Conectarse con nosotros

NACIONALES

Tensión entre Milei y Caputo porque los primeros datos sugieren que volvió el déficit financiero

Publicado

el


Los primeros datos de las cuentas públicas de febrero decepcionaron al Presidente. Todo indica que volvió el déficit financiero y el superávit fiscal se redujo de manera drástica.

Los datos preliminares del resultado de las cuentas públicas de febrero decepcionaron al presidente Milei y amenazan con generar una tensión importante entre la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda.

Si bien aún no se conocen los datos oficiales ya trascendieron números que regresan el rojo a las cuentas públicas. El dato que circula entre los economistas fue revelado este martes por el economista Martín Barrionuevo. Según este senador correntino en febrero regresó el déficit financiero y el superávit fiscal primario fue sensiblemente menor al del mes de enero: cayó en $1,7 billones. Los ingresos bajaron en $745.000 millones -por menor recaudación por recesión- en tanto el gasto subió $960.000 millones. 

Barrionuevo explicó a LPO que logró construir esos datos en base a la página oficial «Presupuesto Abierto». El trabajo sólo mide el gasto de la Administración Pública Nacional, esto es el corazón del gobierno sin tener en cuenta las empresas públicas y entes autárquicos. «Cuando se sume todo el gasto la cuenta pueda dar incluso peor, porque la mayoría de esas empresas son deficitarias», explicó Barrionuevo.

De hecho, la recaudación tributaria del primer bimestre de 2024 fue la más baja en 9 años según consigna el reciente informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF ) Los tributos con mayor caída fueron Bienes Personales -64,7%, Combustibles -60,8% y Ganancias -38,7%. Como contrapartida, entre los de mayor aumento, se encuentran el impuesto PAIS 292,4%, derechos de exportación 126,6% y derechos de importación 26%. Por su parte, la recaudación de IVA aumentó un 6,8%.

Respecto a los objetivos del gobierno, dato no menor es que gran parte del superávit financiero de $518.408 millones alcanzado en enero se debió principalmente  al incremento de la recaudación del impuesto PAIS y los derechos de exportación,  trás la devaluación que elvó el tipo de cambio en un 118%.   

Cuando el Gobierno nacional anunció que en enero de 2024 alcanzó el superávit primario y financiero, el presidente de la Nación, Javier Milei celebró la noticia desde su cuenta de X (ex Twitter): «Vamos Toto. El déficit 0 no se negocia», arengó. 

La recaudación tributaria del primer bimestre de 2024 fue la más baja en 9 años, se supone por la recesión.

Caputo se sumó a la celebración sin problemas para autoelogiarse: «No hay antecedente mundial de una reducción de cinco puntos de déficit en un mes, y lo que eso muestra es el compromiso del Presidente con lo que nos hemos comprometido».

Un informe de la consultora Eco Go, que dirige Marina Dal Poggetto, señaló que «enero fue un mes particular y no se puede extrapolar al resto del año». El trabajo explica que «hasta que se distribuye el presupuesto, la Administración Nacional tiene unos días sin ejecutar ningún gasto, cosa que no pasa en el resto de los meses, a lo cual se le adiciona la llegada de un nuevo Gobierno sin experiencia en saber cómo gastar y que no lo desea hacer».

Coincidió Fernando Morra, economista de Suramericana Visión, quien destacó que «el resultado fiscal de enero no suele ser representativo del desempeño fiscal del año». 

«En 6 de los últimos 10 años (2013, 2014, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2021) se registró superávit primario en ese mes, que luego se transformaría en déficit durante el resto del año», explicó Morra.

De hecho, como reveló LPO en su momento, el superávit primario de enero estuvo apoyado en gran medida, en la decisión del gobierno de no pagarle nada al sector energético y bajar a cero las transferencias no automáticas a las provincias, dos políticas que no sos sostenibles en el tiempo.


NACIONALES

Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

Publicado

el


El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.