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Educación y el Frente Universitario acordaron una mejora paritaria anual del 47%

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El nuevo acuerdo logrado este lunes entre el ministro de Educación y los seis sindicatos que integran el Frente Gremial Universitario consistió en sumar al 35 por ciento ya acordado en mayo último otro 12 por ciento en tres tramos.

El ministro de Educación, Nicolás Trotta, y los seis sindicatos que integran el Frente Gremial Universitario (FGU) acordaron este lunes en paritarias un aumento salarial anual total del 47 por ciento, que consistió en sumar al 35 por ciento ya acordado en mayo otro 12 por ciento en tres tramos, confirmaron fuentes gremiales y de la cartera educativa.

Las autoridades del Ministerio de Educación señalaron en un comunicado que el acuerdo fue alcanzado por «unanimidad» y que también incluyó a los no docentes nucleados en la Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales (Fatun).

Trotta encabezó una nueva ronda de la revisión paritaria junto con el secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk, de la que participaron los representantes sindicales de la Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Fagdut, UDA y Ctera.

Un documento de la cartera educativa sostuvo que de forma «unánime» se resolvió incorporar al acuerdo paritario convenido en mayo último un aumento del 12 por ciento sobre los salarios de marzo y en tres tramos (un 6% en septiembre; un 2% en octubre y un 4% en enero de 2022), lo que totalizó un 47 por ciento.

Además, los docentes universitarios continuarán percibiendo hasta marzo próximo el bono por conectividad, que pasó de 1.000 a 2.000 pesos a partir de octubre.

Hace algunos días, idéntico acuerdo fue firmado por el gremio no docente Fatun, con el que también se convino el pago de un bono de 6 mil pesos por el Día del no docente, que se abonará en 2 cuotas en octubre y noviembre, informó la cartera educativa.

Funcionarios y sindicalistas acordaron retomar la mesa de negociaciones durante la segunda quincena de diciembre próximo para evaluar la marcha de la inflación.

“Hoy continuó el proceso de recomposición de los salarios universitarios, en el contexto de la compleja situación de los últimos años. Es preciso robustecer el salario con la paritaria y desplegar las políticas económicas que permitan contener la inflación, porque se comprende y valora el compromiso del sistema y sus gremios», dijo Trotta.

Perczyk afirmó que la Argentina tiene múltiples necesidades y «la política oficial es organizarlas porque para el Gobierno el salario de los trabajadores es prioridad».

Por su parte, el titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA) y secretario de Políticas Educativas de la CGT, Sergio Romero, aseguró a Télam que «se firmó un excelente acuerdo salarial», aunque señaló también que «es preciso continuar trabajando de forma permanente para recomponer el salario de todos los trabajadores universitarios».

Trotta se había reunido el 12 de agosto último con los dirigentes sindicales, luego de decidir el adelantamiento de la mesa de seguimiento acordada para septiembre, a fin de «retomar el diálogo, analizar la situación de las casas de altos estudios e iniciar la negociación de un nuevo acuerdo para reafirmar el compromiso con los trabajadores».

Educación y los gremios habían acordado en mayo último un 8% de mejora retroactiva a abril, un 6% en junio, un 4% en agosto, otro 5% en octubre, un 7% en diciembre y un 5% final para febrero (un 35% en total), por lo que el acuerdo de hoy elevó el incremento anual a un 47%, «cumpliendo el compromiso del presidente Alberto Fernández de ganarle a la inflación, que fue proyectada para este año en un 45%», afirmó el ministro.

En el encuentro, que fue presencial, participaron César Albornoz, subsecretario de Políticas Universitarias; Leandro Quiroga, de Fortalecimiento de Trayectorias Estudiantiles, y Daniel López, director nacional de Calidad Universitaria.

En tanto, en reunión virtual paralela lo hicieron el titular del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Rodolfo Tecchi, y los paritarios Andrés Sabella, Julio Mazzotta, Franco Bartolacci, Hugo Santos Rojas, Victor Moriñigo, Sandra Torlucci y Dario Kusinsky, todos representantes del CIN.

Por lo sindicatos participaron Daniel Ricci, José Reversat, Mario Sequeiras y Miguel Briscas (Fedun); Norberto Cabanas y Julio Condori Barrios (UDA); Carlos de Feo, Gastón Navarta, Andrea Ozamiz, Ayelén Díaz y Octavio Miloni (Conadu); Norberto Heyaca, Ricardo Mozzi y José Gabriele (Fagdut); Marcelo Creta y José Scarano (Ctera), y Luis Tiscornia, Claudia Baigorria y Antonio Rosselló (Conadu Histórica).

Los dirigentes no docentes de la Fatun, Walter Merkis, Susana Ramos, Jorge Anró y Daniel Villa habían firmado el acuerdo el 2 de septiembre, y el del bono el 8 de ese mes


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Ida y vuelta de los aumentos en mayo

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El Gobierno postergó subas de luz, gas e impuesto a los combustibles para amortiguar otros aumentos. Colectivos y subtes, en espera.


Por Mara Pedrazzoli

Entre varias idas y vueltas respecto a los aumentos de precios liberados (y regulados) por el Gobierno, los incrementos programados para mayo impactarán directamente sobre consumos esenciales como combustibles, transporte, el servicio de internet y comunicación, colegios privados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y alquileres. Se suman a los amplicados entre enero y abril, de modo que inclusive en el caso de las subas postergadas –como en luz, gas y algunas prepagas-, la comparación contra las tarifas en igual mes del año anterior todavía superan a la inflación general. Según el Indec, el aumento en los precios “regulados” acumulado en el primer trimestre del año fue del 81 por ciento interanual, mientras el nivel general de inflación ascendió a 51 por ciento.

Para empezar, en la mañana del miércoles 1 de mayo las petrolerassubieron el valor de los combustibles entre 4 y 5 por ciento. Un ajuste que obedeció al incremento en los costos por la suba del dólar -topeada por el Gobierno en 2 por ciento mensual- y a la recomposición para alcanzar niveles cercanos a la “paridad de exportación”, hoy unos 20 dólares arriba de los precios internos. En principio, los combustibles iban a subir casi 10 por ciento en mayo, dado el traslado por la corrección de los Impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL), que fue suspendida hasta junio por el Gobierno por una decisión de último momento. Las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal evidenciaban que este ajuste del ICL hubiera sido más alto pues correspondía aplicar los precios del cuarto trimestre del año pasado, que habían rebotado debido a la devaluación de diciembre.

Así, el aumento aplicado inicialmente por YPF estuvo por debajo de las remarcaciones promedio de marzo y abril del 6 por ciento mensual. En mayo, la nafta súper en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de 837 a unos 870 pesos, mientras la nafta premium avanzó de 1.033 a 1.074 pesos. Mientras el gasoil común dejó de costar 883 para pasar a venderse a un valor cercano a 918 pesos, y el gasoil premium avanzó de 1.123 a 1.167 pesos, considerando los valores más económicos del mercado. Tomando como ejemplo CABA, en los últimos doce meses el precio del litro de nafta súper pasó de 163,10 a 744 pesos, con lo que registró un incremento total del 356 por ciento en el período.

En el caso de los servicios públicos de luz y de gas, a partir de este miércoles debía regir la indexación mensual atada a la inflación que estipulaba la nueva fórmula sancionada por el Gobierno. Sin embargo, hasta el martes a la noche los entes reguladores, Enre y Enargas, no habían recibido la información correspondiente a los nuevos cuadros tarifarios. Ante la sorpresa de las empresas del sector, el Gobierno decidió pisar los ajustes que involucraban subas de entre 10 y 12 por ciento para las distribuidoras de energía eléctrica y gas y para las transportistas de gas. Dichos aumentos representaban un incremento cercano al 5 por ciento en las facturas finales de los servicios que el oficialismo prefirió evitar. Igualmente, desde enero acumulan un alza del 150 y 450 por ciento, respectivamente.

En un nuevo traspiés heterodoxo del ministro de Economía, Luis Caputo, decidió mantener las tarifas pisadas al menos un mes para ayudar a la desaceleración inflacionaria. La regulación de los servicios esenciales comenzó a ser entendida por el oficialismo desde una lógica menos simplista y dogmática de lo que intrepreta sobre la inflación, como un fenómeno exclusivamente monetario.En la mañana del miércoles 1 de mayo, el ministro escribió en su cuenta en la red X: “Estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, para explicar las postergaciones de los aumentos, con lo cual también reconoció que dejar de emitir para cubrir el déficit no condujo a la estabilidad de precios como había asegurado. Ahora necesita detener la suba de tarifas.

El congelamiento del ICL, de los aumentos en la luz y el gas, sumados a la exigencia de rebaja en las cuotas de siete medicinas prepagas deben leerse como un llamado de atención dentro de la propia lógica del Gobierno. Las idas y vueltas en materia de liberalización de precios minan el discurso libertario y su apoyo social ante la inmanente erosión en el poder adquisitivo de los salarios. 

El Gobierno ya había suspendido la aplicación de una fórmula indexatoria en su debut con la tarifa de los colectivos y trenes en el Amba durante abril. Ahora en mayo es una incógnita qué pasará con los colectivos ante la amenaza de un paro de choferes este jueves. Los colectivos ya sufrieron un alza del 29 por ciento en febrero.

En tanto, el próximo 6 de mayo sí subirá un 54 por ciento el boleto de tren en el Amba. El esquema tarifario para los servicios que incluyen las líneas Sarmiento, Roca, Mitre, San Martín, Belgrano Sur, Belgrano Norte, Urquiza y Tren de la Costa quedará de la siguiente manera: con tarjeta SUBE registrada en la primera sección valdrá 200 pesos, en la segunda 260 pesos y en la tercera 320 pesos, mientras con tarjeta sin registrara costará el doble, y algo menos de la mitad con la tarifa social.

En el caso del boleto de subte, se espera un aumento del 359 por ciento, pues pasará de 125 a 574 pesos aunque se desconoce a partir de qué fecha concreta del mes por cuestiones administrativas. El Gobierno porteño demoró la publicación de la medida en el Boletín Oficial y aún no confirmó cuándo lo hará, con lo cual también se desconoce si luego se aplicará el segundo incremento previsto para el 15 de mayo, que lleva el pasaje a 667 pesos. El siguiente incremento estaba anunciado para el 1 de junio, hasta los 757 pesos.

Asimismo, los colegios privados bonaerenses aplicarán un incremento del 6,7 por ciento en sus cuotas, con variaciones dependiendo del nivel educativo y la subvención estatal. Los jardines con 100 por ciento de aporte costarán hasta 17.500 pesos, mientras la secundaria con subsidio del 40 por ciento hasta 102.500 pesos.

También las tarifas de internet, cable y telefonía sufrirán un ajuste que oscilará entre el 10 y el 20 por ciento dependiendo del proveedor y el tipo de servicio contratado. Y por último, los alquileres que quedaron dentro de la Ley de Contratos de Locación tendrán un incremento del 221 por ciento mientras aquellos firmados después de la derogación tendrán un ajuste “según el mercado” y las condiciones particulares de cada caso.


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