Conectarse con nosotros

NACIONALES

Milei se mostró «orgulloso» del ajuste y aseguró que despedirán a miles de empleados públicos

Publicado

el


El Presidente se ufanó de la eliminación de la obra pública, el recorte de fondos a las provincias y el despido de trabajadores del Estado. Insultos a la oposición y a los medios de comunicación.
Sebastián Cazón

Por Sebastián Cazón

Sobre los pisos de mármol del lujoso Hotel Four Seasons, en el centro porteño, desfilaron ayer ejecutivos de empresas multinacionales, magnates y funcionarios del establishment financiero. Fueron a participar de las múltiples charlas del International Economic Forum of the Americas (IEFA) y se amontaron por la tarde para escuchar la exposición de Javier Milei. En lo que fue el cierre de la jornada, el Presidente se ufanó de estar ejecutando el “mayor ajuste de la historia”, advirtió que se darán de baja 70 mil contratos de empleados públicos (en Casa Rosada lo desmienten) e insultó a la oposición aliada por no acompañar la ley Bases. “Son unos delincuentes”, los fustigó. Desde la tribuna, el empresariado lo escuchó con atención, aunque con dudas respecto a la viabilidad política del programa económico. “El año que viene vamos a hacer una elección mucho mejor de la que hicimos y a meter todas las reformas que faltan”, prometió el mandatario, que ya piensa en la campaña 2025.

Milei fue la estrella del evento y así se lo hicieron sentir. Minutos antes de su entrada estelar, los organizadores atenuaron las luces de la sala de conferencias del hotel céntrico. «Ya adecuamos la atmósfera a los requerimientos de nuestro invitado especial», confesó la periodista Cristina Pérez, segundos antes de presentar al Presidente. Acompañado por su hermana Karina Milei –la encargada de cuidar al extremo la imagen presidencial– y del vocero Manuel Adorni, Milei ingresó al salón y fue recibido de pie y con aplausos por los asistentes.

La alocución, que en total duró un poco menos de una hora, estuvo dedicada en gran medida a cuestionar la herencia recibida –”no es para llorar”, aclaró– y enaltecer el feroz programa de ajuste. “Si algo nos quedó claro con El Jefe (por Karina), es que si verdaderamente llegábamos a ganar era porque esto estaba en una situación desastrosa», argumentó. Como horizonte, garantizó no desviarse ni un centímetro del ajuste fiscal, afirmó que se encadenó «a la política del déficit cero como Ulises al palo mayor» y que sus ministros les «pegan tiros a las sirenas» que pretenden desorientarlos del rumbo.

En el racconto económico subrayó que hubo mucho de «licuadora» (deterioro de los ingresos frente a la inflación), pero también de «motosierra». Sobre esto último, destacó el recorte de fondos a las provincias y se mostró «profundamente orgulloso» de haber eliminado la obra pública, a la que catalogó de una fuente de «corrupción y robo». Fue el momento más aplaudido de la jornada.

Acto siguiente, se refirió a los despidos en el Estado. En medio de la catarata de telegramas que recibieron miles de trabajadores públicos en los últimos días, el Presidente aseguró que ya echaron a «50 mil». Son datos que no se condicen con ningún registro oficial. «No solo eso, sino que se dieron de baja contratos. Y fíjense que se están cayendo más. Y van a caer 70 mil contratos», agregó envalentonado.

Las palabras de Milei se dieron en un momento de máxima incertidumbre por la finalización, este 31 de marzo, de más de 70 mil contratos de empleados de la Administración Pública Nacional (APN). En Casa Rosada, indican que el recorte alcanzará a un 15/20 por ciento de ese total, aunque el número concreto recién se conocerá en los primeros días de abril. Los gremios advierten que distintos responsables de áreas filtraron que la orden fue recortar entre un 20 y 30 por ciento. “No van a poder. Hoy se multiplicaron las protestas y la conflictividad va a seguir en aumento”, manifestó el secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, tras el discurso presidencial.

Entre simios, orkos y farsantes

Una vez más, Milei fue contra todos. Cargó contra «los Belliboni de la vida», que cuestionan el recorte y la licuación de los programas sociales; y «los simios» que critican la gestión porque «se quedaron sin pauta». En su pelea con los medios de comunicación, habló de un «círculo rojo analógico», se descargó contra quienes hablan de atraso cambiario y descartó una devaluación. «Hoy el tipo de cambio libre no muestra brecha. ¿Por qué lo voy a modificar arbitrariamente? ¿En función de qué? ¿De una cuenta hecha por economistas brutos?», lanzó y reiteró que buscará ir hacia «un sistema de banca libre con competencia de monedas».

A la lista de insultados sumó –una vez más– a la oposición, en particular al radicalismo y Hacemos Coalición Federal. Furioso por el rechazo a la ley Bases y al mega DNU, les endilgó no querer «ceder en sus curros». En medio de las negociaciones con los gobernadores para acelerar un nuevo tratamiento del proyecto, volvió a descalificar a los legisladores y dividió a la dirigencia en tres: los «orkos», «los que verdaderamente quieren el cambio» y los «farsantes». En este último grupo, ubicó a quienes «dicen que quieren el cambio, pero son como los orkos y les da vergüenza». «En el fondo, son la misma porquería», resumió y, para ser más contundente, los llamó «delincuentes».

Estamos mal, pero vamos bien

Las palabras de Milei fueron música para los oídos de los asistentes. Persistir en el «déficit cero», encaminarse a levantar el «cepo cambiario» y avanzar en las desregulaciones económicas es lo que fueron a escuchar. Satisfechos con el rumbo de la gestión, la máxima preocupación que manifestaron fue la sustentabilidad política del ajuste.

«Si no se votan las leyes, no habrá una buena situación en el futuro», señaló el presidente de Pan American Energy (PAE), Alejandro Bulgheroni, quien resaltó que Milei «está haciendo lo que puede» y que los «cambios van en la dirección correcta». «Hay un gobierno que trata de construir las bases para generar inversión masiva, como acelerador del crecimiento», añadió el exministro menemista y empresario José Luis Manzano, quien se ubicó en primera fila y pidió «más armonía» en el sistema político.

Ante las dudas por la falta de apoyo parlamentario, Milei respondió con un presagio. El mandatario vaticinó que La Libertad Avanzar tendrá una elección de medio término mejor que las presidenciales y que, con otra composición del Congreso, podrán sancionar los proyectos bloqueados. «Todas las 3.000 reformas que no hayamos podido meter ahora, las vamos a meter el 11 de diciembre de 2025», concluyó con la esperanza de poder profundizar el ajuste.


NACIONALES

Qué puede pasar si el Senado rechaza o modifica la ley Bases y el paquete fiscal 

Publicado

el


El procedimiento está determinado en el artículo 81 de la Constitución sobre la sanción de leyes. Si hay modificaciones, el proyecto volvería a Diputados, aunque todo dependerá de los números que consiga la oposición en la Cámara alta.

Miguel Jorquera

Por Miguel Jorquera

El Senado atraviesa un arduo debate sobre la media sanción que la Cámara de Diputados le dio a la llamada Ley Bases y su paquete Fiscal del gobierno de Javier Milei, donde la puja por los votos a favor y en contra todavía genera incertidumbre sobre el resultado final que se alcance en el recinto. Desde el bloque de la primera mayoría que representa Unión por la Patria en la Cámara alta se impulsa el rechazo de ambos proyectos aunque cuenta con 33 senadores propios, cuatro menos de los necesarios para alcanzarla mitad mas uno de los miembros de cuerpo que tiene 72 integrantes, por lo que debería alcanzar esos votos para imponer el rechazo. Mientras que la oposición dialoguista cuestiona muchos de los centenares de artículos que contiene la tanto la ley Bases como el apartado fiscal, donde la lista de los puntos más conflictivos incluye desde las facultades delegadas al Poder Ejecutivo hasta la reversión del Impuesto a Ganancias a los trabajadores, pasando por las privatizaciones, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, el blanqueo de capitales y la rebaja del impuesto a los Bienes Personales, la flexibilización laboral, y al que además se sumó la controvertida «ley del Tabaco». Una resistencia que provocó que la oficialista La Libertad Avanza y funcionarios de la Casa Rosada terminaran por admitir la posibilidad que el texto que llegó a la Cámara revisora pueda ser devuelto a Diputados. ¿Qué podría pasar entonces si el Senado rechaza o modifica parcialmente alguno o ambos proyectos?

Lo que dice la Constitución

El procedimiento a seguir está determinado en la propia Constitución Nacional en su Capítulo Quinto que se refiere a la “formación y sanción de leyes”. Allí, el Artículo 81 establece: “Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una de las Cámaras podrá repetirse en las sesiones de aquel año. Ninguna de las Cámaras puede desechar totalmente un proyecto que hubiera tenido origen en ella y luego hubiese sido adicionado o enmendado por la Cámara revisora. Si el proyecto fuere objeto de adiciones o correcciones por la Cámara revisora, deberá indicarse el resultado de la votación a fin de establecer si tales adiciones o correcciones fueron realizadas por mayoría absoluta de los presentes o por las dos terceras partes de los presentes. La Cámara de origen podrá por mayoría absoluta de los presentes aprobar el proyecto con las adiciones o correcciones introducidas o insistir en la redacción originaria, a menos que las adiciones o correcciones las haya realizado la revisora por dos terceras partes de los presentes. En este último caso, el proyecto pasará al Poder Ejecutivo con las adiciones o correcciones de la Cámara revisora, salvo que la Cámara de origen insista en su redacción originaria con el voto de las dos terceras partes de los presentes. La Cámara de origen no podrá introducir nuevas adiciones o correcciones a las realizadas por la Cámara revisora”.

Si el Senado rechaza la totalidad de uno o los dos proyectos (para lo que deberá contar al menos con 37 votos), los mismos no podrán volver a tratarse durante el presente periodo parlamentario (2024).

En cambio, si el Senado rechaza algunos de los artículos de uno o ambos proyectos, o si modifica o hace correcciones al texto, el o los proyectos deberán volver a la Cámara de origen (Diputados), para que esta acepte o ratifique los rechazos o modificaciones. Allí, todo depende nuevamente de los números.

La actual fragmentación de la representación política de ambas Cámaras, hace que ninguno de los proyectos en debate alcance una mayoría abrumadora, o al menos agravada. Por lo que la disputa por el número es mas significativa.

Qué podría pasar

En el Senado, la oposición dura, sumado a los dialoguistas menos blandos, podrían alcanzar el número para modificar artículos, incluso rechazarlos en particular. Aunque, de acuerdo al poroteo en la Cámara alta, los números son muy finos y esa posible proyección para una modificación o rechazo de un artículo podría sumar un ajustado resultado de 37 votos a favor (tal vez algunos mas): la mayoría absoluta –la mitad mas uno de sus integrantes— y el proyecto volvería a Diputados en su totalidad.

Por lo cual, la Cámara baja, si no acepta la supresión o modificación, deberá reunir igual número para sostener el texto original con el que ese artículo fue enviado al Senado, que ya no tendrá posibilidad de revisarlo nuevamente y el mismo quedará firme en la ley. La Constitución estable solo tres instancias para el procedimiento: Cámara de Origen, Cámara Revisora y Cámara de Origen para aceptar las modificaciones que se hayan introducido o ratificar el proyecto original (antes de la reforma del ’94 las instancias eran 5).

Por ejemplo, si el Senado rechaza o modifica un artículo con 37 votos (mayoría absoluta), Diputados podría ratificar el texto original con la misma mayoría absoluta: 129 votos, la mitad mas uno de sus miembros y teniendo en cuenta que ambos proyectos cosecharon en la Cámara baja un número aun mayor: Bases con 142 votos en general y el paquete fiscal con 140.

Es decir, Diputados necesita igualar o superar el número de forma proporcional al rechazo o modificación del Senado, para ratificar su dictamen. En caso contrario, quedarían firmes las modificaciones del Senado.

Si el Senado lograra dos tercios de sus integrantes para modificar o rechazar un artículo, Diputados necesitaría de la misma cantidad para ratificar su texto. Un escenario que no aparece hoy como posible: ni la oposición podría alcanzar ese número en la Cámara alta ni el oficialismo y sus aliados mas firmes tampoco lo lograrían en la Cámara baja.

Tal vez, en los artículos mas resistidos de la ley bases en el Senado y que cosecharon muchos menos votos en Diputados, la ecuación podría ser distinta. El antecedente mas cercano es la ley de alquileres que entonces impulsó lo que era Juntos por el Cambio en 2023 en Diputados y que el Senado modificó en septiembre de ese año. La disputa cruzada que generaba el texto original, hizo que la entonces oposición tuviera serios inconvenientes para sostener el caudal de votos con los que consiguió la media sanción en Diputados y terminara aceptando los cambios que realizó la Cámara alta.

Esta última posibilidad, dependerá mucho de cómo finalmente se comporten los gobernadores de distinto signo político ante los artículos de la ley Bases y el paquete fiscal que afectan a sus territorios. Si se plantan frente a la Casa Rosada y la obligan a aceptar modificaciones en el texto para que no vuelva a empantanarse los proyectos de Milei, o aceptan las consecuencias que las leyes acarrearán sobre sus provincias.     


Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.