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Aplastante derrota del gobierno en el Senado

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Con un saldo apabullante, el PRO, la UCR y el peronismo reunieron 61 votos contra 8.

El Senado asestó un duro golpe a Javier Milei este jueves, al aprobar por dos tercios el proyecto de movilidad previsional que traía media sanción de Diputados. Con los votos del PRO, la UCR, el peronismo y aliados provinciales, la votación terminó con 61 votos por la positiva y 8 en contra, nutridos por los siete libertarios y la macrista Carmen Álvarez Rivero, la única de la bancada de Luis Juez que se subordinó a la Casa Rosada.

El resultado abrochó una semana negra para el gobierno, que no mostró coordinación política para evitar la sucesión de derrotas que sufrió en los últimos tres días. Entre la designación de Martín Lousteau como presidente de la Bicameral de Inteligencia y la anulación del DNU en la Cámara Baja con 20 votos del macrismo, el oficialismo llegó a la sesión de este jueves casi con resignación.

Con el saldo de la Cámara Alta, el PRO agravó la confrontación que planteó contra el gobierno el propio Mauricio Macri, enfurecido con Santiago Caputo. Y la UCR, por su parte, endureció su posición después de coquetear con los libertarios para dilatar los tiempos de tratamiento y sanción del proyecto.

Aún así, los senadores aliados intentaron una negociación de último momento durante un cuarto intermedio que pretendía ser de 5 minutos pero se extendió por más tiempo porque buscaron incorporar en la conversación a Victoria Villarruel, atacada por Santiago Caputo y Karina Milei de forma incesante durante los últimos días, pero la Vicepresidenta se negó.

Según fuentes parlamentarias, la estrategia fracasó porque el presidente del bloque radical, Eduardo Vischi, rechazó el acuerdo que se buscaba, bajo la intención de introducir modificaciones al expediente y demorar su sanción. La jugada, además, le habría ahorrado el veto a Milei.

Como sea, el oficialismo cerró esta tarde una semana profundamente negativa. Tanto que durante los discursos de cierre, el formoseño José Mayans disertó largamente sobre la fragilidad de la economía argentina por el endeudamiento y hasta hizo reír en más de una ocasión a Villarruel, cuando aludía a que Luis Caputo «entiende la economía como el culo». Similar fue la situación cuando se refirió al Presidente y reclamó «que alguien le explique a este muchacho», aunque reconoció que el problema es «que son todos chupamedias».

Para colmo, Villarruel abandonó el recinto cuando finalizó la intervención de Mayans y comenzó la del presidente de la bancada de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche. El vacío evidente produjo cuchicheos en el recinto. La Vicepresidenta no regresó para la votación y asumió la conducción de la sesión Bartolomé Abdala.

Juliana Di Tullio, minutos antes, había criticado a Milei por el retuit que le dio al mensaje de Javier Lanari en X, cuando sostuvo antes que arranque el debate parlamentario que «el equilibrio fiscal es la columna vertebral del plan económico» y tildó de «degenerados fiscales» a los legisladores otra vez. «Si quienes vamos a votar este proyecto que viene con dos tercios somos degenerados fiscales, le quiero decir al Presidente que él es un degenerado social», aseveró.

Las diferencias se produjeron alrededor de los artículos 2 y 4, que establecen un aumento adicional en marzo de cada año en base al RIPTE y el suplemento para cubrir la canasta básica por adulto equivalente. Los aliados al oficialismo se preocupaban por introducir modificaciones a esos cálculos para no condicionar más el resultado fiscal del gobierno y evitar, así, el veto que Milei promete sin contemplaciones.

Por eso, la votación en particular obtuvo menos votos por la afirmativa pero superó de todos modos los dos tercios también. El peronismo y el radicalismo persistieron con el respaldo al expediente tal cual llegó a la Cámara Alta después de la media sanción de Diputados.

Una senadora que promovía cambios en los artículos mencionados admitió que, si hubiese prevalecido su postura, se hubiera dilatado la sanción pero planteó que podría haber servido «para que Milei no vete». «Hay una discusión jurídica sobre la posibilidad de vetar artículos en particular, aprobados por mayoría simple, en una ley que fue votada por dos tercios en general: una parte de la biblioteca dice que se puede y la otra que no se puede», explicó.

Otro de los artículos señalados por los senadores más afines al gobierno fue el 10°, referido a la cancelación de las deudas de la Nación con las provincias por las cajas previsionales. «Por más que lo hubieran modificado lo veta igual», descontaba un legislador experimentado.

No obstante, la acumulación de errores y enemigos por igual habilitaba este jueves en el Senado la conjetura de que los dos tercios podrían consolidarse para insistir en caso de veto. La misma cantidad de voluntades se requieren también para el juicio político a un presidente.


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Jubilado a la parrilla

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Palazos a los jubilados y corrupción en la mira papal. El retiro de Petronas y la explosión del gasoducto, en la gestión de los ceos de Roca. La nueva vanguardia.
Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

El Papa criticó la represión a los jubilados y la corrupción en el gobierno; la ONU advirtió por la indefensión de la niñez sumergida en la pobreza; explotó el gasoducto del Norte, y Petronas puso en duda la famosa mayor inversión de la historia. El inminente veto a la ley de financiamiento universitario anunció protestas estudiantiles masivas que se unirán a los jubilados, dos sectores en los que Milei había cosechado en las elecciones. Semana mala para el Presidente que, en contrapartida, consiguió frenar el veto al aumento a los jubilados con ayuda de parte del opoficialismo y es probable que logre una imagen de toda la política enfrentada a Unión por la Patria con la propuesta de reforma política.

Argentina se ha convertido en un país imprevisible, donde resulta imposible precisar la forma como el derrumbe de la economía instrumentado por el gobierno se traslada a las decisiones políticas de los perjudicados. Los jubilados están en el horno. Son los que más perdieron en el ajuste, han sido sus principales víctimas y grupos cada vez más importantes de ellos han encabezado la protesta. Fuera de los grupos movilizados, todos los jubilados se quejan por lo que reciben y por el aumento del transporte y las tarifas, pero no es claro que haya un cambio masivo en las conductas políticas.

Milei ganó con un poco más del 55 por ciento de los votos y en los primeros meses logró aumentar unos puntos más la imagen positiva. En las últimas mediciones su imagen osciló entre el 40 y el 45 por ciento. Quiere decir que perdió más del diez por ciento. No es tanto si se lo compara con los efectos catastróficos de sus medidas sobre la vida de millones.

Esa distorsión entre causa y efecto constituye una incógnita en una sociedad muy intoxicada por discursos de odio, fake news, y una configuración social donde la mayoría de los trabajadores fueron llevados a la informalidad. Cayeron en ese plano por los efectos destructivos del neoliberalismo en las últimas décadas.

La perversión de esa movilidad descendente radicó en que fue disfrazada de elección personal. Una especie de liberación. El kiosquito, el remisse, el flete, la mensajería, la changa, la venta callejera, el trabajo no presencial y otros empleos fueron disfrazados de emprendimientos individuales. El discurso conservador complementó a este “emprendedurismo” con una ideología “meritocrática” que, en esencia es una ilusión porque todo ese universo depende de la producción de riqueza real.

Por más esfuerzo, por más méritos que tenga, ningún resultado lo favorecerá si el resto de la sociedad no genera riqueza real, no produce ni consume bienes. En todos los trabajos vale el esfuerzo y el conocimiento cuando el resto de la economía funciona. De lo contrario, la derecha ordena esas condiciones como una ideología del sometimiento para la explotación por una elite. Ese proceso se montó sobre el antiperonismo extendido en un sector de la sociedad y sobre la decepción que produjo el gobierno de Alberto Fernández.

El resultado ha sido el surgimiento de lo más grotesco de la política y la economía, una mascarada de discurso exótico cargado de odio y fotografías de un pie gordo y colorado, con talco para los hongos. Hay corporaciones que se han favorecido con este despropósito y que se apuran a sacarle todo el jugo porque saben que en algún momento se termina.

El grupo Roca, que buscó usar al gobierno para concretar su reconversión hacia la actividad energética, y ubicó gerentes en puntos estratégicos de la gestión en esa área, encarnó dos desastres con pocos antecedentes de tanta ineptitud como fueron la explosión del gasoducto Norte y la amenaza de Petronas de retirar la inversión milmillonaria que iba a hacer con el gas de Vaca Muerta. La arbitrariedad como se manejó un negocio tan delicado para debilitar al gobernador bonaerense Axel Kicillof, provocó incertidumbre en el gigante malayo.

Esta semana, el escenario pareció sufrir otras distorsiones. En el capitalismo industrial se decía que lo obreros de la industrian eran la vanguardia de las luchas. En los ’90, con el neoliberalismo, aparecieron los movimientos de trabajadores desocupados a la cabeza de la protesta. Y ahora son los trabajadores jubilados.

Primero fue demonizar a los movimientos sociales. Patricia Bullrich creció –tristemente– con la represión a esas marchas de los desocupados y creyó que valía para todos. Pero es difícil demonizar a los jubilados porque los hay en todas las familias. Allí no funcionan las fake news y la difamación porque hay comprobación directa.

Y es cierto que no se movilizan todos los jubilados, sino más bien algunos grupos. Pero la imagen de los garrotazos a esos adultos mayores tiene un efecto subterráneo de terreno minado para el gobierno. Otra imagen de alto impacto fueron los jubilados en la puerta de la residencia de Olivos mientras en el interior se festejaba con un pantagruélico asado el rechazo al aumento de las jubilaciones.

Ha sido una mezcla explosiva que se catalizó con los aumentos siderales de tarifas de los servicios y del transporte, que pasaron de ser caras a ser impagables para los trabajadores. Otra imagen altamente inflamable fueron las filas de personas que caminaban por las vías para eludir los molinetes de los andenes. Y la posterior imagen de esos mismos lugares custodiados por efectivos policiales o por seguridad contratada.

Los tiempos en la sociedad han sido diferentes a los de la política. Hubo una oposición nítida desde el principio desde Unión por la Patria y la izquierda, mientras que el rechazo en la sociedad fue expresándose en protestas aisladas, hasta la situación actual donde las encuestas no miden un cambio importante, en contraste con el cambio fuerte en el ánimo generalizado, al menos en CABA y el conurbano. Otras fuerzas mantuvieron una actitud ambigua porque se sentían comprendidos en parte del discurso oficialista.

Pero la política todavía no pudo dar cuenta de los cambios de humor que se van generalizando. No pudo entender parte de sus limitaciones que interfieren el contacto pleno con esta nueva realidad. Lo que en un momento fue representación, dejó de serlo cuando cambió lo que representaba y no se produjo el mismo cambio en el representante. El mecanismo se manifestó en todos los planos, con el fuerte achicamiento del PRO, la pérdida de identidad de la UCR y los conflictos en el peronismo.

La Iglesia ha sido una gran antena de los humores de la política y de la sociedad. Se mantiene por encima de la política y sólo interviene de manera clara cuando interpreta señales cada vez más fuertes. Las palabras del papa Francisco fueron muy directas con respecto a la represión a los jubilados y más aún sus referencias a la corrupción en el gobierno. La Iglesia nunca se lanza a una pileta vacía. Las palabras que formuló el Papa estuvieron en sintonía con el malhumor extendido.

Milei exhibe déficit cero falseado por deudas impagas. Y un dólar quieto a costa de reservas del Central. Consiguió mandar a la pobreza a casi el 60 por ciento de los argentinos y convertir al país en uno de los más caros en dólares. Cuando el malhumor social entre en contacto con la política, Milei se acaba. Es el tramo que falta recorrer.


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