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«Le pedí a Milei que dejen de echar gente»

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El especialista en historia de pueblos originarios fue invitado a participar de la ceremonia de canonización e, inesperadamente, tuvo frente a sí al Presidente. 
Karina Micheletto

Por Karina Micheletto

El historiador y doctor en Antropología Walter Delrio, especialista en historia de pueblos originarios, es uno de los investigadores que tuvo a su cargo el peritaje histórico de la causa que llevó primero a la beatificación, y luego a la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina. Investigador de Conicet, dirige un instituto de investigación que depende del Conicet y de la Universidad Nacional de Río Negro, el Instituto de Investigación en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio, radicado en Bariloche. Por su labor en todo el proceso que llevó a la canonización fue invitado a participar de la ceremonia del domingo pasado en el Vaticano, y allí se encontró con una escena que no había imaginado: Javier Milei se acercó a saludar a un grupo de argentinos entre los que se encontraba él. Le salió del corazón, repasa ahora, fue algo del momento, no planeado pero sí muy sentido: aprovechó para reclamarle por los despidos en el Conicet. Sin ir más lejos, el que afecta directamente a su instituto, donde fue rescindido el contrato que anualmente renueva la única persona a cargo de todo lo administrativo, vital, explica, para el funcionamiento de la planta de 60 personas. 

Mama Antula y lo social

La causa de canonización de María Antonia de Paz y Figueroa -Mama Antula, según se la conoce en quechua- se inició en 1903, pero recién en la década del 90 fue reactivada, repasa Delrio. En 1999 se envió la nueva positio, una reapertura de la causa que inició el proceso que culminó el domingo con la canonización. Fue allí cuando se convocó a una comisión de peritos históricos, presidida por Graciela Ojeda de Río y completada por Delrio y Alicia Fraschina. Trabajaron en la certificación de materiales históricos sobre la vida de Mama Antula y su fama a lo largo del tiempo, relevando documentación y material de época.

Delrio hizo este trabajo, recuerda, «con la pena convicción de que el proyecto social de San Cayetano debe continuar y fortalecerse». Conocía la historia de cerca: años atrás había trabajado como profesor de historia en el colegio San Cayetano de Liniers. «Mama Antula fue la que trajo la primera imagen de San Cayetano, y fue su obra la que fundó el santuario y todo el proyecto que siguió. Si bien fue un personaje poco conocido, tiene una raigambre muy fuerte en la cultura popular y fundamentalmente en los sectores trabajadores y más pobres». «Su obra fue destinada a la mujer que quedaba sin vínculos en una sociedad patriarcal, siendo ella de una familia aristocrática, se convierte en otra cosa», repasa. Su participación desde el campo científico, entonces, tiene esa fuerte veta social, que el investigador relaciona con el mensaje que dio el Papa en esa homilía: «Pidió decirle no al descarte de la gente, fue un mensaje muy fuerte el que dio Francisco en la misa, y que va más allá de la religión. Tiene que ver con qué tipo de sociedad queremos construir, abre preguntas a presente y a futuro. Todo eso está implícito en esta canonización», analiza. 

Ciencia en riesgo

Delrio habla de lo particular, pero asegura que la descripción se ajusta también a lo general. Se expresa con pasión en la conversación telefónica desde California, donde está haciendo una pasantía de la que espera surja un convenio para la creación de un archivo digital en su instituto.

-¿Qué pasó en ese instituto?

-La persona encargada de todo lo administrativo fue echada con el DNU de Milei, que establecía la no renovación de los contratos de 2023. Los cargos que tiene el Conicet como administrativos son los «artículo 9», contratos que se renuevan anualmente, y ninguno de los gobiernos hizo nada por cambiar esta situación. Nos dijeron que si eran cargos imprescindibles, teníamos que fundamentar por qué lo eran y así lo hicimos. No obstante en enero se informó a 40 personas que no se les iba a renovar los contratos. En nuestro instituto el problema es que ese cargo existía hace 11 años, lo tenía otra persona que dejó de trabajar. Para reemplazarla nosotros no nombramos a dedo, hicimos un concurso que llevó su tiempo. Y así quedó seleccionada esta única persona que se encarga de todo: recursos humanos, comunicación, manejo de la biblioteca, contabilidad, relación con las universidades… Hicimos todos los pedidos ante las nuevas autoridades, ante el directorio que se reúne el miércoles. Pero nunca nos contestaron ninguna de las cartas, y a la gente simplemente le llegó un mail que decía que se le rescindía su contrato. Hay mucho maltrato. Es más: a los artículos 9 que no fueron despedidos se los mantiene, pero con un contrato a tres meses.

-¿Qué le dijo a Milei?

-Fue inesperado que viniera a saludar, porque él estaba ubicado enfrente. Le dí la mano y le pedí que dejen de echar a la gente que trabaja en el Conicet, que los despidos están causando un grave prejuicio para su funcionamiento. En los videos que luego se difundieron, se ve cuando estoy por saludarlo pero después esa parte sale cortada, se escucha a los que lo felicitan pero lo que le digo yo, justo se corta. 

-¿Y él qué le respondió?

-Se sorprendió. Se quedó escuchando y me dijo: estamos trabajando con el doctor Salamone. Nada más. 

-¿Qué le preocupa ahora?

-Que haya 40 personas que se quedaron en la calle, y que se vea como un recorte del Estado necesario, cuando en ciencia y técnica tenemos un personal mínimo. Cuando esta persona de mi instituto, como cualquiera de los otros 40, no ha hecho más que cumplir con su trabajo, que es mucho. Han instalado que todos somos sospechosos de ser ñoquis, que en el Conicet se investigan pavadas, y es muy triste. Como director, me siento responsable por esta trabajadora, y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que sea reincorporada. Pido por ella y por todos. Hemos hecho múltiples notas, hemos pedido entrevistas para explicar el caso, sin respuestas hasta ahora. Ahora se lo pedí a Milei en persona. Y vamos a seguir pidiendo de todas las formas posibles. Por el Conicet, por sus trabajadores y por todo el campo científico. 


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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