RIO TURBIO
Había una vez un tren, que se llamaba Eva Perón

Construido en tiempo récord; descargado en la ría de Río Gallegos cuando no había puerto; Río Turbio en mayo con nieve de 1951; trocha angosta; y el carbón que generaba el vapor de una época de grandes logros industriales. Creado, proscripto, recordado, re-proyectado; y esperando volver.
Por Esteban C. Rebolledo
Para los habitantes de estos pueblos; quizás sea una linda manera de pensar en Eva Perón; no desde la fecha de su fallecimiento; sino en traerla a la vida después de 70 años, al recordar el silbido de aquel tren carbonero a la distancia, cuando anunciaba que se iba o que llegaba; y se dibujaba en el cielo esa estela de humo y de vapor.
El Ramal Ferro Industrial Eva Perón (RFIEP) se construyó como una obra geopolítica estratégica de enorme magnitud. Aprendimos que parte de su valor es por ser un tren de carga con trocha angosta; porque el material del rodado tenía otro destino para otro tren.
Hubo varios proyectos para sacar el carbón del yacimiento Río Turbio hacia el Atlántico; y hasta se competía en tiempo y en forma, para trazar el ramal estratégicamente en el mapa al sur del continente americano, que miraba el fin de una guerra mundial desde el fin del mundo; con visión de futuro; y en los ojos de nuestros pioneros.
¡Si lo sabrán los pocos viejitos que nos quedan!; ¡Si lo sabrán los mineros, y ferroviarios carboneros!.
Evita vino a la cuenca carbonífera en forma de tren carbonero. Los mineros del norte la tuvieron; y nosotros nos quedamos con esa foto como si fuera nuestra. A pesar que el borde redondeado de los cascos diga que son salteños o jujeños, que también por acá vinieron.
En mayo de 1951 cuando se inaugura el ramal; nuestros pioneros llegaban del norte, de otros pueblos mineros. Otros vinieron de más lejos, de barcos extranjeros. Pero una cosa seguro: Perón y Evita los trajeron.
Al tiempo cuando los de la revolución libertadora se hicieron del país; frenaron todo, no construyeron nada; nos endeudaron y se fueron. ¡Parece que fue hace un par de años; pero fue en 1955!, aunque son los mismos que se repitieron.
En 1956, mandaron a borrar todas las insignias que el tren tenía en su rodado que sea alusivo a Perón o a Evita; y ya no volvió a llamarse Ramal Ferro Industrial Eva Perón; sino Ramal Ferro Industrial Río Turbio, y así quedó por largas décadas.
Ya no se escuchaba más el pitido del tren a vapor. Ni en el Turbio, ni en Gallegos. Y pasó mucho más tiempo; con desguazadores, turismo, y ajos en el medio; cuando algunos aventureros pensaron en volver a hacer andar alguna máquina que se entienda con los locos y motores; y rescataron a una japonesa carbonera; esa del pitido a la distancia que surcaba el aire del pueblo.
Anduvo por un tiempo; pero se olvidaron que llevaba el nombre de Eva; quizás por eso no les duró mucho el intento.
Pero esa experiencia, sirvió para planificar otro proyecto: Extender el ramal ferroviario hasta Chile y conectar los dos océanos; y es ahí; cuando un maquinista se transforma en marinero; como los viejos exploradores, que también por acá vinieron.
Casi 50 kilómetros de vías perfectamente estudiadas; se necesitaban para llegar con el tren de la compañera Evita hasta la orilla del Pacífico, exactamente al lado de los viejitos carniceros.
La cosa tomó entusiasmo; y no quedó ni el chufi de la escuelita de los mineros. Todos a Buenos Aires; a los viejos talleres de La Boca, a vestirse de nuevo, con las insignias de Evita, del viejo tren carbonero.
¡El tren de Evita había vuelto!; ¡Pero otra vez lo proscribieron!. Lo fondearon en un galpón, y se salvaron de nuevo; que no los chatarrearon ni negociaron sus fierros.
Pudieron sacarle el nombre; también pudieron olvidarlo, y quizás hasta perderlo. Pero hay algo que no tuvieron en cuenta del tren de la compañera: Que el carbón que lo movía sigue indicando el camino; porque hoy el trazo que en un mapa marca soberanía; también traza hermandad y futuro en los pueblos por la energía. Porque donde había un proyecto para que se pongan vías; es el mismo trazo para poner torres para esa energía.
Ese es el nuevo tren de la compañera Evita; un ramal de energía con la fuerza del carbón de nuestros pueblos. Un tren que cruza Los Andes, para encontrarse como San Martín y O’Higgins en el renovado Tratado de Maipú, y que como tratado, como está pactado se cumple; y no tiene tanta burocracia cuando de desarrollo y transporte de energía se trata.
Había una vez un tren; que se llamaba Eva Perón. Ese tren se hizo energía; se transformó.
Si algún día, desde la usina de los 14 mineros, se transporta energía a Chile para desarrollarnos más como región. Y se hace con el mismo trazo planificado de la extensión del tren de la compañera…
¡Que esos 50 kilómetros de interconectado se llame Eva Perón!
RIO TURBIO
El municipio de Rio Turbio recuerda a Matias Mazu

Desde el municipio de Rio Turbio recuerdan y honran la memoria de Horacio Matías “el Turco” Mazu, quien falleció hace 2 años, dejando una huella imborrable en la historia de nuestra comunidad.
Concejal, Intendente y Diputado Provincial mandato cumplido, fue un luchador incansable cuya vida estuvo marcada por la defensa del interés colectivo, la justicia social y el futuro de nuestra región.
Su legado permanece vivo en su claro análisis político, su visión de futuro y su compromiso inclaudicable con la defensa de nuestras empresas estatales: la Mina, la Usina, el ramal ferroviario y el puerto de Punta Loyola. Entendió como pocos que proteger esas estructuras productivas era también cuidar a sus trabajadores, a sus familias, y a las futuras generaciones.
A dos años de su partida física, su pensamiento y su ejemplo siguen siendo faro y guía para quienes creemos en una Río Turbio con dignidad, soberanía y sueños colectivos.
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