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Alimentos, transporte público y prepagas impulsaron la inflación de agosto: analistas estiman que fue de 6,5%

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A días de que se conozca un nuevo índice de inflación que publica el INDEC, las consultoras proyectan que el nivel de precios se ubicará en torno a 6,5% en agosto, impulsado fundamentalmente por la suba de precios de los alimentos, sumado a costos en los alquileres, el alza del boleto de colectivo y el aumento en los combustibles y otros servicios.

Después del récord del 7,4% que marcó el IPC de julio, el mes pasado marcaría una desaceleración, aunque en niveles muy altos. Y, si bien todavía no tienen números finos de la evolución de los precios en septiembre, creen que hasta fin de año el piso también seguirá elevado y no bajará de 5,5%.

Los factores que presionaron al alza la inflación de agosto
Al asumir, a principios de agosto, el ministro de Economía, Sergio Massa, dijo que las cifras de inflación de ese mes que se iniciaba seguiría elevada y desplegó un plan de estabilización (orden fiscal, acumulación de reservas, refuerzo de ingresos para sectores desprotegidos) para lograr que la carrera de los precios baje su marca.

En ese marco, para los analistas, el IPC de agosto mostrará números menores al pico de julio, aunque las remarcaciones continuaron. El economista de Econviews, Andrés Borenstein, consideró que la inflación de agosto tocará 6,4%, principalmente a raíz del alza en los costos de alimentos, prepagas, expensas, boleto de colectivos y naftas

Para septiembre proyectó “una cifra superior al 5,8% motivada por la implementación de los nuevos regímenes tarifarios” de la luz y el gas. y su impacto en los comercios”. Y hacia los meses que vienen, estimó: “De acá a fin de año el piso será del 5,5% y no se va a perforar”.

Desde la consultora LCG, calculan que el alza de precios de agosto promediará el 6,5% y alertaron por la tendencia ascedente de la inflación en alimentos. Ese rubro, que golpea más a los que menos ingresos tienen, está aumentando a un ritmo de 2% por semana” por lo que dificulta encontrar señales de desaceleración, explicaron.

En tanto, aún se desconoce el detalle fino de lo que puede suceder en septiembre. “Estamos calibrando porque alimentos arroja un número muy alto en torno al 8% mensual proyectado (para el noveno mes del año)”, indicaron en LCG.

El relevamiento de precios minoristas de C&T para el Gran Buenos Aires (GBA) mostró un incremento mensual de 6,7% en agosto, lo cual marcaría la segunda variación más elevada del año. De esta forma, según las estimaciones privadas, la variación de los últimos doce meses acumularía un 75,9%, ritmo comparable al de enero de 1992.

En ese sentido, transporte y comunicaciones fue el rubro de mayor alza a partir de la suba en el boleto de colectivos y trenes del AMBA y el aumento de los combustibles de finales de mes.

Por su parte, los precios de la indumentaria volvieron a subir significativamente, como en julio, a pesar de no ser un mes estacionalmente fuerte para este sector.

En bienes y servicios varios pesó el incremento de los cigarrillos que se dio a fines de julio y el salto en los precios de los artículos de tocador. En tanto, estimaciones arrojan que el rubro alimentos y bebidas creció un 7,5% (mayormente las frutas y verduras).

Además, el sector Salud fue determinante por el incremento de las prepagas. También lo relacionado al equipamiento y mantenimiento del hogar, donde incidió el ajuste en el sueldo de las empleadas domésticas. Además, en vivienda el aumento de salario para los encargados de edificio presionó sobre el nivel de precios.


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Las tres Marchas

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Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno de Javier Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor. El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como “héroes” que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.

El gobierno despreció esta marcha porque —dijeron— la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. “Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios”, dijeron por la televisión. Y Patricia Bullrich la calificó de “rara”. Defender la universidad que el gobierno quiere cerrar es “raro”. Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.

Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron estratégicamente a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.

Las manos invisibles del mercado no son tan invisibles, pero se ocultan detrás de los ataques a los puntos más sensibles, como los trabajadores, los derechos humanos y la educación. Este país dejaría de existir, se derrumbaría, si destruyeran esos pilares.

La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. La Plaza y las avenidas laterales, más toda la Avenida de Mayo hasta parte de la Plaza de los dos Congresos, las diagonales, Rivadavia e Irigoyen, repletas. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.

En las tres marchas hubo una parte que fue a todas, pero en cada una se suman muchos manifestantes nuevos. Y el que va una vez, ya no se baja, porque el encuentro físico con otras personas que piensan parecido y actúan en común destruye preconceptos y diluye el prejuicio sobre el que se monta todo el discurso antipopular o incluso antimilitante o antipolítico, que son los antis que funcionan como pegamento del relato desarmador de la derecha.

En esta marcha hubo muchísima gente sin encolumnarse. Y había columnas que casi nunca han compartido la calle, como las de agrupaciones peronistas estudiantiles y la Franja Morada del radicalismo. Esa misma mezcla se daba en la muchedumbre.

Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.

Un detalle que puso en evidencia la diversidad de los manifestantes que asistieron a las marchas fue la profusión de cartelitos caseros. En las marchas anteriores había algunos. Pero ayer estaba plagado de cartelitos con leyendas inventadas por sus portadores, escritos con marcadores de diferentes colores sobre hojas, cartulinas o cartones. Una nota de Página/12, da cuenta de este fenómeno. No hay que pensar demasiado: Si se juntan cientos o miles de maestras y docentes, preparan la marcha como si fuera una clase, con sus cartelitos didácticos o graciosos para sus alumnos. Es difícil imaginar una marcha de ferroviarios, por ejemplo, con cartelitos escritos a mano con marcadores de diferentes colores.

Qué poco conocen el país real estos tipos que gobiernan. Esos cartelitos son una clase en la escuela pública. Nadie las obliga a llevar un cartelito. Es lo que hacen las maestras en su tiempo “libre”, porque es lo que lleva en la sangre el ser docente. “La educación nos hace libre” dice uno que reivindica la verdadera libertad y no la que carajean estos farsantes. Y hay otro que es para reflexionar: ”Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.


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