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NACIONALES

Milei quiere que le voten la ley ómnibus completa, antes de avanzar con el pacto

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El Presidente pretende que le sancionen los 664 artículos originales de la ley ómnibus, incluida la suba de retenciones.

El titular del bloque de diputados libertarios, Oscar Zago, le dijo a uno de sus colegas este lunes que el plan de la Casa Rosada es reflotar la ley ómnibus completa, en su versión original, con los 664 artículos. 

El legislador que lo escuchaba no salía de su asombro dado que ni siquiera se logró en la frustrada sesión anterior sancionar una muy depurada versión de la norma con la mitad del articulado. En diálogo con LPO,  el diputado libertario intentó interpretar que el presidente Milei insistirá con esa apuesta maximalista aún a sabiendas que no tiene chances de éxito porque «busca ganar tiempo, y mientras tanto sigue vigente el DNU».

Es que en efecto, el llamado al diálogo a los gobernadores buscó principalmente evitar la derogación del DNU que estaba al caer. Como reveló LPO, todas las medidas de ajuste fuertes que está imponiendo Milei se sostienen en una de las emergencias contendidas en esa norma.

La posibilidad de aprobar la ley completa es descartada hasta en los bloques más cercanos a Milei, como es la bancada del PRO. «En teoría, deberían enviar el texto acordado en la sesión anterior», respondió a LPO un diputado macrista.

Apareció el doctor Jekyll

Sin embargo, desde el entorno de Zago confirmaron a LPO que «todo puede ser». «Puede ser que se recupere la ley completa o que se trate la que volvió a comisión», contestaron y agregaron: «adrenalina pura y siempre en la cornisa, al borde».

Fuentes del oficialismo comentaron además que el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, envió este domingo un mensaje de WhatsApp al grupo que mantiene con los jefes de bloques opositores para apurar la conformación de las comisiones. «Aceleró porque ya el lunes (Nicolás) Posse, (Luis) Caputo y (Guillermo) Francos tenían que empezar a negociar con los gobernadores», explicó.

En uno de los despachos libertarios, concedieron en que impulsar nuevamente los 600 artículos parecía un trámite imposible y que tal vez terminen recuperándose los 380 que contemplaba el proyecto al final, antes de ser devuelto a comisión. «La que tiene estado parlamentario es la que envió el Ejecutivo, la de 664 artículos, y al volver a comisión es esa la que queda», precisaron desde el entorno de Menem.

Milei quiere que le voten la ley ómnibus completa, antes de avanzar con el pacto

Aun así, la revancha por el mismo expediente no promete ser un trámite sencillo para nadie. Además, los opositores afines ya barajan propuestas para distintos temas: la Coalición Cívica promueve una nueva fórmula jubilatoria que podría convertirse en un dolor de cabeza para el gobierno, al tiempo que Cristian Ritondo y Alejandro Finocchiaro retoman la discusión por la declaración de la educación como servicio esencial que ya contenía la ley «Bases».

Al cierre de esta nota, en los pasillos del Congreso se divertían calculando lo que podría demorar el tratamiento del mismo proyecto por segunda vez. «Vas a tener que abrir más comisiones que antes y no vas a poder retenerlo en un plenario de tres, como en enero», concedía una fuente de La Libertad Avanza.

Bajo esa perspectiva, el debate podría otorgarle al jefe de Estado el tiempo que necesita para la conversación con los mandatarios provinciales. «Milei necesita tiempo y consiguió tres meses hasta el 25 de mayo pero se va a hacer muy largo», vaticinó un diputado radical. 


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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