe cuando el nuevo gobierno neoliberal de Mauricio Macri, el 26 junio de 2018, lanzó un plan de reestructuración general y despidió a 357 trabajadores de la Agencia. Tras un plan de lucha de los trabajadores, la Justicia finalmentó dio marcha atrás con aquellas cesantías y todos los empleados fueron reincorporados. 

Ahora, Milei busca darle la estocada final, con el argumento de la reducción del gasto público. Los principales asesores del Presidente, como el portavoz Manuel Adorni o el legislador porteño Ramiro Marra, celebraron el cierre y el despido de más de 700 trabajadores. La noticia, como no podía ser de otro modo, fue tapa de los portales de todo el mundo. 


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Ida y vuelta de los aumentos en mayo

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El Gobierno postergó subas de luz, gas e impuesto a los combustibles para amortiguar otros aumentos. Colectivos y subtes, en espera.


Por Mara Pedrazzoli

Entre varias idas y vueltas respecto a los aumentos de precios liberados (y regulados) por el Gobierno, los incrementos programados para mayo impactarán directamente sobre consumos esenciales como combustibles, transporte, el servicio de internet y comunicación, colegios privados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y alquileres. Se suman a los amplicados entre enero y abril, de modo que inclusive en el caso de las subas postergadas –como en luz, gas y algunas prepagas-, la comparación contra las tarifas en igual mes del año anterior todavía superan a la inflación general. Según el Indec, el aumento en los precios “regulados” acumulado en el primer trimestre del año fue del 81 por ciento interanual, mientras el nivel general de inflación ascendió a 51 por ciento.

Para empezar, en la mañana del miércoles 1 de mayo las petrolerassubieron el valor de los combustibles entre 4 y 5 por ciento. Un ajuste que obedeció al incremento en los costos por la suba del dólar -topeada por el Gobierno en 2 por ciento mensual- y a la recomposición para alcanzar niveles cercanos a la “paridad de exportación”, hoy unos 20 dólares arriba de los precios internos. En principio, los combustibles iban a subir casi 10 por ciento en mayo, dado el traslado por la corrección de los Impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL), que fue suspendida hasta junio por el Gobierno por una decisión de último momento. Las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal evidenciaban que este ajuste del ICL hubiera sido más alto pues correspondía aplicar los precios del cuarto trimestre del año pasado, que habían rebotado debido a la devaluación de diciembre.

Así, el aumento aplicado inicialmente por YPF estuvo por debajo de las remarcaciones promedio de marzo y abril del 6 por ciento mensual. En mayo, la nafta súper en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de 837 a unos 870 pesos, mientras la nafta premium avanzó de 1.033 a 1.074 pesos. Mientras el gasoil común dejó de costar 883 para pasar a venderse a un valor cercano a 918 pesos, y el gasoil premium avanzó de 1.123 a 1.167 pesos, considerando los valores más económicos del mercado. Tomando como ejemplo CABA, en los últimos doce meses el precio del litro de nafta súper pasó de 163,10 a 744 pesos, con lo que registró un incremento total del 356 por ciento en el período.

En el caso de los servicios públicos de luz y de gas, a partir de este miércoles debía regir la indexación mensual atada a la inflación que estipulaba la nueva fórmula sancionada por el Gobierno. Sin embargo, hasta el martes a la noche los entes reguladores, Enre y Enargas, no habían recibido la información correspondiente a los nuevos cuadros tarifarios. Ante la sorpresa de las empresas del sector, el Gobierno decidió pisar los ajustes que involucraban subas de entre 10 y 12 por ciento para las distribuidoras de energía eléctrica y gas y para las transportistas de gas. Dichos aumentos representaban un incremento cercano al 5 por ciento en las facturas finales de los servicios que el oficialismo prefirió evitar. Igualmente, desde enero acumulan un alza del 150 y 450 por ciento, respectivamente.

En un nuevo traspiés heterodoxo del ministro de Economía, Luis Caputo, decidió mantener las tarifas pisadas al menos un mes para ayudar a la desaceleración inflacionaria. La regulación de los servicios esenciales comenzó a ser entendida por el oficialismo desde una lógica menos simplista y dogmática de lo que intrepreta sobre la inflación, como un fenómeno exclusivamente monetario.En la mañana del miércoles 1 de mayo, el ministro escribió en su cuenta en la red X: “Estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, para explicar las postergaciones de los aumentos, con lo cual también reconoció que dejar de emitir para cubrir el déficit no condujo a la estabilidad de precios como había asegurado. Ahora necesita detener la suba de tarifas.

El congelamiento del ICL, de los aumentos en la luz y el gas, sumados a la exigencia de rebaja en las cuotas de siete medicinas prepagas deben leerse como un llamado de atención dentro de la propia lógica del Gobierno. Las idas y vueltas en materia de liberalización de precios minan el discurso libertario y su apoyo social ante la inmanente erosión en el poder adquisitivo de los salarios. 

El Gobierno ya había suspendido la aplicación de una fórmula indexatoria en su debut con la tarifa de los colectivos y trenes en el Amba durante abril. Ahora en mayo es una incógnita qué pasará con los colectivos ante la amenaza de un paro de choferes este jueves. Los colectivos ya sufrieron un alza del 29 por ciento en febrero.

En tanto, el próximo 6 de mayo sí subirá un 54 por ciento el boleto de tren en el Amba. El esquema tarifario para los servicios que incluyen las líneas Sarmiento, Roca, Mitre, San Martín, Belgrano Sur, Belgrano Norte, Urquiza y Tren de la Costa quedará de la siguiente manera: con tarjeta SUBE registrada en la primera sección valdrá 200 pesos, en la segunda 260 pesos y en la tercera 320 pesos, mientras con tarjeta sin registrara costará el doble, y algo menos de la mitad con la tarifa social.

En el caso del boleto de subte, se espera un aumento del 359 por ciento, pues pasará de 125 a 574 pesos aunque se desconoce a partir de qué fecha concreta del mes por cuestiones administrativas. El Gobierno porteño demoró la publicación de la medida en el Boletín Oficial y aún no confirmó cuándo lo hará, con lo cual también se desconoce si luego se aplicará el segundo incremento previsto para el 15 de mayo, que lleva el pasaje a 667 pesos. El siguiente incremento estaba anunciado para el 1 de junio, hasta los 757 pesos.

Asimismo, los colegios privados bonaerenses aplicarán un incremento del 6,7 por ciento en sus cuotas, con variaciones dependiendo del nivel educativo y la subvención estatal. Los jardines con 100 por ciento de aporte costarán hasta 17.500 pesos, mientras la secundaria con subsidio del 40 por ciento hasta 102.500 pesos.

También las tarifas de internet, cable y telefonía sufrirán un ajuste que oscilará entre el 10 y el 20 por ciento dependiendo del proveedor y el tipo de servicio contratado. Y por último, los alquileres que quedaron dentro de la Ley de Contratos de Locación tendrán un incremento del 221 por ciento mientras aquellos firmados después de la derogación tendrán un ajuste “según el mercado” y las condiciones particulares de cada caso.


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