RIO TURBIO
Eduardo Guajardo: 45 años construyendo identidad desde la música
El cantautor santacruceño fue homenajeado el pasado viernes 6 de diciembre a las 21:00 horas en el Predio Secretaría de Medio Ambiente y Comunidad (ex Tiro Federal), en reconocimiento a su destacada trayectoria. Durante el evento, dialogó con Patagonia Nexo sobre su presente, sus proyectos y su visión sobre la música como herramienta de identidad.
El homenajeado, conocido como “El Guaja”, compartió reflexiones sobre su carrera y el legado cultural que ha construido a lo largo de 45 años de música:«Me parece que faltan un par de años ahí que tenés, pero bueno, de la formalidad. Sin duda tiene que ver con esto de desandar camino, de luchar contra corrientes que muchas veces no recrean espacios para el cancionero popular y, fundamentalmente, para la identidad. Es un placer poder estar todavía compartiendo mi trabajo y produciendo. Estoy trabajando en dos discos que voy a editar el próximo año: uno con obra absolutamente regional patagónica y otro con mi obra cuyana, que se editará en Mendoza. Además, estoy reeditando mi segundo libro, El alfabeto del viento, que en enero estará nuevamente disponible.»
Guajardo destacó la importancia de las raíces culturales y el desafío de construir una identidad propia en una región marcada por el esfuerzo y el trabajo: «Yo siempre cuento que cuando empecé a cantar, todas las canciones eran prestadas, venían de otros lugares. Con el tiempo, aprendimos a construir nuestros propios relatos, no solo desde la perspectiva laboral, sino también desde nuestro acervo cultural y nuestra manera de ser y decir. Mi primera actuación fue a los 5 años, con guitarra, en la escuela 32 de 28 de Noviembre. Desde los 12 años comencé a representar a mi comunidad y no paré más. Hoy, miro hacia atrás y no hago mucho balance porque siento que estoy en el camino todavía, creando y construyendo puentes con nuevas generaciones.»
El artista subrayó el valor de la perseverancia y la autenticidad para alcanzar los sueños y mantener viva la memoria cultural de la región: «Cuando era pibe no había compositores que escribieran canciones sobre cosas de acá, como los ovejeros, el invierno o el carbón. Me tocó ser pionero por mi tozudez y porque siempre creí en el poder de nuestras historias. Cuánto mejores somos cuando somos nosotros mismos, haciéndonos cargo de nuestra historia y saliendo a defender lo que somos. Eso es la identidad.»
El evento fue un emotivo reconocimiento a un hombre que ha dedicado su vida a retratar y preservar la esencia de su tierra a través de la música y la poesía.
La canción como memoria: Eduardo Guajardo y su legado cultural
El cantautor santacruceño reflexionó sobre los desafíos de hacer música en la Patagonia, la importancia de la identidad cultural y el rol del Estado en la promoción de la cultura local. En un emotivo homenaje, compartió cómo su trayectoria está profundamente ligada a su historia personal y a las luchas de su tierra.
Guajardo explicó las dificultades de llevar su arte más allá de los límites de la región y cómo logra sostener su carrera en un país donde la Patagonia sigue siendo un territorio relegado:«No es fácil. Es un trabajo que muchas veces no está visto como tal. Sobre todo en regiones de producción industrial como la nuestra, donde el esfuerzo físico es lo que se considera trabajo y el intelectual pasa desapercibido. Y el peaje que hay que pagar para recorrer este país baldío que es la Patagonia es enorme. Pero la fuerza de los sueños, la convicción, y saber que uno está construyendo un discurso de identidad, valen todos los esfuerzos que se hagan.»
Guajardo recordó cómo «La canción del Minero», una de sus obras más emblemáticas, se transformó en un símbolo de lucha y unión: «Hace 30 años no había una canción que nos identificara. Con ‘La canción del Minero’, algo cambió. Primero fue un símbolo legítimo en las luchas obreras de los 90, siendo hijo de un minero fallecido en la mina. Es parte de mi historia y de la que venimos todos. Hoy, esa canción tiene también un reconocimiento formal, y eso es importante porque refleja la relevancia de construir una identidad cultural. La cultura está antes que la política, antes que la educación. Es el contexto sobre el cual se escribe el texto de la historia.»
El músico enfatizó el rol del Estado en la promoción de la cultura local: «El Estado no está para producir espectáculos, sino para promover la cultura. Durante toda mi vida he reclamado políticas culturales a largo plazo que rompan con esta dinámica de pan y circo en Santa Cruz, donde muchas veces lo que menos se ve en los escenarios es la cultura santacruceña. Es fundamental que se apoyen los proyectos que hablan de su lugar.»
Finalmente, Guajardo agradeció el homenaje recibido y la oportunidad de compartir con su comunidad: «Esto que pasa hoy conmigo es un acercamiento a ese reconocimiento que tanto hace falta. Lo agradezco profundamente y espero que sigan haciéndolo con otros. Es importante que valoremos nuestra identidad y la transmitamos a las generaciones futuras.»
La voz de la Patagonia que trasciende fronteras
El cantautor y trovador de Río Turbio compartió sus emociones sobre su recorrido artístico, los logros alcanzados y el compromiso con su tierra en una noche de homenaje cargada de historia y canciones.
En un emotivo cierre, Eduardo Guajardo expresó su gratitud y compartió reflexiones sobre los momentos más significativos de su carrera, que lo llevaron desde los escenarios locales hasta el reconocimiento en Cosquín, el epicentro del folclore argentino: «Agradezco profundamente este homenaje y la posibilidad de compartir mi obra con ustedes. Esta noche ofrecí dos canciones, una obra nueva que será presentada públicamente el año próximo, y el himno de los mineros del carbón, que tanto nos representa. Todo esto es fruto de un trabajo sostenido y de un propósito claro en la vida: construir identidad a través de la música.»
Guajardo recordó con emoción su presentación en la Plaza Próspero Molina, en Cosquín, un lugar emblemático para el folclore nacional: «Hacía 20 años que no pisaba esa plaza, y llegó en el momento justo. Subí con mi guitarra, mi formato de trovador, y logré algo notable: que la plaza, llena de gente, guardara un silencio absoluto para escuchar mi poesía. Ese respeto y conexión fueron inolvidables. Hoy, como miembro del Ateneo Folclórico y Embajador Cultural de Cosquín para la Patagonia Sur, siento que hemos roto fronteras. Es la primera vez que un patagónico y santacruceño recibe este reconocimiento, lo que demuestra que el esfuerzo y la perseverancia rinden frutos.»
El trovador destacó que sus logros no son fortuitos, sino el resultado de años de trabajo y dedicación: «Nada de esto me cayó del cielo. Es parte de una construcción que celebro profundamente. Estos reconocimientos son importantes, no solo para mí, sino para mostrar que desde el sur también se puede llegar lejos, representando nuestra tierra con orgullo. Espero que los próximos años me permitan transmitir todo lo aprendido a las nuevas generaciones y seguir construyendo un legado cultural que perdure.»
La noche cerró con Eduardo Guajardo compartiendo su música con los vecinos de Río Turbio, en un clima íntimo y emotivo que reafirmó su conexión con la comunidad que lo vio crecer. Su mensaje final fue un llamado a seguir luchando por la identidad cultural y a valorar las raíces que definen a cada pueblo.
RIO TURBIO
Mujeres sorprendidas por el laboreo minero en Río Turbio
El Relato: Las Mujeres Ingresan a la Mina en Río Turbio
En un día histórico para el Yacimiento Carbonífero de Río Turbio, el 4 de diciembre marcó el ingreso de mujeres al interior de la mina, un hito cargado de simbolismo en la celebración de Santa Bárbara.
El pasado miércoles 4 de diciembre, en el marco del Día de Santa Bárbara, patrona de los mineros, el Yacimiento Carbonífero de Río Turbio (YCRT) fue escenario de un acontecimiento histórico: el ingreso de mujeres a la mina, una acción que representa un hito en la historia de esta actividad minera.
La jornada comenzó con la tradicional visita al interior de la mina, un ritual cargado de simbolismo donde los mineros veneran a Santa Bárbara en su altar ubicado a la entrada de la mina. Este año, la celebración adquirió un significado especial con la participación de una delegación de Caleta Olivia, compuesta por 16 mujeres de la provincia de Santa Cruz, quienes vivieron esta experiencia única.
En palabras de una de las compañeras ingresantes, el ingreso a la mina fue un recorrido transformador. Desde la preparación inicial, que incluyó equiparse con ropa pesada y herramientas, hasta la sensación abrumadora de adentrarse en un mundo oscuro, frío y lleno de sonidos ensordecedores, el testimonio refleja la dureza y el respeto que inspira el trabajo minero.