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Viernes 20 de Junio del 2025

SOCIEDAD

Javier Milei carga contra las provincias y crece la tensión con los gobernadores

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El Presidente reclamó que las gobernaciones realicen un fuerte ajuste y confirmó la eliminación de subsidios al transporte y del incentivo salarial docente. La respuesta de los mandatarios provinciales y las presentaciones judiciales contra las medidas de Milei.

Como en una serie de suspenso que a cada capítulo incrementa la tensión, el conflicto entre el gobierno nacional y las gobernaciones provinciales escala día a día. Tras la quita de los subsidios al tranporte en el interior del país y la eliminación del incentivo salarial para los docentes, entre otras medidas de ajuste, al menos cinco gobernadores recurrieron a la Justicia y otros anunciaron que lo harán en breve. El dato negativo para la Nación es que ese conjunto incluye a muchos que, hace apenas un mes, estaban dispuestos a colaborar con el oficialismo. Lejos de negociar, Javier Milei volvió a arremeter contra los mandatarios y les reclamó que ajusten las cuentas provinciales. «No la ven», los desafió.

El Presidente apeló a ese latiguillo para responsabilizar nuevamente a los gobernadores por la caída de su Ley Ómnibus, el proyecto con el que pretendía desregular la economía y desguazar el Estado y que terminó fracasando en la Cámara de Diputados. “Siguen pensando con la lógica del círculo rojo”, dijo sobre los mandatarios provinciales, a vez que ponderó la quita de subsidios al transporte, reiteró que no le corresponde a la Nación pagar el Fondo de Incentivo Docente y subrayó que tampoco habrá obra pública, a la que calificó de “mecanismo de robo furioso”.

Milei insistió con el discurso que considera «un triunfo rotundo» el derrumbe de su megaley porque puso en evidencia quiénes están «del lado de la libertad y quiénes son los colectivistas” que defienden “intereses particulares” y “privilegios de casta”. El Presidente argumentó que, cuando en la negociación por la Ley Ómnibus bajó el capítulo fiscal, los mandatarios provinciales leyeron ese gesto como un signo de «debilidad» y apostaron a «rapiñar dos puntos del PBI». Según Milei, el gobierno central debió recortar un déficit de 15 puntos mientras las provincias en conjunto deben hacer el esfuerzo por 1 punto, por lo que llamó a los gobernadores a “dejar de hacer recitales a beneficio y pagarles a los docentes”

Para que no dejaran dudas los planteos de Milei, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que el Gobierno no convocará a los gobernadores a reuniones específicas para analizar la situación fiscal, pero, eso sí, dijo que «el diálogo» con las provincias «está abierto». Y el ministro del Interior, Guillermo Francos, aseguró que el ajuste sobre las gobernaciones no implica «ninguna venganza» contra los distritos por el derrumbe de la Ley Ómnibus, sino al «cumplimiento de la ley para poner el país en orden».

Las palabras de Francos no parecieron condecirse con los dichos del Presidente, en particular con su arremetida contra el mandatario cordobés, Martín Llaryora. “El gobernador de Córdoba se quejaba de que se caían 20 mil millones del subsidio al transporte. Gasta 26 mil millones en pauta oficial para que hablen bien de él”, disparó Milei. El miércoles, Llaryora había cuestionado los insultos y ataques del «libertario» y había expresado que el Presidente debería disculparse con él. Pero el líder de LLA no pensó lo mismo: “Yo no tengo que pedirle disculpas por nada. No estoy en política para resolver problemas psicológicos”, dijo.

Reclamos provinciales

«Encapricharse y tomar actitudes casi infantiles nos está llevando a una situación de crispación e insultos que no conducen a ningún lado», recogió el guante Martín Llaryora y consideró que el Presidente tiene «un desconocimiento supino de lo que es el interior de Argentina», encerrado en una mirada «muy de la Capital».

El cordobés no fue el único gobernador que salió a explicitar las diferencias con el Ejecutivo nacional. «El Gobierno tiene el mismo plan económico que impulsó (Mauricio) Macri durante cuatro años: un programa con tarifas en dólares, apertura de importaciones, ausencia del crédito productivo y caída del salario», dijo Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires. «Prometían hacer algo distinto, pero están llevando adelante un ajuste convencional para destruir la industria nacional. Estas políticas apuntan a volver a una Argentina con una economía primarizada, subordinada y dependiente: propusieron ajustar a la casta y están ajustando a la industria y los trabajadores», dijo Kicillof.

También desde el distrito bonaerense, el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, observó que «de distintas formas el gobierno nacional está tratando de asfixiar financieramente a todas las provincias, pero en Buenos Aires es donde más han caído los financiamientos de la Nación». Bianco anunció que la provincia realizará reclamos formales por los recursos que dejó de enviar el Estado nacional y por el «corte intempestivo» del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), «un complemento salarial que se implementó en el ’98» y «desde entonces todos los gobiernos lo han mantenido, por lo que constituye un derecho adquirido de los docentes y maestras de toda la Argentina». De hecho, todas las provincias ya reclamaron por nota a la Secretaría de Educación que se sostenga el Fonid, que representa más del 10 por ciento de los sueldos docentes.

Desde Santa Fe, el gobernador Maximiliano Pullaro cuestionó la eliminación del Fondo Compensador al Transporte Público del Interior. «No funciona así un sistema, en el que vos te quedás con todo y repartís nada», avisó. «No estamos mendigando, la provincia de Santa Fe aporta casi tres veces lo que vuelve en subsidios del transporte», detalló Pullaro. «La provincia aporta 3900 millones de pesos por mes» en concepto de impuesto a los combustibles, de los cuales «solamente volvían 1500 millones y el resto quedaba en el AMBA. Si nos dieran lo que aportamos o se eliminara ese impuesto y lo pudiéramos poner nosotros en el sistema, el transporte en la provincia de Santa Fe saldría 0 pesos», dijo.

«Nos plantean que no vamos a recibir fondos nacionales, pareciera que no somos más parte de la Patria, a pesar de todo lo que le aportamos al país», se sumó el neuquino Rolando Figueroa. «¿Qué sería de la Capital Federal sin Neuquén, cómo se calefaccionarían, tendrían energía eléctrica o cómo se movilizaría el campo? -se preguntó-. Los neuquinos no vamos a dejar que toquen a Neuquén», advirtió.

Acciones judiciales

Además de la disputa política entre Nación y provincias, al menos cinco gobernadores recurrieron ya a la Justicia para enfrentar las medidas de la administración Milei. Las asesorías jurídicas de la mayoría de las gobernaciones analizan también los pasos a seguir.

El riojano Ricardo Quintela fue el primero en recurrir a los tribunales, cuando se presentó ante la Corte Suprema para plantear la inconstitucionalidad del DNU 70/2023. En las últimas horas, el chubutense Ignacio Torres solicitó una medida una cautelar ante la Justicia Federal para exigir “el pago del subsidio nacional al transporte público de pasajeros”. También el santiagueño Gerardo Zamora instruyó a la Fiscalía de Estado que inicie acciones legales por el recorte de fondos. “Queda claro que no son los gobiernos provinciales los afectados, son los docentes que dejan de percibir esos montos, son los usuarios del transporte público de pasajeros, son los trabajadores y estudiantes a lo largo y ancho del país”, explicó la gobernación.

Por su parte, el rionegrino Alberto Weretilneck y el neuquino Figueroa intimaron al gobierno nacional a no tomar ninguna medida inconsulta ante el vencimiento de los períodos de transición de las concesiones de generación hidroeléctrica en la cuenca de los ríos Limay y Neuquén, en defensa de los recursos naturales que, recalcaron, «son potestad de las provincias».


Avisos

RIO TURBIO

20 de junio ¿por qué celebramos el Día de la Bandera?

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A 205 años del fallecimiento de Belgrano, la Argentina celebra el Día de la Bandera. Por qué se eligió esta fecha, cómo nació el símbolo patrio más reconocido y qué lugar ocupa hoy en la construcción de la identidad nacional.

Por Dr. Cristian Baquero Lazcano

Cada año, cuando el invierno apenas asoma y el calendario marca el 20 de junio, la Argentina entera detiene su marcha. Las aulas, las plazas, los medios de comunicación y los discursos institucionales se visten de celeste y blanco. El Día de la Bandera no es solo una evocación protocolar, es una cita con la historia y con la identidad.

La fecha fue establecida por ley en 1938, como homenaje al fallecimiento de Manuel Belgrano, creador de la enseña patria, ocurrido el 20 de junio de 1820. Pero la elección no fue casual ni improvisada, fue una forma de dar visibilidad y reconocimiento tardío a uno de los hombres más lúcidos, comprometidos y silenciosos de la emancipación sudamericana.

¿Por qué el 20 de junio?

Belgrano murió en soledad y sin honores oficiales. Aquel 20 de junio de 1820, Buenos Aires atravesaba una de las mayores crisis políticas de su historia, las provincias estaban en conflicto, las autoridades se disputaban el poder, y el deceso del prócer pasó prácticamente inadvertido. No hubo exequias de Estado ni luto nacional.

Recién en el siglo XX se saldaría esa deuda simbólica con la figura del prócer. El 8 de junio de 1938, el Congreso Nacional sancionó la Ley 12.361, que instauró el 20 de junio como feriado nacional en homenaje a la bandera y a su creador. Desde 2011, por decreto, es un feriado inamovible. Y desde entonces, la fecha se transformó en una jornada de reflexión, promesa escolar y conmemoraciones masivas, especialmente en Rosario, donde la bandera fue izada por primera vez.

Una bandera que nació sin autorización

La bandera argentina fue creada el 27 de febrero de 1812, en el entonces villorrio de Rosario, en plena campaña del Ejército del Norte. Belgrano, al frente de las tropas, ordenó levantar una bandera que pudiera distinguir a los soldados patriotas en el campo de batalla. La escarapela ya había sido adoptada oficialmente días antes, con los colores blanco y celeste.

Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”, escribió Belgrano en su informe. El Triunvirato porteño, sin embargo, le prohibió seguir usándola. Pero el símbolo ya había calado hondo.

Del campo de batalla al aula escolar

Los primeros usos de la bandera fueron estrictamente militares. En una época sin uniformes ni divisas claras, era clave tener una insignia que permitiera distinguir aliados de enemigos. El color rojo, tradicionalmente asociado a los realistas, fue evitado de forma explícita por Belgrano.

Con el tiempo, la bandera ganó legitimidad popular y política. El Congreso de Tucumán la adoptó como símbolo nacional en 1816, y dos años después, en 1818, se incorporó el Sol de Mayo, inspirado en las primeras monedas patrias acuñadas en Potosí.

Este sol -con rostro humano y 32 rayos alternados- representa la Revolución de Mayo y marca el carácter de “bandera mayor” o de guerra, a diferencia de la versión sin sol, usada hasta 1985 por particulares.

Rosario, el corazón de la celebración

La ciudad de Rosario, donde Belgrano izó por primera vez la bandera a orillas del río Paraná, es la sede histórica de las celebraciones. Allí se erige el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado oficialmente el 20 de junio de 1957, con desfiles, discursos y presencia de autoridades. Desde hace algunos años, se sumó un símbolo colectivo de gran impacto, la bandera más larga del mundo, confeccionada por miles de vecinos y escuelas en tramos que se van uniendo hasta superar los diez kilómetros.

De emblema militar a símbolo colectivo

La bandera no es solo un paño, ni un accesorio ornamental. Es un emblema de pertenencia, un testigo silencioso de la historia y una señal de identidad cultural. Flamea en las escuelas, pero también en los balcones, los estadios, las movilizaciones, las tragedias y los logros deportivos.

Por eso, cada 20 de junio, la Promesa de Lealtad a la Bandera que realizan los alumnos de cuarto grado en todo el país adquiere una profundidad especial. No es una fórmula vacía. Es la primera vez que muchos niños se reconocen parte de una comunidad política que los trasciende.

Un legado que interpela

Belgrano no fue solo el creador de la bandera. Fue también un reformista ilustrado, defensor de la educación gratuita, promotor de la industria nacional y figura clave en el proceso de independencia. Su vida, cargada de renuncias personales y servicio público, representa una ética de la responsabilidad que todavía hoy resulta incómoda en tiempos de discursos fáciles.

Que este 20 de junio no sea apenas una jornada con discursos escolares y mástiles engalanados. Que sea también un momento para preguntarnos cuánto hay en nosotros de esa promesa original, la de construir una patria libre, justa y soberana. Como la que Belgrano imaginó bajo su bandera.

(*) Cristian Baquero Lazcano

Profesor e Investigador Universitario. Doctor en Psicología Social. Director de Comunicación de la Asociación Argentina de Ceremonial y Protocolo (ASARP). Especialista en Heráldica y Vexilología. Creador de banderas y escudos oficiales en municipios y comunas de la República Argentina.


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