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Cristina Fernández: «No quiero fueros, no voy a ser candidata a nada en 2023»

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La vicepresidenta habló luego de conocida la condena en la causa Vialidad. Hizo un repaso del lawfare, citó en detalle el caso Lago Escondido y finalmente aseguró que irá por ningún cargo electo el año próximo.

Por: Gimena Fuertes@gimenafuertes

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que no será candidata a nada en 2023 en su descargo público tras el fallo del Tribunal Federal Dos. DIjo que será para evitar que le endilguen que usa su candidatura para evitar ir a la cárcel. En un tono enfático le dijo a Hécto Magnetto, CEO del Grupo Clarín, que no va a “ser su mascota” y que la verdadera condena es su inhabilitación para ejercer cargos electivos. Apenas terminó de leerse la sentencia a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos, la vicepresidenta habló desde su despacho del Senado a toda la población a través de sus redes sociales, desde donde anunció que no será ni candidata a presidenta ni “a nada”.

“La condena real que dan es la inhabilitación perpetua a ejercer cargos políticos electivos, cuando a todos los cargos a los que accedí fue siempre por el voto popular”, sostuvo, y recordó: “Cuatro gobiernos en nombre del peronismo ganamos con el apellido Kirchner, en el 2003, en el 2007, en el 2011 y también contribuí a la victoria en el 2019, cuando nadie daba dos pesos por el peronismo. Esto es lo que me están cobrando y por eso me inhabilitan, ésta es la verdad de la milanesa, que la cuenten como quieran”, enfatizó.

“Me gustaría ver después los fundamentos de esta sentencia, pero esta es la verdad, por esto me están condenando. Y ¿saben qué?: voy a hacer lo ismo que hice el 10 de diciembre de 2015. Me acuerdo cuando Daniel Scioli (el entonces candidato presidencial del Frente para la Victoria) me vino a proponer que fuera candidata a diputada nacional para darle fuerza a la lista, para acompañar. No, no, no. No voy a someter a la fuerza política que me dio el honor de ser dos veces presidenta y una vicepresidenta a que la maltraten en periodo electoral con una candidata condenada, con inhabilitación perpetua, con administración fraudulenta con el Estado. ¿A mí administración fraudulenta con el Estado? ¿Y estos amarillos que nos dejaron con 45 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional se pasean horondos en los aviones de Clarín? Bueno, no voy a ser candidata”, anunció contundente.

Fue entonces cuando le habló directo a Magnetto: “Una buena noticia para usted, Magnetro. ¿Sabe por qué? Porque el 10 de diciembre de 2023 no voy a tener fueros. No voy a ser vicepresidenta, así que le va a poder dar la orden a sus esbirros de la Casación y de la Corte Suprema que me metan presa, pero mascota de usted nunca, jamás, entiende, nunca, jamás. No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora. Mi nombre no va a estar en ninguna boleta” sentenció.

Y adelantó, emocionada: “Termina el 10 de diciembre y me vuelvo, como me volví el 10 de diciembre de 2015, a la misma casa de donde salí un 25 de mayo de 2003 para acompañar a quien fuera mi compañero”.  

Ya sobre el final de su discurso, la vicepresidenta retomó el hilo inicial de su crítica al sistema judicial: “Esto es para explicar qué sistema está funcionado en la Argentina, terminar con la ingenuidad teorizante de lawfare y del partido judicial. No, no: mafia y Estado paralelo. Eso es lo que está pasando en la Argentina, y eso es lo que hoy me condenó a seis años de cárcel y a la inhabilitación perpetua”, enfatizó.

“Ésta es la verdadera condena, esto es lo que querían, la inhabilitación perpetua, me va a poder meter presa después del 10 de diciembre, siempre y cuando algún empresario, algunos Caputtos de la vida, no se le ocurra financiar alguna banda de marginales y antes del 10 de diciembre de 2023 me peguen un tiro, que es eso lo que usted quiere, presa o muerta”, le dijo mirando a la cámara a Héctor Magnetto.


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El gobierno anunció un acuerdo con las universidades que no existe

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El gobierno informó un incremento en el presupuesto universitario pero solo abarca los gastos de funcionamiento.  El Consejo Interuniversitario Nacional señaló que es un reconocimiento al ajuste aunque considera insuficiente a propuesta. Se mantiene la movilización de la semana próxima. 

La marcha prevista para el 23 de abril en defensa de la universidad pública que se realizará en todo el país promete ser multitudinaria. Crecen las expresiones de apoyo y convocatoria tanto a nivel nacional como en el extranjero, incluso centros de estudiantes de universidades privadas, como la UADE, se suman a la convocatoria. Actores, científicos, docentes, dirigentes gremiales y estudiantes llaman a movilizarse contra el desastre que se avizora ante el desprecio que le dispensa el gobierno libertario a la educación pública. La primera reacción del gobierno fue el ataque furioso, encabezado por el presidente Javier Milei. Anoche, además, hubo un intento de desactivar la movilización. Desde el Ministerio de Capital Humano informaron que «se dispuso un aumento del 70 por ciento en marzo llevando la asignación por gastos de funcionamiento» y adelantaron que en mayo se otorgará el mismo porcentaje. De esa manera, el gobierno lanzó a rodar una moneda falsa al anunciar que se había llegado un acuerdo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que congrega a todas las universidades públicas, lo desmintió. «Nos parece bien que reconozcan que existe el ajuste, porque hasta hace poco lo negaban. Queremos sentarnos a dialogar, pero la propuesta sigue siendo insuficiente», señalaron desde una de las universidades.  El CIN  ratificó la convocatoria a la movilización. 

El gobierno ya utilizó esta estrategia sin resultados positivos.  Ante el conflicto, rechaza su existencia, ataca a sus protagonistas, cuando todo está por desmadrarse hace una oferta y, a través de las redes sociales, vende una solución que no existe. Así lo hizo el pasado 14 de marzo cuando intentó frenar la huelga nacional de los docentes universitarios. La noche anterior anunció el incremento de un 70 por ciento para gastos de mantenimiento que las universidades debían recibirlo los primeros días de abril. Los gremios docentes y no docentes no se equivocaron en mantener el paro porque ese dinero no llegó.

Es más, se trata del mismo porcentaje que forma parte del ofrecimiento que realizaron a última hora de este jueves al CIN. Pero este aumento representa en realidad menos del 10 por ciento del presupuesto de las universidad que todavía no lo cobraron. El gobierno dice que ese 70 por ciento «lleva la asignación por gastos de funcionamiento a $10.075.851.995 mensuales para las Universidades Nacionales» y propone otro «70 por ciento en el mes de mayo alcanzando los $14.224.732.213 mensuales, totalizando un 140 por ciento de aumento sobre la asignación base de $5.926.971.777 mensuales». «Además –agregó el comunicado–, se dispuso una partida extraordinaria para atender las necesidades de los hospitales universitarios de $14.403.479.661».

Los números siguen siendo insuficientes porque, como sostienen en las universidades, el ajuste es superior a lo que está ofreciendo ahora la Rosada. La propuesta es un aumento sobre los gastos de funcionamiento de las universidades que representan solo es el 10 por ciento del presupuesto. El otro 90 por ciento son los salarios. 

En cambio, el gobierno anunció que estos los montos surgían de un consenso alcanzado con los rectores de las universidades nacionales y anticipó un encuentro para avanzar en «lograr una educación universitaria de calidad». Sin embargo, desde el CIN no dijeron lo mismo. Valoraron «que se reconozca parte de lo que venimos reclamando, sustancial e ineludible para el normal funcionamiento de nuestras instituciones». Y señalaron que el diálogo convocado porque «es sin dudas el camino para lograr acuerdos duraderos que den la previsibilidad que el sistema universitario y científico necesita las en materia presupuestaria». Pero los rectores también informaron que están «a la espera de la invitación formal a la reunión donde se anuncie formalmente estas medidas, reunión a la cual asistirá el Comité Ejecutivo». Advirtieron, además, que el Consejo Interuniversitario «siempre ha estado y estará en virtud de nuestro convicción profunda respecto del rol estratégico que la educación pública, el sistema público de educación superior y la ciencia tienen para el país». Y destacaron que la marcha convocada para el 23 abril «continúa siendo una actividad de vital importancia y de visibilización, la cual el CIN adhiere y convoca».

«No hubo un acuerdo, hubo una propuesta del gobierno, de manera informal, donde se comprometen a subsanar el 25 por ciento del ajuste de los gastos de funcionamiento de las universidades», señaló en las redes sociales Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA.

El comunicado de los rectores a la propuesta apresurada y de última hora también es una respuesta a los ataques a los que los sometieron tanto el presidente Milei como su ministro del Interior Guillermo Francos. A los docentes universitarios el Presidente los llamó “salamines firmadores de cartas de indignación” y acusó a la educación pública de generar «disonancia cognitiva». A su turno, Francos se preguntó si ante los problemas presupuestarios no deberían plantearse «la forma de generar más recursos a los que aporte el Estado nacional». Tanto Francos como Milei tienen en común el haber egresado de universidades privadas. Tal vez eso también explica el desapego que expresan por las universidades públicas. 


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