NACIONALES
¿Quiénes liderarán el desafío desde diciembre?


¿Hay seguridades, o siquiera intuiciones firmes, dentro de la incertidumbre generalizada del panorama político?
Probablemente puede citarse una. No se dice que no haya otras.
Excepto que alguno de los tres candidatos con chances cometa antes de las elecciones un error garrafal, hoy difícil de advertir, nada indicaría una alteración sustantiva del escenario dibujado por las Primarias.
En otros términos y salvo por uno de los casos, la expectativa ya creada contaría mucho más que lo que se pudiera añadir o inventar.
Sergio Massa, quien es el referente determinante del Gobierno y de Unión por la Patria con el acompañamiento de Axel Kicillof, despliega medidas y anuncios sin detenerse. Ese accionar supera a las subjetividades de cada quien (hay gente que permanece enganchada con apreciaciones exclusivamente ideológicas e inmóviles).
Se trata de su capacidad de trabajo, del modo en que articula y de su inserción mediática.
Es aquello de que Massa tira los centros, cabecea, raspa en el medio, surte a los costados, ataja, la revolea o sale jugando y, encima, es el director técnico. Nadie en su sano juicio político, o con honestidad analítica, afirmaría que no transpira la camiseta. La pregunta no pasa por ahí. Transcurre acerca de si eso le alcanzará para terminar de convencer a quienes creen que no basta con ser un “tribunero”. Que al fin y al cabo formó parte de un equipo que pelea más el descenso que el campeonato. Y que el bueno por conocer es mejor que el malo conocido.
Sobre esto último, semejan haberse acabado las palabras y los argumentos para referirse a Javier Milei.
Que tamaño personaje carezca de facturas en contra porque su experiencia de gestión es absolutamente nula, tanto en el ámbito público como en el privado, no debiera ser un dato menor. Pero es transparente que les importa miles de pitos a sus votantes concretados y potenciales.
Puede decir que el Papa es comunista. Que habla con el perro muerto a través de una médium. Que Brasil y China están en manos de populistas y dictadores a quienes jamás sentaría a una mesa. Que la combinación de haber sido arquero de fútbol y cantante de rock es el motivo de su popularidad.
Se pronuncia con un lenguaje rudimentario, plagado de muletillas y dubitaciones toda vez que alguno de sus amabilísimos contertulios periodísticos juguetea con el acting de apretarlo.
En la derecha más connotada, más clásica, se interrogan abiertamente con cuál estructura gobernaría. No tiene cuadros técnicos altamente comprometidos. Ni destacadas figuras políticas que lo acompañen. Ni implantación territorial. Ni nada que no sea militar al mercado como una estampita, con frases lanzadas a la bartola.
No hay manera, avisaron o aconsejaron las urnas. No le entran las balas dialécticas de ningún tipo y, obvio o eso parece, dispone de la ola del ganador sin moverse de donde está.
Entonces y por ejemplo, la apuesta de tantos estupefactos consiste ahora en que Milei meta alguna pata descomunal durante los debates presidenciales del 1 y 8 de octubre. No ocurrió prácticamente nunca que esas tenidas modificaran las corrientes asentadas.
Si sus contendientes lo usan de punching ball para hacerlo saltar como leche hervida, patinarán sin remedio. Se supone, además, que llegará a esa instancia suficientemente entrenado. Los votos revelaron que victimizarlo es la peor de las tácticas.
Resta el caso de Patricia Bullrich, quien es la excepción citada al comienzo en cuanto a que sólo tendría posibilidades si convence con algo más. O con algo a secas.
Massa seguirá intentando cuando pueda, pero depende antes de la unión contra el espanto que de la efectividad de sus medidas para amortiguar el índice inflacionario. Y a Milei le bastaría con no correrse del lugar conquistado a fuerza de exabruptos.
Bullrich, al revés, se ve obligada a producir algún impacto que nadie sabe en qué residiría. Como previno el otrora gurú Jaime Durán Barba, la cambiemita es hablada por Carlos Melconian y, eventualmente pero con cero convicción, por Mauricio Macri. Ella sigue invicta: padece papelones en toda oportunidad. El establishment empresarial, como puede certificarse desde la comunicación de sus medios, querría confiarle pero no encuentra el modo. El ecuatoriano también lo dijo: los cambiemitas suenan a viejo. A fracaso. A, en efecto, segunda marca.
Como si fuera poco, esa oposición quedó completamente descolocada frente a la subida de piso del impuesto a las Ganancias. Venían reclamándolo a los cuatro vientos y ahora mentan que es electoralista. Son una máquina de desmentirse.
Estas especulaciones, con seguridad, tienen sin cuidado a la inmensa mayoría de “la gente del común”.
Y menos que menos se repara en lo que sucederá a partir de diciembre, sea quien fuere el ganador. Ya habrá tiempo de mediano y largo plazo para consolarse, e incluso ser optimistas, con esos datos macro que auguran un porvenir argentino inevitablemente positivo. Energía más barata y hasta exportadora (por cierto que gracias a las realizaciones de este Gobierno). El superávit comercial. Lo del litio. Lo del agro más de punta que primarizado. La diversificación y especificidad de una industria más competitiva. Etcéteras.
Pero, en la coyuntura del apremio, el acogote del Fondo Monetario gracias a la tétrica herencia macrista se hará sentir, cuando en noviembre resulte virtualmente imposible que aprueben otra revisión favorable del programa renegociado. La inflación será la que es, con horizontes demasiado oscuros si no hay un plan de estabilización, o como quiera llamársele, acordado en unidad de las fuerzas políticas.
En el muy buen artículo publicado este domingo en Página/12 (contratapa del suplemento Cash), a propósito de cómo manejaron las crisis los gobiernos populares, el economista Federico Glodowsky señala que la despolitización de la dirigencia política llevó a un cambio cultural que se paga con desinterés social.
Glodowsky expresa -se lo recuerda, dicho con mayor rigor, a quienes continúan estancados en la parálisis ideologista- que los gobiernos de Néstor y Cristina establecieron consensos con sectores del poder económico concentrado. Dialogaban todo lo posible y gestionaban todo lo necesario cuando ese diálogo no era viable (el límite, podría agregarse, fue durante la crisis con “el campo”, pero de allí también se salió con la decisión política que condujo a que Cristina ganase con amplitud las elecciones de 2010).
“La ortodoxia siempre sugiere adaptar la realidad al marco téorico. En cambio, lo sensato es adaptar el marco teórico -económico y político- a la realidad propia. No hay dudas de que Argentina necesita una reforma tributaria, laboral y del Estado, pero con la gente adentro”.
¿Quién lideraría afrontar un desafío de esa naturaleza? ¿Milei? ¿En serio?
El interrogante, se reitera, no parece preocupar a una porción representativa y significativa de la sociedad.
Argentina se asoma a lo que la propia derecha califica como un experimento abismal. En la conjetura más benévola, hay quienes ¿descansan? en que habrá una suerte de menemismo reciclado que arrojará algún tipo de estabilidad, con exclusión social garantizada; pero sin gran volumen de confrontación, porque el peronismo está acéfalo y quien pinta para tripular ese espacio (Massa, si gana o alcanza el ballottage) no es “peronista”.
Son trazados en la arena.
Entendido como el espíritu que históricamente aglutinó a las masas más intensas, hoy disminuido porque apareció un tercer actor indescifrable entre las dos grandes familias, la popular y la gorila, el peronismo y los progresistas podrán estar amenazados y/o sin conducción.
Pero eso no significa que hayan dejado ser actores clave, a los que de ninguna forma se llevará de las narices loco alguno.
NACIONALES
Compre sin IVa al Congreso

El jefe del bloque de Diputados del Frente de Todos, Gerardo Martínez, confirmó que el Gobierno ya envió al Congreso el proyecto de ley para hacer permanente la devolución del IVA en los alimentos de la canasta básica para las personas de menores ingresos. El envío de la iniciativa, que busca establecer por norma el Programa Compre Sin Iva, había sido anticipada por el ministro de Economía, Sergio Massa, para el lunes, pero finalmente se adelantó. La norma contempla su entrada en vigencia el 1 de enero de 2024.
«De acuerdo a lo anunciado por nuestro ministro de Economía, Sergio Massa, el Poder Ejecutivo acaba de remitir a Diputados el proyecto de Ley para Reintegro del IVA a productos de la Canasta Básica. Tras el giro correspondiente, impulsaremos desde nuestro bloque su tratamiento en la comisión de Presupuesto«, confirmó Martínez a través de las redes sociales.
El jefe del bloque compartió el proyecto en el que se amplía el alcance del programa al señalar que «en el marco del Programa ‘COMPRE SIN IVA‘ se efectuará un reintegro en concepto del Impuesto al Valor Agregado contenido en el monto de las operaciones de compra de bienes muebles, excepto las correspondientes a compras de combustibles líquidos» y pone como límite de devolución mensual el 21 % del valor de la Canasta Básica Alimentaria para un hogar tipo 2, vigente en cada mes.
El proyecto señala que los descuentos se realizarán a compras hechas con tarjeta de débito o cuentas con pago de QR, asociados a tarjetas de débito, que estén regidas por las entidades bancarias. Además, precisa que también serán beneficiarios quienes utilicen tarjetas del Programa Alimentar y Potenciar Trabajo.
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Si bien el proyecto faculta al Poder Ejecutivo a ampliar el monto de devolución y el universo de beneficiarios, en su primer artículo sostiene el universo social alcanzado por los anuncios hechos por Massa la semana pasada:
- Quienes perciban jubilaciones, pensiones por fallecimiento y pensiones no contributivas, en un monto mensualque no exceda la suma de SEIS (6) haberes mínimos garantizados a que se refiere el artículo 125 de la Ley No24.241 y sus modificaciones.
- Quienes perciban asignaciones universales por hijo para protección social.
- Quienes perciban asignaciones por embarazo para protección social.
- Las trabajadoras y los trabajadores que presten servicios remunerados en relación de dependencia en la actividad privada o pública, siempre que el ingreso mensual no supere la suma equivalente a SEIS (6) veces el Salario Mínimo, Vital y Móvil.
- Las trabajadoras comprendidas y los trabajadores comprendidos dentro del Régimen Especial de Contrato deTrabajo para el Personal de Casas Particulares
- Las pequeñas y los pequeños contribuyentes del Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes (RS) que se encuentren encuadradas y encuadrados en cualquiera de las Categorías del artículo 8° del Anexo de la Ley N°24.977.
Por otra parte, el proyecto indica que dejarán de estar alcanzado por el benficio quienes perciban otros ingresos que estén gravados en el Impuesto a las Ganancias y aquellas personas que estén inscriptos en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) como trabajadores autónomos.
“Este fue el primer paso del recorrido que debe hacer la Argentina para ir a un sistema tributario más progresivo, en el que el mayor esfuerzo recaiga en quienes más pueden y no en los que menos tienen”, aseguró Massa al anunciar el envío del proyecto ayer durante una convocatoria que tuvo lugar en el Consejo de Ciencias Económicas.