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El Frente de Todos, en bloque contra las versiones que ponen en duda el atentado contra Cristina Kirchner

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Referentes del Frente de Todos repudiaron públicamente el editorial de hoy del diario La Nación que pone en duda la existencia del atentado contra Cristina Kirchner el 1 de septiembre pasado y habla de las “condiciones políticas favorables” que se habrían querido generar con ese hecho.

Uno de los funcionarios de la primera línea de Gobierno que salió a cuestionar esa hipótesis que intenta plantar la prensa opositora fue el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, quien se expresó asombrado por “la irracionalidad de decir que (el atentado) fue un hecho inventado para victimizarla” a CFK.

A través de Twitter, el funcionario convocó a generar un escenario de “conversación serena y pacífica” sobre ese hecho que conmocionó la agenda política y recordó que el peronismo siempre fue “defensor de la democracia y la igualdad para nuestro pueblo”.

Quien también salió al cruce del artículo periodístico que expresa la voz de ese matutino porteño fue el titular del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, Germán Martínez. El legislador nacional calificó de “vergonzosa” a la columna editorial.

“No sólo busca instalar dudas y sospechas sobre el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sino que plantea como hipótesis que pudo ser para generar ‘consecuencias políticas favorables’. Lamentable«, publicó en las redes sociales.

Qué dice el editorial en cuestión

En su edición de hoy, La Nación publicó una columna titulara «¿Atentado?: demasiados interrogantes y sospechas», mediante la cual que pone en duda el ataque sufrido por la vicepresidenta. Siembra sospechas sobre supuestas «irregularidades” en ese hecho al que comparó con el suicidio del fiscal Alberto Nisman.

“No es difícil entender por qué alrededor de seis de cada diez personas creen que estamos ante un montaje inventado por el kirchnerismo para victimizarse, según lo atestiguan distintas encuestas de opinión pública», dice la nota.

Luego habla de las dudas generadas por la desaparición de datos del teléfono de Sabag Montiel, el hombre que gatilló un arma automática a centímetros de la cara de Cristina Kirchner, y teje sospechas sobre algunos hechos: “Nos preguntamos si esta banda de vendedores ambulantes tenía conexiones subterráneas con la Policía Federal o con agentes de inteligencia”, dice la publicación.

El punto más notable es la explicitación del diario sobre cuál es su interpretación de los hechos: se trata de “locos sueltos” o de “fanáticos desquiciados o frente a un grupo delictivo escasamente profesional al servicio de sectores interesados en generar un particular clima o determinadas consecuencias políticas favorables a una líder política a quien la Justicia ha puesto contra las cuerdas. Nos inclinamos por esta última hipótesis”.

Otros repudios

El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, también cuestionó el artículo: «¿Quieren saber lo que es el odio?», escribió en Twitter y adjuntó el texto completo de La Nación.

También el ministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak, puso en tela de juicio la opinión del diario conservador y lo acusó de “culpabilizar a las víctimas y seguir fomentando violencia”. “Que quede claro vamos a defender a la democracia porque Nunca Más es Nunca Más”.

El canciller Santiago Cafiero se sumó a los repudios y dijo que «poner en tela de juicio el atentado que sufrió Cristina Kirchner es una canallada».


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Mondino y su brutalidad: «Los chinos son todos iguales»

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La ministra de Relaciones Exteriores exhibió su intelecto en la cumbre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se celebra en París. Allí confesó que no puede distinguir las profesiones de los orientales porque, para ella, tienen el mismo aspecto físico. Lo hizo después de mantener una gira justamente por China, con la intención de negociar el swap con el gigante asiático.

La canciller Diana Mondino se refirió este jueves a la base china en la Argentina. Lo hizo al ser consultada por la presencia de militares del gigante asiático. Mondino respondio con total brutalidad: dijo que no se pudo identificar si participan civiles o militares porque «son todos chinos, son todos iguales».

La cuestión hace al realineamiento argentino con los Estados Unidos. Javier Milei quiere emular las relaciones carnales que mantuvo Carlos Menem en los años 90. Es por eso mismo que, desde hace semanas, el Gobierno nacional amaña todo lo referido a la base científica que nuestro país comparte con China en Neuquén, al punto de mandar una delegación a investigar si se haya algo oculto, pese a que el gigante asiático comparte todos los resultados de las investigaciones con los organismos nacionales.

En ese contexto, Mondino aseguró este jueves que «los chinos son todos iguales», al señalar que no habían identificado a personal militar en la base espacial de ese país en Neuquén. «Los que fueron de investigación no identificaron que hubiera personal militar. Son chinos, son todos iguales», indicó la ministra de Relaciones Exteriores en declaraciones a Clarín.

La frase surgió ante una pregunta sobre si se había identificado personal militar en la base ubicada en la Patagonia argentina, en la que puso especial atención el gobierno de los Estados Unidos y fue tema de conversación con la generala del Comando Sur, Laura Richardson, a principios de abril.

«Ya se han hecho inspecciones en la Estación Espacial China y la Europea. Fue el mismo equipo a ambas y en la misma semana, esos equipos no percibieron nada raro», explicó Mondino.

Pato criollo

No es la primera vez que Mondino no logra ocultar su brutalidad. Semanas atrás, sentada en la mesa de Mirta Legrand, la canciller contó -con una sonrisa de dientes perfectos- por qué para ella es absurdo que los jubilados tengan acceso a un crédito: “Por definición todos algún día nos vamos a morir y si sos un jubilado de determinada edad casi seguro que te vas a morir”. Su argumento corrobora el ABC del gobierno libertario de monetizar la vida al máximo y que eso sea por definición el criterio de lo que sirve y lo que no, según cómo se venda o cómo se pueda pagar.

Pero se acumulan los casos. Por ejemplo cuando pidió que fogoneó a los trolls para que tengan más comentarios una respuesta que el tuit original de Andrés Manuel López Obrador. Ocurrió cuando el presidente mexicano denominó ignorante a Milei y una de las cuentas de las que suele tener interacción con el mandatario argentino (@usdtermo) desafió a que una foto de Milei iba a tener «más me gusta». En vez de apaciguar las aguas, esto publicó Mondino.

Y en el repaso también se pueden citar la vez que dejó un manto de sospecha -sin ninguna prueba- de supuestos «infiltrados» que iban a desestabilizar al presidente Javier Milei en su discurso de apertura en el Congreso o la vez que ni siquiera se puso colorada al apuntar contra Natalia Zaracho porque la diputada y cartonera -que nació en un contexto de vulnerabilidad social- no terminó el secundario.

Malvinas

La cuestión Malvinas merece un párrafo aparte. Suelta de lengua, Mondino dijo que las quejas formales del país contra Inglaterra son, apenas, «cartitas», y que si se tiene que enfrentar con su par inglés en lo relativo a Malvinas, lo mejor es hacerlo con sus «chicanas tuiteras». 

Lo hizo en una entrevista televisiva Ante la consulta de una periodista sobre las acciones de la Cancillería ante el viaje de David Cameron -ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido- a las Malvinas, la canciller dijo que «no había muchas opciones» porque «no pasan por territorio argentino para ir». «¿Qué le vamos a hacer, con un misil bajar el avión», comentó, con acento e intento de humor cordobés.

Cuando la repregunta estuvo orientada a por qué no hubo una queja formal del Estado nacional, Mondino adelantó su reflexión. «A un inglés reírse con el idioma inglés, le duele mucho más que una de las tantas cartitas que Argentina continuamente ha enviado», opinó y consideró que su chicana -había posteado, en Twitter, que le agradecía a Cameron su visita a la Argentina-, «le duele mucho más que otra cartitas más».

Hasta ahora se desconoce si alguno de los asesores con los que cuenta la ministra le soplaron al oído que ni el primer ministro de Inglaterra ni siquiera su canciller la siguen en la red favorita de los ultraderechistas. Es decir, quizás ni acusaron recibo de la «chicana». 

Antes de París, Pekín

Las últimas declaraciones de Mondino llegaron desde París, donde participa de un encuentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Pero la canciller no llegó a Francia desde Buenos Aires sino, justamente, había pasado semanas en la capital china donde se se reunió con el canciller Wang Yi.

El motivo de la gira giraba en torno a recomponer las relaciones tras las provocaciones del Gobierno nacional, que iban desde las acusaciones del presidente (augurando que no iba a mantener relaciones con «comunistas) y de las fotos de la propia canciller con diplomáticos de Taiwán, un tópico sensible para la geopolítica del gigante asiático. Pero, sobre todo, estuvo marcado por la necesidad de que el Gobierno chino renegocie el pago del swap para no generar un sismo en las reservas monetarias argentinas.

La pelota ahora quedó en Pekin. Habrá que ver si toman estas últimas declaraciones como un mero comentario al paso o si resuelven tomar medidas drásticas, por ejemplo, revisar el historial de créditos y exigirle al país el pago efectivo e inmediato de los mismos: se podrían amparar que, para ellos, las deudas «son todas iguales».


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