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Viernes 20 de Junio del 2025

SOCIEDAD

Milei y el libre mercado más loco del mundo

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Los bienes no alimenticios esperan una baja del 60 por ciento en ventas, electro se derrumbó 50 puntos, los hipermercados perdieron un 20 por ciento y los proveedores venden a Argentina hasta un 40 por ciento más caro que en el exterior. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

Hay un dato de impacto que refleja mejor que cualquier tecnicismo académico lo que pasa hoy con los precios y la actividad en Argentina. Un ceo que tiene supermercados en todo el país contó a PáginaI12 que, desde que asumió Javier Milei la presidencia y liberó precios, se desplomó 30 puntos lo que se denomina “venta de frontera”. Traducido: los extranjeros que hace un mes cruzaban a comprar aceite, harina, alimentos y hasta combustibles en comercios instalados en la zona lindante con Paraguay, Bolivia, Brasil y Uruguay, volvieron a comprar en sus países de origen, donde los precios -hace muy poco tiempo- eran ampliamente mayores que en Argentina. El efecto, además, es que los supermercados de la zona perdieron su incremental de ventas, porque además les cayó la demanda interna.

El ejemplo, de color, es sólo uno de los tantos que muestran que la ilusión ideológica del presidente de la Nación de un mercado libre y auto-regulado y una recesión que termine bajando precios, no sólo no está ocurriendo, sino que se está produciendo en el siguiente escenario: derrumbes históricos en las ventas con empresas proveedoras que mandan a de dos listas de aumentos semanales y que venden, dicho por los comercios, hasta un 40 por ciento más caros los productos que en el exterior.

Esto último se observa, a diferencia de lo que pasaba bajo la gestión del gobierno anterior, en las empresas multinacionales, que siguen remarcando mientras las nacionales se moderaron. Lo notable es que varios ceos que visitaron a funcionarios en las últimas semanas y hasta se reunieron con el ministro de Economía, Luis Caputo, se sorprenden cuando el propio Gobierno en ningún momento les pone el menor límite a las subas.

Niveles récord de caída

Fuentes de la industria no comestible, de bienes durable y fabriles, esperan para este mes una caída en las ventas de, por lo menos, 60 por ciento. Buena parte de eso lo explicará el derrumbe en la industria convencional y, sobre todo, el desplome de la actividad de la construcción, que se abastece de insumos industriales. Con el Gobierno Nacional cerrando la obra pública, desde diciembre este sector no sólo cae, sino que despide personal mensualmente.

Hace unos días, en una reunión en la Cámara Argentina de la Construcción, la mexicana Coppel, que vende electrónica, textiles y otros bienes, avisó que sus ventas cayeron 55 por ciento en diciembre en electro. Y que enero viene peor. Lo propio hizo un gigante nacional de la venta de electro. En ese mismo encuentro, varios adelantaron que se vienen despidos y que muchos ya tomaron la decisión, como es costumbre en las empresas, cuando Milei avisó en 2023 que lo que se venía era un proceso de estanflación. Hoy, ese escenario sería benigno ante los números actuales y futuros. Las empresas que hablaron con este diario admitieron, de todos modos, que lo peor se verá en marzo.

En este contexto, el dato más preocupante lo pone el consumo básico, el de alimentos, bebidas y bienes de primera necesidad. Este diario accedió a cifras de las primeras dos semanas de enero, correspondientes al conjunto de grandes supermercados. Si se observa el volumen de ventas por semana, en la primera se desplomaron un 19 por ciento en unidades, y en la segunda algo cercano a los 6 puntos. Hasta hoy, los super observan una caída promedio del 15 por ciento. Y esto pasa en todo el país: esos mismos datos muestran que en CABA las ventas en enero caen 12 por ciento, en el NOA un 16 por ciento, en Córdoba y zona núcleo un 12 por ciento, mientras que el retroceso en Cuyo llega ya a 14 puntos. En el Litoral sur, zona Corrientes y Entre Ríos, hay 8 puntos de caída en las ventas en unidades; mientras que en el Norte la baja es mayor, de 16 puntos.

Si se lo observa por rubros, en tanto, la venta de electro en supermercados lleva caída interanual de un 40 por ciento en lo que va de enero, en Almacén la baja es del 12, en productos frescos de un 10 por ciento, textiles pierde un 14 por ciento.

Y siguen vendiendo caro

Un alto dirigente papelero de la Unión Industrial (UIA), entidad que elaboró vía sus abogados la Reforma Laboral de Milei, y que expresa su total apoyo, le contó a uno de sus pares hace unos días que Dow Chemical les vende el polietileno a 3 dólares a todas las industrias del país, producto que en el exterior ofrece a 1,9 dólares. Dow es la que produce casi la totalidad del polietileno y su insumo explica buena parte de otros precios finales, como el de los envases de alimentos y limpieza. Un dato: el 80 por ciento del valor final de una botella de lavandina es el envase plástico, que se produce con lo que vende Dow.

Cuando se enteraron en el Gobierno, de un dato que no es nuevo, en la Secretaría de Comercio que conduce Pablo Lavigne alguien propuso abrirles las importaciones. Pero el problema es que no hay dólares y el Gobierno tampoco tiene como objetivo negociar ningún tipo de precio con las empresas.

El corrimiento del Estado de la pulseada por los precios -al fin y al cabo, correrse de la puja distributiva- es una orden de Milei a sus funcionarios. Por eso nadie reacciona lo que ocurre: desde que asumió y hasta ayer, Coca Cola, Nestlé y Unilever vienen mandando listas con suba del 10 al 20 por ciento todos los meses, y algunas por semana. 

Pasta dental a 9.000 pesos

El dato que más llamó la atención a los supermercadistas en los últimos días fue el aumentazo de Colgate. Enviaron una lista de precios con la pasta dental a 9000 pesos. Lo curioso es que muchos de los supermercados hicieron el ejercicio sencillo de comparar el valor de esos mismos productos en super del extranjero, y esa misma pasta de dientes vale un dólar con noventa centavos. Lo mismo ocurre con casi todo lo que se vende, que está entre un 10 y un 40 por ciento más caro en Argentina que en cualquier mercado caro de Europa.

En la otra esquina, vale decir que las nacionales Molinos y Mastellone vienen moderando las alzas mucho más que las multinacionales, que antes temían por la administración de dólares de las importaciones del gobierno y hoy se liberaron.

El escenario soñado por Milei no ocurre y, en paralelo, tampoco se da lo que esperaban las empresas. Su idea era que, ante el desplome de las ventas, los productores empezaran a hacer lo que en la jerga comercial se llama “invertir en precios”. En pocas palabras, que vuelvan fuerte las promociones por segunda unidad, con un precio regular alto en la primera unidad y luego reducido en la segunda. Cuando eso ocurría, el consumidor terminaba aceptando y pagando el descuento, pero en contraposición, las empresas siguen subiendo sin subirse a descuentos. 

Los fabricantes grandes van a producir menos, pero su rentabilidad no la van a perder”, afirmó a este diario un gerente del sector, que no parece estar viendo la que el presidente quiere ver. Pero es la que ocurre en los hechos. 


Avisos

RIO TURBIO

20 de junio ¿por qué celebramos el Día de la Bandera?

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A 205 años del fallecimiento de Belgrano, la Argentina celebra el Día de la Bandera. Por qué se eligió esta fecha, cómo nació el símbolo patrio más reconocido y qué lugar ocupa hoy en la construcción de la identidad nacional.

Por Dr. Cristian Baquero Lazcano

Cada año, cuando el invierno apenas asoma y el calendario marca el 20 de junio, la Argentina entera detiene su marcha. Las aulas, las plazas, los medios de comunicación y los discursos institucionales se visten de celeste y blanco. El Día de la Bandera no es solo una evocación protocolar, es una cita con la historia y con la identidad.

La fecha fue establecida por ley en 1938, como homenaje al fallecimiento de Manuel Belgrano, creador de la enseña patria, ocurrido el 20 de junio de 1820. Pero la elección no fue casual ni improvisada, fue una forma de dar visibilidad y reconocimiento tardío a uno de los hombres más lúcidos, comprometidos y silenciosos de la emancipación sudamericana.

¿Por qué el 20 de junio?

Belgrano murió en soledad y sin honores oficiales. Aquel 20 de junio de 1820, Buenos Aires atravesaba una de las mayores crisis políticas de su historia, las provincias estaban en conflicto, las autoridades se disputaban el poder, y el deceso del prócer pasó prácticamente inadvertido. No hubo exequias de Estado ni luto nacional.

Recién en el siglo XX se saldaría esa deuda simbólica con la figura del prócer. El 8 de junio de 1938, el Congreso Nacional sancionó la Ley 12.361, que instauró el 20 de junio como feriado nacional en homenaje a la bandera y a su creador. Desde 2011, por decreto, es un feriado inamovible. Y desde entonces, la fecha se transformó en una jornada de reflexión, promesa escolar y conmemoraciones masivas, especialmente en Rosario, donde la bandera fue izada por primera vez.

Una bandera que nació sin autorización

La bandera argentina fue creada el 27 de febrero de 1812, en el entonces villorrio de Rosario, en plena campaña del Ejército del Norte. Belgrano, al frente de las tropas, ordenó levantar una bandera que pudiera distinguir a los soldados patriotas en el campo de batalla. La escarapela ya había sido adoptada oficialmente días antes, con los colores blanco y celeste.

Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”, escribió Belgrano en su informe. El Triunvirato porteño, sin embargo, le prohibió seguir usándola. Pero el símbolo ya había calado hondo.

Del campo de batalla al aula escolar

Los primeros usos de la bandera fueron estrictamente militares. En una época sin uniformes ni divisas claras, era clave tener una insignia que permitiera distinguir aliados de enemigos. El color rojo, tradicionalmente asociado a los realistas, fue evitado de forma explícita por Belgrano.

Con el tiempo, la bandera ganó legitimidad popular y política. El Congreso de Tucumán la adoptó como símbolo nacional en 1816, y dos años después, en 1818, se incorporó el Sol de Mayo, inspirado en las primeras monedas patrias acuñadas en Potosí.

Este sol -con rostro humano y 32 rayos alternados- representa la Revolución de Mayo y marca el carácter de “bandera mayor” o de guerra, a diferencia de la versión sin sol, usada hasta 1985 por particulares.

Rosario, el corazón de la celebración

La ciudad de Rosario, donde Belgrano izó por primera vez la bandera a orillas del río Paraná, es la sede histórica de las celebraciones. Allí se erige el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado oficialmente el 20 de junio de 1957, con desfiles, discursos y presencia de autoridades. Desde hace algunos años, se sumó un símbolo colectivo de gran impacto, la bandera más larga del mundo, confeccionada por miles de vecinos y escuelas en tramos que se van uniendo hasta superar los diez kilómetros.

De emblema militar a símbolo colectivo

La bandera no es solo un paño, ni un accesorio ornamental. Es un emblema de pertenencia, un testigo silencioso de la historia y una señal de identidad cultural. Flamea en las escuelas, pero también en los balcones, los estadios, las movilizaciones, las tragedias y los logros deportivos.

Por eso, cada 20 de junio, la Promesa de Lealtad a la Bandera que realizan los alumnos de cuarto grado en todo el país adquiere una profundidad especial. No es una fórmula vacía. Es la primera vez que muchos niños se reconocen parte de una comunidad política que los trasciende.

Un legado que interpela

Belgrano no fue solo el creador de la bandera. Fue también un reformista ilustrado, defensor de la educación gratuita, promotor de la industria nacional y figura clave en el proceso de independencia. Su vida, cargada de renuncias personales y servicio público, representa una ética de la responsabilidad que todavía hoy resulta incómoda en tiempos de discursos fáciles.

Que este 20 de junio no sea apenas una jornada con discursos escolares y mástiles engalanados. Que sea también un momento para preguntarnos cuánto hay en nosotros de esa promesa original, la de construir una patria libre, justa y soberana. Como la que Belgrano imaginó bajo su bandera.

(*) Cristian Baquero Lazcano

Profesor e Investigador Universitario. Doctor en Psicología Social. Director de Comunicación de la Asociación Argentina de Ceremonial y Protocolo (ASARP). Especialista en Heráldica y Vexilología. Creador de banderas y escudos oficiales en municipios y comunas de la República Argentina.


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