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El discurso de Cristina Kirchner, el viaje de Alberto Fernández y la movilización del 24 de marzo

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Cristina Kircher insistirá el martes en el CCK sobre la intervención del Partido Judicial no sólo en el país sino sobre las democracias de la región. El Presidente abrirá el foro de DDHH y el viernes viaja a Dominicana. Críticas internas. Y las consignas para la conmemoración del golpe. 

Melisa Molina

Por Melisa Molina

La semana que comienza será muy intensa para el Frente de Todos. El lunes hablará el presidente Alberto Fernández en el Centro Cultural Kirchner; el martes –en el mismo escenario– lo hará la vicepresidenta, Cristina Fernández. El viernes, en tanto, el kirchnerismo movilizará a Plaza de Mayo para levantar las consignas de Memoria, Verdad y Justicia, como todos los años, pero esta vez lo hará mientras exige que se levante la proscripción a la vicepresidenta y con duras críticas al poder judicial. Ese mismo día, el Presidente se subirá a un avión con destino a República Dominicana para participar de la cumbre Iberoamericana. El tercer socio de la coalición oficialista, el ministro de Economía, Sergio Massa, volvió el fin de semana al país luego de estar en Panamá participando de una cumbre del BID y dio la orden a su equipo para que trabaje en nuevas medidas económicas. Sucede que después del 6,6 por ciento de inflación que se conoció la semana pasada, el Frente de Todos transita un momento crítico porque se aceleran los tiempos de cara al cierre de listas, los resultados económicos no mejoran, y cada día crecen más las expectativas sobre quién será el candidato del espacio.

El lunes la agenda política comenzará cargada con el discurso que el Presidente dará a las seis de la tarde en el tercer Foro de Derechos Humanos que organiza el ministerio de Justicia junto con la CIPDH-Unesco. Allí estará acompañado por la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; la directora del CIPDH Unesco, Fernanda Gil Lozano, y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti. El día siguiente, a las 19, será el turno de la vicepresidenta que cerrará el encuentro del Grupo de Puebla. En un principio ese acto se iba a realizar en diciembre del año pasado. El mandatario y la vice iban a mostrarse juntos, pero a último momento fue suspendido porque la dirigenta se contagió de covid y no pudo participar. Ahora hablarán por separado. Es conocido que el diálogo entre ellos está cortado. La última vez que se vieron las caras fue en la apertura de las sesiones legislativas el primero de marzo. No se veían desde hacía seis meses.

El título de la charla que dará CFK no da rodeos: «Voluntad Popular y democracia: del partido militar al partido judicial”, le puso. La vicepresidenta había enfatizado ese eje casi de manera textual cuando hace unas semanas protagonizó una charla en el Senado junto a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. En aquella ocasión, CFK comparó la situación de la dictadura con la actualidad, al remarcar que «hoy hay otras formas más solapadas y más sutiles de clausurar los sueños de aquellos que piensan que un país y un mundo diferente puede ser posible. Lo clausuran bajo formas mucho más sutiles: ya no son tanques, ahora son los Tribunales«. «Esa complicidad de los medios de comunicación no ha cambiado», finalizó. Según dicen desde el kirchnerismo, en el discurso de CFK «va a insistir con alguno de los puntos que estuvo marcando en sus últimas intervenciones y hablará sobre cómo este problema con el ´Partido Judicial´ no afecta solo a Argentina, sino a todo el continente y es un disciplinador de la clase política».

Según contaron a este diario algunos de los organizadores del evento, la idea es, entre otras, que los distintos países de la región puedan hacer una lectura de lo que ocurre como la que plantea el kirchnerismo sobre la situación judicial de la vicepresidenta y la persecución a los líderes políticos y que la interpretación de lo que pasa no sea solo la que hacen los grandes medios de comunicación hegemónicos de cada país, con sus intereses corporativos.

Desde el kirchnerismo, en el marco de los 40 años de democracia que se cumplirán en diciembre, y en la previa del nuevo aniversario del 24 de marzo de 1976, están presentando al «Partido Judicial» como el nuevo ejecutor de lo que antes, durante la dictadura, se encargaban los militares. Hablan del Poder Judicial como un interventor de la democracia. El secretario de Derechos Humanos explicó en detalle esta hipótesis: «El uso del poder judicial es la nueva estrategia que tiene el poder real para penetrar e intervenir la democracia. Para proscribir a una dirigente política en contra del pueblo». «El Poder Judicial está entrometiéndose en la propuesta electoral. De ese modo los enemigos de ayer siguen trabajando para un país para pocos», aclaró. 

El ministro del Interior, Eduardo de Pedro, también miembro de La Cámpora, expresó este fin de semana que «es necesario seguir militando para que haya una democracia plena, para que Cristina Fernández siga siendo esa barrera de contención al avance de la derecha y que pueda decidir y definir cómo sigue nuestro proyecto popular y nacional, democrático e inclusivo» (ver aparte). Otro de los que se sumó las declaraciones fue el senador Oscar Parrilli, quien el domingo sostuvo que «no hay democracia si hay proscripción, fraudes o utilización de la violencia», y que por ese motivo es urgente reclamar la «absolución total», de CFK.

Mientras el kirchnerismo se esforzará para que todos estos reclamos y consignas sean protagonistas el 24 en Plaza de Mayo, el Presidente no estará en la Argentina. El mandatario sigue recluido en la Quinta de Olivos donde se recupera del bloqueo radicular que le hicieron en la zona lumbar y su entorno confía que esta semana ya podrá volver a su actividad normal. El viernes por la mañana la idea es que Fernández se suba a un avión con destino a Santo Domingo, donde se llevará a cabo la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, que abordará temas como la crisis medioambiental, transformación digital, seguridad alimentaria y arquitectura financiera internacional. El presidente también mantendría una reunión con los presidentes de Chile, Gabriel Boric; de México, Andrés Manuel López Obrador; de Honduras, Xiomara Castro; de Colombia, Gustavo Petro; y de Bolivia, Luis Arce«Alberto se desentiende de la gestión y se va al exterior y los que terminan hablando de la inflación y de los problemas de la economía son CFK y Massa«, se quejan los que se identifican con la vice.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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