El joven de Río Turbio, ejemplo de superación y pasión por el deporte adaptado, está muy cerca de conseguir la silla de ruedas deportiva que necesita para sumarse al equipo provincial Crigal. Una rifa solidaria y el empuje de toda una comunidad lo acercan a la cancha.

Fede Gaitán no es solo un nombre: es sinónimo de lucha, de amor por el deporte y de una voluntad que desafía cualquier obstáculo. Desde que un accidente transformó su vida, eligió no quedarse quieto. Reescribió su historia a fuerza de coraje, disciplina y una sonrisa que nunca se apaga.

Viajó solo a Buenos Aires a los 20 años en busca de rehabilitación, y volvió con una nueva meta: destacarse en el deporte adaptado. Y lo logró. De las piletas al esquí, del tenis al básquet, Fede encontró en cada disciplina una excusa para seguir creciendo. Hoy, su talento ya no pasa desapercibido. El equipo Crigal lo espera, pero falta un último paso: una silla de ruedas deportiva hecha a medida.

La comunidad de Río Turbio no dudó. Vecinos, familias, adultos mayores, comerciantes y amigos se unieron en una causa que no entiende de individualismos. Porque como bien dice su tía Nina: “Hablar de inclusión no es solo un posteo. Es actuar”. Y eso es lo que se está haciendo: actuar con el corazón.

Con premios como un iPhone 15 y un Smart TV, la rifa solidaria del próximo 27 de junio es más que un sorteo: es un acto de amor colectivo. Fede está muy cerca de alcanzar su sueño. Y si lo logra, no será solo su victoria: será la de todos los que creen en una sociedad más justa, más empática, más inclusiva.

Porque cuando una comunidad se mueve, ningún obstáculo es demasiado grande.