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Durante el primer año de la pandemia los delitos informáticos crecieron casi un 500%

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Se relevaron modalidades delictivas como fraudes, usurpaciones de identidad y maniobras de phishing.

Durante el primer año de la pandemia los delitos informáticos crecieron casi un 500%, ya que entre abril de 2019 y marzo de 2020 la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) recibió 2.581 reportes y entre abril de 2020 y marzo de 2021, 14.583.

Los datos se desprenden del informe presentado por la UFECI que relevó las modalidades delictivas denunciadas como fraudes, usurpaciones de identidad y maniobras de phishing, las que según determinaron registraron un aumento del 465% durante el período afectado por la pandemia.

«Esa tendencia al alza se explicó, en gran parte, a la mayor utilización de medios electrónicos luego del dictado de diferentes medidas de aislamiento y distanciamiento preventivo con motivo de la pandemia de Covid-19. Fraudes bancarios, usurpación de la identidad y acosos fueron algunas de las modalidades delictivas que se detectaron en este período», señalaron desde la fiscalía, a cargo del fiscal Horacio Azzolin.

Durante el relevamiento realizado, y que fue publicado por el Ministerio Público Fiscal de la Nación, se comparó la actividad que tuvo la UFECI en 2019 y en 2020, y así se pudo registrar un aumento del 381% en los reportes recibidos, mientras que en 2019 se recibieron 2.369, en 2020 se registraron 11.396.

También se realizó la comparación entre un período directamente afectado por la pandemia y uno previo, y se pudo evidenciar un aumento mayor. Entre abril de 2019 y marzo de 2020 se recibieron 2.581 reportes y la Unidad inició 163 investigaciones preliminares mientras que entre abril de 2020 y marzo de 2021 se registraron unos 14.583 reportes, lo que equivale a un 465% de aumento. Además, se iniciaron unas 289 investigaciones.

Para dimensionar el aumento en el uso de medios electrónicos, la UFECI explicó que se tuvieron en cuenta los distintos informes de empresas y agentes estatales que realizaron al respecto de un mayor uso de los distintos canales electrónicos. Por ejemplo, Mercado Libre, informó que al 3 de mayo de 2020, la cantidad de usuarios nuevos registrados en su plataforma se había incrementado en nuestro país en un 40% con relación al mismo periodo del año anterior; y según el Banco Central de la República Argentina, durante 2020 se registró un 19% más de operaciones por medios electrónicos que en el 2019, mientras que las transferencias electrónicas se acrecentaron en un 90%.

En el informe se detallaron los distintos modus operandi, y se hizo hincapié en las maniobras de fraude o situaciones delictivas que se evidenciaron en el contexto de pandemia. Dentro del fraude, se identificó lo que sucede en relación a las compraventas, y el fraude bancario o relacionado con plataformas de homebanking. El phishing es otro de los delitos que aumentaron, y es el que se comete mediante técnicas de ingeniería social que involucran correos electrónicos, sitios web o perfiles en redes sociales engañosos, y por el cual los autores obtienen información confidencial de terceras personas y se hacen pasar por ellas.

Con respecto a la usurpación de identidad, se explicó que los autores se hacen pasar por un tercero, mediante la creación de direcciones de correo electrónico o perfiles en redes, y este tipo de maniobras pueden estar relacionadas con algún supuesto de hostigamiento o acoso digital. Y en el informe también se menciona el ransomware, que se lleva a cabo mediante la ejecución de un programa informático malicioso en la/s terminal/es afectada/s, el cual encripta una variedad de archivos que se supone resultan de interés para la víctima, tras lo cual se le exige a esa persona -por lo general, a través de un mensaje que se despliega en los propios dispositivos afectados- el pago de una suma de dinero, usualmente, en Bitcoin u otro criptoactivo, para recibir así la clave y las indicaciones para desencriptar los archivos.

Según se informó, las distintas modalidades delictivas tuvieron sus particularidades durante el período de pandemia, ya que por ejemplo en el caso de los fraudes relacionados con las compraventas se detectaron productos o servicios que estaban directamente relacionados con la prevención del Covid-19. Se detectó también que ante la creación de programas gubernamentales asociados a la pandemia, se utilizaban falsos formularios en línea para inscribirse a través de los cuáles los autores captaban los datos personales de las víctimas, que luego podían ser utilizados para cometer otro tipo de maniobras.

Y entre otros, delitos, se detectaron accesos ilegítimos a cuentas bancarias y a cuentas de ANSES, por medio de los cuales se lograban realizar desplazamientos patrimoniales perjudiciales para sus titulares.


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Ida y vuelta de los aumentos en mayo

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El Gobierno postergó subas de luz, gas e impuesto a los combustibles para amortiguar otros aumentos. Colectivos y subtes, en espera.


Por Mara Pedrazzoli

Entre varias idas y vueltas respecto a los aumentos de precios liberados (y regulados) por el Gobierno, los incrementos programados para mayo impactarán directamente sobre consumos esenciales como combustibles, transporte, el servicio de internet y comunicación, colegios privados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y alquileres. Se suman a los amplicados entre enero y abril, de modo que inclusive en el caso de las subas postergadas –como en luz, gas y algunas prepagas-, la comparación contra las tarifas en igual mes del año anterior todavía superan a la inflación general. Según el Indec, el aumento en los precios “regulados” acumulado en el primer trimestre del año fue del 81 por ciento interanual, mientras el nivel general de inflación ascendió a 51 por ciento.

Para empezar, en la mañana del miércoles 1 de mayo las petrolerassubieron el valor de los combustibles entre 4 y 5 por ciento. Un ajuste que obedeció al incremento en los costos por la suba del dólar -topeada por el Gobierno en 2 por ciento mensual- y a la recomposición para alcanzar niveles cercanos a la “paridad de exportación”, hoy unos 20 dólares arriba de los precios internos. En principio, los combustibles iban a subir casi 10 por ciento en mayo, dado el traslado por la corrección de los Impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL), que fue suspendida hasta junio por el Gobierno por una decisión de último momento. Las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal evidenciaban que este ajuste del ICL hubiera sido más alto pues correspondía aplicar los precios del cuarto trimestre del año pasado, que habían rebotado debido a la devaluación de diciembre.

Así, el aumento aplicado inicialmente por YPF estuvo por debajo de las remarcaciones promedio de marzo y abril del 6 por ciento mensual. En mayo, la nafta súper en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de 837 a unos 870 pesos, mientras la nafta premium avanzó de 1.033 a 1.074 pesos. Mientras el gasoil común dejó de costar 883 para pasar a venderse a un valor cercano a 918 pesos, y el gasoil premium avanzó de 1.123 a 1.167 pesos, considerando los valores más económicos del mercado. Tomando como ejemplo CABA, en los últimos doce meses el precio del litro de nafta súper pasó de 163,10 a 744 pesos, con lo que registró un incremento total del 356 por ciento en el período.

En el caso de los servicios públicos de luz y de gas, a partir de este miércoles debía regir la indexación mensual atada a la inflación que estipulaba la nueva fórmula sancionada por el Gobierno. Sin embargo, hasta el martes a la noche los entes reguladores, Enre y Enargas, no habían recibido la información correspondiente a los nuevos cuadros tarifarios. Ante la sorpresa de las empresas del sector, el Gobierno decidió pisar los ajustes que involucraban subas de entre 10 y 12 por ciento para las distribuidoras de energía eléctrica y gas y para las transportistas de gas. Dichos aumentos representaban un incremento cercano al 5 por ciento en las facturas finales de los servicios que el oficialismo prefirió evitar. Igualmente, desde enero acumulan un alza del 150 y 450 por ciento, respectivamente.

En un nuevo traspiés heterodoxo del ministro de Economía, Luis Caputo, decidió mantener las tarifas pisadas al menos un mes para ayudar a la desaceleración inflacionaria. La regulación de los servicios esenciales comenzó a ser entendida por el oficialismo desde una lógica menos simplista y dogmática de lo que intrepreta sobre la inflación, como un fenómeno exclusivamente monetario.En la mañana del miércoles 1 de mayo, el ministro escribió en su cuenta en la red X: “Estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, para explicar las postergaciones de los aumentos, con lo cual también reconoció que dejar de emitir para cubrir el déficit no condujo a la estabilidad de precios como había asegurado. Ahora necesita detener la suba de tarifas.

El congelamiento del ICL, de los aumentos en la luz y el gas, sumados a la exigencia de rebaja en las cuotas de siete medicinas prepagas deben leerse como un llamado de atención dentro de la propia lógica del Gobierno. Las idas y vueltas en materia de liberalización de precios minan el discurso libertario y su apoyo social ante la inmanente erosión en el poder adquisitivo de los salarios. 

El Gobierno ya había suspendido la aplicación de una fórmula indexatoria en su debut con la tarifa de los colectivos y trenes en el Amba durante abril. Ahora en mayo es una incógnita qué pasará con los colectivos ante la amenaza de un paro de choferes este jueves. Los colectivos ya sufrieron un alza del 29 por ciento en febrero.

En tanto, el próximo 6 de mayo sí subirá un 54 por ciento el boleto de tren en el Amba. El esquema tarifario para los servicios que incluyen las líneas Sarmiento, Roca, Mitre, San Martín, Belgrano Sur, Belgrano Norte, Urquiza y Tren de la Costa quedará de la siguiente manera: con tarjeta SUBE registrada en la primera sección valdrá 200 pesos, en la segunda 260 pesos y en la tercera 320 pesos, mientras con tarjeta sin registrara costará el doble, y algo menos de la mitad con la tarifa social.

En el caso del boleto de subte, se espera un aumento del 359 por ciento, pues pasará de 125 a 574 pesos aunque se desconoce a partir de qué fecha concreta del mes por cuestiones administrativas. El Gobierno porteño demoró la publicación de la medida en el Boletín Oficial y aún no confirmó cuándo lo hará, con lo cual también se desconoce si luego se aplicará el segundo incremento previsto para el 15 de mayo, que lleva el pasaje a 667 pesos. El siguiente incremento estaba anunciado para el 1 de junio, hasta los 757 pesos.

Asimismo, los colegios privados bonaerenses aplicarán un incremento del 6,7 por ciento en sus cuotas, con variaciones dependiendo del nivel educativo y la subvención estatal. Los jardines con 100 por ciento de aporte costarán hasta 17.500 pesos, mientras la secundaria con subsidio del 40 por ciento hasta 102.500 pesos.

También las tarifas de internet, cable y telefonía sufrirán un ajuste que oscilará entre el 10 y el 20 por ciento dependiendo del proveedor y el tipo de servicio contratado. Y por último, los alquileres que quedaron dentro de la Ley de Contratos de Locación tendrán un incremento del 221 por ciento mientras aquellos firmados después de la derogación tendrán un ajuste “según el mercado” y las condiciones particulares de cada caso.


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