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Miércoles 30 de Abril del 2025

SOCIEDAD

El gasoducto, la foto de unidad y el símbolo de soberanía

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Realizada en tiempo récord, la obra resulta clave como oportunidad de desarrollo y de merma de restricción externa. En los discursos hubo un fuerte respaldo al ministro y precandidato Sergio Massa.
Natalí Risso

Por Natalí Risso

Desde Salliqueló

“La campaña es la gestión”, repiten como un mantra en Unión por la Patria. Y este 9 de julio, el mantra se materializó. En el kilómetro 285 de la ruta 85, a la altura de la ciudad bonaerense de Salliqueló, llegó la foto de la unidad, en el momento en que se abrió la válvula que terminará de llenar la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. Alrededor de este símbolo posaron el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Economía y precandidato a presidente Sergio Massa; también el precandidato a vice y jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el gobernador –y precandidato a la reelección– Axel KicillofLa inauguración fue más que simbólica: se trata de un gasoducto que no sólo transportará el gas de Vaca Muerta a las industrias y los hogares de los y las argentinas, sino – y sobre todo- transportará la ilusión del crecimiento, del desarrollo, de la soberanía, de la merma de la restricción externa. De un futuro que el oficialsimo espera seguir conduciendo, con un precandidato que cosechó apoyos arriba y abajo del escenario en esta tarde fría y soleada de invierno, a 207 años de independencia argentina.

Minutos después de que empezara a circular la primera foto desde que se oficializó la precandidatura presidencial de Massa por el espacio que hace pocas semanas comenzó a llamarse Unión por la Patria, la comitiva se subió a un escenario en una carpa modesta montada especialmente para la ocasión – es que el fin del gasoducto no se encuentra cerca del área urbana-, pero con sillas suficientes para recibir a los principales funcionarios del gobierno, sindicatos y hasta a directivos de las empresas que realizaron el gasoducto. Todos alineados bajo la idea de unidad y un apellido: el de Sergio Massa. 

«Te hiciste cargo en un momento muy complejo, no arrugaste y eso siempre es bueno», le tiró flores la vicepresidenta cuando le tocó hablar segunda en el escenario que compartió con Fernández, tras más de un año sin juntarse. «Hay que entender que la función pública es 24 por 24, toda la líbido debe estar concentrada en eso, no quiere decir que te salgan bien las cosas, pero si no le ponés empeño, seguro no te salen», siguió cosechando halagos el ministro de Economía. «Si gobernar es trabajar, como decía el General: he cumplido», respondió indirectamente unos minutos más tarde Alberto Fernández, que fue el último orador de la jornada ante un auditorio que comenzó a vaciarse de gente y de aplausos.

Lo primero es la unidad

En un acto que comenzó a las 16 y duró poco más de una hora, los protagonistas hicieron foco en la unidad. No hubo chicanas entre los Fernández, aunque tampoco interacción: ni en palabras, ni en gestos, tampoco en aplausos intercambiados. Los tres discursos tuvieron una intención clara, la de marcar dos modelos distintos de país, suscribiendo el del Estado como protagonista para tomar decisiones de desarrollo. Tanto Massa como Kirchner interpretaron la inauguración del gasoducto como la coronación de un proceso que comenzó con la estatización de la petrolera YPF, en 2012. 

«Esta obra empieza con el coraje de Cristina Fernández de Kirchner de recuperar YPF», recordó Sergio Massa. La entonces presidenta juntó en el Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa Rosada a figuras de primera y segunda línea de un gobierno que se animó. Por cadena nacional, se escuchó la lectura de un texto: el proyecto de ley que el Ejecutivo mandaría al Congreso para expropiar el 51 por ciento de las acciones de YPF. Con la mayoría estatal comenzaron las inversiones de lo que hasta ese momento era una promesa. Fue esa YPF recuperada por el Estado la que pagó el costo de la curva de aprendizaje que las empresas privadas no estaban dispuestas a asumir en la segunda reserva de gas y la cuarta de petróleo no convencional del mundo. Esas inversiones fueron las que permitieron mejorar la eficiencia de modo tal de tornar rentable económicamente la extracción de los recursos de Vaca Muerta, tan rentable que el problema hoy es la evacuación de la cuenca, más que el aumento de producción. En 2012, un pozo en la cuenca neuquina costaba 30 millones de dólares. Hoy cuesta entre 8 y 9 millones. 

El rol empresarial

«En 2011, un año antes de recuperar YPF, tuvimos por primera vez en 17 años déficit energético. Fue por la distribución de dividendos y la no inversión (de Repsol), las claves de por qué teníamos que estar importando. Ese déficit no fue causado por el Estado ni por la política, fue por empresarios», recordó la vicepresidenta ante un público que no dudó en demostrar con aplausos su favoritismo en la triada arriba del escenario. «El otro gran problema que tenemos en Argentina, el FMI, tampoco lo trajo un político. Lo trajo un empresario«, remató. Cada tanto, respondía algún saludo o sonreía a gente del público.

El FMI no aparece como un jugador neutro en la historia del gasoducto. “En la proyección de gastos para este año el FMI nos pedía que no pongamos al gasoducto en el primer semestre. El gasoducto puede esperar, pero ustedes tienen que cumplir con la meta fiscal. En diciembre fue una pelea fenomenal”, había dicho Massa durante la Convención Anual de Cámara de la Construcción (Camarco), anécdota que se encargó de repetir este 9 de julio. En el 2019, el gobierno de Mauricio Macri si aceptó la condición del Fondo de postergar la obra (postergó su licitación dos veces) y, por ese motivo, Argentina tuvo que pagar los altos precios desatados tras la guerra de Rusia y Ucrania a pesar de tener 36 mil kilómetros de roca con gas en su subsuelo. 

Visto y oído

Arriba del escenario se sentó junto a Cristina Kirchner Kicillof, que no habló para el público pero fue un apoyo fundamental para la vicepresidenta quien, abanico mediante para tapar los movimientos de la boca, le realizaba comentarios en un claro gesto de complicidad. Al lado de Massa se ubicó Rossi. De fondo, una pantalla comenzó a mostrar imágenes de una bandera argentina flameando hasta quedar estática con la insignia «Inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. Energía Argentina». De costado se podía ver una hilera de tiendetubos, retroescabadoras y grúas que se utilizaron para realizar la obra más importante (por su dimensión y su impacto) del gobierno de Alberto Fernández.

Debajo del escenario y en las primeras filas también se ubicaron referentes de todos los sectores del oficialismo Santiago Cafiero, Máximo Kirchner, Eduardo «Wado» De Pedro, Flavia Royón. Un poco más atrás entre trabajadores de la UOCRA y BTU y una bandera que flameaba con la insignia «Gracias Néstor», se podían ver las caras de Cecilia Moreau, Matías Tombolini, Diego Giuliano, Jaime Perzyck, Hugo Yasky, Pablo Moyano, e incluso el otro precandidato presidencial de Unión por la Patria, Juan Grabois, que llegó al evento acompañado por Ofelia Fernández. También hubo sillas para directivos de las empresas que construyeron los tres renglones del gasoducto: Gustavo Gallino (Techint Ingeniería), David Uriburu (Techint) y Gustavo Martin (Tenaris), junto con Damian Mindlin, hermano del dueño de Pampa Energía.

Los presidentes de Enarsa, Agustín Gerez, y de YPF, Pablo González, recibieron elogios públicos de Kirchner, Massa y Fernández, por haber realizado la obra en tiempo récord. «Hay empresas en Argentina que son públicas y pueden batir records mundiales de construcción de gasoductos», elevó la voz el precandidato antes de anunciar los próximos pasos para evacuar el gas y petróleo de Vaca Muerta: en 15 días, se licitará el reversal del Gasoducto Norte, que consta en adecuar el gasoducto por el que hoy ingresa el gas en declino de Bolivia para dar vuelta las bombas y permitir que una vez que llegue el gas de la cuenca neuquina se pueda abastecer a las provincias del norte y, a través de Bolivia, a Brasil. En septiembre se licitará el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá que el gas ascienda hasta San Jerónimo en Santa Fe. 

Desde varias horas antes de que lleguen los helicópteros que transportaban a los protagonistas, la tarde fue musicalizada por redoblantes y cánticos de un puñado de militantes que flameaban banderas: del Movimiento Evita, del Frente Renovador y de la Uocra. Esperando para comer una porción de los kilos de locro patrio que se exhibían en una enorme olla, el dirigente de Camioneros Pablo Moyano no ahorró en organicidad: «Hoy estamos todos, es un día peronista. En los tres dirigentes del peronismo primó la unidad, que tiene que dar pelea a la derecha que ya no disimula. Ellos vienen a sacar las indemnizaciones, aguinaldo y a reprimir». 

Por su parte, Juan Grabois aseguró: «teníamos que estar en la inauguración de una obra importante para el país que se tiene que acompañar con una dimensión humana, el 40 por ciento de los hogares del país no tienen gas y también hay que discutir la renta de las empresas. Pero hoy venimos a acompañar. Somos parte de Unión por la patria que es una coalición que tiene PASO y tiene unidad. Tenemos diferencias profundas, muy profundas con Massa, pero tenemos diferencias más profundas con Larreta, Bullrich y Milei«, concluyó. 

Una vez terminado el acto los dirigentes del ex Frente de Todos abandonaron la carpa, pero no pudieron escapar de los saludos del público. «Dale Axel, apurate», gritaba Massa desde la ventanilla de una combi. «Sergio, ¿qué se viene ahora?», le preguntaron desde abajo. «Ahora me voy al programa de Dady Brieva», contestó con la sonrisa que mantuvo durante todo el acto y desentonaba con las caras del resto. «El reversal norte», gritó ya en movimiento.


RIO TURBIO

Héctor González en la Cuenca Carbonífera: “Tenemos que ser pragmáticos y pensar en la gente”

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El Secretario General del Sindicato Regional de la Patagonia de Luz y Fuerza, Héctor González, visitó Río Turbio en el marco de una gira por Santa Cruz, donde mantuvo reuniones con trabajadores de distintos sectores y referentes gremiales. Acompañado por Luis Avendaño, Secretario General de Luz y Fuerza Cuenca Carbonífera, reflexionó sobre la crítica situación laboral y social en la región y el país.

En el marco de una recorrida por distintos puntos de la provincia de Santa Cruz, el Secretario General del Sindicato Regional de la Patagonia de Luz y Fuerza, Héctor González, visitó Río Turbio, donde mantuvo encuentros con trabajadores de Servicios Públicos, Distrigas, YCRT y otros sectores. Durante su paso por la Cuenca Carbonífera, fue recibido por Luis Avendaño, actual Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza local, quien destacó la importancia de la visita.

La verdad que los compañeros, hoy contamos con la presencia de gran parte del Secretariado Regional, encabezada por el compañero Héctor González, nuestro Secretario General. Vienen haciendo una gira por la provincia de Santa Cruz. Para nosotros es una enorme alegría contar con su presencia, sobre todo en estos tiempos tan difíciles”, expresó Avendaño, quien ofició de anfitrión.

Por su parte, González manifestó su preocupación por el contexto social y económico del país:
“Estamos viviendo una situación incomodísima, no solamente los trabajadores, también los jubilados. Hay enfermos oncológicos sin acceso a medicamentos, se han eliminado más de cien medicamentos gratuitos, y ni una aspirina se consigue sin pagarla”, denunció.

Además, apuntó contra la paralización de la obra pública en la región. “Acá específicamente, en Santa Cruz, se han frenado las obras de las represas Kirchner y Cepernic. También hay una gran incertidumbre por la partida de YPF, que ha dejado un enorme pasivo ambiental y laboral. ¿Qué van a hacer esos trabajadores con sus vidas?”, se preguntó retóricamente, mientras intercambiaba opiniones con sus compañeros gremialistas.

En ese sentido, González remarcó que el Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia, que abarca Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, está recorriendo distintas localidades, inaugurando sedes y dialogando con las bases. “No solo son espacios para los trabajadores del sindicato, sino también para la comunidad, porque nos sentimos parte de ella”, sostuvo.

Refiriéndose a la situación particular de la Cuenca Carbonífera, fue categórico:“Es un enclave geopolítico que nadie está mirando. Hemos tenido un presidente que recorrió el mundo, pero nunca vino acá a hablar con los trabajadores ni con la comunidad”, criticó, aludiendo al desinterés del gobierno nacional por los pueblos que dependen del yacimiento.

Recordó además su primer contacto con Río Turbio: “Conocí este lugar en octubre de 1974. Vine por tres días y me quedé trece. Era otro Río Turbio, era otro país, era otra provincia. Hoy vemos cosas que nos hacen reflexionar profundamente sobre los pasos que hemos dado”.

En vísperas del Día del Trabajador, González llamó a recuperar la memoria histórica y a no olvidar las luchas del movimiento obrero:
“Qué paradoja, se conmemora el 1º de mayo por la lucha por las ocho horas de trabajo, y hoy hay compañeros que trabajan diez, doce, hasta dieciséis horas por día”, remarcó con preocupación.

Asimismo, insistió en que la situación del sur patagónico no escapa a la crisis nacional. “Lo mismo pasa en la Cuenca del Golfo San Jorge. Se ha dejado de producir petróleo, con un pasivo ambiental y laboral enorme. Sin trabajo, es imposible lograr equilibrio social”, afirmó.

En relación al papel del Estado, González advirtió:“No se puede cargar toda la responsabilidad al gobierno de la provincia. Las represas son obras de escala nacional. Si se paraliza todo desde Nación, el gobernador está condicionado. Pero tenemos que colaborar con él para que asuma un rol activo”.

En ese sentido, adelantó que mantendrán una nueva reunión con el gobernador en el marco del 1º de mayo, continuando una agenda de diálogo que ya incluyó un encuentro en Caleta Olivia. “Le dijimos que estamos dispuestos a trabajar para minimizar esta situación que afecta a toda la Argentina. En todos lados vemos lo mismo, pero especialmente en la Patagonia Sur tenemos que asumir nuestra responsabilidad”.

El dirigente también analizó el contexto internacional y cómo este repercute en la obra pública nacional. “Hoy el mundo está dividido, y eso influye en las exigencias a nuestro país. Las empresas chinas quieren que se cumplan contratos por miles de millones de dólares. Todo eso hace que tengamos que tener una mirada distinta”, advirtió.

En cuanto al panorama político regional, sostuvo que no hay una grieta ideológica que explique la crisis actual:“En la Patagonia tenemos gobernadores de diferentes signos: Tierra del Fuego con un peronista, Santa Cruz con Claudio Vidal, que viene del sindicalismo, y Chubut con alguien del PRO. Pero todos los pueblos están pasando las mismas necesidades. El problema no es ideológico, es político”, aseguró.

Finalmente, en una reflexión sobre el rol de los trabajadores y la clase dirigente, González afirmó:“Tenemos que dejar los ideologismos de lado y pensar en la gente. Eso es lo que proponía Perón. El Movimiento Nacional Justicialista se construyó con la clase obrera como columna vertebral. Y eso se ha roto. Hay que preguntarse quién lo rompió y por qué”, concluyó.

Antes de despedirse, dejó un mensaje afectuoso a los trabajadores de la cuenca:“Tengo un apego muy particular por esta región. Río Turbio marcó mi historia personal y sindical. A todos los trabajadores, les mando un saludo fraternal y los aliento a seguir luchando, sin perder la esperanza”.


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