Aún falta mucho más para hacer, tanto desde los pequeños detalles, hasta llegar a todos los barrios con estas acciones, y además plasmar la planificación de senderos turísticos sobre la belleza del lugar y su historia como patrimonio social.

Cuando comenzó la gestión del Intendente de 28 de Noviembre Fernando Españón era tanto el desorden y el abandono recibido, que la pregunta que se repetía una y otra vez era: ¿Por dónde empezar?. Problemas judiciales, equipamiento en deterioro, sin herramientas para trabajar, sin planificación en obra pública, otras obras mal hechas que hubo que reestructurar, promesas incumplidas a la gente, un basural en medio del casco urbano, espacios para el deporte en zonas inundables, y una lista interminable de problemas y dificultades; a la que pronto se le sumó la situación de pandemia ya para inicios de 2020

A dos años de eso, el panorama en 28 de Noviembre se transformó notablemente; hoy existe un basto abordaje de planificación urbanística de manera ordenada, donde erradicar el vaciadero del medio del pueblo fue esencial para planificar y accionar en lo que esta gestión llama “resconstruir 28”; un sentido de acción en unidad del pueblo, donde trabajar para mejorar los barrios altos y unirlos con la obra en la bajada de Cardwell es todo un signo de eso.

Pero además, se nota mucho el sentido de pertenencia de los mismos empleados municipales y los vecinos en comenzar a poner bonito el pueblo. No solamente tapando baches que hacía años que estaban, sino también para hacer cordón cuneta en calles y avenidas donde la deuda de esto era histórica.

Se manifestó sobre esto un verbo que lo describió mejor: Embellecer. Poner belleza ahí donde antes había abandono y desinterés; desgaste, desprolijidad, palabras que bien describen el pasado político de quienes las originaron.

Así, se hicieron y se hacen, arreglos de canteros en bulevares de las avenidas, puesta de obras de arte, canteros con plantas, se reconstruyen los espacios verdes y recreativos para jóvenes, niños, y las familias; y es ahí donde el embellecimiento comienza a contagiar. Vecinos que colaboran con plantines para sacar a la calle; arreglan sus frentes, o si el municipio lo hace luego ellos siguen su mantenimiento; y al tiempo de esto, se realiza la recolección de cartones y plásticos para generar ingresos y además comenzar a pensar en cuidar mejor el medioambiente.

Aún falta mucho más para hacer, tanto desde los pequeños detalles, hasta llegar a todos los barrios con estas acciones, y además plasmar la planificación de senderos turísticos sobre la belleza del lugar y su historia como patrimonio social.

“Embellecimiento” es una acción que contagia. Porque es una de las acciones iniciales y de base. Ese contagio optimista ya trasciende esta localidad, y la palabra “embellecimiento” y puede leerse en los partes de prensa de otras comunas cercanas, y enhorabuena que así sea el contagio que replica aquello que se muestra ante la mirada del vecino, pero sabiendo además que de fondo hay también una planificación de obras que se viene ejecutando a la para “embellecimiento” no se confunda con maquillaje; sino con lo que realmente es, cuando embellecer la ciudad es tarea comunal en hacer y cuidar para avanzar en la reconstrucción.