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Alberto Fernández: “Apuntaron a mi helicóptero con mira telescópica»

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El Presidente saliente habló sobre posibles atentados en su contra, además realizó un balance de su gestión y reveló que debió hacer uso de ahorros personales durante su mandato. También, aconsejó a su sucesor Javier Milei

El presidente Alberto Fernández reveló en la etapa final de su gestión que divisó una «mira telescópica» apuntando al helicóptero presidencial en reiteradas oportunidades mientras se trasladaba de Casa Rosada a la quinta de Olivos tras el intento de atentando contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.

«Mientras yo fui presidente dos o tres veces, mientras viajaba en helicóptero de Casa Rosada a Olivos, me apareció una mira telescópica dentro del helicóptero».

En la misma línea, amplió que se trató de «un rayo láser, una mirilla, alguien que está con algún arma enfocándome con el láser al helicóptero», y aclaró: «No creo que haya pretendido tirar el helicóptero. No sé».

«Lo que sí quería era que yo recibiera el mensaje de que había una mira telescópica apuntando al helicóptero. No me pasó una vez, me pasó dos, tres o cuatro veces, y con mi custodia lo vimos, y nos callamos porque dijimos: ‘No hagamos un problema con esto'», aseveró el jefe de Estado.

La derrota de Unión por la Patria

El mandatario hizo referencia a la derrota del oficialismo ante La Libertad Avanza y apuntó contra el proceso inflacionario que azota al país. Si bien evitó descartar responsabilidades propias, argumentó que la Argentina padece de aumentos de precios «desde hace mucho tiempo y que en este último año se potenció precisamente por la falta de dólares».

«La inflación es un elemento determinante. Alguien el otro día me preguntó si yo me sentía responsable de la derrota, y yo dije: ‘No me siento responsable de la derrota’. Obviamente, no puedo decir que no sea responsable si soy el gobierno que no salió airoso, me cabe alguna responsabilidad», sostuvo, y completó: «Lo que planteaba es que no siento ser la única causa de la derrota. Nosotros perdimos la elección por diferentes motivos; la inflación es un problema».

Asimismo, admitió que el peronismo debe revisarse de forma interna: «Uno no puede ser tan necio de no darse cuenta de que hay algo que no supimos transmitir, que no supimos sintonizar con la gente, hay algo en lo que fallamos. Yo tengo en mi cabeza varias causas, pero no tengo ninguna certeza y deberíamos revisar en qué fallamos para explicarnos cómo es posible que hayamos perdido como perdimos».

Consultado sobre el domingo 19 de noviembre, Alberto Fernández contó que sintió «una gran desazón» y destacó el «enorme esfuerzo» en la campaña de Sergio Massa: «Lo lamenté por todos nosotros, pero particularmente por él, por todo el esfuerzo que puso».

Balance de gestión

El Presidente hasta el 10 de diciembre realizó a modo de cierre de gestión un balance de lo que fue su administración y si bien admitió errores, intentó justificar sus decisiones.

«Seguramente me equivoqué y seguramente me equivoqué más de una vez. Me equivoqué con la cena de Olivos, eso no debió haber ocurrido, pero la verdad es que no lo medí así, porque ese día a Olivos deben haber entrado 60, 70 personas. Olivos se había convertido en la casa de gobierno, entraba y salía gente permanentemente y no me di cuenta de que eso no debíamos hacerlo», explicó sobre lo que fue quizás el momento de quiebre con la sociedad.

«Lo que sí puedo garantizar es que viví estos cuatro años poniendo toda mi fuerza, dejando mi salud, me voy con menos bienes que cuando entré porque tuve que recurrir inclusive a usar ahorros personales», aclaró respecto a su patrimonio personal.

Los consejos a Milei

«Que esté lo más lejos posible de Macri», planteó el mandatario como premisa para su sucesor en el cargo. Alberto Fernández considera que el exjefe de Estado tiene el objetivo de «seguir haciendo negocios».

Indicó sobre Macri. «Para eso quiso ser presidente, espiaba a los propios tratando de controlar, para ver si tenían negocios que no le habían declarado los propios».

Por último, reveló que en el marco de la reunión de transición con Javier Milei le trasladó su preocupación sobre los discursos contra el colectivo LGBT y de Derechos Humanos y contó que el libertario le dijo «ser ajeno a eso». «Se lo marqué al Presidente electo, alguien decodificó tu discurso y le puso una pistola en la cabeza a Cristina Kirchner», dijo.

«Le llamé la atención, me escuchó, y le conté particularmente la condición de mi hijo y la preocupación que tengo por esos discursos homofóbicos (…) Y claro que me preocupa, y por supuesto, voy a estar al lado de todas esas minorías, y voy a ponerme al frente de todas esas minorías si hace falta, y voy a compartir la lucha de las mujeres para seguir reclamando la igualdad, porque no quiero que retrocedamos nada en eso. Y me preocupa porque dentro de ese espacio hay discursos muy enfáticos que marcan estas cosas que a mí tanto me preocupan», concluyó.


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Marcha de velas: miles de estudiantes se movilizaron en contra del ajuste y la violencia

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Fue una de las medidas del plan de lucha para recuperar el salario docente y no docente y para reclamar mayores fondos en el Presupuesto 2025. El lema fue «Unidad por la educación pública». 

Por Celeste del Bianco

El fuego de las velas iluminó los rostros de estudiantes y trabajadores que sostenían una extensa bandera argentina que decía: “Unidad por la educación pública”. Caía la noche en el Palacio Pizzurno cuando la comunidad educativa finalizó la movilización que había comenzado minutos antes en Plaza Houssay. Frente a ellos, sobre la vereda del edificio donde funciona la Secretaría de Educación, una hilera de cien efectivos de la Policía Federal que se mantenían expectantes con escudos en los brazos. Las velas frente a los cascos. Una marcha en contra de la violencia que se vivió en la Universidad de Quilmes cuando un grupo de militantes libertarios tiró gas pimienta en una asamblea, pero también contra los ataque verbales de la administración de Javier Milei.

“Hacemos un llamado al Gobierno Nacional a que frene con la violencia, con las declaraciones que la fomentan y con las expresiones en las redes sociales que después se expresan en la calle”, pidió Piera Fernández De Piccoli, la presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA) en diálogo con Página 12. Estaba ahí junto a otros representantes del bloque tripartito que forman junto al Frente Sindical (integrado por los gremios docentes y no docentes) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Detrás de ellos, miles de estudiantes cantaban y saltaban: “Traigan al peluca de Milei, para que vea, que este pueblo no cambia de idea, pelea y pelea por la educación”. En la Ciudad de Buenos Aires, un muestra de lo que sucede en 47 universidades del país entre tomas, vigilias y asambleas.

Horas antes de la movilización, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sumó nuevas agresiones a las del Presidente, que en los últimos días llamó “delincuentes” y “chorros” a los universitarios. Esta vez, la funcionaria los acusó de llevar molotovs a las movilizaciones y tomas. “Van a ir con una cantidad de cosas a propósito, para intentar ir in crescendo”, dijo Bullrich. Ayer, durante la marcha solo había velas, bombos, antorchas, carteles y banderas. “Hay discursos hostiles que lo que hacen es escalar el conflicto y nosotros no queremos escalarlo. Hace 10 meses que el Gobierno nos empuja a eso. Tenemos que hablar del retraso salarial y el Gobierno dice falsedades que no suman y que son para llevar confusión a la comunidad con mentiras”, le dijo a este diario Emiliano Cagnacci, secretario General de Asociación de Docentes de la UBA (ADUBA).

Pasadas las siete de la tarde, la marea llegó al lugar en el que tiene despacho el secretario de Educación Carlos Torrendell para reclamar la recomposición salarial y el aumento de las partidas universitarias en el Presupuesto 2025. En la esquina de la Paraguay y la Avenida Callao, estaba Gimena, estudiante de Abogacía de 24 años en la UBA. Antes cursó algunos años de Enfermería en Chivilcoy, su ciudad natal, porque era una de las pocas alternativas que tenía. “Sacarle las esperanzas a los estudiantes también es parte del desfinanciamiento”, dijo. “No es solo el edificio físico, es quitarnos a nosotros la posibilidad de poder elegir la carrera. Yo estaba por terminar Enfermería y tuve la oportunidad de venir a Buenos Aires y dejé. Pero en estos días me replanteé volver a mi pueblo. Son proyectos de vida que se van destruyendo y degradando”, agregó.

Cerca de ella, caminaba Mercedes, una jubilada envuelta en una bandera argentina que golpeaba una cacerola con una cuchara. “Tenemos derechos ganados que no debemos perderlos. Estoy contenta porque se ha despertado la consciencia”. Mercedes no tiene ningún vínculo directo que la motive estar en la calle, su hijo politólogo ya se recibió y ella no pudo estudiar Abogacía como quería. “Los grandes debemos luchar por los más chicos. Esto te cala los huesos, es muy nuestro, muy profundo”, dijo y comenzó a llorar. Alrededor, algunos vecinos aplaudían desde los edificios y otros filmaban con sus celulares.

Plan de lucha

La medida de ayer es parte del plan de lucha que el martes definió el bloque universitario y que incluye tres días de paro nacional. El primero es hoy y dura 24 horas y habrá uno de 48 para el lunes 21 y martes 22. Cada miércoles, se harán clases públicas en todo el país en sintonía con el tratamiento del Presupuesto 2025 en el Congreso. Los rectores piden el 50% más de lo que el gobierno prevé para el próximo año. Además, en noviembre se harán marchas regionales en cinco provincias distintas para federalizar la protesta, se cree que las sedes serán Tucumán, Córdoba, Salta, Mar del Plata y alguna ciudad del sur del país. Aún no se terminó de definir, pero se evalúa hacer un gran encuentro nacional universitario en la Ciudad de Buenos Aires e instalar una carpa blanca.

“Seguimos en la pelea por nuestro salario. Estamos pidiendo por dos billones de pesos para que se arregle la recomposición salarial en paritarias. Y hoy estamos acá acompañando a los estudiantes, que son los que originaron esto”, le dijo a Página 12 Daniel Ricci, secretario general de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN). Los seis gremios que integran el Frente Sindical reclaman la apertura de la paritaria para recuperar el 63.5 por ciento que perdieron por la inflación, el pago de la garantía salarial (fijada en 420.000 pesos) y recuperar el Fondo de Incentivo Docente.

En la previa a la marcha, las clases públicas se diseminaron en toda la Facultad de Medicina, que fue el punto de encuentro de la convocatoria. También fuera de ella, en la Plaza Houssay donde dos profesores explicaban la resistencia de la vía aérea en un pizarrón blanco a quince estudiantes sentados en el césped. Sobre las escaleras de entrada de la facultad, otras tres clases simultáneas. Los estudiantes tomaban nota mientras los colectivos pasaban por la calle Paraguay dejando una estela de humo en el aire. Manuela y Sol dieron la clase de repaso antes del parcial de Farmacología 1, terminaron a las seis para poder sumarse a la caminata. “Queremos manifestar nuestro descontento con los argumentos del Gobierno. Si hablás con cualquier estudiante o docente está totalmente a favor de las auditorías, todos queremos un manejo transparente. Además, no es cierto que solo la gente de clase alta vaya a la universidad, tengo muchos amigos que son primera generación universitaria, que viajan como tres horas en bondi. A todos nos está costando llegar a fin de mes”, contó Sol, que este mes cobró 99.000 pesos por su trabajo como docente.

Uno de los argumentos del Gobierno son las auditorías. El martes, se conoció la decisión del procurador del Tesoro de la Nación, Rodolfo Barra, para que la SIGEN retome los controles sobre las universidades nacionales; una tarea que desde 2022 había quedado a cargo de la Auditoría General de la Nación (AGN), que depende del Poder Ejecutivo. Una medida que los rectorados tomaron con buena cara a pesar de las declaraciones de Milei, que había dicho que «los chorros están en peligro».

Camila es estudiante de Psicología y también fue a la marcha, tiene dos trabajos: uno como administrativa y otro en una residencia de Salud Mental. Mientras sostenía una antorcha se sumaba al popular cántico: “universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”. “Somos trabajadores precarizados y nos afecta la reforma laboral, pagamos la SUBE, los servicios, nos está afectando de todos lados”, contó.

La marcha confirmó la irrupción de los universitarios como un sujeto que da la disputa en la arena educativa, pero también en la política, un movimiento que no hace más que crecer ante las decisiones del gobierno nacional. “Siempre hemos sido parte de las luchas y hoy los estudiantes estamos acá porque la universidad pública es todo lo que este gobierno detesta, que es el pensamiento crítico. Yo estudio Psicología porque quiero ejercer en la salud publica, que es fundamental para el país que quiero, me emociona”, agregó Camila.

Antes de comenzar a marchar, docentes y estudiantes se pararon en la puerta de la facultad y entonaron el himno argentino frente a las cámaras de televisión. A un costado, también cantaba Francisco Soria, profesor de Filosofía jubilado. Tiene 64 años y fue el primer universitario de su familia, sus padres eran analfabetos. Mientras cantaba, las lágrimas le caían por las mejillas. “Es emocionante ver la lucha de estos jóvenes que nos dan ejemplo a los mayores que estamos cansados. Cantar el himno en estas circunstancias es tan o más emocionante que cantarlo para un mundial”, cerró. 


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