El natatorio municipal de Rio Turbio lleva ahora el nombre de César José Cetta, un reconocimiento a su dedicación y legado en el deporte local. Su influencia se remonta a generaciones, marcando un hito en la historia deportiva de la región.

En un emotivo acto, el natatorio municipal fue oficialmente nombrado «César José Cetta», en honor a su compromiso y dedicación al deporte local. La comunidad se reunió para celebrar este acto significativo, recordando su legado y contribución al bienestar de la ciudad.

Participaron muchos vecinos, entre ellos Julio Gaitan, quien estuvo en el Dique San José y participó en la imposición del nombre.

“Muy contento de poder estar acá, es un sueño realizado con muchos amigos. Lo charlamos con el intendente sobre la posibilidad de ponerle un nombre al natatorio porque creo que marcó a una generación de niños, adolescentes, jóvenes y adultos de Río Turbio y la cuenca carbonífera. Siendo el primer profesor de la pileta, creo que es un digno homenaje que lleve su nombre, porque así es como se mantiene la historia y lo lindo de tenerlo acá entre nosotros”, expresó Julio.

“Yo creo que lo lindo de esto es que trasciende a todos. César trasciende a todos. Todos pasamos por él, todos pasamos por Gerardo Menna, todos pasamos por Hugo Castronovo. Lo que más lo caracterizó fue el compromiso con el natatorio”, agregó.

El acto fue presidido por el intendente Darío Menna, acompañado por la diputada provincial Karina Nieto, autoridades municipales, ediles, vecinos de Río Turbio, de Río Gallegos y referentes de la Federación de Deportes Acuáticos, así como deportistas de Chile y Santa Cruz.

El profesor César José Cetta nació en Santa Fe y llegó a Río Turbio en el año 1979. Pasó su infancia en Comodoro Rivadavia, Chubut, siendo campeón en aguas abiertas. Trabajó en el Gimnasio y Natatorio YCF, participando también en diferentes actividades sociales. Junto al profesor Gerardo Menna, impulsó la realización de olimpiadas, siendo una convocatoria muy novedosa para la ciudad en aquel momento.

En su trayectoria, destaca su representación de nuestro país en los Juegos Olímpicos de 1992 en Grecia. Además, formó parte del Comité Asesor de los Juegos Epade y de La Araucanía, siendo el impulsor principal para que la natación se incluyera en esos prestigiosos eventos.

El decreto del 3 de mayo, decreto 760, fue entregado por autoridades municipales, dejando oficialmente instaurado el nombre del Profesor César José Cetta al natatorio municipal de Río Turbio. Seguidamente, junto al intendente Darío Menna, se invitó al profesor Cesar Cetta y a sus familiares para proceder al descubrimiento de placas que conmemoran la instauración de su nombre en el natatorio.

Posteriormente, se reprodujo un video homenaje al profesor Cetta, recibiendo saludos de todos aquellos que conocen su historia.

Bajo la emoción del momento, el profesor brindó unas palabras al público presente, comenzando en tono de broma: “Sé lo que están pensando. ¿Cuándo se callará este? No quiero quitarles mucho tiempo, pero a las autoridades presentes, y sobre todo a la familia y compañeros de mi padre, porque uno piensa en las cosas solemnes dirigiéndose para agradecer, porque son las autoridades quienes marcan el rumbo, los objetivos desde el punto de vista político, y siempre sucede así.”

Agregó: “Desde el punto de vista humano, son la familia y los amigos quienes nos marcan el camino”, y compartió una anécdota que nunca había contado: “Cuando llegamos en el 79, Gerardo y yo salimos un lunes de Santa Fe y llegamos un viernes aquí, porque el colectivo tenía un cartel que decía ‘lo importante es no demorar más’, y vinimos a la pileta que había estado cerrada durante un período. Entonces, el agua estaba fría, y llegamos al gimnasio. En el primer turno, un alumno, Dante Molina, me tiró de una columna, me tiró parado con Dante, y me cortó el pie.”

Entonces, el profesor que estaba presente era el técnico de la selección nacional, y teníamos al mejor nadador del país, que era Conrado Porta, que había salido quinto en los Juegos Olímpicos de 1976 y se preparaba para los Juegos Olímpicos de 1980 en Rusia. Entonces, estábamos planeando una gira por Europa en 1978 y 1979. Yo ya había llevado al equipo a Paraná, donde ganamos el Campeonato Argentino, y aún no me había recibido de profesor. César me dijo que me quedara porque este año iba a viajar y él se quedaría con el equipo. Fue en ese momento, cuando me corté el pie, que decidí quedarme, y sucedieron un montón de cosas. Lo mejor que sucedió fue la familia, por eso enfatizo tanto que la familia es la que marca el destino.

«Ese fue un momento importante porque son decisiones que uno toma y sientes que algo cambia. Ahí cambió mi concepto del éxito porque ser exitoso en cualquier momento era una amenaza. Los chicos que llegaron a los Juegos Olímpicos, eso yo pensé que era el éxito. Me acuerdo que después de todo eso, contamos un día y tuvimos 112 chicos, y el éxito pasa ahí, en multiplicar lo poco que uno sabe, multiplicarlo, no que se lo lleven 2 o 3, multiplicarlo. Yo creo que el éxito que tuvimos, lo que nos pasó, es que lo hicimos con tanto afecto que lo hicimos».