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En un tenso debate, Agustín Rossi y Victoria Villarruel se enfrentaron cara a cara

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El candidato de Unión por la Patria buscó mostrarse moderado y comparar modelos de país. Cuestionó la dolarización y los discursos negacionistas. La compañera de Mieli recurrió con insistencia a noticias falsas y negó los 30 mil desaparecidos.

Melisa Molina

Por Melisa Molina

A cuatro días del debate presidencial fue el turno de los candidatos a vicepresidentes. Agustín Rossi, de Unión por la Patria, y Victoria Villarruel, de La Libertad Avanza, se vieron las caras y durante más de una hora y media debatieron en torno a cuatro ejes temáticos: economía y trabajo; seguridad y defensa; salud, educación y políticas sociales y justicia, derechos humanos y transparencia. Villarruel, sin siquiera inmutarse, volvió a reivindicar la dictadura cívico militar y defender a los genocidas, repitió que no fueron 30 mil desaparecidos y en ninguno de los ejes temáticos presentó propuestas. Rossi, en cambio, prometió que él y Sergio Massa –en caso de ser elegidos– aumentarán los puestos de trabajo y mejorarán las condiciones de los salarios; reivindicó la figura de Raúl Alfonsín denostada por la Libertad Avanza; habló de la creación de políticas para combatir la inseguridad y defendió la salud y la educación pública. «Lo que está en juego son dos modelos de sociedad y con qué valores queremos convivir. Con Massa te invitamos a vivir en una sociedad que privilegia a la familia y al trabajo sin violencias o agresiones», indicó el candidato de UP.

Durante todo el debate Rossi se mantuvo calmo, a diferencia de Villarruel que en ningún momento dejó de gritar y agredir a su contrincante, incluso haciendo uso de diversas noticias falsas. El candidato oficialista, en tanto, vinculó esa violencia discursiva a la del candidato a Presidente, Javier Milei. La posible vicepresidenta de la LLA incorporó a su discurso conceptos y un tono muy cercano al de su nuevo aliado, el macrismo, y hasta utilizó un latiguillo que solía usar Patricia Bullrich para hablar de seguridad cuando dijo «el que las hace las paga».

Economía y Trabajo

Villarruel arrancó atacando a Rossi antes de que él tome la palabra: «Todo lo que vas a escuchar de Rossi es mentira», sentenció y comenzó a enumerar con verborragia: «Hay un millón 200 mil nuevos pobres; los jubilados son la válvula de ajuste del gobierno; en este país no podés alquilar tu casa; estamos peor en 2001». Su única propuesta consistió en decir, sin explicar cómo, que: «vamos a bajar la inflación de un hondazo». Rossi, a su turno, se comprometió «a mantener y ampliar los puestos de trabajo y mejorar los salarios», e hizo un repaso de las políticas que Massa tomó que tendieron a mejorar la situación de los trabajadores como la quita del impuesto a las ganancias y la devolución del iva.

Mientras Villarruel gritaba y repetía: «en cuatro años no lo hicieron», Rossi le espetó: «La inflación no se baja de un hondazo». Explicó que ese problema macroeconómico se genera por la falta de reservas y puntualizó: «Ustedes proponen dos maneras no virtuosas de tener más dólares: con más endeudamiento o con la venta de empresas del estado. Nosotros, en cambio, proponemos una verdadera revolución exportadora que permita fortalecer las reservas del BCRA, estabilizar la economía, bajar la inflación y subir los salarios».

En los minutos libres Rossi se concentró en preguntar a Villarruel por qué Milei quería romper las relaciones con Brasil y China, dos de los principales socios comerciales de la Argentina. Ella respondió que el embajador en China, Sabino Vaca Narvaja, «es un lacayo de los chinos», y que «no vamos a permitir la intromisión». «Es una mala decisión tratar de llevar al límite las relaciones diplomáticas», le replicó él.

Seguridad y defensa

Rossi hizo un repaso de su gestión al frente de la cartera de Defensa y destacó la ley del FONDEF que presentó para reequipamiento de las FFAA. Además, destacó su gestión durante la pandemia. La candidata libertaria se centró en su «indignación» por «la inseguridad, el narcotráfico, los piquetes y las usurpaciones». «¿Dónde querés vos a los delincuentes? ¿presos o libres? yo los quiero adentro y él los quiere libres por eso en la pandemia liberaron asesinos y violadores», gritó haciéndose eco de una fake news. «El que las hace las paga», concluyó copiando a su aliada Bullrich.

Rossi marcó que para solucionar la inseguridad Massa anunció dos medidas: el programa Ciudades Seguras, que ya pusieron en marcha, para ciudades con más de 50 mil habitantes financiado por el Estado con más de 40 mil millones de pesos y la propuesta de la creación de una agencia federal de seguridad contra el delito complejo, que se instalará en Santa Fe.

En su momento a réplica, la candidata utilizó el accidente que sufrieron soldados en San Martín de los Andes; a las madres que tienen hijos víctimas de las drogas y otros casos de inseguridad. «En el conurbano cuando cae el sol la gente se tiene que atrincherar en su casa porque vive en el lejano oeste», disparó. Rossi le respondió: «No me imaginaba que ibas a caranchear la muerte de soldados y militares que tuvieron un accidente». También habló de la soberanía de las Malvinas y recordó que Milei admira a la exprimera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher. Ella, para defenderse, en varias ocasiones utilizó la figura de su padre fallecido: «Respetá a la hija de un veterano de la guerra», repetía.

Villarruel le preguntó a Rossi si estaba a favor de Hamas y él respondió que Massa fue el único candidato que en el debate propuso que sea considerada una agrupación terrorista. Rossi, en tanto, le preguntó cómo iba a hacer LLA para dolarizar sin dólares. «Los argentinos ahorran en dólares. Vamos a crear las condiciones de confiabilidad para que ellos decidan utilizar sus dólares en nuestro país», aclaró. Ante la pregunta de por qué quieren vender YPF, si es una empresa superavitaria, o Vaca Muerta, Villarruel respondió: «no sé», y aclaró que Milei solo «esgrimió su opinión».

salud, educación y políticas sociales

Villarruel comenzó este segmento a la defensiva. A diferencia de lo que durante meses dijo Milei, aclaró que, en caso de ser gobierno, no privatizarán la salud ni la educación. Opinó que «la educación en Argentina «adoctrina», y que «los sindicalistas usan de rehenes a los chicos». Sobre la salud agregó que «en Argentina la salud no cura». Rossi aprovechó para pedirle que explique el sistema de vouchers y para recordar que las mujeres serán las principales víctimas de las políticas que implementaría LLA. «A la única mujer que le va bien en este país es a CFK», dijo ella iracunda.

El candidato de UP recordó que Massa propuso llevar de 6 a 8 puntos la inversión en el PBI, fortalecer la educacióncon más clases, duplicar la cantidad de escuelas técnicas y construir más universidades. «Queré un poquito a la Argentina, Victoria. Vivís criticando al país, diciendo que es un país de mierda», le recordó Rossi. Ella, usando un lenguaje violento respondió: «De esa salís esquilado».

Justicia, derechos humanos y transparencia.

En el último eje, Rossi aprovechó para hacer un repaso histórico de la lucha por la memoria, verdad y justicia en el país y recordó que durante la última dictadura «no hubo excesos ni se trató de una guerra», como dijo Milei. Recordó las políticas de Alfonsín y Néstor Kichner y la lucha de los organismos de DDHH. «Seguimos buscando a 300 nietos», recordó.

En su faceta más violenta, Villarruel empezó a enumerar una serie de episodios inconexos con el fin de generar indignación: «La muerte de Nisman; los bolsos de López; el caso Insaurralde; la foto de Olivos», entre otros. ¿Querés continuidad o cambio?, terminó sin propuestas. Rossi decidió usar su réplica para incorporar otro tema complejo para LLA: el ambiental. «En LLA no estamos con la agenda 2030″, dijo sin dudar Villarruel y opinó que los parques nacionales «son un nido de la Cámpora para crear cargos públicos y no asegurar el derecho a la propiedad». «Allí un mapuchismo que no existe incendia las casitas de los argentinos», añadió.

Rossi recordó que «el violento de tu candidato –por Milei– practicaba boxeo con la cara de Alfonsín», y que ella en España dijo «que Alfonsín era abogado de terroristas». «Es notable la falta de respeto. Tenés el mismo discurso de los militares que mataron a abogados radicales y Milei el mismo discurso que Massera», indicó. «Violencia es tu gobierno que nos encerró en la cuarentena y murió mi papá», se defendió ella volviendo a utilizar a su padre fallecido.

En las preguntas finales Rossi dijo que Villarruel fue «la que trajo el pasado al debate rompiendo el pacto democrático que teníamos todas las fuerzas políticas», y cuestionó que no proponer «es de revista Billiken». «El pacto democrático del que hablás no incluye a todos los argentinos. Hay víctimas de Montoneros y del ERP que no tienen derechos humanos. No fueron 30 mil. En el Parque de la Memoria hay 8 mil nombres. ¿Dónde están los demás?», finalizó protagonizando el momento más oscuro de la noche. 


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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