Renunció Guillermo Francos y Adorni asumirá como nuevo Jefe de Gabinete: se fue Catalán y peligran Scioli y Tillard

En medio de fuertes tensiones internas, Guillermo Francos presentó su renuncia a la Jefatura de Gabinete, anticipándose a su desplazamiento del cargo. Su lugar será ocupado por Manuel Adorni, hasta ahora vocero presidencial, en una decisión que marca un giro dentro del gobierno de Javier Milei.

La dimisión de Francos desencadenó una serie de movimientos en cadena dentro del gabinete. Lisandro Catalán, ministro del Interior y hombre de confianza del ex jefe de Gabinete, también renunció a su cargo. Según trascendió, Santiago Caputo —figura clave en el entorno presidencial— asumirá nuevas funciones que concentrarán poder político y operativo, incluyendo áreas de Transporte y Obras Públicas.

Asimismo, Daniel Scioli, secretario de Turismo y Deportes, y Daniel Tillard, presidente del Banco Nación, ambos cercanos a Francos, estarían en la cuerda floja. Fuentes oficiales indicaron que “se tienen que ir”, lo que refuerza la idea de una reestructuración profunda del gabinete nacional.

En su carta de renuncia, Francos expresó:

“Ante los persistentes trascendidos sobre modificaciones en el Gabinete Nacional, me dirijo a Usted con el objeto de presentarle mi renuncia”.

La designación de Adorni como jefe de Gabinete se interpreta como un gesto hacia Karina Milei, quien impulsa la incorporación formal de Santiago Caputo al núcleo duro de decisiones del gobierno. Adorni continuará, además, ejerciendo el rol de vocero oficial, tal como lo hizo en su etapa anterior.

Mientras tanto, el nuevo esquema de poder aún debe definir el futuro de los ministerios de Seguridad y Defensa, vacantes tras el pase de Patricia Bullrich y Luis Petri al Congreso Nacional. También se mantiene abierta la disputa por el Ministerio de Justicia, cartera que Caputo busca controlar, pero que cuenta con la resistencia del sector liderado por Martín Menem.

Con estos movimientos, Javier Milei busca consolidar un nuevo equilibrio interno dentro del Ejecutivo, reforzando el control del círculo más cercano a su hermana Karina y a Santiago Caputo, en un contexto político marcado por tensiones con los gobernadores y el Congreso.