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Pymes: el Gobierno pone en marcha beneficios por $500.000 millones

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El ministro de Economía puso en marcha el programa «Crédito Argentino» y anunció medidas de alivio fiscal para productores de bienes de capital.

El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció la puesta en marcha del denominado programa «Crédito Argentino» y de medidas de alivio fiscal para empresas que producen bienes de capital, que apuntan a «mantener pujantes» a las pymes.

Según el funcionario, el programa -al que se destinarán $500.000 millones- apunta a «mantener pujantes» a las pequeñas y medianas empresas, a partir de una línea de préstamos a tasas subsidiadas.

«El programa tiene un primer origen, que es el de poner todos los recursos del Estado a financiar el desarrollo económico de las pymes. Vamos a subsidiar el 30% de la tasa y promover el crédito direccionado para los sectores productivos y promover también las políticas de beneficios fiscales para aquellos que generan trabajo», enfatizó Massa

En un acto que se realizó en la localidad bonaerense de Escobar, el jefe del Palacio de Hacienda aseguró que el Gobierno «no tiene el capricho de juntar reservas, sino que cuando  nuestro Banco Central está respaldado por reservas que son producto de del trabajo argentino, esas reservas le dan fortaleza y credibilidad a nuestra moneda».

«Todo apunta a consolidar nuestra credibilidad para la inserción internacional», resaltó.

Por su parte, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José de Mendiguren, dijo que el programa «Crédito Argentino» constituye «el programa más grande que se haya lanzado en el país, que nos permitirá aumentar en un 40% el crédito que hoy existe».

Según el funcionario, no solo se bonifica la tasa en un 30% sino que además «permitimos que los Gobiernos provinciales permiten un 3% más de subsidios, lo que convertiría a este programa en uno de los instrumentos más potentes».

De Mendiguren destacó además el relanzamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep) que significan $250.000 millones a través de siete líneas, que apuntan a la «simplificación y la eficiencia» del financiamiento, contra las 30 que existían hasta el momento. Esas líneas son para financiar inversión, exportación y sustitución de importaciones de empresas pymes.

Asimismo, señaló que en septiembre de 2019 el sector de bienes de capital utilizaba el 40% de su capacidad instalada, pero luego de acumular 20 meses consecutivos consecutivos de contracción, hoy el uso de esa capacidad está en el 60%.

«En Argentina muchas veces tuvimos excelentes proyectos pero no teníamos financiamiento, y a veces al revés. Por eso vamos a estabilizar pero tenemos claro adonde vamos: cambiar la matriz productiva de la Argentina que es lo que nos lleva a crisis recurrente», subrayó el funcionario.

Para eso, dijo, los bienes de capital «son un tema clave, hay que incentivarlos rápido, pero sin financiamiento no se puede».


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El 2001, la pandemia y el macrismo ya quedaron chicos

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En abril, el consumo en hipermercados cayó 15,4, números que no se veían desde el estallido social de De La Rua. La UIA confirmó que la industria cayó 17,2 por ciento en marzo, muy por encima del industricidio del PRO y cerca del parate total por la COVID. Con la obra pública cerrada por el Gobierno, los tres sectores que explican la mayor parte del PBI se han desmoronado en tiempo récord. Fuertes disputas en las entidades empresarias por el apoyo que le dan a Milei mientras la economía se pulveriza. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

En sólo cinco meses de Gobierno, los números muestran que la gestión económica de Javier Milei superó ampliamente los derrumbes de actividad de las tres crisis más relevantes de los últimos años: el 2001, la pandemia de la COVID y los años de Mauricio Macri. Por un lado, Página I12 accedió a un adelanto del informe de la consultora Scentia de abril, que refleja un desplome del 15,4 por ciento en las ventas de hipermercados, una caída similar a la del estallido del gobierno De La Rua; por su lado, la Unión Industrial (UIA) confirmó que en marzo la actividad fabril cayó 17,2 por ciento, emparejando los niveles de diciembre del 2001 y cayendo más que en la parte más dura de la pandemia. A este dato se suma el derrumbe de la construcción, superior al 42 por ciento, lo que deriva en un escenario inédito: en tiempo récord, la gestión de Milei y Luis Caputo pusieron a las tres actividades que explican la mayor parte del PBI en una situación de dificil retorno.

Por esta perspectiva, que ya se veía venir, los economistas empezaron a alertar hace unas semanas que el nivel de la recesión, autogenerada para intentar morigerar una inflación que sigue muy alta, era el dato central a observar. Lo curioso es que este momento de crisis casi total de la actividad se da en paralelo al apoyo que empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio y la propia UIA, le dan al gobierno de Milei, a quien estuvieron escuchando y aplaudiendo hace unas horas, en su exposición en el almuerzo que organizó el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear. A raíz de estos datos, este diario habló con dirigentes de todos esos sectores consultando cómo y hasta cuándo se sostiene el discurso de apoyo a la línea Milei cuando la actividad a la baja ya se está cargando al empleo. «Es la pregunta del millón», contestó un alto dirigente de UIA. En esa sede de la gremial empresaria hay una guerra entre pymes y gigantes por el contexto de crisis, que se está llevando puestas a las más chicas. Por toda esa tensión, muchas cámaras como los metalúrgicos de ADIMRA y los texiles de Protejer decidieron salir por las suyas a denunciar que el proceso de crisis no frena y terminará en cierres de empresas. 

En este escenario, el consumo masivo es que el primero sintió el ajuste en los salarios, las jubilaciones pisadas y la liberación del resto de los bienes y servicios de la economía, que terminaron privando a las familias de mayores compras de alimentos. Según Scentia, la caída del 15,4 en ventas en los grandes supermercados de abril es la más grande desde el 2001-2002. «Quedó lejos incluso de los números muy negativos del macrismo», explicó un líder del supermercadismo multinacional. En los años del PRO, el consumo masivo medido por Scentia cayó tres de los cuatro años, quedando empatado en el período restante. Lo particular del consumo es que todos los rubros están cayendo, pero algunos como Bebidas, Aceites y Lácteos se desploman desde el 20 al 50 por ciento mensual. 

Esa baja en el gasto de los hogares está directamente conectada, además, con el desempeño de las fábricas. En el reporte de la UIA se muestra que la industria de Alimentos cayó 10,2 por ciento en abril, un número del que nadie tiene antecedentes, porque en general el sector crece, aún en los peores períodos, de manera marginal en relación con el crecimiento poblacional. El derrumbe de todos los sectores que muestra la UIA produjo una caída general de la actividad que supera o se equipara al 2001 y queda muy por encima de la pandemia de COVID. 

En 2001, medido por el INDEC, el sector industrial terminó cayendo 6,2 por ciento. Mientras que en diciembre de ese año, la baja fue de 18,4 por ciento. ¿Qué pasó co la COVID? En el primer semestre del 2020, el período de mayores restricciones a la circulación y la actividad, la industria cayó 18,4 por ciento. Teniendo su pico más negativo en abril, con una baja del 33 por ciento. Luego de eso, arrancó una curva ascendente que dejó al 2021 con números positivos. Hoy, en sólo un mes, retrocedió 17,2 por ciento, pero en condiciones normales, no pandémicas

Lo particular de estos datos, aseguran los especialistas, es que las caídas tan bruscas por sectores ya adelantan no sólo números negativos hacia adelante, sino un golpe que se ve en los puestos de trabajo. Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, aseguró hace unos días que las fábricas perdieron ya 5000 puestos de trabajo, pero ese dato es previo a los 100 despidos en FATE, Acindar, los supermercados, PEPSICO y General Motors, todas cesantías que ocurrieron en las últimas horas. A eso se suman los 100 mil empleos menos que tiene la actividad de la construcción producto de la decisión de Milei de cerrar la obra pública y los que se están dando en el sector comercial. 


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