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El PJ bonaerense analizó la estrategia para octubre: «Ganar bien la Provincia para entrar al balotaje»

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Máximo Kirchner encabezó la primera reunión post PASO del partido a nivel provincial. Hubo análisis de los números y respaldo a Sergio Massa y Axel Kicillof.

Por: Jorgelina Naveiro@jornaveiro

El PJ bonaerense tuvo este miércoles su primera reunión post elecciones PASO. Encabezados por el presidente del partido, Máximo Kirchner, los consejeros y las consejeras repasaron los resultados del 13 de agosto en cada sección electoral, respaldaron las «medidas de alivio» anunciadas por el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, y analizaron la ingeniería electoral de cara al 22 de octubre. El objetivo es subir el piso de votos en la Provincia para entrar al balotaje nacional.

El encuentro, que se extendió por más de tres horas, se realizó en la sede del PJ platense, en 54 entre 7 y 8, en pleno centro de la ciudad de la capital provincial. Hubo almuerzo y larga sobremesa en la que los consejeros, entre ellos ministros, intendentes, legisladores y candidatos en distintas categorías de la boleta de UxP, fueron opinando sobre lo que dejaron las PASO y cómo debería ser esta segunda parte de la campaña para incrementar los votos en Buenos Aires.

El cierre estuvo a cargo de Kirchner. «Vamos a ganar bien la Provincia el 22 de octubre y esto va a ser fundamental para que Sergio (Massa) y nuestra fuerza ingresen en el balotaje a nivel nacional. Estamos convencidos y trabajando para garantizar un mejor resultado en Buenos Aires», señaló, y agregó, como otros dirigentes, que hay que ir a buscar a los que no fueron a votar, entre ellos muchos afiliados al PJ. «A la gente, más que convencerla, hay que escucharla», apuntó.

El presidente del PJ bonaerense, Máximo Kircher, encabezó hoy la reunión del Consejo partidario en La Plata. pic.twitter.com/gIRMobVXck— PJ Provincia de Buenos Aires (@BonaerensePJ) September 13, 2023

Durante la reunión, también hubo apoyo a las medidas anunciadas por Massa en las últimas semanas como la implementación de la suma fija de 60 mil pesos y la suba del mínimo del impuesto a las Ganancias, que permiten seguir recuperando el poder adquisitivo frente a la inflación que no cede y que en agosto trepó al 12,4%, según informó el INDEC mientras transcurría el consejo del PJ. En el mismo sentido, todos los presentes ratificaron el respaldo a la gestión de Axel Kicillof, candidato a la reelección de Unión por la Patria, quien triunfó en las PASO.

La dirigencia coincidió en la necesidad de «seguir trabajando en el debate conceptual de cara a la ciudadanía» y advirtieron sobre «las inconsistencias» en las propuestas económicas de los candidatos presidenciales de la oposición, Javier Milei, de La Libertad Avanza, y Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio.

«La tarea es enorme y los recursos son cada vez menos. El FMI condiciona el funcionamiento del Estado y el acuerdo, como venimos diciendo, es inflacionario», señaló el presidente del PJ bonaerense. Y agregó: «Tenemos la oportunidad de construir la victoria en octubre. Tomamos decisiones para recuperar municipios que permitieran al peronismo de Buenos Aires retener la gobernación y sumar en la elección nacional».

Las definiciones de Máximo

Tras la reunión, en rueda de prensa con los medios, Kirchner aseguró que no hay que enojarse con el voto de la gente y que hay «conciencia plena» de los dirigentes peronistas de los problemas que hay que afrontar «más allá de lo meramente electoral». Y recordó los dos conceptos que la vicepresidenta Cristina Kirchner había usado, en 2017, cuando gobernaba Cambiemos: orden y salario. «Creo que no se trata solo de ganar una elección porque nos remite a algo deportivo. Se trata de pensar cómo le podemos mejorar la vida a la gente», subrayó.

Consultado sobre la participación de la vicepresidenta en la campaña, el diputado nacional sostuvo que «es bueno que las personas que tienen ascendencia sobre la sociedad puedan encontrarse con ella», pero aclaró que será la exmandataria la que defina cuándo y cómo. «Verá cómo lo hace, seguramente lo va a hacer, encontrará sus tiempos. Tampoco es la candidata, en esto la maniobra del Partido Judicial fue clara. Podemos ver en estos resultados por qué también sacaron a Cristina de la cancha, como lo hicieron con (Juan) Manzur en Tucumán o en San Juan», señaló.

Aseguró también que no lo sorprendió el «fenómeno Milei» y lo comparó con la derrota del expresidente Néstor Kirchner en 2009 frente al empresario Francisco De Narvaéz. «No me sorprende. A Néstor Kirchner le tocó perder una elección con De Narváez acá en Buenos Aires. Se había ido con 70% de imagen positiva del gobierno, había cancelado la deuda con el FMI, y vino De Narváez, un empresario argentino, un emprendedor, y le ganó una elección», dijo, y recordó que el debate era «entre alguien que decía ´alica alicate´ y un tipo que había administrado el Estado».

En este punto consideró que, así como en 2009, «Argentina no venía bien. Había habido sequía y había ocurrido la crisis financiera norteamericana por la caída de Lehmann Brothers». En este momento el voto de la ciudadanía al líder de la La libertad Avanza es consecuencia de la deuda tomada con el FMI. «Diría que Milei es hijo del endeudamiento con el FMI», cerró.

Participaron de la reunión en La Plata el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde; el titular del Grupo Bapro y candidato a intendente de Merlo, Gustavo Menéndez; el ministro de Infraestructura bonaerense, Leonardo Nardini; la intendenta de Moreno y vicepresidenta del PJ, Mariel Fernández; el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout; el ministro de Justicia y DD.HH y candidato a intendente de La Plata, Julio Alak, y su par de Trabajo, Walter Correa.

También estuvieron la directora de ANSES, Fernanda Raverta; la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; la intendenta de Cañuelas, Marisa Fassi, y su par de Merlo, Karina Menéndez; la diputada nacional del FdT, Vanesa Siley; el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés «Cuervo» Larroque; los senadores Teresa García y Omar Plaini, y la presidenta del IPS, Marina Moretti, entre otros consejeros que integran la conducción del PJ.


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A qué juega Massa: Movidas audaces pero sin patear el tablero

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La reacción del FMI, las corporaciones y la población más vulnerable al conjunto de las medidas económicas tomadas en las últimas semanas por Sergio Massa. El impacto de la eliminación de Ganancias para los trabajadores y la devolución del IVA.
Raúl Dellatorre

Por Raúl Dellatorre

Si el resultado de las elecciones pasara principalmente por la economía, ¿quién va a definir estas elecciones? ¿El estado de ánimo de la población o las propuestas de los candidatos? ¿Importan o se perciben las diferencias entre las propuestas económicas? ¿O predomina el voto «enojo y castigo» por sobre la evaluación de esas diferencias?. Además, ¿cómo juega el factor externo, el poder económico global, en la pelea? ¿Qué incidencia tiene el FMI, o el gobierno de Estados Unidos, en el voto? Dicho de otro modo: ¿por quién vota el FMI?

Sin que la pretensión de este cronista sea la de responder a todos esos interrogantes –diría nuestro «por siempre» inolvidable Mario Wainfeld–, se podría asegurar que diversas acciones de diferentes actores en los últimos días, conllevan la intención de responder a varias de esas preguntas a la vez. Tomemos tres momentos de esa secuencia. La conferencia de prensa de la portavoz del FMI del jueves. La reunión virtual del Consejo del Salario del miércoles. El resumen que hace Sergio Massa del conjunto de medidas adoptadas con posterioridad a la devaluación del 14 de agosto, en cualquiera de sus últimas presentaciones. 

Las expresiones de Julie Kozack, vocera del FMI, del jueves con respecto a la situación argentina valen tanto por lo que dijo como por lo que sugirió sin decir. Veamos. «La situación económica actual sigue siendo muy desafiante y compleja. La inflación es muy alta y está subiendo. Los activos de las reservas internacionales son bajos. Las condiciones sociales son frágiles». Esta síntesis del cuadro, arrojado sobre la mesa no como un informe que llevó por escrito, sino en respuesta a preguntas de los periodistas, no tienen evidentemente la intención de llevar calma y sugerir que los problemas se están resolviendo, sino que está poniendo de manifiesto crudamente la gravedad de la situación. 

Vayamos a cómo siguió su relato, cuando le preguntaron específicamente por las últimas medidas tomadas por el gobierno argentino, todas con clara orientación de provocar transferencias de ingresos a favor de los sectores medios y bajos, a costa en su mayoría de las arcas fiscales. 

«Las medidas políticas y los anuncios adoptados recientemente se suman a los desafíos de Argentina. El paquete de medidas que se tomaron, acordado con el Fondo en el contexto de las recientes revisiones, tenía la intención de salvaguardar la estabilidad y reconstruir las reservas. Estamos trabajando en entender mejor el impacto y la necesidad de medidas de compensación».

Lo dicho por la portavoz del Fondo sugiere que el organismo no desconocía las medidas que iba a tomar Massa tras recibir, el 23 de agosto, el desembolso de 7500 millones de dólares. Esas medidas, que empezó a anunciar el domingo 27, buscaban compensar los efectos de la devaluación del 14 de agosto, un día después de las PASO. 

Al FMI no le gustan esas medidas de transferencias que aumentan los gastos del gobierno. Pero a Massa tampoco le gustó que le impusieran la devaluación ni le reconoce méritos al salto cambiario. «Si algo mejoramos en la balanza en las últimas semanas, fue por la extensión del impuesto PAIS a la importación de ciertos bienes y servicios, que frenó parte de los pagos al exterior por operaciones especulativas. La devaluación no nos dejó nada en divisas, y en cambio nos provocó un shock inflacionario y deterioro de los ingresos de la población«, señala el ministro candidato en reuniones con allegados. 

Hasta aquí, este es el choque más evidente entre el FMI y el gobierno desde que se aprobó el acuerdo de facilidades extendidas, en marzo de 2022. Pero no significa un alejamiento o ruptura, necesariamente. Si no, detengámonos en lo que dijo Kozack al ser consultada sobre una eventual sustitución del peso por el dólar en la economía argentina:

«Determinar la tasa de cambio es prerrogativa de cada país soberano. Lo que al organismo (FMI) le preocupa de una dolarización es que se pueda asegurar que las políticas macroeconómicas son consistentes con una transición ordenada. Una dolarización total requiere de importantes pasos preparatorios, y tampoco es un sustituto de las buenas políticas macroeconómicas». 

De lo que se deduce que la funcionaria, una estrecha allegada a Kristalina Georgieva, le «bajó el precio» a la dolarización: no considera que sea el remedio mágico para alcanzar la estabilidad monetaria y fiscal –que es la verdad revelada en la religión de Javier Milei– ni parece avalar que estén dadas las condiciones para semejante ensayo. 

Si bien Massa tiene razones para interpretar que el FMI le dio la espalda cuando más apoyo necesitaba en divisas, hay que comprender que este organismo dejó aun más huérfano el experimento de la dolarización que Milei vende como poción mágica. 

En el plano interno, varios de los participantes de la reunión del consejo del salario del miércoles, que definió un aumento del mínimo del 32 por ciento para el último trimestre del año, coincidieron en destacar la actitud de «prudencia» de la representación empresaria, en la que siempre se destaca el rol de la UIA. La reunión fue corta, expeditiva. Hubo un rápido acuerdo para definir un aumento «moderado» frente a una inflación mensual que todavía sigue arriba del 10 por ciento, sin expresiones discordantes de la UIA. «Se cuidaron mucho de no quedar como los que patean el tablero en una situación de emergencia; hay mucha sensibilidad por el clima electoral», confió una muy alta fuente. ¿Prudencia o realineamiento? 

En cuanto a la propia mirada del gobierno sobre las medidas, hay una conclusión que es unánime: la derogación del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría (trabajadores en relación de dependencia) y la devolución del IVA sobre compra de productos de la canasta familiar han sido las más impactantes. «Cambiaron el ánimo en el ambiente laboral», sostienen dirigentes sindicales de los que recorren fábricas permanentemente. 

Hay un error de perspectiva en quienes sostienen que eliminar Ganancias «apenas» favorece a un puñado de asalariados de altos ingresos. Quienes vienen detrás, con salarios medios o medio/altos, que pagaron Ganancias en el pasado, saben que un simple retraso de seis meses en la actualización del «piso», frente a una inflación elevada, los mete de nuevo en el terreno de los que pagan. Solo la ley que deroga la cuarta categoría le brinda la tranquilidad de que no volverán a estar alcanzados.

Por último, la devolución del IVA tuvo el enorme mérito, que pocas políticas públicas logran, de su masividad. Al trabajador informal, de bajos ingresos, que se maneja con tarjeta (no son todos, pero es una buena proporción), la medida le llega y lo percibe. Quienes trabajan permanentemente en esa franja de la población, señalan que se notó el impacto. 

En una elección en la que la economía define, el ministro y candidato Massa retomó la iniciativa, mueve el tablero y hasta los factores de poder internos y externos se acomodaron en función de esas iniciativas. Con una oposición casi congelada, jugó una carta más, y de las pesadas: un gobierno de unidad nacional, que incluya a parte de una oposición que podría desmembrarse después de la primera vuelta. Una imagen que no cae nada mal allá, por el Norte, cuyo embajador incluso se anticipó a ofrecer su apoyo si los «moderados» de las dos fuerzas que en ese momento se mostraban en pugna, se juntaban. La «gobernabilidad» los prefiere moderados.


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