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Un buzo rescató una alianza en un lago y la premonición de la dueña se hizo realidad

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Marcos Ponce encontró el anillo de las profundidades del Lago del Desierto, en El Chaltén, e inició una campaña en redes sociales para dar con la propietaria. “Se emocionó mucho y me dijo que era un mensaje del destino”. Una de las mujeres es de Rio Turbio

Marcos Ponce estaba terminando su sesión de buceo en el Lago del Desierto, a 37 kilómetros de El Chaltén -Santa Cruz-, cuando un resplandor le llamó la atención. Para los buzos es habitual encontrar objetos en las profundidades, pero el hombre esta vez percibió que ese brillo escondía una historia. No se equivocó: era un anillo de oro 18 quilates con un apellido y una fecha.

“Cuando salimos a superficie, lo vimos bien y como tenía algunas características particulares pensamos que era una alianza y que podría ser importante para quien la hubiese perdido”, le cuenta a TN Ponce de 48 años y abogado de profesión.

El buzo, entonces, se puso un objetivo: ubicar al dueño o la dueña del anillo. Notó que, por su tamaño, podía haberle pertenecido una mujer. Lanzó una publicación en Facebook que en pocas horas fue compartida más de 7000 veces. Allí mostró fotos que dejaban ver un apellido: D’Amico.

Ponce mostró el día y el mes grabados en la pieza, pero se reservó un detalle para eludir potenciales oportunistas: el año. El propietario o propietaria debía conocerlo con exactitud. Caso contrario, se trataría de un impostor.

El hallazgo del anillo: “Estaba haciendo unas fotos y vi un resplandor que me molestaba”
Si bien la publicación fue el último domingo, el hallazgo se produjo en marzo. “Yo soy de Esquel y me dedico al buceo deportivo hace 20 años. Fuimos de vacaciones con mi mujer y mi hija a Ushuaia y, a la vuelta, con mi compañero Hugo quisimos bucear por el Lago del Desierto”, comenta Ponce.

Y detalla: “Estaba sacando unas fotos del muelle cuando veo un brillo que me molestaba para hacer la foto. Era el anillo. Me acerqué y me lo metí en el chaleco”.

Días después, Ponce retomó su rutina en su lugar de residencia y el anillo quedó guardado un cajón. “Me quedé con la idea de hacérselo llegar a su dueño. Y este fin de semana me decidí: le saqué unas fotos con un lente macro para que se viera bien qué decía, e hice la publicación en Facebook”.

La premonición de la dueña: “Si el destino resuelve que esto es para mí, el anillo me va a volver de alguna manera”
Tres horas después, cuando el posteo había formado una catarata interminable de comentarios, apareció la dueña.

“Rápidamente me dijo la fecha y el año: 2015. Y me contó la historia”, revela Ponce, que además es fotógrafo subacuático. “Son dos chicas, una de Río Turbio y la otra de La Plata. Se comprometieron y, por vicisitudes de la vida, una de ellas tuvo que volverse a la provincia de Buenos Aires. Ahí se cortó la relación”, explica.

La mujer de Río Turbio decidió deshacerse del anillo en el Lago del Desierto. Era el 10 de enero de este año y antes de arrojarlo, según relata el buzo, hizo un juramento: “Si el destino resuelve que esto es para mí, (la alianza) me va a volver de alguna manera”.

“La chica me escribió emocionada: volvía a saber del anillo tres meses después de haberlo tirado al agua. ‘Algo me está marcando que no lo tengo que soltar’, me dijo. Me pidió si se lo podía enviar de nuevo a Río Turbio, y eso es lo que voy a hacer”, anticipó Ponce.

La historia, sin embargo, no termina allí. “A la 1 de la mañana me contactó la otra chica. También estaba muy emocionada y me dijo que tenía un muy buen recuerdo de su relación, así que quién te dice, ¿no?”, sugiere el buzo, abriendo el margen para un posible reencuentro entre las protagonistas -ambas pidieron mantener sus nombres en reserva- de aquel amor trunco.


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En medio del ajuste del Gobierno, se hizo «La Noche de las Universidades»

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La actividad fue para conmemorar el 75º aniversario de la gratuidad universitaria implementada por Juan Domingo Perón en 1949.

Por Celeste del Bianco

Ayer, se realizó en todo el país “La Noche de las universidades”, en lo que fue la vigilia del 75º aniversario de la implementación de la gratuidad universitaria. Una medida adoptada por Juan Domingo Perón el 22 de noviembre de 1949, que democratizó el acceso a la educación superior y generó un cambio histórico. A modo de celebración hubo suelta de libros, charlas, mesas de consulta y otras actividades, que funcionaron también como una forma de visibilizar la grave crisis que atraviesa el sistema universitario con el ajuste que impuso el gobierno de Javier Milei.

“En estos momentos tenemos muchas cosas para ver, plantear y discutir. Creo que 75 años son más que importantes y en un momento donde están en discusión muchas de las cosas que pasan en la universidad pública. Así que creíamos más que conveniente hacer esto y que pueda quedar para el futuro”, le dijo a Página 12 Oscar Alpa, vicepresidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que fue el organismo que impulsó la idea de abrir las puertas a toda la comunidad hasta la medianoche. Esta conmemoración especial se da un contexto dramático para las universidades, que no saben si podrán funcionar el próximo año. Todo depende de la aprobación del Presupuesto 2025 en el Congreso, una ley que el Gobierno pareciera no querer sancionar y así seguir usando el del 2023 de manera discrecional. A esto se suma la situación de docentes y no docentes, que acumulan un 40% de pérdida del poder adquisitivo y que más del 85 % tienen sueldos por debajo de la línea de pobreza.

“La gratuidad es una bandera que hay que defender a toda costa porque nosotros somos un ejemplo como sistema en el mundo. Ojalá lleguemos a tiempo y que no terminen de destrozar todo, porque va a ser otra vez como en los 90, llegar y empezar de cero”, dijo Gabriela Vázquez, egresada de la carrera de Ciencias de la Educación que se acercó al Centro Cultural Universitario Paco Urondo, una de las sedes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en el microcentro porteño. Miraba un telar de más de cuatro metros, bordado con pequeños muñecos coloridos hechos por mujeres chilenas exiliadas en Canadá en homenaje a las y los desaparecidos durante la dictadura militar.

En esa misma sede dieron una charla las escritoras Dolores Reyes y Sol Fantin, denunciadas por una fundación de ultraderecha por el supuesto «contenido sexual explícito» que sus libros esparcen en las escuelas bonaerenses. Alrededor de cien personas participaron del encuentro. Una de ellas fue Renata Vismara, integrante de de la Red de docentes por el derecho al aborto. “Estamos acá en repudio a este intento de prohibir esta literatura que para nosotras es clave. Estos libros, muchas veces, son la puerta de entrada para que pibes y pibas puedan contar lo que les está pasando. Porque no lo conocen, porque no se dan cuenta que lo que viven es violencia o porque les habilita hablar”, contó. Vismara es la primera generación universitaria en su familia, su mamá, jefa de hogar, es empleada pública y, ahora, ella tiene un título en Ciencias de la Educación. “Estamos ante un permanente ataque hacia lo público, hacia lo colectivo. En mi caso, con la universidad fue contundente el cambio en mi vida y en la de toda mi familia”, agrega.

Imagen Verónica Bellomo

El 22 de noviembre de 1949 Perón firmó el decreto N° 29337, que suspendió el cobro de los aranceles universitarios y reconoció el derecho universal a la educación superior gratuita que democratizó el acceso y dio espacio a sectores populares, obreros y de menores recursos.“La gratuidad fue premonitoria o inauguró un modo de pensar que hasta entonces había referido a la educación universitaria solamente como un privilegio para las élites. Por eso, defender a la gratuidad como valor también es defender un proyecto universitario en sintonía con el desarrollo nacional, en sintonía con la soberanía científica y, por supuesto, con la independencia económica y la justicia social”, le dijo a Página 12 la vicedecana de la Facultad de Filosofía, Graciela Morgade, que también participó de la charla.

Los rectores y rectoras de todo el país que integran el CIN ya anticiparon que si el Presupuesto 2025 no se modifica, las universidades no podrán funcionar. Necesitan 7.1 billones de pesos para gastos de funcionamiento y salarios, pero el gobierno de La Libertad Avanza solo propone 3.8 en un presupuesto que ni siquiera se sabe si será aprobado. En ese contexto de incertidumbre es que las universidades abrieron sus puertas a la medianoche.

La calle Corrientes también se convirtió en uno de los escenarios de “La Noche de las Universidades”, alumnos y docentes hicieron una suelta de libros. Llegaron desde la sede de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) de la calle Bartolomé Mitre al 1800 hasta la peatonal y repartieron libros que consiguieron en una colecta, la idea surgió en Plaza Congreso mientras participaban del plan de lucha para conseguir un presupuesto adecuado. Juntaron alrededor de 500 y cada uno de ellos llevó una dedicatoria. “Quizás desde la parada del 98, ves a este edificio oscuro y aburrido, pero por adentro está lleno de color. Acá hay gente que imagina y crea mundos”, escribió en uno de esos libros Oscar Ojea, alumno de la Licenciatura en Artes. Firmó la dedicatoria para alguien que no conoce, pero al que quiere que le llegue su mensaje: su universidad es una cocina de arte y de creatividad maravillosa.

La decisiòn de abrir las universidades no es solo para celebrar la fecha histórica, sino también para seguir visibilizando el conflicto universitario, que ya lleva diez meses y que en el medio tuvo dos marchas masivas, tomas generalizadas, clases públicas y miles de actividades en todo el país. “Nosotros también tratamos de ir cambiando un poco las acciones porque repetirnos es hacer el juego a la estrategia de cansancio y de agotamiento, entonces como universo de arte tratar de crear y saltear los discursos de odio”, le contó a este diario Sergio Ramos, decano de Crítica de Artes. Y agregó: “Escribimos dedicatorias para que vayan esos libros con un poco de historia de la universidad. Pero también es traer al libro como instrumento de liberación, de creatividad, de imaginación, de empatía. Como cierto acto de generosidad y de convocar a otros modos de construir comunidad y de relacionarnos como sociedad”.


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