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En el día de la Soberanía, Alberto Fernández insistió: «A veces ganar no es vencer, vencer es no bajar los brazos»

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El jefe de Estado se expresó así al presentar la Mesa de Trabajo Interministerial que busca reforzar el reclamo de los derechos nacionales de la Argentina sobre las Islas Malvinas.

El presidente Alberto Fernández lanzó hoy la Mesa de Trabajo Interministerial «Agenda Malvinas 40 años», en el marco del Día de la Soberanía Nacional, y sostuvo que «a veces ganar no es vencer, vencer es no bajar los brazos», al tiempo que subrayó que a las islas «no se las va a cambiar ni por vacunas ni por deudas».

El acto tuvo lugar en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería, donde Fernández se refirió al Día de la Soberanía Nacional que se celebra este sábado y que conmemora la Batalla de la Vuelta de Obligado, a la vez que trazó un paralelismo entre ese hecho histórico, el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas y la negociación con el FMI.

El mandatario señaló que «Vuelta de Obligado fue una batalla central en la lucha de la independencia de la Argentina» y agregó: «Algunos nos preguntamos porque conmemoramos una batalla en la que perdimos. Lo hacemos porque con valentía esas mujeres y hombres llevaron adelante esa lucha, porque con muchas menos armas, sin la fuerza de los ejércitos europeos, cruzaron cadenas gigantes que ellos mismos forjaron para evitar que los buques europeos entren a nuestro territorio».

«A veces ganar no es vencer, vencer es no bajar los brazos y la Vuelta de Obligado nos enseña que el que vence es el que no baja los brazos y sigue su lucha», sostuvo el jefe de Estado, quien luego se refirió en su discurso al reclamo de soberanía sobre las islas ocupadas por el Reino Unido y lo comparó con la negociación entre su Gobierno y el FMI.

En ese sentido, Fernández sostuvo que «ser soberano es no tener que pedirle a nadie hacer un programa de gobierno y no tiene que ver con no endeudarse, pero el que se endeuda para gastarla, no para construir, indefectiblemente termina condicionado» y agregó: «Ser soberano es manejar esa deuda para que el pueblo argentino no sufra a la hora de pagarla».

El Presidente afirmó que «la dimensión de la soberanía no es solo la territorial, el concepto fue cambiando, tiene que ver con no solo la producción de armas y el cuidado de tierras, también se es soberano si uno puede alimentar a su pueblo, también si uno produce vacunas y medicamentos, también se es soberano si uno desarrolla su propia cultura».

«No cabe ninguna duda del derecho que tenemos sobre esas tierras, algunos las minimizan y nos dicen que paguemos vacunas entregando las islas y qué impactante que es que lo digan en público porque dieron su vida por ellas cientos de argentinos», agregó el mandatario, en referencia a una polémica declaración que realizó meses atrás la titular del PRO, Patricia Bullrich.

Y en este sentido, remarcó: «A las Malvinas no las vamos a cambiar ni por vacunas ni por deudas y si alguno se le cruza otra idea que la vaya olvidando porque es la argentinidad toda la que quiere recuperar esas islas».

La Mesa de Trabajo sobre Malvinas que lanzó el Presidente reunirá a diferentes ministerios que tendrán la tarea de elaborar estrategias para la difusión y concientización en torno a la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Estará integrada por los ministerios de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Defensa; Cultura; Educación; Ciencia y Tecnología e Interior, y trabajará en coordinación con el Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, las organizaciones de ex combatientes y familiares, universidades, y los gobiernos provinciales y municipales.

Los ejes centrales de la Mesa de Trabajo, según detallaron los oradores del acto, serán la reafirmación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, el llamado a la reanudación de las negociaciones con el Reino Unido y la ratificación del compromiso con los medios pacíficos para la resolución de conflictos de esta índole, además del reconocimiento a los caídos en la Guerra de Malvinas, sus familias, y los veteranos de esa batalla.


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Mondino y su brutalidad: «Los chinos son todos iguales»

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La ministra de Relaciones Exteriores exhibió su intelecto en la cumbre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se celebra en París. Allí confesó que no puede distinguir las profesiones de los orientales porque, para ella, tienen el mismo aspecto físico. Lo hizo después de mantener una gira justamente por China, con la intención de negociar el swap con el gigante asiático.

La canciller Diana Mondino se refirió este jueves a la base china en la Argentina. Lo hizo al ser consultada por la presencia de militares del gigante asiático. Mondino respondio con total brutalidad: dijo que no se pudo identificar si participan civiles o militares porque «son todos chinos, son todos iguales».

La cuestión hace al realineamiento argentino con los Estados Unidos. Javier Milei quiere emular las relaciones carnales que mantuvo Carlos Menem en los años 90. Es por eso mismo que, desde hace semanas, el Gobierno nacional amaña todo lo referido a la base científica que nuestro país comparte con China en Neuquén, al punto de mandar una delegación a investigar si se haya algo oculto, pese a que el gigante asiático comparte todos los resultados de las investigaciones con los organismos nacionales.

En ese contexto, Mondino aseguró este jueves que «los chinos son todos iguales», al señalar que no habían identificado a personal militar en la base espacial de ese país en Neuquén. «Los que fueron de investigación no identificaron que hubiera personal militar. Son chinos, son todos iguales», indicó la ministra de Relaciones Exteriores en declaraciones a Clarín.

La frase surgió ante una pregunta sobre si se había identificado personal militar en la base ubicada en la Patagonia argentina, en la que puso especial atención el gobierno de los Estados Unidos y fue tema de conversación con la generala del Comando Sur, Laura Richardson, a principios de abril.

«Ya se han hecho inspecciones en la Estación Espacial China y la Europea. Fue el mismo equipo a ambas y en la misma semana, esos equipos no percibieron nada raro», explicó Mondino.

Pato criollo

No es la primera vez que Mondino no logra ocultar su brutalidad. Semanas atrás, sentada en la mesa de Mirta Legrand, la canciller contó -con una sonrisa de dientes perfectos- por qué para ella es absurdo que los jubilados tengan acceso a un crédito: “Por definición todos algún día nos vamos a morir y si sos un jubilado de determinada edad casi seguro que te vas a morir”. Su argumento corrobora el ABC del gobierno libertario de monetizar la vida al máximo y que eso sea por definición el criterio de lo que sirve y lo que no, según cómo se venda o cómo se pueda pagar.

Pero se acumulan los casos. Por ejemplo cuando pidió que fogoneó a los trolls para que tengan más comentarios una respuesta que el tuit original de Andrés Manuel López Obrador. Ocurrió cuando el presidente mexicano denominó ignorante a Milei y una de las cuentas de las que suele tener interacción con el mandatario argentino (@usdtermo) desafió a que una foto de Milei iba a tener «más me gusta». En vez de apaciguar las aguas, esto publicó Mondino.

Y en el repaso también se pueden citar la vez que dejó un manto de sospecha -sin ninguna prueba- de supuestos «infiltrados» que iban a desestabilizar al presidente Javier Milei en su discurso de apertura en el Congreso o la vez que ni siquiera se puso colorada al apuntar contra Natalia Zaracho porque la diputada y cartonera -que nació en un contexto de vulnerabilidad social- no terminó el secundario.

Malvinas

La cuestión Malvinas merece un párrafo aparte. Suelta de lengua, Mondino dijo que las quejas formales del país contra Inglaterra son, apenas, «cartitas», y que si se tiene que enfrentar con su par inglés en lo relativo a Malvinas, lo mejor es hacerlo con sus «chicanas tuiteras». 

Lo hizo en una entrevista televisiva Ante la consulta de una periodista sobre las acciones de la Cancillería ante el viaje de David Cameron -ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido- a las Malvinas, la canciller dijo que «no había muchas opciones» porque «no pasan por territorio argentino para ir». «¿Qué le vamos a hacer, con un misil bajar el avión», comentó, con acento e intento de humor cordobés.

Cuando la repregunta estuvo orientada a por qué no hubo una queja formal del Estado nacional, Mondino adelantó su reflexión. «A un inglés reírse con el idioma inglés, le duele mucho más que una de las tantas cartitas que Argentina continuamente ha enviado», opinó y consideró que su chicana -había posteado, en Twitter, que le agradecía a Cameron su visita a la Argentina-, «le duele mucho más que otra cartitas más».

Hasta ahora se desconoce si alguno de los asesores con los que cuenta la ministra le soplaron al oído que ni el primer ministro de Inglaterra ni siquiera su canciller la siguen en la red favorita de los ultraderechistas. Es decir, quizás ni acusaron recibo de la «chicana». 

Antes de París, Pekín

Las últimas declaraciones de Mondino llegaron desde París, donde participa de un encuentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Pero la canciller no llegó a Francia desde Buenos Aires sino, justamente, había pasado semanas en la capital china donde se se reunió con el canciller Wang Yi.

El motivo de la gira giraba en torno a recomponer las relaciones tras las provocaciones del Gobierno nacional, que iban desde las acusaciones del presidente (augurando que no iba a mantener relaciones con «comunistas) y de las fotos de la propia canciller con diplomáticos de Taiwán, un tópico sensible para la geopolítica del gigante asiático. Pero, sobre todo, estuvo marcado por la necesidad de que el Gobierno chino renegocie el pago del swap para no generar un sismo en las reservas monetarias argentinas.

La pelota ahora quedó en Pekin. Habrá que ver si toman estas últimas declaraciones como un mero comentario al paso o si resuelven tomar medidas drásticas, por ejemplo, revisar el historial de créditos y exigirle al país el pago efectivo e inmediato de los mismos: se podrían amparar que, para ellos, las deudas «son todas iguales».


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