SOCIEDAD
El PRO ahora inventa que hubo un «error de comunicación», pero Adorni los vuelve a exponer

En el partido de Macri salieron a salvar la relación con Milei e intentaron disimular el desplante. Pero el vocero dijo que ni se habló del tema.
En el PRO trataron de disimular el desplante de Javier Milei a la negociación por el Impuesto País y salieron a instalar la versión de «un error de comunicación», pero el vocero Manuel Adorni los dejó expuestos y aseguró que el tema ni siquiera se tocó.
Mientras desde el resto de los bloques «dialoguistas» ponen en duda la sesión del miércoles por la falta de acuerdo con el Gobierno, desde el macrismo buscan bajarle el tono al cortocircuito e insisten con votarle a Milei la Ley Ómnibus.
Desde las provincias gobernadas por el PRO buscaron desde temprano instalar la versión del «error de comunicación», algo que luego confirmó Jorge Macri. «Hubo un malentendido o tal vez alguien no lo comunicó bien», aseguró el jefe de Gobierno porteño.
Según explicó Jorge Macri, el planteo de los gobernadores fue que el 30% del Impuesto País que está destinado al Fondo de Integración Socio Urbana, establecido en la ley de barrios populares, se reparta entre las provincias. «Sin tocar el 70% del gobierno federal. No es coparticipar el impuesto federal, sino que el uso único que tenía el 30% restante pueda ser definido en función de las necesidades de cada provincia», dijo en TN, en un intento por darle un giro y decir lo mismo: que se pidió la coparticipación del 30%.
Nicolás Massot, uno de los principales negociadores de la oposición, dio su versión diferente a la de Jorge. «Se abordó una necesidad que tiene el Gobierno de dejar en firme un impuesto que lamentablemente se está haciendo cada vez más importante en el sistema tributario que es el Impuesto País. Un impuesto que tenía 70% de su producido iba a la Anses y el 30% a una ley de barrios populares. Ese impuesto se vio multiplicado por diez, porque a finales del año pasado se agregaron muchísimos conceptos a la base y Milei llevó la alícuota del 7,5 al 17,5. El planteo fue simple, sobre el incremental coparticipemos el impuesto de manera que el ajuste que está haciendo el Gobierno sobre dinero de las provincias puede ayudar a que las provincias alcancen su equilibrio fiscal».
Pero el intento de defensa de Jorge Macri y otros gobernadores del PRO chocó con la versión que salió a dar la Casa Rosada y es que el tema ni siquiera se abordó.
«No sólo que no se habló en la reunión, sino que no está en discusión», afirmó Manuel Adorni. «Reviste total falsedad, jamás se puso en discusión la coparticipación del Impuesto País», insistió el vocero.
Más allá de la postura del PRO de intentar salvar la negociación, en el resto de la oposición dialoguista hay desconcierto por el desplante de Milei. Según supo LPO, varios gobernadores se quedaron en Buenos Aires en estado de shock, a la espera de cómo seguir la discusión.
«Me parece que el presidente no dimensiona el interior y sus problemas», lamentó a LPO un gobernador de la oposición, que pronosticó como «muy difícil» que se avance con la ley aunque reiteró que su compromiso es «buscar soluciones». Desde otra provincia dijeron que ni siquiera saben si habrá sesión ni cómo sigue la negociación en el Congreso.
RIO TURBIO
20 de junio ¿por qué celebramos el Día de la Bandera?

A 205 años del fallecimiento de Belgrano, la Argentina celebra el Día de la Bandera. Por qué se eligió esta fecha, cómo nació el símbolo patrio más reconocido y qué lugar ocupa hoy en la construcción de la identidad nacional.
Por Dr. Cristian Baquero Lazcano
Cada año, cuando el invierno apenas asoma y el calendario marca el 20 de junio, la Argentina entera detiene su marcha. Las aulas, las plazas, los medios de comunicación y los discursos institucionales se visten de celeste y blanco. El Día de la Bandera no es solo una evocación protocolar, es una cita con la historia y con la identidad.
La fecha fue establecida por ley en 1938, como homenaje al fallecimiento de Manuel Belgrano, creador de la enseña patria, ocurrido el 20 de junio de 1820. Pero la elección no fue casual ni improvisada, fue una forma de dar visibilidad y reconocimiento tardío a uno de los hombres más lúcidos, comprometidos y silenciosos de la emancipación sudamericana.
¿Por qué el 20 de junio?
Belgrano murió en soledad y sin honores oficiales. Aquel 20 de junio de 1820, Buenos Aires atravesaba una de las mayores crisis políticas de su historia, las provincias estaban en conflicto, las autoridades se disputaban el poder, y el deceso del prócer pasó prácticamente inadvertido. No hubo exequias de Estado ni luto nacional.
Recién en el siglo XX se saldaría esa deuda simbólica con la figura del prócer. El 8 de junio de 1938, el Congreso Nacional sancionó la Ley 12.361, que instauró el 20 de junio como feriado nacional en homenaje a la bandera y a su creador. Desde 2011, por decreto, es un feriado inamovible. Y desde entonces, la fecha se transformó en una jornada de reflexión, promesa escolar y conmemoraciones masivas, especialmente en Rosario, donde la bandera fue izada por primera vez.
Una bandera que nació sin autorización
La bandera argentina fue creada el 27 de febrero de 1812, en el entonces villorrio de Rosario, en plena campaña del Ejército del Norte. Belgrano, al frente de las tropas, ordenó levantar una bandera que pudiera distinguir a los soldados patriotas en el campo de batalla. La escarapela ya había sido adoptada oficialmente días antes, con los colores blanco y celeste.
“Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”, escribió Belgrano en su informe. El Triunvirato porteño, sin embargo, le prohibió seguir usándola. Pero el símbolo ya había calado hondo.
Del campo de batalla al aula escolar
Los primeros usos de la bandera fueron estrictamente militares. En una época sin uniformes ni divisas claras, era clave tener una insignia que permitiera distinguir aliados de enemigos. El color rojo, tradicionalmente asociado a los realistas, fue evitado de forma explícita por Belgrano.
Con el tiempo, la bandera ganó legitimidad popular y política. El Congreso de Tucumán la adoptó como símbolo nacional en 1816, y dos años después, en 1818, se incorporó el Sol de Mayo, inspirado en las primeras monedas patrias acuñadas en Potosí.
Este sol -con rostro humano y 32 rayos alternados- representa la Revolución de Mayo y marca el carácter de “bandera mayor” o de guerra, a diferencia de la versión sin sol, usada hasta 1985 por particulares.
Rosario, el corazón de la celebración
La ciudad de Rosario, donde Belgrano izó por primera vez la bandera a orillas del río Paraná, es la sede histórica de las celebraciones. Allí se erige el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado oficialmente el 20 de junio de 1957, con desfiles, discursos y presencia de autoridades. Desde hace algunos años, se sumó un símbolo colectivo de gran impacto, la bandera más larga del mundo, confeccionada por miles de vecinos y escuelas en tramos que se van uniendo hasta superar los diez kilómetros.
De emblema militar a símbolo colectivo
La bandera no es solo un paño, ni un accesorio ornamental. Es un emblema de pertenencia, un testigo silencioso de la historia y una señal de identidad cultural. Flamea en las escuelas, pero también en los balcones, los estadios, las movilizaciones, las tragedias y los logros deportivos.
Por eso, cada 20 de junio, la Promesa de Lealtad a la Bandera que realizan los alumnos de cuarto grado en todo el país adquiere una profundidad especial. No es una fórmula vacía. Es la primera vez que muchos niños se reconocen parte de una comunidad política que los trasciende.
Un legado que interpela
Belgrano no fue solo el creador de la bandera. Fue también un reformista ilustrado, defensor de la educación gratuita, promotor de la industria nacional y figura clave en el proceso de independencia. Su vida, cargada de renuncias personales y servicio público, representa una ética de la responsabilidad que todavía hoy resulta incómoda en tiempos de discursos fáciles.
Que este 20 de junio no sea apenas una jornada con discursos escolares y mástiles engalanados. Que sea también un momento para preguntarnos cuánto hay en nosotros de esa promesa original, la de construir una patria libre, justa y soberana. Como la que Belgrano imaginó bajo su bandera.
(*) Cristian Baquero Lazcano
Profesor e Investigador Universitario. Doctor en Psicología Social. Director de Comunicación de la Asociación Argentina de Ceremonial y Protocolo (ASARP). Especialista en Heráldica y Vexilología. Creador de banderas y escudos oficiales en municipios y comunas de la República Argentina.
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