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Más del 40% de las víctimas de violencia sexual son niñas, niños y adolescentes

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Los datos del país revelados por el informe establecen además que el 90% de las personas imputadas y casi la totalidad de las condenadas son de identidad masculina.

En el país, más del 40% de las víctimas de violencia sexual son niñas, niños y adolescentes, según el último informe realizado por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM).

En el mismo se indicó además, que en el período comprendido entre 2016 y 2021 se han incrementado los registros de casos por violencia sexual a nivel nacional y en la Ciudad de Buenos Aires.

Se destaca además, que 9 de cada 10 víctimas de violencia sexual son mujeres mientras que niñas, niños y adolescentes representaron más del 40 por ciento de las víctimas.

La UFEM, a cargo de la fiscal federal Mariela Labozzetta, presentó esta segunda edición de su «Relevamiento de fuentes secundarias de datos sobre violencia sexual”, con información a nivel nacional y de la Ciudad de Buenos Aires sobre la evolución de este tipo de casos.

El documento actualiza el trabajo exploratorio publicado en 2019 y analiza, con perspectiva de género, la evolución del fenómeno y los cambios observados en los sistemas de información, y en el volumen y tipo de casos registrados.

La UFEM recopiló y analizó información producida entre 2016 y 2021 por organismos públicos con conocimiento y/o intervención en casos de violencia sexual, a partir de publicaciones y bases de acceso público, de ámbito nacional y de la Ciudad de Buenos Aires. A la vez, se incorporaron datos elaborados y provistos por distintas dependencias del Ministerio Público Fiscal.

El trabajo señala que en el período analizado se han incrementado los registros de casos por violencia sexual a nivel nacional y en la Ciudad de Buenos Aires, y agrega que se refleja en los datos policiales (Sistema Nacional de Información Criminal de la Argentina), judiciales (Ministerio Público Fiscal, Oficina de Violencia Doméstica); de las sentencias condenatorias (Registro Nacional de Reincidencias); de las personas detenidas (Sistema Nacional de Estadísticas de Ejecución de la Pena); y de líneas especializadas de atención, como la Línea 144.

No obstante, se indica en el informe, que en 2020 y ante la vigencia de las medidas de restricción a la circulación por la pandemia de COVID-19, esta tendencia se vio interrumpida y los casos registrados retrocedieron ese año, particularmente en la Ciudad de Buenos Aires.

En el informe se destaca que el 90% de las personas imputadas y casi la totalidad de las condenadas tenían identidad masculina, y se informó también que el aumento de casos registrados fue mayor entre los abusos sexuales sin acceso carnal y que se acrecentó la cantidad de personas detenidas por delitos sexuales.

Por otra parte, la UFEM advierte que en los últimos años se fortalecieron los sistemas de información de este tipo de violencias, incorporando distinciones por género y reduciendo el sub registro de casos.

Se indica también que la mayor visibilización de la problemática puede estar propiciada por un contexto social y por la difusión de casos emblemáticos. No obstante, sostiene que, pese a este crecimiento, los casos registrados continúan mostrando una parte acotada del fenómeno.


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Las tres Marchas

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Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno de Javier Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor. El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como “héroes” que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.

El gobierno despreció esta marcha porque —dijeron— la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. “Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios”, dijeron por la televisión. Y Patricia Bullrich la calificó de “rara”. Defender la universidad que el gobierno quiere cerrar es “raro”. Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.

Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron estratégicamente a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.

Las manos invisibles del mercado no son tan invisibles, pero se ocultan detrás de los ataques a los puntos más sensibles, como los trabajadores, los derechos humanos y la educación. Este país dejaría de existir, se derrumbaría, si destruyeran esos pilares.

La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. La Plaza y las avenidas laterales, más toda la Avenida de Mayo hasta parte de la Plaza de los dos Congresos, las diagonales, Rivadavia e Irigoyen, repletas. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.

En las tres marchas hubo una parte que fue a todas, pero en cada una se suman muchos manifestantes nuevos. Y el que va una vez, ya no se baja, porque el encuentro físico con otras personas que piensan parecido y actúan en común destruye preconceptos y diluye el prejuicio sobre el que se monta todo el discurso antipopular o incluso antimilitante o antipolítico, que son los antis que funcionan como pegamento del relato desarmador de la derecha.

En esta marcha hubo muchísima gente sin encolumnarse. Y había columnas que casi nunca han compartido la calle, como las de agrupaciones peronistas estudiantiles y la Franja Morada del radicalismo. Esa misma mezcla se daba en la muchedumbre.

Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.

Un detalle que puso en evidencia la diversidad de los manifestantes que asistieron a las marchas fue la profusión de cartelitos caseros. En las marchas anteriores había algunos. Pero ayer estaba plagado de cartelitos con leyendas inventadas por sus portadores, escritos con marcadores de diferentes colores sobre hojas, cartulinas o cartones. Una nota de Página/12, da cuenta de este fenómeno. No hay que pensar demasiado: Si se juntan cientos o miles de maestras y docentes, preparan la marcha como si fuera una clase, con sus cartelitos didácticos o graciosos para sus alumnos. Es difícil imaginar una marcha de ferroviarios, por ejemplo, con cartelitos escritos a mano con marcadores de diferentes colores.

Qué poco conocen el país real estos tipos que gobiernan. Esos cartelitos son una clase en la escuela pública. Nadie las obliga a llevar un cartelito. Es lo que hacen las maestras en su tiempo “libre”, porque es lo que lleva en la sangre el ser docente. “La educación nos hace libre” dice uno que reivindica la verdadera libertad y no la que carajean estos farsantes. Y hay otro que es para reflexionar: ”Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.


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