SOCIEDAD
El escandaloso chat entre jueces, funcionarios porteños y el presidente del Grupo Clarín

Involucra a los jueces Mahiques, Ercolini y Yadarola, Marcelo D’Alessandro de Seguridad de CABA y Jorge Rendo, segundo de Magnetto. Las artimañas para esconder una visita a Joe Lewis.
Por: Néstor Espósito@nestoresposito
El grupo de Telegram fue creado –vaya paradoja– el 17 de octubre pasado como una suerte de comité de crisis después que trascendiera que un grupo de funcionarios judiciales viajó por invitación de directivos del Grupo Clarín a la zona del Lago Escondido, encerrada en el latifundio del magnate británico Joe Lewis, amigo personal del expresidente Mauricio Macri.
El grupo fue creado por Pablo Casey, director de Asuntos Legales e Institucionales del Grupo Clarín y sobrino de Héctor Magnetto. Y lo integran el CEO de ese grupo empresario Jorge Rendo; los jueces Pablo Yadarola, Julián Ercolini, Pablo Cayssials y Carlos «Coco» Mahiques; el ministro de Seguridad de CABA, Marcelo D’Alessandro; el exjefe de Legales de la SIDE y dueño de una consultora de medios Tomás Reinke y Leo Bergot, quien en realidad es el exhombre de la SIDE Leonardo Bergroth. Todos formaron parte del misterioso viaje en un chárter al sur que trascendió por la denuncia de dos dirigentes del Frente de Todos de Bariloche.
El grupo se llama «Operación de Página/12» porque fue ese diario el que contó sobre esa relación con apariencia indubitable de promiscuidad. Las conversaciones parciales de ese grupo trascendieron en las últimas horas y son un escándalo. Todos aseguran no haber hecho «nada malo», pero se empecinan en prefabricar y adulterar pruebas, inventar coartadas, incluso fabricar facturas truchas para demostrar que todo fue legal. Y prometen cobrarse venganza con quien suponen que fue el responsable de filtrar esa «reunión de amigos»: el jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), José Glinski.
Del intercambio surge clara la presencia del Grupo Clarín en el viaje. Mientras todos discutían cómo hacer figurar que habían pagado cada uno su viaje y alojamiento, el directivo Pablo Casey les transmitió un mensaje: «Muchachos, más allá de todo lo que paguen, quiero decirles que yo me encargo de todo porque es mi responsabilidad», a lo que Yadarola, magistrado, le responde: «Pablo, ni lo digas. Somos un grupo y fuiste más que generoso en la invitación».
Jorge Rendo fue quien recibió a los viajeros en el Aeropuerto de Bariloche el 13 de octubre pasado. Se mostró preocupado por eso, ante la posible difusión de imágenes. «El tema de las cámaras es que en el aeropuerto de Bariloche estábamos Pablo (supuestamente Yadarola, aunque también podría ser Casey) y yo esperándolos y nos subimos juntos a las camionetas». El juez Pablo Yadarola le responde: «Cierto, Jorge. Ahí podemos estar juntos en imágenes».
Rendo fue también el garante de que nada apareciera en los medios del Grupo. Y quien operó para diluir la trascendencia en el suyo y en otros medios, a punto tal que el 20 de octubre abrió la ronda de chat con una evaluación: «Yo no vi nada hoy. Creo que, si no hay ningún ‘hecho nuevo’ el tema está terminado mediáticamente».
Los jueces Ercolini y especialmente Yadarola son los más activos en buscar cómo afrontar la situación dando apariencia de normalidad y legalidad. «Difícil de explicar que todos juntos fuimos a otro lado sin dejar cabos sueltos», reconoció Ercolini. Su colega Cayssials directamente propone mentir sobre el lugar en el que estuvieron: «Puedo conseguir una casa a la que fuimos a Bariloche. Es de un amigo que puede decir que nos la prestó». Y propone fabricar otra realidad: «De paso si quieren el mes que viene vamos de verdad ahí y nos sacamos las fotos con él ahí y cerramos todo». Ercolini parece entusiasmado: «Si se consiguiera eso, sólo queda la idea de confabulación, que es la nada misma. Salvo que tengan más».
Todos aseguran que el expresidente Macri no tuvo nada que ver con el viaje. Se burlan de las especulaciones en ese sentido y Casey incluso dice que «Macri no debe entender nada!!!! Jajaja». Pero hablan de otros viajes anteriores, con los mismos y otros personajes. Siempre invitados por el poder real, siempre en secreto. Hasta que trascendió.
El juez Yadarola le apuntó directamente al jefe de la PSA. «Eso no lo hacen sin una orden de la conducción política, José Glinski. Para anotarlo porque es el responsable». A Glinski le prometen de todo, menos justicia. El ministro porteño D’Alessandro le anunció al grupo: Si en algún momento me tocara ser ministro de Nación, lo primero que hago es disolver la PSA». Yadarola anuncia: «Estoy seguro que nos volvemos a cruzar en cualquier momento», ante lo que D’Alessandro le formula un pedido por anticipado: «Dame el gusto de ir a buscarlo con un patrullero nuestro que lo hago cagar».
«Estoy caliente y motivado para hacer la denuncia penal al puto de la PSA. Conténganme porque se me acaba la paciencia!», anuncia el juez de la Cámara de Casación, Carlos Mahiques. Bergroth cumple: «Coco, cuando tengamos cerrado todo pasamos a la ofensiva. Todavía me parece que hay fuego de todos lados y de toda clase. Nos tenemos que juntar para la estrategia». Pero Mahiques está desatado: «Estaría bueno instalar la idea de un espionaje con intervención de un organismo estatal de seguridad (la PSA) en los medios. Y enfatizar el fake de la noticia. Nos cargamos a la PSA. (…) Habría que hacerle llegar al PSA que le vamos a tirar con munición gruesa y que mejor no entregue nada más».
Tarde. El directivo de Clarín Pablo Casey anuncia al grupo: «Ya se lo hice llegar». Y D’Alessandro saca pecho: «A mí me mandó a preguntar si quería hablar con él… Le dije q no hacía falta q en algún momento la vida nos iba a cruzar. Tengo la mejor alcaidía para que le den una linda bienvenida».
El juez Yadarola se ufana de ser quién más conoce a Glinski por razones de su trabajo como juez en lo Penal Económico. «No debe estar tampoco nada tranquilo. Según dicen este Glinski es de la Cámpora y de Cristina. Habla con ella directo, y más aún desde la causa de los copitos, cuando se desplazó a la PFA y entró la PSA en escena». Más aun; ante señales que indican que Glinski no tuvo nada que ver con la filtración, el juez Yadarola especula levantando la apuesta: «si no fueron, se debe querer matar porque sabe efectivamente que nosotros pensamos que es él. Para un jefe de una fuerza es más o menos verse preso».
En los diálogos, el juez Mahiques reconoce tácitamente la existencia de sellos de goma y denunciadores seriales que llevan a tribunales denuncias por encargo. «Hay que denunciar el espionaje ilegal y la violación de los deberes de funcionario al jefe de la PSA. (…) El tema es si lo hacemos nosotros o una ONG o tercero». Ercolini se sincericida en la respuesta: «Eso después sí. (…) Después vemos el tercero».
El grupo también muestra su desprecio por periodistas identificados con nombre y apellido y desnuda cómo negocia y presiona a dueños de medios para frenar la publicación de la información.
El desprecio es extensivo al gobierno. El juez Yadarola reaccionó a los tuits de funcionarios y dirigentes oficialistas sobre el viaje inexplicable: «que se dediquen a twittear todo lo que quieran. Tienen fecha de vencimiento, se van a ir». Al ministro de Justicia, Martín Soria, lo llaman «payaso»; a Rodolfo Tailhade, «burro» o «idiota»; a Cristina Kirchner, «la mina».
El chat es un intento permanente de ocultar qué fueron a hacer todos juntos a Lago Escondido. Tan patético es todo que incluso se les ocurrió justificar que se trató de «dos días intensivos de clases de pesca con mosca».
INFO. GENERAL
Tsunamis: el riesgo oculto tras los terremotos

El fuerte sismo de 7,4 grados que sacudió esta mañana el sur de Chile reactivó las alertas por tsunamis, un fenómeno destructivo que puede desencadenarse minutos u horas después del temblor. Expertos del Conicet explican cómo se forman, por qué las alertas se mantienen y qué tan preparada está la región para enfrentarlos.
Un sismo que reaviva la preocupación
Este viernes por la mañana, un sismo de 7,4 grados en la escala de Richter sacudió el sur de Chile. El epicentro se ubicó a 218 kilómetros al sur de Puerto Williams, generando una alerta de tsunami que se mantuvo durante varias horas. La alarma no solo se extendió en la región de Magallanes, sino que también alcanzó el territorio argentino, especialmente en Tierra del Fuego.
Qué es un tsunami y cómo se forma
A diferencia de lo que muchos imaginan, un tsunami no es una gran ola solitaria. Según explicó el geólogo Andrés Folguera, investigador del Conicet y docente en la Universidad de Buenos Aires, se trata de una serie de olas potentes generadas por movimientos sísmicos en el fondo marino. Estas olas pueden alcanzar velocidades de hasta 800 o 1000 kilómetros por hora y recorrer miles de kilómetros.
“La ola puede ser de 20 centímetros o de 5 metros. Y no llega sola: pueden ser dos o tres frentes de ola seguidos”, detalló Folguera.
Por qué se mantiene la alerta durante horas
La alerta fue emitida por el Sistema Nacional de Alarma de Maremotos de Chile (SNAM), que estimó posibles olas de entre 1 y 3 metros en la costa continental chilena, y de entre 0,3 y 1 metro en la región antártica. La permanencia prolongada de la alerta se debe a que la primera ola no siempre es la más peligrosa.
La doctora en Geología Silvana Spagnotto, también experta del Conicet, subrayó la importancia de mantener la precaución durante varias horas:
“Tras el terremoto submarino de 2010 en Chile, la alerta cesó y varias horas después una ola de gran magnitud llegó a la costa y causó decenas de muertes”.
Respuestas dispares: Chile y Argentina
Chile, ubicado en el llamado “Cinturón de Fuego del Pacífico”, es uno de los países más sísmicamente activos del mundo. Cuenta con un sistema de alerta temprana altamente desarrollado y protocolos de evacuación eficaces. Apenas ocurrió el temblor, el presidente Gabriel Boric ordenó evacuar las zonas costeras de Magallanes. En Puerto Williams, con unos 2.500 habitantes, se ejecutaron evacuaciones inmediatas, incluso en escuelas y embarcaciones menores.
En contraste, la respuesta del lado argentino fue prácticamente nula.
“No hubo una respuesta institucional o desde el gobierno provincial o nacional. No hay un protocolo de alerta de tsunami en Argentina. Y si lo hay, no se cumple”, advirtió Folguera.
Un riesgo latente en la región
Spagnotto recordó que la región ha vivido eventos similares en las últimas décadas. En 2003 y 2013 se registraron sismos de magnitud comparable. El de este viernes tuvo al menos seis réplicas mayores a 5 grados, una de ellas de 5,7. Además, se confirmaron olas de tsunami en la Antártida.
Los tsunamis se caracterizan por un repentino y drástico aumento del nivel del mar, seguido de oscilaciones que pueden extenderse por cientos de kilómetros. A diferencia de las olas comunes, no rompen en la costa, sino que avanzan como una masa de agua que inunda violentamente las zonas costeras, arrasando todo a su paso.
La importancia de estar preparados
Expertos coinciden en que la clave está en la preparación. Aunque no todos los terremotos generan tsunamis, la posibilidad está siempre latente. Y cuando ocurre, la rapidez con que se evacúa una zona puede marcar la diferencia entre una tragedia y un evento controlado.
Chile es considerado un ejemplo regional por la combinación de monitoreo constante, información clara y acción inmediata. Pero el contraste con Argentina deja en evidencia una necesidad urgente: desarrollar sistemas de alerta eficientes y educar a la población sobre cómo actuar ante un eventual tsunami.
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