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Inscripciones Turismo Social 2023: cómo aplicar a los viajes de agosto

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Hay paquetes turísticos a bajo precio para ir a Chapadmalal y Embalse (Córdoba).

El Turismo Social se implementó en la Argentina a mediados de la década del ´40 y se ha convertido en una forma de viajar muy buscada por los turistas argentinos, que gracias a los beneficios que otorga el Estado pueden viajar a un costo más accesible que de la forma tradicional. El Ministerio de Turismo y Deportes, que se encarga de gestionar esta área, acaba de publicar las fechas en las que se podrá realizar la inscripción para hacer turismo por el país durante el mes de agosto con tarifas reducidas.

Actualmente hay disponibles dos complejos de Turismo Social en la Argentina: el reconocido de Chapadmalal, ubicado sobre la Ruta Provincial 11 entre Mar del Plata y Miramar, y el de las sierras de Embalse, que está ubicado en el Valle de Calamuchita en la provincia de Córdoba.

¿Cuándo abren las inscripciones para Turismo Social 2023?

Las inscripciones para realizar Turismo Social durante 2023 ya están abiertas y actualmente se puede aplicar a los viajes que se realizarán durante agosto a las Unidades Turísticas de Chapadmalal y Embalse. Las fechas para aplicar a este beneficio son las siguientes.

Fecha de viaje: entrada 1/8/2023 – salida 7/8/2023
Inscripción: personas con prioridad 6/6/2023
Inscripción: público general 15/6/2023
Fecha de viaje: entrada 8/8/2023 – salida 14/8/2023
Inscripción: personas con prioridad 13/6/2023
Inscripción: público general 22/6/2023
Fecha de viaje: entrada 15/8/2023 – salida 21/8/2023
Inscripción: personas con prioridad 20/6/2023
Inscripción: público general 29/6/2022
Fecha de viaje: entrada 22/8/2023 – salida 28/8/2023
Inscripción: personas con prioridad 27/6/2023
Inscripción: público general 6/7/2023
Fecha de viaje: entrada 29/8/2023 – salida 4/9/2023
Inscripción: personas con prioridad 4/7/2023
Inscripción: público general 13/7/2023

¿Qué necesito para aplicar a Turismo Social?

El programa de Turismo Social está dirigido a personas que viajan en grupos familiares o de forma particular, con un máximo de 10 personas. Las estadías son de seis noches y el ingreso es los días martes. Para acceder aplicar a este beneficio se necesitan los siguientes requisitos:

Tener una cuenta en Mi Argentina, ya que será necesaria para registrarse en la web de Turismo Social para poder realizar la inscripción.

Datos de la Persona titular: Nombre y Apellido, Sexo, N° de DNI, N° de Trámite de DNI, Fecha de Nacimiento, Correo electrónico de contacto y Teléfono.

En el caso de que sea más de un integrante dentro de una misma solicitud, se deberán completar los mismos datos que se solicitó a la persona titular, con el agregado de especificar el parentesco entre el titular y los demás integrantes.

Cabe destacar que si viajan menores de edad con su Padre/Madre/Tutor, es necesario acreditar el vínculo adjuntando el lado reverso del DNI o la partida de nacimiento, y en el caso que no, se deberá adjuntar la autorización correspondiente.

En el caso de solicitar la tarifa reducida, se deberá acreditar condición con:

Último recibo de sueldo o último recibo de cobro de jubilaciones/ pensiones, o constancia de último pago de monotributo/autónomo, o certificado de negatividad de aportes de ANSES, o constancia de beneficio/cobro de programas sociales.

Certificado de discapacidad vigente.

Certificado Único de Veteranos/as de Guerra de Malvinas.

DNI o partida de nacimiento de menores de 3 a 9 años inclusive.

En el caso de solicitar la tarifa sin cargo, se deberá acreditar condición con:

Certificado de 30 años de servicios.

DNI o partida de nacimiento de menores de 3 años.

¿Cómo me anoto para el Turismo Social?

La inscripción se realizará en base a un calendario de viajes. El mismo tendrá dos llamados de inscripción para cada fecha de viaje. El primero será para prioritarios y el segundo es para todos, Lo primero que hay que hacer es buscar las fechas de los viajes (que figuran arriba en esta nota).

Luego hay que ingresar al sitio Web de Turismo Social y para poder inscribirse hay que contar con una cuenta de Mi Argentina de nivel 3 (la validación se realiza con datos biométricos). Luego, se completa la solicitud en la fecha correspondiente y se debe tener en cuenta que el hecho de haber aplicado no garantiza luego tener la plaza.

En el caso de que la solicitud sea aprobada el turista recibirá un correo electrónico con una orden de pago que se puede abonar en un máximo de 72 horas de corrido. Un detalle a tener en cuenta: el Ministerio de Turismo y Deportes solamente permite al turista viajar una vez en el año en el marco del Turismo Social, para que más personas puedan disfrutar del beneficio.

¿Cuánto cuesta hacer Turismo Social en la Argentina?
Tanto la Unidad Turística de Chapadmalal como la de Embalse tienen una infraestructura similar con dos tipos de Hoteles “A” y “B”. Los hoteles de categoría “A” cuestan $ 2.000 por día por persona, tienen pensión completa (desayuno, almuerzo y cena) y un baño compartido cada dos habitaciones. Los de categoría “B” valen $ 1.500 por día por persona y ofrecen el mismo servicio de pensión completa, aunque los baños son compartidos con más gente.

El transporte no está incluido en esta tarifa y deberá gestionarlo el turista por su propia cuenta. Los menores de tres años pueden alojarse en forma gratuita y abonan el 50% de la tarifa las personas e hijos/as menores de edad que perciban un ingreso menor o igual a dos salarios mínimos vitales y móviles,


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El día después de mañana

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Eduardo Aliverti

Por Eduardo Aliverti

En el fondo, bien en el fondo, casi lo único que hizo Javier Milei este mediodía fue reiterar las frases hechas, tecnocráticas y de aspiración filosófica, que viene recitando hace años en los medios que lo promovieron. No hubo detalles -tampoco cabía esperarlos- del shock bestial que refirió. Eso queda para este lunes, y la semana, en los anuncios del Caputazo.

Las diferencias fueron el marco escenográfico, con una cantidad de público que le aguantó los trapos cubriendo hasta la mitad y poco más la plaza del Congreso. Y, claro está, que ahora es Presidente. No un desencajado televisivo.

Los aspectos anecdóticos son precisamente eso. Haber despreciado a la Asamblea Legislativa sin dirigirle un saludo. Su lectura patética, plagada de furcios y sin la más mínima empatía con la gente que, como señaló un colega, se juntó para escuchar que la inflación y la pobreza se arreglan con más inflación y más pobreza. Hablar de “roll over” y de porcentajes del PBI frente a una multitud: la que estaba y los millones que veían desde sus casas. Insistir con que Argentina es “un baño de sangre” y agregarle que “el que corta, no cobra”. ¿Represión y chau, Milei? ¿O “negociemos”? Más cien años de colectivismo destructor: volvamos al siglo XIX, y con toda la furia al XX pero antes del sufragio universal. Sarmiento y Roca, así dijo el Presidente, en una apelación que no debería subestimarse porque sintoniza -o algo así- con la vocación de libertad emprendedurista de sus votantes.

¿O no? ¿O será eso de que la brutalidad del ajuste vale mientras sea contra un “otro” que no soy yo? De paso: Milei no mencionó la palabra “casta” en ningún pasaje de su discurso.

Sólo la muñeca política del macrimileísmo -o menemismo 2.0, como algunos prefieren llamarle- determinará si lo que asumió hoy es efectivamente el gobierno más débil desde la recuperación democrática.

En las percepciones y números fríos, sin duda lo es.

Yendo en orden cronológico, Milei saltó a los primeros planos de la política, a velocidad de récord, desde el panelismo y las entrevistas televisivas (a más o antes que las redes, lo cual es una polémica no del todo saldada y que hoy, quizás, ya carece de mayor sentido).

Su ascenso meteórico trajo, además, dos novedades que permanecen. Y que siguen invitando a descartar varios o todos los manuales.

La primera es el crecimiento exclusivo alrededor de su única figura. Jamás construyó siquiera un atisbo de partido o estructura. Esto llegó hasta el punto de que su rotundo fracaso en las elecciones provinciales, absolutamente todas, precipitara el apuro de “la cátedra” para diagnosticar que apenas se trataba de un fenómeno mediático y porteño. Humo.

La segunda novedad, empalmada con la anterior, es su ausencia casi completa de territorialidad física.

Hay una inmensa mayoría de provincias, ciudades y zonas que Milei ni apenas pisó, incluso en las rectas finales de primera y segunda vuelta. Siempre se afirmó, en coincidencia prácticamente unánime, que toda fuerza política debía asentarse sobre tres pilares: proyecto, liderazgo y territorio. El tercero sería susceptible de ser anulado, a menos que se lo mude a territorialidad tecnológica, virtual, digital o símiles. Definir eso con precisión puede ser atrapante para la escena semiótica pero, en cualquier caso, queda por detrás de que el contacto físico directo y la organización de aparatos penetrantes ya no son garantía de nada. De hecho, se acumularon montones de campañas en que la fortaleza presencial, los actos de masas, la relación estrecha entre candidatos y pueblo, se han esfumado.

Milei arribó al trance decisivo de las elecciones sin otra expectativa que la revelada por él mismo: alcanzar un piso alrededor del 20 por ciento de los votosy sentirse definitivamente entre las fuerzas del cielo si lograba superar ese volumen en 3 o 4 puntos como mucho.

Si lo que sucedió desde las Primarias lo asombra a él en primer lugar, o si se confesó corriendo muy de atrás por razones de táctica comunicacional, es una discusión estéril.

Lo concreto es que, como quiera que sea, de ninguna manera se preparó para gobernar. Sólo a un desquiciado analítico puede ocurrírsele que se entrena para esa función alguien que eliminó contar con gobernadores, intendentes, esqueleto básico de parlamentarios, preparación para los debates y la lista continúa.

Milei, excepto por el apoyo de sus periodistas gurkas (en el último tramo, porque previo a eso eran “los ensobrados”), dispuso de dos potencias que se confirmaron o descubrieron tan grandes como irreversibles.

Una, la bronca contra la inflación monstruosa en retroalimento con el espíritu gorila tradicional, fijo, alto, muy alto, que se corta las manos antes de votar algo que aun de lejos huela a peronismo. La otra, lo numéricamente auténtico de la base mileísta, es ese 30 por ciento capaz de haber comprado que habría una motosierra contra la casta y que pasaría a cobrar sus sueldos en dólares. Se aceptan refutes de quienes lo consideren una reducción simplota.

Frente a la imposibilidad de armar un Gobierno por su cuenta y por fuera de las frívolas polémicas y operetas en torno a resentimientos personales, Milei debió recurrir al macrismo para llenar casilleros y ni así le es suficiente.

Llega a su mandato con enormes problemas de administración operativa en el Estado. Debe apelar a que en primeras, segundas y terceras líneas subsistan nombres del gobierno que se fue. Le da una mano el cordobesismo, cubriéndole cargos y cajas varias, pero no basta. Y en el Congreso nunca se ha visto fragmentación semejante, ex cambiemitas incluidos o a la cabeza. El símbolo de la Legislatura bonaerense tal vez sea insuperable: La Libertad Avanza tiene 16 miembros y, antes de empezar, ya se rompieron en cuatro bloques, con dos unipersonales.

Es este escenario, junto con las marchas y contramarchas acerca de cómo gestionar el tamaño del ajuste, lo que permite inferir la debilidad inédita de Milei & Cía. Pero las cuentas políticas no se sacan de ese modo.

Néstor Kirchner asumió con casi más desocupados que votantes y produjo una anomalía progresista impactante. Se trataba de un pingüino más bien desconocido y las comparaciones no valen en cuanto a orientación ideológica siendo que, encima, Kirchner era un animal político. Supo articular de entrada con la realidad, y nunca con el mesianismo. Milei está empezando a aterrizar y habrá que ver cómo se las arregla pero, para volver a la cuestión: debilidad inicial no significa necesariamente que chocará de manera inevitable a las primeras de cambio.

A mediano y largo aliento sí no hay incertidumbre. O no debería haberla.

Devaluación; “ordenamiento fiscal” contra los que menos tienen; toma de nueva deuda para reciclar la existente; achique del Estado como regulador de los desequilibrios sociales; tipo de cambio “sincerado”; congelamientos salariales y de la obra pública; emisión reducida hasta límites de irresponsabilidad institucional en todo mecanismo regulatorio del “mercado”, terminan inexorablemente en una catástrofe. No es un pronóstico. Es lo que, con sus variantes secundarias, aconteció con Martínez de Hoz, con Menem y con Macri.

Por tanto, estamos hablando de la velocidad de los plazos.

El envión del ganador y los amigos del campeón son un efluvio, que por cierto no impedirá los negocios que implementarán mientras les dure. Toto Caputo, para no abundar, será un perverso que nos endeudó hasta por cien años, pero no por eso deja de ser un maestro de la timba financiera en beneficio de los suyos.

La pregunta renovadísima es si el nuevo Presidente, en un país con inclinación total al presidencialismo, tendrá estatura política para satisfacer al combo que lo llevó hasta acá. Ese combo que abarca sectores de debajo de la pirámide y clase media que se tiró una cana al aire. Y en medio de una escalada de precios, a especulación pura, que tiene límites imprecisos en cuanto a la capacidad de aguante.

Disculpas por la siguiente obviedad, reiterada a derecha e izquierda.

Con gritos, insultos, eslóganes, auto-referencias de personaje disruptivo y aprovechamiento de la bronca se pueden ganar elecciones.

Gobernar es otra cosa y hoy debutó dejar atrás la adolescencia.


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