Gobernar una provincia debe ser un acto de muchísima responsabilidad. No solo se debe atender lo urgente, se debe planificar hacia adelante las medidas de mediano y largo plazo que permitan el desarrollo y la sustentabilidad de nuestra comunidad. Nada de esto ocurre en Santa Cruz.

Los docentes necesitan y merecen una recomposición salarial digna, que no esté por debajo de la inflación, que sea percibida por todos los docentes para todos los cargos y en forma remunerativa y bonificable por antigüedad. Que las escuelas tengan los insumos necesarios para que alumnos y maestros puedan llevar adelante sus actividades, que el Gobierno garantice las vacantes suficientes, y que se dicten como mínimo 180 días de clases.

Una vez más se repite lo que parece ser una mala costumbre en la provincia. Otro año en que la actividad escolar comienza con las mismas deudas de siempre. Hace mucho tiempo que en Santa Cruz no se cumple con el ciclo lectivo completo. La presencialidad y el calendario obligatorio se han vuelto una quimera.

El coronavirus expuso de manera cruel las desigualdades que existen en el acceso y el cumplimiento del derecho a la educación en la provincia. Los dispositivos móviles y la conectividad, por ejemplo, se erigieron como tristes monumentos de la pobreza material de muchos santacruceños incapaces de transitar la correcta educabilidad de sus niños y niñas. Vivimos en tierra arrasada.

Somos testigos de aulas sin vidrios, de pizarrones sin tizas, de pupitres sin alumnos. La deserción escolar crece y no hay respuesta. Los docentes siguen sin ser respetados ni escuchados. Es necesario que la comunidad reaccione, sobre todo las autoridades políticas que son aquellos que tienen el deber de buscar la manera de mitigar el vacío que dejó la falta de actividad escolar durante tantos años.

La Gobernadora Alicia Kirchner debe hacer algo. En principio, debe garantizar las condiciones mínimas de infraestructura, seguridad e higiene en las escuelas que protejan las vidas de los trabajadores educativos, los estudiantes y sus familias. Después, debe brindar los materiales y asegurar el salario y los fondos para poder sostener las clases.

Es tan grave la situación de desigualdad de capital cultural que vivimos en Santa Cruz, que muchos niñas y niños parecen tener escrito sobre la piel el código que determinará cuál será su dramático futuro académico y laboral en el futuro. Está claro que el determinismo que mencionamos se profundizó en el último tiempo, lo que hace mucho más difícil todo. Hoy vivimos un sistema escolar segregador y marginal que nos condiciona gravemente a futuro. Es necesario decir, ¡Basta!

Sabemos que los docentes han estado en las aulas esperando a ser convocados por las autoridades, pero nadie los llamó realmente, o no lo hicieron en tiempo y forma. Esto no es algo nuevo, tampoco es algo que se circunscribe a cuestiones paritarias; a los docentes no se los escucha ni se los convoca en ningún momento. Todo esto atenta contra la calidad educativa y empuja a la decadencia del sistema.

La administración educativa ha sido cómplice del maltrato, mirando hacia otra parte y negado los conflictos. Ha optado por la dejación de funciones, el silencio atroz y la persecución política laboral dentro de las instituciones escolares. Así no hay salida, ni posibilidad de avanzar. Estamos a la deriva.

Tenemos que mejorar el sistema educativo, no queda más tiempo ni generaciones por sacrificar. Debemos buscar soluciones en conjunto, pensar el cómo y para qué se enseña. Desde la promoción la formación gratuita, universal y en ejercicio de todos los docentes de la provincia. Presentando a la escuela como el ámbito privilegiado donde el conocimiento pedagógico se construye, valida, circula y legitima. Generando nuevos mecanismos de acceso a cargos de conducción, supervisión y equipos técnicos que apoyen la tarea escolar en todos sus niveles.

Las cifras de las regalías del petróleo, gas y minería, como lo que se recibe por coparticipación, sumado al aumento de la recaudación tributaria, demuestran que los indicadores económicos son positivos en Santa Cruz, lo que permite hacer frente a todo aquel pedido que realice el cuerpo docente. Existe una recuperación de los ingresos por la reactivación de la actividad económica en la provincia. No hay excusas. La pandemia pasó, no vivimos como en 2020 ni la realidad sanitaria es la misma. Es momento de torcer el rumbo.

LA EDUCACIÓN DEBE SER LA BASE DE NUESTRO CRECIMIENTO SOCIAL Y ECONÓMICO

En Santa Cruz la educación no tiene casi logros que mostrar, lo único que se observa es desidia. Resolver la desigualdad, la brecha digital, buscando una educación equitativa, que permita repensar los métodos de enseñanza para convocar y motivar a docentes y alumnos es fundamental. Recorrer las escuelas de la provincia permite observar todo lo que está mal.

La Gobernadora está agrediendo todo aquello bueno que representa la escuela para los argentinos. Hablamos de la escuela que impulsó la Ley 1420, la que potenció la reforma universitaria irigoyenista, la que estableció y permitió la gratuidad de los estudios superiores de 1949 con Perón. En definitiva, hablamos de la escuela que defendieron -y defienden- los docentes en diferentes luchas y manifestaciones, como la de la Carpa Blanca, la marcha en la que murió Fuentealba, o la Escuela Pública Itinerante abierta durante el gobierno de Mauricio Macri.

Hace muchos años que el Gobierno provincial atenta con sus malas políticas contra la Educación. Le exijo a la Gobernadora Alicia Kirchner que DEJE DE VER COMO ENEMIGO AL SECTOR DOCENTE. Los conflictos del pasado deben quedar en el pasado, porque esa es la única manera de mejorar el futuro. Los ataques de las autoridades políticas a los gremios docentes busca debilitar a los docentes y quebrar el vínculo docente-familia. Los santacruceños no podemos tolerar declaraciones agraviantes contra quienes a diario se ocupan de educar, y lo más importante, de enseñar SOLIDARIDAD. Basta de tanto maltrato.

Este presente debe hacernos reflexionar, nos obliga a preguntarnos qué hace el Gobierno provincial para evitar que exista tanta desigualdad en el acceso a la educación. El drama se homogeniza, lo que está mal se vuelve regla y normaliza. La Gobernadora Kirchner tiene los recursos para resolver esta situación, no puede seguir sin hacer nada.

La pandemia demostró lo necesario y el valor que tiene la escuela como espacio inviolable. No solo hablamos como espacio que ordena la vida social, sino también como espacio que contiene. Sin escuelas no hay futuro. Pasan muchas cosas cuando los niños y niñas no pueden ir a la escuela. Debemos abrir las escuelas, dotarlas de herramientas para que cumplan con sus objetivos.

DE NINGUNA MANERA LA EDUCACIÓN PUEDE SER PENSADA COMO UN NEGOCIO, MUCHO MENOS COMO REPRODUCCIÓN DE INJUSTICIAS SOCIALES. LA EDUCACIÓN ES EL PILAR DE DESARROLLO DE NUESTRO PAÍS.

Es necesario que pensemos qué tipo de provincia queremos construir desde las aulas. Es necesario recuperar la escala humana, pedagógica y profesional en el sistema de enseñanza actual. Para eso las autoridades deben respetar a los docentes, reconociendo sus esfuerzos, su centralidad en el debate y la planificación. Las aulas deben ser espacios de formación continua para las actuales y futuras generaciones.

Espero la Gobernadora entienda y atienda estas cuestiones, no podemos perder más tiempo, dejar pasar tantas oportunidades. Cuidemos a los docentes, para que ayuden a volver a aquellos chicos que están ausentes de las aulas, sumergidos en un proceso de invisibilización y expulsión doloroso y peligroso.

Es necesario reclamar, para que sea restituido el derecho de todos a tener educación. Solo así vamos a poder concebir un futuro mejor para la provincia y el país.