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Cristina Kirchner: «El FMI y el gobierno de EE.UU. tienen que hacerse cargo del desmanejo»

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CFK volvió a mostrarse con el candidato de Unión por la Patria en la inauguración de un simulador de vuelo de Aerolíneas Argentinas. Ambos defendieron a la empresa y el rol del Estado en la economía. Mientras la negociación entre la Argentina y el Fondo Monetario entra en la recta final, la expresidenta reclamó que tanto el organismo como el gobierno estadounidense asuman la responsabilidad por el préstamo multimillonario e irregular que le concedieron a Mauricio Macri. Massa apuntó contra Horacio Rodríguez Larreta y le pidió «ser serio con los números».
Melisa Molina

Por Melisa Molina

Por tercera vez en poco más de tres semanas, Cristina Fernández de Kirchner se mostró al lado del ministro de Economía y precandidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa. El motivo fueron los 15 años que se cumplieron del día en que -con un acto en Resistencia- CFK anunció que enviaría al Congreso un proyecto de ley para estatizar Aerolíneas Argentinas. En Ezeiza, al lado de un enorme simulador de vuelo que inauguró la aerolínea de bandera, la vicepresidenta habló de la necesidad de discutir, además de los números de pobreza, los números de riqueza y del acuerdo con el FMI. Pidió al organismo y al gobierno de EE.UU. que se hagan cargo «del desmanejo de su anterior directora» y del expresidente Donald Trump por el préstamo político que le dieron a Mauricio Macri. Este lunes por la noche, en tanto, un equipo del Ministerio de Economía viajó a Washington para cerrar los detalles de la firma del Staff Agreement que, si todo sale bien, Massa iría a firmar el jueves. Así lo habló por teléfono el domingo con la titular del organismo, Kristalina Georgieva. En su discurso en Ezeiza, el ministro volvió a disparar contra la oposición: esta vez dirigió sus críticas a Horacio Rodríguez Larreta, a quien le pidió «ser serio con los números».

«Cuando miren los números del Indec no miren solo los índices de pobreza o de inflación, les pido que miren también los miles de millones de dólares que se van de la Argentina«, reclamó CFK. Los activos formados en el exterior por personas físicas y jurídicas, según explicó ella en su discurso, llegan a los 428.635 millones de dólares. «En la Argentina faltan los dólares, pero afuera de la Argentina hay unos 100 mil argentinos que tienen casi un PBI ¿les suena?«, ironizó. Al lado, Massa la escuchaba atento y ella le dijo en tono cómplice, girando su cabeza para mirarlo a los ojos: «Mirá si los tuvieras… serías un hombre feliz». Los dos se rieron y él le dijo fuera del micrófono: «La mitad que perdimos por la sequía». Para completar la idea, y derribar el discurso mediático y de la oposición que culpa a los sectores más postergados por el déficit fiscal, la vicepresidenta añadió: «Si todo eso estuviera declarado, los ingresos fiscales serían monumentales y no tendríamos déficit fiscal«. 

Cerca de las cuatro de la tarde, y bajo un débil sol de invierno, aterrizó en Ezeiza el avión que traía a Massa de Entre Ríos. Allí el ministro había estado entregando viviendas y protagonizando uno de los actos de gestión que está llevando adelante sin parar antes de que comience la veda impuesta por el código electoral, que se lo impedirá hasta después de las PASO. Este martes, un día antes de que empiece la prohibición, Massa tiene agendadas cuatro actividades con anuncios: por la mañana estará en Merlo con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y con el intendente, Gustavo Menéndez; luego encabezará un acto de Aysa, enBernal, y por la tarde visitará los municipios de Quilmes, junto a Mayra Mendoza, y de Lomas de Zamora, con Martín Insaurralde. El 19, último día para anunciar cuestiones de gestión, participará de un acto en la CGT, al que fue invitado por su conducción. El cansancio, más allá de que solo van tres semanas de campaña, ya se puede ver en los párpados pesados del ministro/candidato.

La vicepresidenta llegó a Ezeiza minutos después, acompañada por el ministro del Interior y jefe de campaña del oficialismo, Eduardo «Wado» de Pedro. Una vez allí, ambos se encontraron con el presidente de Aerolíneas, Pablo Ceriani, «un funcionario de los que funciona» -lo calificó CFK- y todos juntos recorrieron por más de quince minutos el nuevo simulador de vuelo Boeing 737-Max, el primero de su tipo en toda Sudamérica. El clímax de la recorrida se alcanzó cuando Massa y CFK se sentaron en los asientos de piloto y copiloto. Los flashes se dispararon y la foto tardó segundos en estar en los celulares de los que esperaban el discurso. De Pedro fue el primero en ingresar a la sala, donde había cientos de empleados de Aerolíneas, pilotos, azafatas, despachantes y otros. Al entrar, el jefe de campaña saludó con la mano a los presentes y también a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau; al senador y expresidente de AA, Mariano Recalde, y a otros presentes, como el secretario general de APLA, Pablo Biró.

Luego de hacer un repaso de lo que significó para el país la recuperación de Aerolíneas y de los números positivos que la empresa genera en la economía -algo en lo que también hicieron hincapié Massa y Ceriani para derribar el discurso opositor que aboga por volver a privatizar la empresa-, CFK se refirió al acuerdo con el FMI. «Es necesario hablar de los problemas con honestidad intelectual, con los números en la mano y con la responsabilidad que a cada uno le cabe«, apuntó y recordó que «al FMI no lo trajo el peronismo ni el kirchnerismo, de hecho nosotros le habíamos dicho out, y fueron ellos los que lo trajeron de vuelta», dijo, en alusión a los dirigentes de JxC. 

En ese momento, la vicepresidenta pidió a las autoridades del Fondo y al gobierno de EE.UU. que se hagan cargo del préstamo político que hicieron sus antecesores a Macri. «La Argentina es una sola y tiene que hacerse cargo, pero el FMI también es uno solo. Si nosotros tenemos que hacernos cargo de lo que hizo el anterior presidente, el Fondo también tiene que hacerse cargo del desmanejo de su anterior directora. Igualmente el gobierno de los Estados Unidos, porque la continuidad institucional es para todos y todas», dijo y agregó que «es necesario un first play y reglas claras para que podamos discutir». 

El lunes por la noche una comitiva compuesta por el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein; el viceministro de Economía, Leonardo Madcur, el vicepresidente y vicepresidente segundo del Banco Central, Jorge Carrera y Lisandro Cleri, viajó a Washington para reunirse con los equipos técnicos del FMI y avanzar en un nuevo acuerdo, que el jueves iría a rubricar Massa. Así lo habló el ministro con Georgieva el domingo, luego del acto que encabezó en Pilar en el que había dicho que «hay que pagarle al Fondo y que se vayan de la Argentina«. El domingo también cuestionó a la oposición por dejarle al país «un ancla muy pesada». Esta vez, las críticas del ministro estuvieron dirigidas a Larreta. «Escuché al actual jefe de gobierno porteño que decía que los vecinos del conurbano, cuando compran leche, pagan los pasajes de los que viajan a Roma. Pido que seamos rigurosos con los números. Aerolíneas en el primer semestre con el vuelo a Roma ganó 12 millones de dólares», dijo y para concluir resumió que en estas elecciones «se definen dos modelos de país. Si queremos un país federal hay que defender a Aerolíneas».

En otro tramo de su discurso, CFK dijo que «alguien debería inventar algún simulador de presidentes donde lo pusiéramos a uno con los números y problemas de la Argentina, no los de Suecia o Noruega». Luego, agregó: «Muchas veces simulamos en Argentina como que la inflación o el FMI y la deuda son fenómenos de la naturaleza. No son fenómenos naturales, los han provocado». A la hora de hablar de Aerolíneas, recordó que cuando tomó la decisión de nacionalizarla «fue por el estado calamitoso de la empresa. La compañía que estaba a cargo, de origen español, no pagaba los salarios a los trabajadores y de eso se hacía cargo el Estado, al igual que del combustible de los aviones». En esa línea, aclaró que «fue una decisión pragmática, no ideológica», y dijo estar orgullosa de ella: «Lo hicimos y lo hicimos bien».


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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