SOCIEDAD
Diputados debate el Presupuesto 2023 en una sesión que durará más de 20 horas

El tratamiento de la ley se da en medio de un fuerte debate por la inclusión de un artículo que elimina la exención en el pago del impuesto a las Ganancias que gozan los miembros del Poder Judicial.
La Cámara de Diputados inició esta tarde la sesión especial para debatir el proyecto de Presupuesto 2023, que proyecta un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 2%, una inflación del 60%, un déficit del 1,9 por ciento y que destinará más del 70% de los recursos a gastos sociales.
Impulsada por el Frente de Todos, la sesión comenzó a las 13.45 y podría extenderse por espacio de 20 horas, con lo cual la votación en general se produciría cerca de las 3 de la madrugada, para luego avanzar con los artículos en particular.
La sesión comenzó con la presencia de 130 legisladores en el recinto pertenecientes al Frente de Todos, Provincias Unidas, Evolución Radical y la UCR.
«No es un presupuesto de ajuste»
El diputado del Frente de Todos Carlos Heller afirmó que el proyecto de gastos y recursos impulsado por el oficialismo para 2023 «no es un presupuesto de ajuste» y rechazó que hayan disminuido las partidas destinadas a gastos sociales, al señalar que suman más de 300.000 millones de pesos.
Al exponer como miembro informante de la mayoría, en el inicio de la sesión, Heller aseguró que el Presupuesto 2023 «está orientado a la inversión en infraestructura que ocupará un rol preocupante, a fortalecer el sistema de salud, la educación en todos los niveles, la extensión de las becas, la ciencia e innovación y el fomento del empleo».
«Hemos visto algunos informes periodísticos que se han centrado en el presupuesto del Ministerio de Educación pero eso es solo una parcialidad del gasto asignado a este concepto. Lo lógico es analizar los gastos por finalidad y función en los cuales se integran los gastos que proceden de diferentes fuentes. Por ejemplo hay partidas que están en el Ministerio de Obras y que tiene que ver con la realización de edificios para las escuelas pero que forman parte de los gastos destinados a la Educación», dijo el legislador.
En ese contexto, señaló que se han incrementado partidas sociales por un monto de 322 mil millones de pesos, con lo cual «no es un presupuesto de ajuste».
También se refirió al proceso inflacionario que existe en el país y en ese sentido señaló que «la búsqueda de un descenso gradual sin recurrir a un shock antiinflacionario es lo aconsejable porque conocemos los argentinos las consecuencias que tienen los shocks antiinflacionarias y devaluatorios».

Señalo que en ese marco «el crecimiento es fundamental para poder encarar los diversos problemas que tenemos por delante, aunque está claro que hace falta un Estado activo que actúe en la regulación de la puja a favor de los que menos tienen y más necesitan».
«Son muchísimas las cosas que tenemos por delante y que hay que resolver y entendemos que el proyecto de presupuesto va en esa dirección», agregó.
También destacó que el Gobierno tuvo que renegociar el acuerdo con el FMI que firmó la administración de Mauricio Macri y que no hubo «otro camino que la renegociación, ya que si no en el 2022 había que pagar 19 mil millones de dólares y eso era imposible. Por eso hemos logrado un acuerdo posible».
En su exposición, Heller destacó el crecimiento de la actividad económica tras «haber superado la pandemia al señalar la suba del 6,4% interanual registrada en agosto respecto a igual mes de 2021».
LA PRINCIPAL COALICIÓN OPOSITORA VOTARÁ DIVIDIDA
El interbloque Juntos por el Cambio votará en forma dividida el proyecto del Presupuesto 2023 en la Cámara de Diputados, ya que mientras la Coalición Cívica y Republicanos Unidos lo hará en contra, el PRO se abstendrá y Evolución Radical y Encuentro Federal se pronunciarán de manera positiva.
La bancada radical -que conduce Mario Negri- aún debate si se abstendrá o si votará a favor en general.
Fuentes parlamentarias opositoras señalaron que no hubo consenso para unificar una sola postura para la votación en general del Presupuesto, votación que se realizará cerca de las 2 o 3 de la madrugada, luego de agotar el debate que se extenderá por once horas.
Si bien no hubo consenso para tener una postura unificada para la votación en general, sí hay acuerdo para rechazar en forma conjunta determinados artículos en la discusión en particular que son objetados por la decena de bancadas que conforman JxC.
Se trata de los artículos que dejan de eximir el pago del impuesto a las Ganancias a los jueces, funcionarios y empleados del Poder Judicial, así como los referidos a autorizar al Gobierno para subir retenciones, los cambios de Ganancias relacionados con el gremio de Camioneros y suba de impuestos a productos electrónicos.
La bancada del PRO -que preside Cristian Ritondo- emitió un comunicado esta tarde en el que anunció que se abstendrá debido a que «si bien el gobierno ha aceptado incorporar algunas cláusulas que hemos solicitado desde Juntos por el Cambio, también se ha negado a revisar varios artículos a los que nos opondremos en la votación en particular.
«Estamos absolutamente en contra de algunos artículos y es por ello que en la votación en particular nos opondremos a delegar en el Poder Ejecutivo el aumento de las retenciones, la creación de zonas aduaneras especiales, y en general de la delegación de facultades legislativas en el Poder Ejecutivo».
En cambio, desde el inicio del debate, la bancada de Evolución Radical -cuyo principal referente es Martín Lousteau- manifestó su voluntad de acompañar en general el proyecto diseñado por el ministro de Economía, Sergio Massa, según anticipó en su momento Emilio Yacobitti.
Incluso, el oficialismo aceptó las modificaciones que propusieron desde ese sector como la deducción del ganancias de hasta un 40 por ciento en gastos educativos.
También siempre fue partidaria de acompañar el Presupuesto Encuentro Federal, cuya titular, Margarita Stolbizer, propuso la cláusula para que en caso de un aumento de la inflación o la recaudación haya una ley complementaria para corregir las previsiones del Presupuesto.
El PRO se debatió hoy si votaba en contra o se abstenía pero allí se impuso la posición de los moderados y decidió por la abstención.
La oposición
Evolución Radical y Encuentro Federal son dos de los diez bloques que votarán en general a favor del proyecto, mientras que el PRO se abstendrá y la Coalición Cívica y Republicanos Unidos lo hará en contra.
La bancada radical que conduce Mario Negri aun discute si lo hará a favor o se abstendrá en la votación general.
En forma previa a la sesión, se reunió la comisión la Comisión de Labor Parlamentaria -encabezada por Cecilia Moreau- donde se definió que habrá once horas de debate y luego, tras la votación general, comenzará la discusión en particular.
El oficialismo ya tiene garantizada la aprobación del proyecto debido a que cuenta con 117 legisladores del FdT, 8 del Interbloque Federal, 4 de Provincias Unidas, 1 del Movimiento Popular Neuquino, y espera sumar dos de la bancada Ser, con lo que tiene asegurados más de 130 votos
La discusión en el pleno del cuerpo se dará en medio de un fuerte debate por la inclusión de un artículo que elimina la exención en el pago del impuesto a las Ganancias de la que gozan los miembros del Poder Judicial, por un monto total estimado en alrededor de $ 237.000 millones.
El lunes se realizó una reunión de la comisión de Presupuesto y Hacienda con la conducción de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, que explicitaron su rechazo al artículo incluido por el Frente de Todos en el dictamen de mayoría.
Entre las distintas fuerzas políticas, el debate estuvo también centrado en la pauta de inflación del 60% proyectada por el oficialismo para 2023, así como sobre los subsidios al transporte a las provincias, la facultad para aumentar las retenciones y los recursos destinados a gastos sociales y educación.
La Cámara de Diputados debate el Presupuesto 2023 en una sesión que durará más de 12 horas
El oficialismo ya tiene garantizada la aprobación del proyecto debido a que cuenta con 117 legisladores del FdT, 8 del Interbloque Federal, 4 de Provincias Unidas, 1 del Movimiento Popular Neuquino, y espera sumar dos de la bancada Ser, con lo que tiene asegurados más de 130 votos.
El proyecto estima un gasto total de casi $ 29 billones, con una recaudación aproximada de $ 22,5 billones y un déficit primario de $ 6,3 billones
El proyecto estima un gasto total de casi $ 29 billones, con una recaudación aproximada de $ 22,5 billones y un déficit primario de $ 6,3 billones.
De todos los puntos que incluye el proyecto de Presupuesto 2023, el que modifica la exención de ganancias para magistrados y funcionarios del Poder Judicial es uno de los más controvertidos.
Se trata de un aspecto propuesto por el oficialista Marcelo Casaretto en la reunión de la Comisión de Presupuesto, donde estimó que esa incorporación permitiría recaudar unos 237.000 millones de pesos más a los recursos.
En 2017, una ley dispuso que los jueces que ingresaran desde ese momento en adelante al Poder Judicial comenzaran a tributar Ganancias.
Sin embargo, como consecuencia de las medidas cautelares que presentaron, son muy pocos los magistrados a los que se les descuenta el cobro de este impuesto de sus haberes.
RIO TURBIO
Historia de la mujer que estalló una mina en la Patagonia (Río Turbio)

Carlita Rodriguez se convirtió en la primera mujer dentro de los túneles ‘hackeando’ el sistema: usó su DNI con nombre de varón para, una vez dentro, reivindicar su identidad femenina; ahora Keka Halvorsen, que nació en la misma ciudad austral, ha convertido su historia en una película: Miss Carbón.

Carlita se mueve con destreza por las entrañas de la tierra; Keka es más de las estrellas. Las facciones de una se recortan en una melena oscura, suavizadas por una sonrisa a la vez alegre y melancólica, que oculta más de lo que muestra. La belleza de la otra es hegemónica y geográficamente inasible: esbelta, el pelo rubio, la piel clara; un cuerpo dentro de los cánones para una mujer que busca los márgenes. Carlita y Keka son dos reinas de la Patagonia a las que une la historia de una película pero, sobre todo, un rincón estepario del fin del mundo.
Río Turbio es una ciudad dibujada en el mapa por la codicia, por el afán extractivista que impulsaba al ejército argentino, a finales del siglo XIX, a aniquilar indígenas en la llamada Conquista del Desierto. Un país en desarrollo que buscaba expandir sus fronteras y sacar partido de esas tierras que anexionaba. En 1887, dos años después de que se completara aquella campaña de exterminio, se descubrió carbón en la cuenca de un río, y junto a ella nació un poblado en los confines de lo posible: con una temperatura media anual de apenas 5,4?°C (que en invierno se puede acercar incluso a los 20 bajo cero) y donde mandan el viento pertinaz, el barro y, desde entonces, la mina.
Hoy Río Turbio es una ciudad de 11.670 habitantes encajonada entre la mítica ruta 40 y la frontera con Chile, con la mina de carbón más grande del país, que produce de media unas 6.000 toneladas al mes. Pero es también el escenario de una pequeña gran revolución. La de Carla Antonella Rodríguez, que consiguió convertirse en la primera trabajadora dentro de los túneles de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, un lugar que los privilegios masculinos revestidos de superstición habían negado sistemáticamente a las mujeres. Y lo hizo hackeando el sistema desde la lógica misma del binarismo: usando su DNI con nombre de varón como puerta de entrada para, una vez allí, reivindicar su trabajo y su condición femenina. Es lo que cuenta la película Miss Carbón –con guion de Erica Halvorsen y protagonizada por Lux Pascal– que se estrena en las salas de cine este jueves.
“Me soñé minera”
La palabra mina nació en el lunfardo argentino para hablar de una prostituta –un cuerpo al que explotar–, aunque se haya convertido ya en sinónimo coloquial de mujer. Y en esta historia una mujer estalla la mina precisamente para escapar del sino de la explotación –del propio cuerpo o del trabajo en empleos precarios– que persigue a las personas trans. Porque sucede que las minas estaban vetadas en los túneles de Río Turbio. No podían entrar salvo el 4 de diciembre, día en el que la virgen patrocinaba una visita segura, sin temor a que las ínclitas provocaran un derrumbe.
“Yo me negaba a ir. Me parecía muy injusto que fuera solo ese día. La fiesta, además, incluía un concurso de belleza para elegir a la Reina del Carbón. Ahora entiendo que a los hombres les servía tener en exclusiva la principal fuente de trabajo y el dinero; y que las mujeres se limitaran a ser sus esposas o sus prostitutas”, reflexiona Erica, a quien todos conocen como Keka, que dejó el pueblo con 17 recién cumplidos para estudiar en Buenos Aires y hoy es una reconocida guionista y directora, responsable de contenidos de Netflix en el Cono Sur.
“Cuando me fui me di cuenta de que venía de un mundo muy extraordinario. Y también entendí que la ficción me había salvado la vida. En un pueblo donde no había cine, ni disquerías, ni librerías, ni bibliotecas, la televisión era mi ventanita no solo al mundo, sino a mis propios sueños. Porque yo siempre supe que quería contar historias”, explica durante una charla en Madrid, adonde ambas han llegado para el estreno de la película.
Si el futuro de Keka estaba afuera, el de Carlita se abría paso dentro. “La mina siempre me fascinó. Desde que tenía cinco años, me escapaba de casa para ver a los hombres entrar en el túnel. Creo que de alguna manera esa oscuridad era para mí la promesa de un lugar seguro. Un lugar en el que no me vieran y no pudieran hacerme daño”, rememora Carla. Se nota que le duele pensar en esa niña, en esa adolescente que sufrió “demasiado”. “Era una criatura indefensa, ingenua, no necesitaba tanto maltrato, tanta agresión. Recuerdo perfectamente a los que se reían de mí por la calle. A los que me decían: ‘nunca vas a ser una mujer’. Todo eso fue muy duro. Pero lo peor fue la exclusión familiar”, reconoce desviando la mirada.
El ambiente en un pueblo puede ser opresivo, pero mucho más si está en un rincón perdido y en condiciones difíciles. Carlita y Keka lo saben porque son NYC (nacidas y criadas en la cuenca carbonífera). “La Patagonia te curte, te golpea”, dicen casi al unísono. “La gente vive muy hacia adentro, es más distante, de pocas palabras”, describe Keka.
Pero de alguna manera ese entorno hostil te entrena en los desafíos. “Si la nieve te tapa la puerta de casa, no cancelás la vida; abrís la puerta y con una pala te hacés el camino”, ejemplifica Keka. “Estamos muy acostumbradas a lidiar con lo desfavorable”, concede Carlita. “Por eso, como tengamos un poco de viento a favor, no nos para nadie”, exclaman entre risas.
La revolución y las tetas
Carlita entró a trabajar a la mina habiendo hecho ya su transición, y eso le valió muchas veces gestos de desprecio y burla. Pero el golpe definitivo llegó junto con el DNI con su nombre, cuando en 2012 Argentina aprobó la ley de identidad de género. La empresa le quitó su trabajo. Como ya era ‘oficialmente’ mujer, la mandaron con las otras a las oficinas. “Tenés que contar que el cambio de documento lo hiciste por un compromiso colectivo, porque sabías que ibas a sentar un precedente. Para vos era mucho más fácil y cómodo seguir como estabas. Por eso no fue solo un trámite, fue un gesto político”, señala Keka a su compañera.
En las oficinas Carla conoció también el desprecio de esas otras que no la veían como una de ellas. Pero no quería un trabajo administrativo. Quería volver a los túneles. “A ese trabajo y ese sueldo”, apunta Keka. “Creo que ella tenía muy claro su deseo de progreso, su ambición personal. Y está bien decir que las mujeres podemos desear dinero, porque es la llave de la libertad y de la independencia”.
“Hoy hay diez chicas que están trabajando en la mina y eso me llena de orgullo”, señala Carla. “Espero que mi historia sirva para que otra generación de chicas trans piensen que es posible, que podemos cambiar las cosas”, se entusiasma. Ahora ronda por su cabeza la idea de salir de Río Turbio para seguir dando la batalla: “Queda tanto por hacer”, defiende.
“¡Yo quiero ver a Carlita como senadora!”, apunta Keka. Ella sonríe. “¿Por qué no? Ningún señor hetero y conservador se va a ocupar de defendernos”. Lo dice en un momento difícil para las personas trans en Argentina –son unas 200.000, según el último censo– una situación de “alerta constante” frente a un Gobierno de Javier Milei que tiene como bandera el recorte de derechos. “Tenemos que humanizar este mundo que viene en retroceso constante. La revolución es que la vida de los demás también nos importe”, sentencia Carla.
El reencuentro
Keka volvió a Río Turbio en 2019 y su hermana le presentó a Carlita. Ese encuentro se convirtió en una crónica que publicó en la Revista Anfibia y fue el germen de la película que se acaba de estrenar. Parte del rodaje de Miss Carbón se realizó en España, pero tanto para la guionista como para la directora, Agustina Macri, era importante hacerlo también allí y con la participación de su gente.
“Mi ciudad es un lugar mejor hoy gracias a que hicimos esta película. Pero no lo digo por vanidad ni lo digo por mí, sino por la transformación que supuso echar luz sobre esta historia”, señala, categórica, Keka Halvorsen. “Ese mismo pueblo que despreciaba, rechazaba y agredía a Carlita, hoy la admira genuinamente. El rodaje terminó con todo ese pueblo aplaudiéndola”, cuenta mientras las lágrimas empiezan a rodar detrás de sus grandes gafas.
“Revisando su propia historia dentro de la ficción, pusieron a Carlita en otro lugar y se permitieron abrazar algo que rechazaban por ignorancia. No es que esas personas fueran malas y ahora son buenas. Es que se dieron la oportunidad de abrir la cabeza y entender”, apunta todavía emocionada.
Carlita, otra vez, sonríe. “Están todos muy contentos esperando que esta película se estrene –en Argentina esto será en septiembre– Quieren que se vea su pueblo, su trabajo, su mina”, dice consciente de ese reencuentro con los suyos, de un momento nuevo en el que no necesita buscar la oscuridad de los túneles o de la noche para sentirse segura, sino que puede brillar con luz propia ante los demás.
Ser un cuerpo disidente en esa ciudad pequeña al final de la Tierra le marcó unos lindes sofocantes a la existencia de Carlita, pero no a sus anhelos. “Me soñé minera antes que mujer”, asegura. No sabemos qué fue antes, pero sí que consiguió arrancar, a fuerza de pico y pala, tanto un sueño como el otro a las paredes del túnel. (Por Natalia Chientaroli – El Diario.es de España)
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