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Elecciones 2023: la Televisión Pública transmitirá los debates presidenciales

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Se realizarán el 1° de octubre, en Santiago del Estero, y el otro en Buenos Aires, el 8 de octubre, en la Facultad de Derecho de la UBA.

La Secretaría de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior y la Cámara Nacional Electoral firmaron un acuerdo por el que los medios de Radio y Televisión Argentina (RTA) serán la cabecera de la transmisión en vivo de los debates entre los candidatos a presidenciales.

En la firma participaron, por RTA, la presidenta Rosario Lufrano, su vicepresidente Osvaldo Santoro, y el director ejecutivo de Televisión Pública Claudio Martínez; por la Cámara, lo suscribieron su presidente Alberto Dalla Vía, su vicepresidente Hernán Corcuera, el juez de Cámara Daniel Bejas, los secretarios de Actuación Judicial, Hernan Goncalves Figueiredo, y de Actuación Electoral, Sebastián Schimmel, la secretaria de Cámara Contratada, Elena Gómez, y la prosecretaria de Cámara Temporaria, Nora Rascioni.

Por el Ministerio, en tanto, firmaron la secretaria de Asuntos Políticos, Patricia García Blanco, y el director Nacional Electoral, Marcos Schiavi.

Luego de la firma, el director de Televisión Pública, Claudio Martínez, sostuvo: «Para la Televisión Pública es un orgullo y un privilegio haber sido elegida para esta transmisión en la que seguramente van a participar todos los canales, como ya ha ocurrido particularmente en 2019, cuando se puso a prueba este sistema en el que Televisión Pública fue cabecera, pero todos los canales de aire y las señales de noticias tomaron la señal”.

Martínez recordó que el «convenio deviene de la Ley de Debate Presidencial –promulgada en 2017– a la que estamos dando cumplimiento» y agregó que «establece el mecanismo por el cual el Ministerio del Interior aporta el presupuesto, la Cámara Nacional Electoral es la encargada de organizar el debate y RTA a través de la Televisión Pública organiza la producción televisiva”.

Por su parte, Dalla Vía argumentó en favor del debate ya que -en su criterio- aporta “a los ciudadanos que quieren escuchar y tener el voto informado y continuó: «El debate televisivo además permite que los candidatos discutan entre ellos. Antes esto no existía en la Argentina».

La Ley 27.337 establece que deben hacerse dos encuentros, uno en una capital provincial –que este año será el 1° de octubre en Santiago del Estero–, y el otro en Buenos Aires –el 8 de octubre, en la Facultad de Derecho de la UBA–. En ambos, los candidatos están obligados a participar y tienen penalidades en caso de no hacerlo, como quitar al partido y al candidato la posibilidad de hacer publicidad de modo gratuito en los espacios que cede el Estado a los partidos.


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Una tensión interna que sube de temperatura

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Andrés «Cuervo» Larroque y Mariano Recalde sacaron a la luz las diferencias que atraviesan al peronismo en territorio bonaerense. Las discusiones giran en torno a la reorganización del espacio, las formas de conducción y los niveles de respaldo a la gestión en la Provincia. Puertas adentro ya asoman rispideces por el armado de listas de cara a 2025. El rol de Cristina Kirchner y los desacuerdos en la Legislatura local. 
Matías Ferrari

Por Matías Ferrari

Las asperezas internas que atraviesan al peronismo en territorio bonaerense comenzaron en las últimas horas a salir a la superficie. El primero en jugar fuerte fue el ministro de Desarrollo Social de la Provincia, Andrés “Cuervo” Larroque, para quien “cualquiera que ose murmurar, conspirar o sembrar cuestionamientos extraños” contra Axel Kicillof “está en la joda y no está jugando a favor” del principal partido de oposición. Fue un tiro por elevación al referente de La Cámpora, Máximo Kirchner, que arrastra una relación tensa con el gobernador al menos desde el cierre de listas del año pasado. Rápido de reflejos, el presidente del PJ porteño, Mariano Recalde, uno de los dirigentes más cercanos a Máximo, recogió el guante y sostuvo que “nunca” escuchó “a un compañero del kirchnerismo cuestionando a Axel”. De paso, contraatacó con la misma medicina y disparó que “los que andan en algo raro” son aquellos dirigentes “que cuestionan a Cristina”.

Las diferencias entre ambas terminales vienen de larga data puertas adentro del peronismo bonaerense. Atravesaron todo el primer mandato de Kicillof al frente de la  Provincia, recrudecieron durante el cierre de listas de 2023 –cerca del gobernador creen que debió tener más peso en el armado de candidaturas para la legislatura local– y florecieron con fuerza en las últimas semanas. En La Plata se quejan de la falta de apoyo a la gestión provincial, de cuyo éxito depende, a fin de cuentas, la proyección de Kicillof como posible referente de la oposición a Javier Milei a nivel nacional. También hay un ojo puesto en cierta fricción para lograr acuerdos en la cámara de Diputados local. Desde la agrupación que conduce Máximo, en tanto, reprochan aquella idea de “componer una nueva canción”, que fue entendida como una declaración de intenciones de disputar la conducción interna del kirchnerismo.

Si bien la discusión tiene mucho de perspectivas sobre cómo reorganizar al peronismo en la oposición al gobierno de Milei, de fondo aparece también el clásico tire y afloje por el armado de listas de cara a 2025. A pesar de que el próximo turno electoral asoma bastante lejos en el calendario, en ambas terminales ya empiezan a oler una disputa similar por los lugares en las listas que ya se dió el año pasado. 

Marcar la cancha

En medio de ese berenjenal, Larroque lanzó la primera piedra este fin de semana, durante un acto en la Quinta de San Vicente junto al propio Kicillof y los principales referentes que se encolumnan detrás del gobernador: el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, el ministro de Trabajo local, Walter Correa, y los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada). El encuentro tuvo mucho de liturgia peronista pero también de autoafirmación kirchnerista: la fecha elegida fue el 13 de abril, en conmemoración de la movilización bajo la lluvia a Comodoro Py en defensa de la expresidenta, en tiempos de asedio judicial del macrismo. 

El eje central del discurso de Larroque fueron las fromas de conducción del amplio espectro kircherista, todavía golpeado por la derrota del año pasado. “¿Qué es la conducción de Cristina? ¿Que tres ñatos te manden un WhatsApp?”, disparó desde el escenario, en tono crítico con las formas de articulación política del espacio. “No quiero esa conducción de Cristina, quiero la conducción con movimiento popular», siguió. Los reproches fueron apareciendo, uno tras otro. «Algunos van a morir de sobredosis de estrategia», agregó. También apuntó contra «las mentes iluminadas» que «después no llenan una combi». Munición gruesa. 

Recalde, por su parte, salió a responder. «Las discusiones internas son más saludables que salir a dar un discurso», le espetó. «No es momento de discutir liderazgos», postuló. 

Luego, se dedicó a criticar a quienes cuestionan, según sostuvo, la conducción de CFK. «Yo banco a Cristina todo el tiempo, incluso cuando se equivoca», aseveró Recalde. Desde el Kicillofismo entienden que esa discusión es «una trampa». «No está en tela de juicio la conducción de Cristina, sino la estrategia que nos damos para no volver a frustrarnos electoralmente», afirman. La exvicepresidenta, hasta ahora, no se pronunció sobre el asunto. 

La discusión bonaerense

«No entiendo cuando el Cuervo Larroque dice que hay un compañero que anda en una cosa rara, pensé que hablaba de Guillermo Moreno, que es el que cuestiona a Axel todo el tiempo», ironizó Recalde respecto de los cuestionamientos del kicillofismo al apoyo de La Cámpora a la gestión provincial. 

Las rispideces respecto a lo local, sin embargo, tienen su origen en la Cámara de Diputados bonaerense, donde más marcadas están ambas fracciones, al punto que, según una voz que recorre los pasillos de la legislatura, «a veces es más fácil acordar con los radicales que con algunos que se dicen peronistas». En la legislatura hay algunos temas calientes como las vacantes en la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que por ahora están trabados por desacuerdos internos de UP. 

En La Plata creen que no están recibiendo el apoyo necesario para avanzar en una gestión que creen que será cada vez más complicada, a caballo del ahogo financiero al que busca someter a la Provincia el gobierno de Milei y al brutal ajuste sobre los ingresos de la mayoría de los trabajadores. «Hay una crisis inminente, y si no apoyamos al dirigente que gobierna al 40 por ciento de la población del país, quién sabe qué opción podemos construir», sintetizan. 


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