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Un informe de la Auditoría General destrozó el acuerdo de Macri con el FMI

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Según el organismo de control, el ex Presidente incurrió en un «incumplimiento de los procedimientos normados», y puso en riesgo “la solvencia y la sostenibilidad de la deuda pública”.

La Auditoría General de la Nación (AGN) fue lapidaria con el acuerdo firmado entre el gobierno de Mauricio Macri y el FMI de 2018. Según el organismo de control, el ex Presidente incurrió en un «incumplimiento de los procedimientos normados», y puso en riesgo “la solvencia y la sostenibilidad de la deuda pública”.

La AGN está integrada por el oficialismo y la oposición y el informe sobre el acuerdo también fue suscripto por Miguel Ángel Pichetto, quien acompañó a Macri en la fórmula presidencial de Cambiemos en 2019.

«El préstamo stand by del Fondo Monetario Internacional no cumple con el criterio establecido de proceso de negociación y ejecución (normativa vigente)», señaló la AGN sobre la deuda que asumió la anterior gestión de Gobierno con el organismo multilateral, en el informe de auditoría combinada respecto a la cuenta de inversión 2018.

La auditoría, que tuvo un dictamen general favorable, señaló «salvedades» entre las que mencionó la existencia de «avales con atrasos confirmados; avales que exceden el monto autorizado; inconsistencia en Intereses de la deuda impagos; inconsistencia en la exposición de la deuda en los estados contables; utilización de mecanismos alternativos de emisión de deuda (DNU); incumplimiento de los procedimientos normados para la contratación de la deuda con el FMI; y la emisión de deuda sin contar con cupo determinado por Ley al momento de la emisión».

«El 20% de la emisión de deuda directa en ese año fue autorizada por Decreto de Necesidad y Urgencia», algo que no está permitido, ya que toda emisión de deuda externa debe ser aprobada por el Congreso, además de incurrir en una «falta de procedimientos formales para la colocación de deuda en los mercados internacionales de capitales y la falta de normativa para el seguimiento de avales, fianzas y garantías», sostuvo la Comisión de Supervisión de Deuda Pública de la AGN.

También observó que, en enero de 2018, y de manera previa al cierre de mercados voluntarios de deuda a la Argentina, el entonces ministro de Finanzas, Luis Caputo, decidió emitir y colocar Títulos Públicos en Nueva York por un total de US$ 9.000 millones, «una cifra inusitada de emisión».

En ese sentido, detalló que no cumplió con la normativa vigente para su solicitud, ya que «no se detectó normativa que acredite la modificación presupuestaria por $ 499.758 millones de pesos (correspondientes a 2 desembolsos del endeudamiento con el FMI)».

La Auditoría tuvo como objeto evaluar el estado de la deuda pública incluida en los Estados Contables de la rendición anual de cuentas de la Nación al 31 de diciembre del año 2018.

El informe precisó que a fines de ese año la emisión neta de deuda fue de US$ 55.940 millones y que la deuda pública alcanzó los US$ 332.192 millones.

En total, la deuda pública pasó a representar el 85,2% del PBI, frente al 56.5% del PBI de un año atrás, producto de la fuerte devaluación de ese año, que hizo crecer el peso de la deuda sobre el PBI en casi 30 puntos en un año.

«Luego de la mega colocación de deuda en el exterior y la importante emisión de letras de corto plazo en el mercado local, generó un stress financiero importante para Argentina y fue la razón por la cual los mercados voluntarios de deuda se declaran cerrados para la República Argentina sumado a la pequeña suba de tasa de interés internacional. Es en ese contexto que se acude al Fondo Monetario Internacional y se acuerda un préstamo stand by por US$ 56.700 millones de dólares», señaló la AGN en un comunicado.

La operación fue catalogada como «extraordinaria», debido al volumen de lo solicitado y también a que la Argentina nunca había accedido a semejante endeudamiento con el FMI, muy superior al de los años 2000 y 2001 (megacanje) con US$ 8.000 millones.

Por último, informaron que el colegio de auditores sesionó hoy en el Salón Eva Perón de la sede de la AGN y que participaron su titular Jesús Rodríguez, y los auditores generales Francisco Javier Fernández, María Graciela de la Rosa, Juan Ignacio Forlón, Gabriel Mihura Estrada, Miguel Ángel Pichetto y Alejandro M. Nieva.


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Las tres Marchas

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Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno de Javier Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor. El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como “héroes” que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.

El gobierno despreció esta marcha porque —dijeron— la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. “Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios”, dijeron por la televisión. Y Patricia Bullrich la calificó de “rara”. Defender la universidad que el gobierno quiere cerrar es “raro”. Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.

Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron estratégicamente a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.

Las manos invisibles del mercado no son tan invisibles, pero se ocultan detrás de los ataques a los puntos más sensibles, como los trabajadores, los derechos humanos y la educación. Este país dejaría de existir, se derrumbaría, si destruyeran esos pilares.

La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. La Plaza y las avenidas laterales, más toda la Avenida de Mayo hasta parte de la Plaza de los dos Congresos, las diagonales, Rivadavia e Irigoyen, repletas. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.

En las tres marchas hubo una parte que fue a todas, pero en cada una se suman muchos manifestantes nuevos. Y el que va una vez, ya no se baja, porque el encuentro físico con otras personas que piensan parecido y actúan en común destruye preconceptos y diluye el prejuicio sobre el que se monta todo el discurso antipopular o incluso antimilitante o antipolítico, que son los antis que funcionan como pegamento del relato desarmador de la derecha.

En esta marcha hubo muchísima gente sin encolumnarse. Y había columnas que casi nunca han compartido la calle, como las de agrupaciones peronistas estudiantiles y la Franja Morada del radicalismo. Esa misma mezcla se daba en la muchedumbre.

Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.

Un detalle que puso en evidencia la diversidad de los manifestantes que asistieron a las marchas fue la profusión de cartelitos caseros. En las marchas anteriores había algunos. Pero ayer estaba plagado de cartelitos con leyendas inventadas por sus portadores, escritos con marcadores de diferentes colores sobre hojas, cartulinas o cartones. Una nota de Página/12, da cuenta de este fenómeno. No hay que pensar demasiado: Si se juntan cientos o miles de maestras y docentes, preparan la marcha como si fuera una clase, con sus cartelitos didácticos o graciosos para sus alumnos. Es difícil imaginar una marcha de ferroviarios, por ejemplo, con cartelitos escritos a mano con marcadores de diferentes colores.

Qué poco conocen el país real estos tipos que gobiernan. Esos cartelitos son una clase en la escuela pública. Nadie las obliga a llevar un cartelito. Es lo que hacen las maestras en su tiempo “libre”, porque es lo que lleva en la sangre el ser docente. “La educación nos hace libre” dice uno que reivindica la verdadera libertad y no la que carajean estos farsantes. Y hay otro que es para reflexionar: ”Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.


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