Conectarse con nosotros

NACIONALES

La izquierda marchó contra el «ajuste» y apuntó contra la CGT

Publicado

el



En una jornada en la que buscaron diferenciarse de la movilización que encabezó la CGT en rechazo a «los formadores de precios», la izquierda cerró su protesta con un acto en la Plaza de Mayo.

Los movimientos de izquierda nucleados en la Unidad Piquetera, encabezada por el Polo Obrero, manifestaron este miércoles frente a la Casa Rosada para reclamar «salarios dignos», rechazar el «ajuste» del gobierno de Alberto Fernández y para impulsar un plan de lucha nacional.

En una jornada en la que buscaron diferenciarse de la movilización que encabezó la CGT en rechazo a «los formadores de precios», la izquierda cerró su protesta con un acto en la Plaza de Mayo.

Al emitir un discurso desde el escenario montado a metros de la Casa de Gobierno, el referente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, disparó: «Hay que decir las cosas que pasan en este país sin ambigüedades. La CGT hizo malabares para evitar decir qué reclamaba reclamaba. Si uno paraba a un obrero de la UOM, del SMATA, le iba a decir: ‘Esta es una marcha porque nos estamos cagando de hambre'».

«Hay un ajuste pero no se puede decir ajuste. Hay un tarifazo pero no se puede decir tarifazo», apuntó Belliboni y pidió un paro nacional para «defender el salario». En otro tramo de su discurso, cuestionó el apoyo de la central obrera al ministro de Economía, Sergio Massa: «¿La CGT no lo conoce a Massa? Massa es el hombre de la Embajada norteamericana, para decirlo en lenguaje que se entienda. Massa es el representante del ajuste del FMI en la Argentina. CGT, ¿qué carajo tenés que apoyar a Massa?».

Además, el dirigente piquetero le respondió una chicana al triunviro de la CGT Pablo Moyano, quien afirmó que el espacio que representa Belliboni es «el único Partido Obrero que no tiene un obrero».

«Pablo Moyano nos ataca cuando el Polo Obrero lleva adelante movilizaciones masivas. No es la primera vez que la CGT ignora los reclamos de las y los desocupados, y de los miles y miles de trabajadores precarizados que se agrupan en las organizaciones
piqueteras. Nos critican porque no quieren discutir lo que plantean miles de trabajadores, que hay que hacer un paro nacional y un plan de lucha», disparó.

Por su parte, el secretario general de la Unión Ferroviaria, Rubén «Pollo» Sobrero cuestionó la «mugre» de la central obrera y enfatizó: «Cuando hay mayor crisis, vemos a esos dirigentes vetustos, algunos con olor a naftalina, todos multimillonarios. Dirigentes que siempre están, antes para defender a (Mauricio) Macri, hoy para defender a este Gobierno y mañana a cualquiera con tal de defender la caja».

«Cuando este gobierno llegó prometió que íbamos a poder comer asadito, pero parece que algo falló. Los funcionarios corren de un lado para el otro para ver cómo quedan bien con la Sociedad Rural, con el FMI, con los empresarios. Nos toman el pelo», manifestó.

En tanto, el diputado nacional del Frente de Izquierda Unidad Nicolás del Caño advirtió que «mientras el Gobierno avanza a paso firme con un ajuste recargado y acaban de anunciar un tarifazo que echa más leña al fuego de la inflación, la CGT y la CTA se despertaron de su siesta eterna para marchar en apoyo al gobierno del ajuste y del FMI».

En sintonía, la legisladora nacional de la izquierda Myriam Bregman aseguró que el Ejecutivo nacional adoptó «el programa clásico de la derecha: ajustar, achicar el déficit, aplicar tarifazos, entregarle más concesiones a las patronales y seguir atados al FMI».

Además, la dirigente nacional del Nuevo MAS Manuela Castañeira puntualizó que «el Frente de Todos lleva adelante un ajuste brutal contra los trabajadores y que la responsabilidad política es entera del gobierno y el FMI».

En ese sentido, la dirigente nacional del MST-FIT Unidad Celeste Fierro también cruzó a los dirigentes de la central obrera: «Hoy desafiamos a la CGT traidora y llenamos Plaza de Mayo. Ellos fueron al Congreso avalando a un gobierno que de acuerdo a las medidas pactadas con el FMI ajusta y devalúa nuestros bolsillos».

«Seguimos convocando a todos los decepcionados de este Gobierno a luchar en las calles por salario y trabajo genuino, por mayor asistencia social, anular los tarifazos, cortar con el FMI y reestatizar las privadas que siguen acumulando ganancias mientras nosotros somos cada vez más pobres», concluyó.


NACIONALES

Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

Publicado

el


El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.