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Murió el periodista César Mascetti a los 80 años

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El histórico conductor de Telenoche llevaba varios años alejado de la TV, donde formó una dupla icónica con Mónica Cahen D’Anvers.

A los 80 años, murió el periodista César Mascetti. La noticia fue confirmada por la Municipalidad de San Pedro, ciudad en el que nació y vivió hasta sus últimos días. «Su enorme trayectoria en los medios de comunicación, su historia ligada a la prensa sampedrina a través del periódico de su padre El Independiente y su vínculo con la producción de la zona a través de La Campiña son sólo algunas de las tantas razones por las que su figura es parte de la historia de los sampedrinos», reza el comunicado que difundieron el Intendente Municipal Ramón Salazar, el ex Intendente Cecilio Salazar y todo el gobierno de la ciudad.

Los restos del periodista no serán velados y serán enterrados en el cementerio de San Pedro.

Nacido el 9 de diciembre de 1941, César Alberto Mascetti heredó su pasión por el periodismo de su abuelo Alejandro y de César, su padre. Se formó en la Universidad Nacional de La Plata y luego de dar sus primeros pasos profesionales en San Pedro, a mediados de la década del 60 comenzó a trabajar en Clarín, luego en La razón y en 1971 ingresó a Canal 13, donde se convirtió en una de sus figuras más emblemáticas, al igual que de la señal de noticias TN, de la que formó parte desde su inicios en 1993.

Se destacó por sus entrevistas a grandes personalidades como Salvador Allende, Arturo Umberto Illia, Juan Domingo Perón, Raúl Alfonsín, Carlos Menem, George Harrison, Atahualpa Yupanqui y Jorge Luis Borges; coberturas como la tragedia del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en los Andes (Chile, 1972), el retorno de Perón (Argentina, 1972-1973) y la muerte del dictador Francisco Franco (España, 1975-1976).

Pero sin lugar a dudas, para muchos argentinas, César será recordado por la entrañable dupla que formó con Mónica Cahen D’Anvers delante y detrás de cámara. Durante una década fueron la cara de Telenoche, noticiero por el que ganaron 8 premios Martín Fierro como mejor noticiero, además del de oro. Y luego de tantos años informando al público, en 2003 decidieron retirarse de la pantalla chica.

«Cuando estábamos pensando en irnos de la tele, un brillante psicoanalista con el que hacíamos terapia nos tiró una frase que terminó por definir nuestra decisión: ‘No sé ustedes, pero yo quiero que a mí la muerte me encuentre vivo’, dijo. Y ahí se nos bajó el telón», reveló César en una entrevista con La Nación y aseguró que nunca se arrepintió de su decisión.

El periodismo siguió siendo parte de su vida y mantuvo la dupla con Mónica en Radio Del Plata hasta 2015, cuando se retiró definitivamente para volver a San Pedro, donde junto a Cahen D’Anvers abrió un establecimiento rural-turístico llamado La Campiña de Mónica y Cesar, en Rio Tala, en el km 154 de la Ruta 9.

La historia de amor de Mónica y César
Mónica y César se vieron por primera vez en 1971, cuando él daba sus primeros pasos en Canal 13 y ella ya era una figura consagrada. En ese momento, Cahen D’Anvers todavía estaba casada con Iván Mihanovich, el padre de sus hijos Vane y Sandra, y más allá de este detalle, no sintió ninguna química especial con su colega.

«El me parecía un hombre insoportable», explicó en un reportaje. Pero años más tarde, cuando ya se había divorciado, todo cambió: «Era muy buenmozo y se sabía lindo. Todos los días había mujeres en la puerta del canal y lo esperaban a que saliera. Un 7 de junio, Día del Periodista, nos encontramos en una fiesta de Goar Mestre. Sólo sé que cuando nos fuimos, él se subió a su auto y yo al mío, y en vez de ir por caminos separados, nos volvimos juntos y nunca más nos separamos».

Desde entonces, forjaron una de las parejas más sólidas del mundo del espectáculo y tras 25 años de convivencia, en 2003 se casaron. «En 2003, cumplimos las Bodas de Plata, así que aprovechamos la fecha y nos casamos. Nos pareció que era un buen regalo de aniversario. Le dije a César: ‘¿No te parece que es hora de que firmemos un papelito para que se sepa que esto es en serio?’. Y lo hicimos», explicó la periodista y señaló que el secreto de sus más de 40 años de amor fueron sus diferencias.


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Las tres Marchas

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Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno de Javier Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor. El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como “héroes” que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.

El gobierno despreció esta marcha porque —dijeron— la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. “Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios”, dijeron por la televisión. Y Patricia Bullrich la calificó de “rara”. Defender la universidad que el gobierno quiere cerrar es “raro”. Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.

Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron estratégicamente a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.

Las manos invisibles del mercado no son tan invisibles, pero se ocultan detrás de los ataques a los puntos más sensibles, como los trabajadores, los derechos humanos y la educación. Este país dejaría de existir, se derrumbaría, si destruyeran esos pilares.

La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. La Plaza y las avenidas laterales, más toda la Avenida de Mayo hasta parte de la Plaza de los dos Congresos, las diagonales, Rivadavia e Irigoyen, repletas. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.

En las tres marchas hubo una parte que fue a todas, pero en cada una se suman muchos manifestantes nuevos. Y el que va una vez, ya no se baja, porque el encuentro físico con otras personas que piensan parecido y actúan en común destruye preconceptos y diluye el prejuicio sobre el que se monta todo el discurso antipopular o incluso antimilitante o antipolítico, que son los antis que funcionan como pegamento del relato desarmador de la derecha.

En esta marcha hubo muchísima gente sin encolumnarse. Y había columnas que casi nunca han compartido la calle, como las de agrupaciones peronistas estudiantiles y la Franja Morada del radicalismo. Esa misma mezcla se daba en la muchedumbre.

Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.

Un detalle que puso en evidencia la diversidad de los manifestantes que asistieron a las marchas fue la profusión de cartelitos caseros. En las marchas anteriores había algunos. Pero ayer estaba plagado de cartelitos con leyendas inventadas por sus portadores, escritos con marcadores de diferentes colores sobre hojas, cartulinas o cartones. Una nota de Página/12, da cuenta de este fenómeno. No hay que pensar demasiado: Si se juntan cientos o miles de maestras y docentes, preparan la marcha como si fuera una clase, con sus cartelitos didácticos o graciosos para sus alumnos. Es difícil imaginar una marcha de ferroviarios, por ejemplo, con cartelitos escritos a mano con marcadores de diferentes colores.

Qué poco conocen el país real estos tipos que gobiernan. Esos cartelitos son una clase en la escuela pública. Nadie las obliga a llevar un cartelito. Es lo que hacen las maestras en su tiempo “libre”, porque es lo que lleva en la sangre el ser docente. “La educación nos hace libre” dice uno que reivindica la verdadera libertad y no la que carajean estos farsantes. Y hay otro que es para reflexionar: ”Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.


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