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¿Quién gana y quién pierde con la retirada de Mauricio Macri?

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Consultores, politólogos y sociólogos coinciden en que Macri no tenía ninguna chance de ganar las elecciones. En cambio, no están tan de acuerdo sobre las  consecuencias de su paso al costado. Cómo impacta en la interna Bullrich-Larreta. Y qué sucede con el FdT con la salida de su mejor rival «polarizador». 

Consultores, politólogos y sociólogos coinciden en que Mauricio Macri no tenía ninguna chance de ganar las elecciones de este año. En cambio, no están tan de acuerdo sobre qué consecuencias va a tener su paso al costado. ¿Favorece a Juntos por el Cambio -ya sea candidato Bullrich o Larreta- porque podrán hacer campaña más despegados de la gestión 2015-2019? ¿No cambia demasiado el escenario o va a desperdigar el voto?  En esta nota, responden los analistas Artemio López, Analía del Franco y Juan Courel.

“Macri tomó la decisión porque no gana, es obvio que por eso se baja, en él es un patrón de comportamiento. En 2011 se bajó (de la candidatura presidencial) porque sabía que no ganaba y ahora lo repite”, plantea Artemio López.

Su colega Analía del Franco apunta que “en realidad nadie pensaba que Macri estaba en carrera. Él tenía 5 o 6 puntos de intención de voto y los venía manteniendo, pero no era un candidato competitivo porque salir a buscar votos nuevos se le hacía difícil, como le ocurre también a Cristina. De todos los candidatos de Juntos por el Cambio, Macri era el que peor medía en un escenario de ballotage. Nadie lo consideraba candidato”.

Ventaja para Bullrich

Del Franco señala que el hecho de que Macri no se presente no quitará un sólo voto a Juntos por el Cambio. «El tema, sí,  es ver quién capta mejor sus votos, y es más probable que haya más correlación de votos entre Macri y Patricia Bullrich que entre Macri y Horacio Rodríguez Larreta”. 

Sin embargo, la consultora agrega que no se trata de una ventaja segura: “Yo no lo doy como algo cerradísimo porque hay una campaña, es algo dinámico”. En este sentido, el votante de Macri, sin dudas, es más afín a la línea dura del PRO, “pero tampoco es un votante anti Larreta y habrá que ver qué va pasando”, aclara Del Franco.

Sobre quién sale más favorecida, si Larreta o Bullrich, Artemio López dice que “si bien al interior de Juntos por el Cambio es probable que la salida de Macri deje mejor parada a Patricia Bullrich, ella no tiene el volumen político de Macri. No creo que en ese sentido, que haya un gran aporte para la oposición”.

¿Y para el Frente de Todos?

Sobre si beneficia o perjudica al Frente de Todos, el analista Juan Courel se inclina por la segunda opción. “Podríamos decir que de alguna manera perjudica al oficialismo, en el sentido de que la posibilidad de contar con una candidatura de Macri este año era, tal vez, la mejor oportunidad para hacer una campaña de contraste respecto a los resultados de su gobierno. Por más que Patricia Bullrich y Rodríguez Larreta sean integrantes desde hace muchos años de su equipo político, es más fácil que eludan esa discusión que si el candidato fuera Macri. Hubiera sido más fácil para el oficialismo competir contra una candidatura de Mauricio Macri. Más fácil no en términos de intención de voto, sino de debate, sobre todo en este momento en que el gobierno no es que enamora, precisamente. Hace falta discutir sobre quiénes son más responsables del malestar social que existe hoy, si las políticas de este gobierno o las del anterior, y teniéndolo a Macri en la cancha sería más fácil dar esa discusión. En ese sentido, es un desafío mayor para el Frente de Todos”.

Artemio López suma la posibilidad de que Cristina Kirchner tampoco sea candidata: “Si los dos liderazgos que emergen de la crisis de 2001, porque Cristina es también la emergencia de un liderazgo tras la crisis, no participan, mi percepción es que se abre un escenario como el que ella advirtió, de fragmentación política, que va impulsar una renovación generacional por un lado y luego una incertidumbre importante. A priori, no podemos definir todavía un patrón de a quién beneficia y a quién perjudica la salida de Macri. Lo cierto es que el Frente de Todos para poder resolver esta elección tiene que tomar decisiones de política económica que por lo menos lo pongan en línea con una mejora de ingresos. Su oportunidad de dar una elección competitiva depende de si mejora la situación social y económica. Así como estamos, es difícil”.

Del Franco opina que “estamos en una situación en la que ni Cristina ni Macri son competitivos. Tienen su núcleo duro, pero para salir a buscar votos nuevos se les hace difícil, son más competitivos otros candidatos para salir a buscar nuevos votantes”.

Alianzas y PASO

Si Bullrich se fortalece con los votos de Macri y resulta candidata de Juntos por el Cambio, ¿el Frente de Todos tiene mejores chances? La consultora responde que sí, que al Frente de Todos le conviene que su adversaria sea Patricia Bullrich y no Horacio Rodríguez Larreta, porque “ella polariza mejor con el FdT que Horacio, que es más componedor”. ¿Esto pone más cerca una alianza de Bullrich con Milei, para ganar las presidenciales? Del Franco no lo cree: “El votante de Patricia Bullrich no se va a ir con Milei”. Y en una segunda vuelta, no dudaría en elegirla.

Sin Macri, ¿es más probable que el FdT use las PASO para definir su candidatura presidencial? “No creo que influya”, es la respuesta de Courel. “El peso relativo de los precandidatos sigue siendo el mismo con o sin Macri en carrera. Quien hubiera sido más competitivo contra Macri sigue siendo igualmente más competitivo contra Bullrich o Larreta”. 

«Cuando hacemos estudios de intención de voto vemos que la gente simplifica sus opciones y está votando por identidades partidarias o espacios políticos. Es bastante nítida la diferencia entre JxC y el FdT, entonces las preferencias son fáciles de agrupar. Eso en cuanto a los sectores más grandes de votantes, pero siempre hay una porción más pequeña que es la que termina definiendo las elecciones, y que tal vez sí se deje influenciar por si el nombre es uno u otro», concluye Courel. 


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El 2001, la pandemia y el macrismo ya quedaron chicos

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En abril, el consumo en hipermercados cayó 15,4, números que no se veían desde el estallido social de De La Rua. La UIA confirmó que la industria cayó 17,2 por ciento en marzo, muy por encima del industricidio del PRO y cerca del parate total por la COVID. Con la obra pública cerrada por el Gobierno, los tres sectores que explican la mayor parte del PBI se han desmoronado en tiempo récord. Fuertes disputas en las entidades empresarias por el apoyo que le dan a Milei mientras la economía se pulveriza. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

En sólo cinco meses de Gobierno, los números muestran que la gestión económica de Javier Milei superó ampliamente los derrumbes de actividad de las tres crisis más relevantes de los últimos años: el 2001, la pandemia de la COVID y los años de Mauricio Macri. Por un lado, Página I12 accedió a un adelanto del informe de la consultora Scentia de abril, que refleja un desplome del 15,4 por ciento en las ventas de hipermercados, una caída similar a la del estallido del gobierno De La Rua; por su lado, la Unión Industrial (UIA) confirmó que en marzo la actividad fabril cayó 17,2 por ciento, emparejando los niveles de diciembre del 2001 y cayendo más que en la parte más dura de la pandemia. A este dato se suma el derrumbe de la construcción, superior al 42 por ciento, lo que deriva en un escenario inédito: en tiempo récord, la gestión de Milei y Luis Caputo pusieron a las tres actividades que explican la mayor parte del PBI en una situación de dificil retorno.

Por esta perspectiva, que ya se veía venir, los economistas empezaron a alertar hace unas semanas que el nivel de la recesión, autogenerada para intentar morigerar una inflación que sigue muy alta, era el dato central a observar. Lo curioso es que este momento de crisis casi total de la actividad se da en paralelo al apoyo que empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio y la propia UIA, le dan al gobierno de Milei, a quien estuvieron escuchando y aplaudiendo hace unas horas, en su exposición en el almuerzo que organizó el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear. A raíz de estos datos, este diario habló con dirigentes de todos esos sectores consultando cómo y hasta cuándo se sostiene el discurso de apoyo a la línea Milei cuando la actividad a la baja ya se está cargando al empleo. «Es la pregunta del millón», contestó un alto dirigente de UIA. En esa sede de la gremial empresaria hay una guerra entre pymes y gigantes por el contexto de crisis, que se está llevando puestas a las más chicas. Por toda esa tensión, muchas cámaras como los metalúrgicos de ADIMRA y los texiles de Protejer decidieron salir por las suyas a denunciar que el proceso de crisis no frena y terminará en cierres de empresas. 

En este escenario, el consumo masivo es que el primero sintió el ajuste en los salarios, las jubilaciones pisadas y la liberación del resto de los bienes y servicios de la economía, que terminaron privando a las familias de mayores compras de alimentos. Según Scentia, la caída del 15,4 en ventas en los grandes supermercados de abril es la más grande desde el 2001-2002. «Quedó lejos incluso de los números muy negativos del macrismo», explicó un líder del supermercadismo multinacional. En los años del PRO, el consumo masivo medido por Scentia cayó tres de los cuatro años, quedando empatado en el período restante. Lo particular del consumo es que todos los rubros están cayendo, pero algunos como Bebidas, Aceites y Lácteos se desploman desde el 20 al 50 por ciento mensual. 

Esa baja en el gasto de los hogares está directamente conectada, además, con el desempeño de las fábricas. En el reporte de la UIA se muestra que la industria de Alimentos cayó 10,2 por ciento en abril, un número del que nadie tiene antecedentes, porque en general el sector crece, aún en los peores períodos, de manera marginal en relación con el crecimiento poblacional. El derrumbe de todos los sectores que muestra la UIA produjo una caída general de la actividad que supera o se equipara al 2001 y queda muy por encima de la pandemia de COVID. 

En 2001, medido por el INDEC, el sector industrial terminó cayendo 6,2 por ciento. Mientras que en diciembre de ese año, la baja fue de 18,4 por ciento. ¿Qué pasó co la COVID? En el primer semestre del 2020, el período de mayores restricciones a la circulación y la actividad, la industria cayó 18,4 por ciento. Teniendo su pico más negativo en abril, con una baja del 33 por ciento. Luego de eso, arrancó una curva ascendente que dejó al 2021 con números positivos. Hoy, en sólo un mes, retrocedió 17,2 por ciento, pero en condiciones normales, no pandémicas

Lo particular de estos datos, aseguran los especialistas, es que las caídas tan bruscas por sectores ya adelantan no sólo números negativos hacia adelante, sino un golpe que se ve en los puestos de trabajo. Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, aseguró hace unos días que las fábricas perdieron ya 5000 puestos de trabajo, pero ese dato es previo a los 100 despidos en FATE, Acindar, los supermercados, PEPSICO y General Motors, todas cesantías que ocurrieron en las últimas horas. A eso se suman los 100 mil empleos menos que tiene la actividad de la construcción producto de la decisión de Milei de cerrar la obra pública y los que se están dando en el sector comercial. 


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