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Impulsado por Vaca Muerta, las exportaciones del complejo petrolero crecieron un 78,5% en 2022

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La soja y el maíz siguen liderando las ventas al exterior, aunque con reducciones respecto al 2021. El sector energético, en cambio, muestra una tendencia alcista exponencial.

Las exportaciones petroleras-petroquímicas crecieron el año pasado un 78,5% hasta los US$9.297 millones, lo que le permitió a ese complejo colocarse como el tercero más importante en ventas al exterior, por detrás del sojero y el maicero, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Más allá de esta sensible mejora, impulsada esencialmente por Vaca Muerta, el complejo sojero continuó liderando en 2022 las exportaciones en Argentina con un monto de US$24.868 millones, aunque vio reducida su participación en 2 puntos porcentual en el total de ventas respecto al año previo, al pasar del 30,6% en 2021 al 28,6%. El complejo maicero, por su parte, se mantuvo en segundo lugar con una suba interanual del 2,7% y una facturación de US$9.549 millones, pero también recortó su participación en 1,1 punto porcentuales hasta el 10,8%.

A continuación se ubicó el petrolero-petroquímico con un incremento interanual del 78,5% que le permitió alcanzar los US$9.297 millones y obtener una participación sobre el total exportado del 10,5%, desplazando así al cuarto lugar al complejo automotriz que con US$8.678 millones (+22,2% interanual) tuvo una participación del 9,8%.

De acuerdo a un reciente informe del Instituto Argentino de la Energía (IAE), a partir del año 2017 «las exportaciones energéticas se presentan crecientes de manera tendencial», teniendo las petroleras un salto del 44.2% interanual el año último, traccionado fuertemente por el crecimiento Vaca Muerta. «La cuenca Neuquina -en donde se encuentran los yacimientos de shale oil- en la actualidad representa el 59% del total de la producción nacional de petróleo», destacó el documento de IAE.

Según lo informado por el Indec, el quinto y sexto lugar en materia exportadora en 2022 fue ocupado por los complejos triguero (US$4.724 millones), y de carne y cuero bovinos (US$ 4.268 millones), con subas interanuales del 35,4% y 18,3% y participaciones del 5,3% y 4,8%, respectivamente. En el 2021 las ubicaciones de estos últimos dos complejos fueron a la inversa, con la carne y el cuero bovinos por encima del trigo.

En conjunto, los seis principales complejos explicaron el 69,3% del total de las ventas al exterior. Luego de ubicaron el complejo de Oro y plata, el girasol que desplazó al sector pesquero del octavo lugar y lo posicionó en el noveno, mientras que el complejo de la Cebada se ubicó décimo en detrimento del complejo lácteo (11°).

Los números surgen del Informe Técnico de Complejos Exportadores elaborado por el Indec, que clasifica las exportaciones de la Argentina desde el punto de vista de las cadenas productivas. En 2022 entre los diez principales complejos los que más crecieron fueron: petrolero-petroquímico (78,5%), cebada (70,5%), girasol (41,8%) y triguero (35,4%).

El Informe que realiza el Instituto Estadístico releva 40 complejos exportadores, de los cuales 27 terminaron con aumentos interanuales en 2022. Los trece que terminaron con caídas fueron el pesquero, el manicero, uva, forestal, textil, porotos, peras y manzanas, arrocero, resto del sector frutícola, ajo, cítricos menos limón, arándanos y similares, otros minerales metalíferos, y plomo.

En relación con los países de destino de los productos, en el caso de la soja los principales fueron India por US$3.184 millones (-6,2% anual), China por US$3.082 millones (+28,8%) y Países Bajos por US$2.127 millones (+25,8%). Respecto al maíz, las principales compras las acapararon Vietnam por US$1.361 millones (-10,8%), Corea del Sur con US$1.299 millones (+11,2%) y Perú por US$830 millones (+24,1%). Por su parte, Estados Unidos, Brasil y Chile fueron los socios principales para el polo petrolero-petroquímico, con incrementos interanuales del 138%, 61,7% y 133,9%, respectivamente.

En la medición por sectores, el oleaginoso (que agrupa a los complejos de soja, maní, harina, pellets, porotos y aceite de soja, biodiesel, girasol y otros) representó el 31,6% del total de las exportaciones del país, seguido por el sector cerealero (maíz, trigo, cebada y arroz) con el 18,2%, el petrolero-petroquímico (10,5%), y el automotriz (9,8%).


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Divide y reinarás: El Gobierno aumenta el presupuesto solo para la Universidad de Buenos Aires

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Incrementará un 300 por ciento los recursos destinados a los gastos de funcionamiento. El Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. El vicerrector Emiliano Yacobitti aseguró que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio.

Werner Pertot

Por Werner Pertot

La Universidad de Buenos Aires (UBA) decidió levantar la emergencia presupuestaria, tras alcanzar un acuerdo con el gobierno de Javier Milei por los gastos de funcionamiento, que recibirán una suba del 270 por ciento, y de sus hospitales, cuyo incrementp será cercano al 300 por ciento. En un comunicado, el Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. Tampoco la inversión en ciencia y las obras que están paradas. En tanto otras 60 universidades continúan con el reclamo que llevó a la marcha universitaria y que no fue respondido. El vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, advirtió que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio. Las otras universidades indicaron que el aumento solo a la UBA «resulta inadmisible y provocador«. «No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, lanzaron. El Gobierno quedó a tiro de una cautelar.

Desde el comienzo de las negociaciones con las universidades y, sobre todo, en las reuniones posteriores a la marcha universitaria que resultó masiva en todo el país (algunas estimaciones llegaban al millón de personas), el Gobierno buscó dividir a la UBA del resto de las instituciones. De hecho, tuvieron una atención especial con el rector Ricardo Gelpi, a quien la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, recibió un día antes que al resto. En los encuentros con todos los rectores, el Gobierno escuchó, pero no hubo avances reales en destrabar fondos. De hecho, en una exposición ante el Congreso, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, no pudo dar precisiones sobre cómo se resolverá el conflicto universitario.

A partir de ahí, lo público se separa de las negociaciones a puertas cerradas. Con la UBA particularmente, el encargado de las negociaciones, que pasó a ser Torrendell, tuvo tres reuniones más. Estuvo presente también el secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Alvarez, aunque moderó sus modales. Allí, las autoridades de la UBA insistieron con el planteo de actualizar lo presupuestario y tuvieron varias discusiones, avances y retrocesos. Finalmente, desde el Gobierno nacional aceptaron aumentar aquellas partidas sin las cuales directamente se iba a un cierre de la UBA: el funcionamiento básico (la luz, etc) y el presupuesto para los hospitales. Según confirmaron a este diario, no solo acordaron sino que ya empezaron a pagar.

En el caso de la UBA, los gastos de funcionamiento representan el 14 por ciento de los gastos totales (porque allí hay que contemplar también los seis hospitales; en otras universidades es la mitad de ese porcentaje). «Si ellos no garantizaban ni el presupuesto mínimo para prender las luces, teníamos que cerrar», insistieron desde el rectorado a este diario.

Sigue la discusión

No obstante, en el comunicado que emitió el Consejo Superior de la UBA para anunciar que levantaba la emergencia universitaria, dejaron en claro que sigue la discusión por ese otro 86 por ciento del gasto sobre el que no hubo acuerdo (principalmente, son los salarios docentes y no docentes). Lo que recibieron fue una actualización de los gastos de funcionamiento del 270 por ciento interanual y del 300 por ciento para los hospitales universitarios y aquellas funciones de la universidad vinculados al área asistencial. Se trata de 26.016.488.265 pesos que el Gobierno les comenzó a transferir con destino a afrontar los Gastos de Funcionamiento y otros 35.436.785.336 de pesos para sostener los niveles de atención de la salud.

“Las sumas indicadas, si bien se encuentran por debajo del presupuesto óptimo para el funcionamiento pleno de la Universidad, posibilitan una programación presupuestaria, imposible hasta el momento”, señaló la UBA, que también destacó que continúa el “estado de alerta y profunda preocupación” por la actualización salarial como también otras partidas “particularmente aquellas vinculadas a las áreas de Ciencia y Tecnología, Extensión Universitaria y a los Programas de infraestructura universitaria”. Es decir, las obras que están paradas, algunas de las cuales ya estaban en curso.

En materia salarial, no hubo acuerdo con el Frente Sindical de las Universidades: la propuesta del Gobierno, ante una inflación acumulada superior al 70 por ciento, fue: 16 por ciento en febrero, 12 por ciento para marzo y 8 por ciento para abril. Es decir, un 36 por ciento. Los números solos indican por qué están muy lejos de un acuerdo con los gremios. Desde el Consejo Superior de la UBA advirtieron que este acuerdo debería llegar urgente y también se mostraron a favor de que el Congreso sancione una Ley de Financiamiento Universitario que establezca un criterio de actualización para el presupuesto universitario, para que no se repita lo de este año.

Tras el acuerdo, Yacobitti escribió en su cuenta de Twitter: «Gracias a que la sociedad se expresó con contundencia en defensa de las universidades públicas, el gobierno actualizó los gastos de funcionamiento de la UBA (aprox. 300%) para que no tenga que cerrar. Es un triunfo de todos los que apostamos a la educación para un mejor futuro». Luego aclaró: «Vamos a seguir reclamando por los salarios docentes y no docentes que perdieron más de un tercio de su capacidad económica en 4 meses, por los recursos para CyT y las obras de mantenimiento de los edificios y laboratorios».

Y luego volvió a aclarar: «También es importante que esta corrección sea para todo el sistema y no solo para la UBA. Sentarnos a discutir un presupuesto para el 2025 que contemple los reajustes». Esto último quizás tenga que ver con la reacción del resto de las universidades, que tronaron apenas se conoció la noticia.

«Universidades de segunda»

Todas las universidades vienen funcionando con un presupuesto que se votó a fines de 2022 y que, insisten, es insuficiente para llegar no ya a fin de este año, sino a mitad de año en algunos casos. Por lo tanto, apenas se conoció el aumento para la UBA, las otras 60 casas de estudio pusieron el grito en el cielo y hablaron de una “discriminación federal injusta” de parte del Gobierno.

Hubo una reunión de emergencia del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para tratar el tema. «Estamos en plena discusión viendo si nos dan lo mismo a todos. Si no, habrá problemas”, señaló antes de ingresar a la reunión Víctor Moriñigo, rector de la Universidad Nacional de San Luis y actual presidente del CIN.

El CIN emitió luego un comunicado que dejó en claro como estaban los ánimos: «Resulta inadmisible y provocador que se reconozca solo para una universidad y no para la totalidad del sistema que reúne a un conjunto de 60 universidades a lo largo y a lo ancho de todo el país, que representan a dos millones de estudiantes de las universidades argentinas. No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, remarcaron los rectores en un comunicado del CIN.

«Rechazamos cualquier metodología que promueva la división entre universidades y dentro de las universidades. No convalidaremos ningún intento de división, ni priorizaremos nunca ningún atajo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) no resigna lo que cree. No es solo un problema de recursos, es también de principios», le advirtieron al Gobierno.

Por otro lado, advirtieron que el Gobierno reconoció con ese pago que tienen razón y que «hay plata». Según pudo saber este diario, todavía no harán una presentación judicial, sino que esperarán una respuesta del Gobierno, pero la disparidad de criterios pone a la administración nacional a tiro de una cautelar. En el comunicado indicaron que esa transferencia a la UBA «implica el reconocimiento por parte del gobierno nacional de uno de los aspectos del problema -y su grave magnitud- que todo el sistema universitario viene planteando desde enero de este año. Por lo tanto, habiendo el gobierno confirmado con sus actos que los recursos están, exigimos inmediatamente una resolución que garantice un incremento igual al otorgado a la Universidad de Buenos Aires para todas las universidades públicas de la Nación.

«Con la misma urgencia, seguiremos bregando por paritarias para las y los trabajadores de las universidades que recompongan la pérdida del poder adquisitivo del salario, por el sostenimiento y el fortalecimiento del sistema científico y tecnológico, por la actualización del monto destinado a becas estudiantiles y por la recuperación de las obras de infraestructura hoy paralizadas», concluyeron.


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