Conectarse con nosotros

NACIONALES

El PJ bonaerense marcha el 13 de abril en apoyo a CFK

Publicado

el


Presidida por Máximo Kirchner, la conducción del peronismo se reunió y definió un plan para respaldar a Cristina Fernández de Kirchner. Ahora coordinará con otros sectores políticos y gremiales el tipo de acción y el lugar.

Por Martín Granovsky

La centralidad política de Cristina Fernández de Kirchner quedó remarcada en el encuentro que mantuvo el Consejo del Partido Justicialista bonaerense, la máxima instancia de conducción después del congreso partidario. Según reza el comunicado emitido tras la reunión que presidió Máximo Kirchner, «entre los presentes surgió la propuesta de realizar el próximo 13 de abril acciones en apoyo a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner«. Recuerda el texto del PJ que «ese día se cumplen siete años de la demostración popular de apoyo a la dos veces Presidenta de la Nación perseguida por la mafia judicial». Esas acciones se traducirán en una marcha que todavía no tiene lugar definido.

«Tenemos que dialogar con los sectores sindicales y políticos y el resto de las organizaciones para confluir todos juntos en una misma acción», fue la respuesta de una dirigente del PJ ante la consulta si ya estaba definido que habrá una marcha a Tribunales.

Agregó que «la decisión es la de sumarse a otras iniciativas que están planificando otros sectores». Explicó que «el peronismo bonaerense se pone a disposición de coordinar con el resto de los actores políticos qué hacemos el 13 de abril y cuál es la mejor forma de expresarnos».

La fecha remite al 13 de abril de 2016, cuando CFK habló frente a los tribunales federales de Comodoro Py, donde había sido citada por primera vez por el juez Claudio Bonadío después de haber dejado la Presidencia el 10 de diciembre de 2015. Se trataba entonces de la causa de la venta de contratos de dólar a futuro, en la que terminaría sobreseída en 2021. «Me pueden citar veinte veces más, me pueden meter presa, pero lo que no van a poder hacer es callarme y hacer que deje de decir lo que pienso, y estar como siempre junto a ustedes», dijo entonces. También señaló en ese discurso que «en la República Argentina no podrían haberse consumado los atropellos, las entregas, la desgracia sobre tantos argentinos y argentinas sin la complicidad del Poder Judicial». En otro tramo mencionó que algunos casos, como el de Papel Prensa y el caso Graiver «siguen en este edificio, en algún despacho, en algún cajón, en algún basurero».

El Consejo se puso de acuerdo en reivindicar un punto en el que insiste habitualmente el gobernador Axel Kicillof. El comunicado final dice: «Quienes integran el Consejo consideraron que luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación hubiera fallado a fvor de la ciudad de Buenos Aires, estableciendo que el Estado nacional le otorgara a este distrito el 2.95 por ciento de la masa de impuesto coparticipable, en detrimento de otras jurisdicciones, solo se profundizarán las desigualdades vigentes». El texto relaciona esa decisión con «la pobreza (que) impacta profundamente en los barrios de la Provincia». 

Otro de los acuerdos fue el pedido de una suma fija «a todas y todos los trabajadores que hoy no llegan a fin de mes y necesitan una respuesta inmediata». 

La movilización del 13 de abril es una preparación hacia junio, el último mes para presentar listas de candidatos. Y para fines de junio, si es que Cristina Fernández de Kirchner no toma una decisión en mayo como en 2019, solo faltan tres meses. Con esa idea es que se reunió el Consejo del Partido Justicialista bonaerense. Se verificó algo que adelantaron a este medio consejeras y consejeras:  “Ya bajó la espuma”, fue la frase recogida tras un paneo por el peronismo de la Provincia.

Que haya bajado la espuma no significa que esté oficializado Axel Kicillof como el candidato del peronismo y del Frente de Todos a buscar la reelección como gobernador. El minué no es solo provincial sino nacional, y en el Consejo hubo opiniones en favor de que el Presidente anuncie que no se presentará como precandidato del Frente de Todos. 

Para colmo todavía falta la última palabra de la realidad (PASO sí o PASO no) y la última palabra de Cristina Fernández de Kirchner, que es la jefa a quien reconoce Kicillof. Al margen de su propio deseo de presentarse y ganar para gobernar la Provincia por otros cuatro años, Kicillof ya recibió el apoyo explícito de dos intendentes fuertes de la Tercera Sección, Jorge Ferraresi de Avellaneda y Juan José Mussi de Berazategui, y de varios alcaldes del interior bonaerense y de la costa.

En la propia integración del Consejo del PJ reunido en La Plata, cuyos miembros fueron llegando a media mañana, ya queda clara la densidad política del organismo. 

El presidente es el diputado nacional Máximo Kirchner, jefe de La Cámpora.

Estuvieron Fernando Espinoza y Verónica Magario, de La Matanza, el distrito más favorable al peronismo en toda la Argentina.

Figuran en el Consejo los intendentes e intendentas del PJ. Entre otros, el intendente de Lomas de Zamora en uso de licencia Martín Insaurralde, Mariano Cascallares que tiene situación similar en Almirante Brown, Marisa Fassi de Cañuelas, Leo Nardino de Malvinas Argentinas (hoy ministro de Obras Públicas) y Mariel Fernández (de Moreno).

También son parte del Consejo el intendente de Avellaneda y actual interventor administrativo en Edesur, Jorge Ferraresi, que fue ministro de Hábitat de Alberto Fernández, y el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis, que no volverá a candidatearse para la intendencia de San Martín.

Y estuvieron en la sede del PJ en La Plata la jefa de la Anses Fernanda Raverta, el intendente de Pehuajó Pablo Zurro y los platenses Florencia Saintout, Julio Alak y Victoria Tolosa Paz.

Otra presencia clave fue la de Andrés “Cuervo” Larroque, que ya no es más secretario general de La Cámpora y lidera la agrupación de agrupaciones “La patria es el otro”. El ministro de Desarrollo de la Comunidad se convirtió últimamente en el crítico más duro del Presidente, cuyo ciclo considera terminado.

El Consejo vino precedido de todo tipo de roces. Aunque el peronismo bonaerense está ordenado porque todos los sectores responden a CFK, cosa que no ocurre a nivel nacional, hizo falta la foto de Axel Kicillof marchando junto con La Cámpora el 24 de marzo desde la ESMA a Plaza de Mayo para olvidar la escena de Máximo retando a Kicillof en Avellaneda. El 11 de marzo, al recordar los 40 años del triunfo de Héctor Cámpora, Kicillof habló penúltimo y dijo que los funcionarios debían bajar más al territorio. “Que me perdone el señor gobernador, pero también hace falta más militancia en el gobierno”, dijo el presidente del PJ, a quien otros dirigentes presentes ese día dijeron haber visto fastidiado y con pocas ganas de dar el presente en la Universidad Tecnológica de Avellaneda.

Hubo otra foto más, el 20 de marzo. En la inauguración de “Nuevo Aráoz Alfaro”, un centro de diagnóstico en Témperley, se juntaron Kicillof, Máximo, Insaurralde, Wado de Pedro, Katopodis, la intendenta en ejercicio de Lomas Marina Lesci y el ministro de Salud Nicolás Kreplak, que vendría a ser en una sola persona la corporización de una desmentida. Además de ministro, Kreplak milita en La Cámpora. 


NACIONALES

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Publicado

el


La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.