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El paro y la movilización en la agenda de la CGT

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Felipe Yapur

Por Felipe Yapur

«No descartamos nada, ni paro ni movilización», la frase le corresponde a Héctor Daer, uno de los triunviros de la CGT, y la pronunció luego de una reunión de la mesa chica de la central obrera que se realizó en la sede de UPCN, el gremio estatal que conduce Andrés Rodríguez. Por ahora, según trascendió, hay un sector importante de la CGT que está más inclinado por la movilización que por el paro. El detalle de un nuevo plan de lucha quedó postergado para el próximo 11 de abril cuando se reúna el consejo directivo. Las negociaciones son intensas pero a diferencia de otras épocas, por ahora no son rupturistas. La idea de los dirigentes cegetistas es realizar una importante movilización el próximo 1º de mayo y, tal vez otra, el día que se debata en Diputados la nueva versión del proyecto ómnibus. Mientras tanto, continúan las negociaciones con diputados y gobernadores por la eliminación del DNU 70/2023.

Luego del paro y la gran movilización del 24 de enero que protagonizaron la CGT y las dos CTA, el gobierno de Javier Milei reaccionó tras las duras derrotas que representaron la caída del primer proyecto de ley ómnibus y el rechazo al megaDNU en el Senado. La reacción de Milei fue la aplicación sin piedad de su plan de despidos de trabajadores estatales que, por ahora, lleva provocando unas 15.000 cesantías. La situación económica y la vista gorda que hace el gobierno ante los conflictos por despidos en el sector privado, llevó a que las reacciones gremiales fueran sectoriales.

Parar o movilizar o las dos cosas

Ahora, parece que llegó el tiempo de que la reacción sea más general y hacia ese destino pugnan los gremios que acompañan al triunviro y secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, que reclama desde los medios y en privado la convocatoria a un nuevo paro general. La decisión de la Secretaría de Trabajo de no abrir el diálogo con las centrales sindicales abonan la propuesta del camionero.

Las condiciones objetivas están para una medida de fuerza de esa magnitud que puede ser un paro nacional o una marcha federal, según pido Moyano. En esa línea se inscribe la frase de Daer: «No descartamos nada, ni paro ni movilización, habrá actividades de acá a fin de mes. El 1 de mayo haremos una gran movilización también. Por respeto al consejo directivo que tenemos que sostener la unidad y a rajatabla, la decisión la tenemos que tomar todos los sectores», dijo el titular del gremio de Sanidad a la salida de la reunión de la mesa chica.

Las propuestas que están en la mesa de la CGT incluyen la realización de un paro nacional que podría llegar coincidir con el debate en Diputados de la nueva ley ómnibus y que el oficialismo cree que para la semana del 22 al 26 de abril podría llegar al recinto. La otra propuesta es la movilización del 1º de mayo, el día del trabajador y la trabajadora.

El temor entre alguno de los participantes de la reunión de la mesa chica es que dos actividades, que requieren de una fuerte gestión organizativa, estén demasiado cerca en el tiempo y por el desgaste que implican no terminen teniendo la contundencia que necesitan. La idea es que la reunión del próximo 11 de abril se pueda definir y con mayorías cuál será la agenda de medidas de acción directa que llevará adelante la central obrera.

Hay un punto que preocupa a la conducción de la CGT y es la grieta que comienza a verse en el sector político del peronismo. Daer no ocultó su preocupación por la falta de conformación de una comisión de acción política en el PJ. Entiende que con el correr de los días y las presiones del gobierno libertario a las provincias han hecho mella en la unidad de criterio y acción.

«Hay gobernadores que opinan un poco más o un poco menos, pero en este escenario nos tenemos que defender un poco solos», dijo Daer que de todas formas no descuidó la importancia que le dan al trabajo político parlamentario. Por un lado para conseguir la derogación del DNU en Diputados pero también, como trascendió, la necesidad de entablar contactos con todos los bloques de la oposición ante la llegada del nuevo proyecto ómnibus que incluye una reforma laboral.

Para la CGT lo mejor sería frenar ese capítulo, pero saben que hay varios bloques opositores que ya se expresaron a favor de modernizar las relaciones laborales y por lo tanto están dispuestos a negociar una mejor redacción de ese capítulo. Tal vez concediendo la aplicación para otros gremios de lo que se conoce como el fondo de cese laboral que utiliza la Uocra o la morigeración de las multas que se le aplican a los patrones por no inscribir de maera correcta a sus empleados. Este es un tema que todavía está abierto al debate hacia el interior del consejo directivo de la CGT.


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Mondino y su brutalidad: «Los chinos son todos iguales»

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La ministra de Relaciones Exteriores exhibió su intelecto en la cumbre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se celebra en París. Allí confesó que no puede distinguir las profesiones de los orientales porque, para ella, tienen el mismo aspecto físico. Lo hizo después de mantener una gira justamente por China, con la intención de negociar el swap con el gigante asiático.

La canciller Diana Mondino se refirió este jueves a la base china en la Argentina. Lo hizo al ser consultada por la presencia de militares del gigante asiático. Mondino respondio con total brutalidad: dijo que no se pudo identificar si participan civiles o militares porque «son todos chinos, son todos iguales».

La cuestión hace al realineamiento argentino con los Estados Unidos. Javier Milei quiere emular las relaciones carnales que mantuvo Carlos Menem en los años 90. Es por eso mismo que, desde hace semanas, el Gobierno nacional amaña todo lo referido a la base científica que nuestro país comparte con China en Neuquén, al punto de mandar una delegación a investigar si se haya algo oculto, pese a que el gigante asiático comparte todos los resultados de las investigaciones con los organismos nacionales.

En ese contexto, Mondino aseguró este jueves que «los chinos son todos iguales», al señalar que no habían identificado a personal militar en la base espacial de ese país en Neuquén. «Los que fueron de investigación no identificaron que hubiera personal militar. Son chinos, son todos iguales», indicó la ministra de Relaciones Exteriores en declaraciones a Clarín.

La frase surgió ante una pregunta sobre si se había identificado personal militar en la base ubicada en la Patagonia argentina, en la que puso especial atención el gobierno de los Estados Unidos y fue tema de conversación con la generala del Comando Sur, Laura Richardson, a principios de abril.

«Ya se han hecho inspecciones en la Estación Espacial China y la Europea. Fue el mismo equipo a ambas y en la misma semana, esos equipos no percibieron nada raro», explicó Mondino.

Pato criollo

No es la primera vez que Mondino no logra ocultar su brutalidad. Semanas atrás, sentada en la mesa de Mirta Legrand, la canciller contó -con una sonrisa de dientes perfectos- por qué para ella es absurdo que los jubilados tengan acceso a un crédito: “Por definición todos algún día nos vamos a morir y si sos un jubilado de determinada edad casi seguro que te vas a morir”. Su argumento corrobora el ABC del gobierno libertario de monetizar la vida al máximo y que eso sea por definición el criterio de lo que sirve y lo que no, según cómo se venda o cómo se pueda pagar.

Pero se acumulan los casos. Por ejemplo cuando pidió que fogoneó a los trolls para que tengan más comentarios una respuesta que el tuit original de Andrés Manuel López Obrador. Ocurrió cuando el presidente mexicano denominó ignorante a Milei y una de las cuentas de las que suele tener interacción con el mandatario argentino (@usdtermo) desafió a que una foto de Milei iba a tener «más me gusta». En vez de apaciguar las aguas, esto publicó Mondino.

Y en el repaso también se pueden citar la vez que dejó un manto de sospecha -sin ninguna prueba- de supuestos «infiltrados» que iban a desestabilizar al presidente Javier Milei en su discurso de apertura en el Congreso o la vez que ni siquiera se puso colorada al apuntar contra Natalia Zaracho porque la diputada y cartonera -que nació en un contexto de vulnerabilidad social- no terminó el secundario.

Malvinas

La cuestión Malvinas merece un párrafo aparte. Suelta de lengua, Mondino dijo que las quejas formales del país contra Inglaterra son, apenas, «cartitas», y que si se tiene que enfrentar con su par inglés en lo relativo a Malvinas, lo mejor es hacerlo con sus «chicanas tuiteras». 

Lo hizo en una entrevista televisiva Ante la consulta de una periodista sobre las acciones de la Cancillería ante el viaje de David Cameron -ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido- a las Malvinas, la canciller dijo que «no había muchas opciones» porque «no pasan por territorio argentino para ir». «¿Qué le vamos a hacer, con un misil bajar el avión», comentó, con acento e intento de humor cordobés.

Cuando la repregunta estuvo orientada a por qué no hubo una queja formal del Estado nacional, Mondino adelantó su reflexión. «A un inglés reírse con el idioma inglés, le duele mucho más que una de las tantas cartitas que Argentina continuamente ha enviado», opinó y consideró que su chicana -había posteado, en Twitter, que le agradecía a Cameron su visita a la Argentina-, «le duele mucho más que otra cartitas más».

Hasta ahora se desconoce si alguno de los asesores con los que cuenta la ministra le soplaron al oído que ni el primer ministro de Inglaterra ni siquiera su canciller la siguen en la red favorita de los ultraderechistas. Es decir, quizás ni acusaron recibo de la «chicana». 

Antes de París, Pekín

Las últimas declaraciones de Mondino llegaron desde París, donde participa de un encuentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Pero la canciller no llegó a Francia desde Buenos Aires sino, justamente, había pasado semanas en la capital china donde se se reunió con el canciller Wang Yi.

El motivo de la gira giraba en torno a recomponer las relaciones tras las provocaciones del Gobierno nacional, que iban desde las acusaciones del presidente (augurando que no iba a mantener relaciones con «comunistas) y de las fotos de la propia canciller con diplomáticos de Taiwán, un tópico sensible para la geopolítica del gigante asiático. Pero, sobre todo, estuvo marcado por la necesidad de que el Gobierno chino renegocie el pago del swap para no generar un sismo en las reservas monetarias argentinas.

La pelota ahora quedó en Pekin. Habrá que ver si toman estas últimas declaraciones como un mero comentario al paso o si resuelven tomar medidas drásticas, por ejemplo, revisar el historial de créditos y exigirle al país el pago efectivo e inmediato de los mismos: se podrían amparar que, para ellos, las deudas «son todas iguales».


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