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Agustín Rossi lanzó su campaña con mensaje a la interna del Frente de Todos

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El jefe de Gabinete lanzó su precandidatura para la presidencial con un spot y la promesa de terminar con las «tres I»: inflación, inseguridad e incertidumbre. A su lado, creen que en una PASO atraería al kirchnerismo más puro que no está dispuesto a votar a Massa.
Melisa Molina

Por Melisa Molina

El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, lanzó de forma oficial su candidatura presidencial. Lo hizo este lunes mediante un video en el que reivindicó la gestión actual del presidente Alberto Fernández, pero también «los gobiernos de Néstor y de Cristina«. Prometió solucionar «las tres I». «La inflación, la inseguridad y por sobre todas las cosas, la incertidumbre«. Rossi aventuró que el próximo año será distinto porque la Argentina volverá a crecer –ya sin la pandemia, sin guerra y sin sequía– y prometió, en línea con lo que viene pidiendo la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que él quiere ser Presidente «para garantizar que el crecimiento económico de los próximos años sea redistribuido entre todos los argentinos«. 

«Quiero hablarle a todos los argentinos y a las argentinas: sé perfectamente lo que está pasando hoy la sociedad. Sé lo que te pasa a vos». Así comenzó Rossi su video. «Sé que hay días que sentís que tus sueños se desvanecen, o que te inunda la desesperanza. Sé que hay días que tenés bronca, cuando pensás que te levantás todos los días a la mañana y cuando llega el final del mes, lo que recibís por ese trabajo no corresponde al esfuerzo, te parece inadecuado y seguramente no te alcanza«, añadió. Explicó que los cuatro años que pasaron «no fueron fáciles», por la deuda heredada, la pandemia, la guerra y la sequía, pero aclaró que, más allá de eso, hubo promesas que se cumplieron como la baja de la desocupación, la entrega de viviendas, la construcción de obra pública, el fortalecimiento del sistema de salud, y de los sistemas educativo y científico. 

Admitió que los tres grandes problemas son: la inflación, la inseguridad y la incertidumbre, y pasó a la segunda parte del mensaje. «Te quiero transmitir tranquilidad porque esto va a pasar. Y no va a pasar dentro de diez años. Termina este año y el año que viene el ciclo económico de la Argentina va a ser distinto. La Argentina volverá a crecer fuertemente el año que viene», dijo. Según el jefe de gabinete, eso podrá ocurrir porque «ya se habrán metabolizado» los efectos de la pandemia, guerra y la sequía y que gracias a, por ejemplo, el gasoducto Néstor Kirchner, ingresarán más dólares al país.

«La Argentina va a tener una balanza comercial favorable el año que viene«, dijo y agregó: «Vamos a tener reservas en el Banco Central, y con reservas en el Banco Central vamos a controlar el tipo de cambio y bajar la inflación«.

Rossi quiere ser Presidente, dijo, para que el crecimiento «no quede en manos de unos pocos». Y en el final remarcó que su deseo: «Vivir en un país grande, en una Argentina soberana, con inclusión, con seguridad, con igualdad social y con crecimiento económico».

El video fue grabado el miércoles pasado por la noche, cuando el jefe de Gabinete terminó con las actividades diarias. Lo hizo un día antes del acto de CFK en Plaza de Mayo, en el que no estuvo en el escenario porque, según dijo, «no fue invitado a subir». Más allá de eso, participó de la movilización y estuvo con los militantes en la calle.

El ahora candidato dejó su cargo frente al ministerio de Defensa en julio de 2021 por una regla que había impuesto el Presidente, y solo Rossi cumplió. El mandatario dijo que todo aquel que quisiera ser candidato en las elecciones de medio término debía abandonar su puesto en el Poder Ejecutivo. Por ese motivo, Rossi dejó Defensa y se abocó de lleno a la campaña por su candidatura a senador nacional por Santa Fe. Compitió contra la fórmula del gobernador, Omar Perotti. El kirchnerismo acompañó la fórmula de su contrincante y el exministro de Defensa perdió. En febrero de este año volvió al Ejecutivo luego de que el exjefe de Gabinete, Juan Manzur, abandonó su puesto para volver a hacer campaña a su provincia, Tucumán.

Esta no es la primera vez que Rossi se presenta como candidato a Presidente. También lo hizo en agosto de 2014 para las elecciones de 2015, en las que el peronismo llevó como candidato finalmente a Daniel Scioli. En aquella ocasión dijo que quería ser candidato a Presidente «para garantizar la continuidad de las políticas públicas implementadas desde 2003», y reivindicó al kirchnerismo «como un proyecto, no solo político, sino de vida». En diciembre de 2018 volvió a lanzar su candidatura presidencial para las elecciones de 2019. En ese momento se desempeñaba como el jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria. El lanzamiento en 2018 fue en Rosario, en la Plaza España. ​»Me comprometo a trabajar para recuperar una Argentina para la mayoría», dijo y pidió «no resignarse a la entrega de un país para pocos». La tarea era que no reelija el entonces presidente, Mauricio Macri. En esas elecciones también se anotaban para competir Scioli y Felipe Solá, pero CFK eligió a Alberto Fernández. 

Rossi se reconoce y describe como kirchnerista, por más que ahora sea el jefe de gabinete de Alberto Fernández, y considera que nadie puede decir lo contrario porque nunca traicionó, ni hizo nada para perjudicar a la vicepresidenta. Durante los últimos meses estuvo juntando apoyos en todo el país mediante su agrupación denominada «Corriente Nacional de la Militancia». En su entorno consideran que puede tener grandes chances si en las internas, por ejemplo, compite con el ministro de Economía, Sergio Massa. Creen que atraería al voto kirchnerista, un sector que no votaría nuevamente a un candidato que no provenga del espacio por más que sea elegido por la vicepresidenta. 

Aún no está definido si el peronismo irá o no a unas elecciones internas. Por el momento, los anotados para competir en caso de que haya PASO son, además de Rossi, el embajador en Brasil, Daniel Scioli; el dirigente social de Patria Grande, Juan Grabois; Gabriel Mariotto de Soberanxs y Claudio Lozano, de Unidad Popular. Desde el kirchnerismo y el massismo están trabajando en tándem para presentar un candidato de unidad. Una de las posibilidades más fuertes es que el elegido sea el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, así lo habrían definido en una reunión este sábado (ver aparte), aunque todavía no se descarta que también puedan ser candidatos el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; o el ministro de Economía, Sergio Massa. En este momento Massa se encuentra en una gira por China con el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.


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Las tres Marchas

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Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno de Javier Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor. El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como “héroes” que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.

El gobierno despreció esta marcha porque —dijeron— la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. “Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios”, dijeron por la televisión. Y Patricia Bullrich la calificó de “rara”. Defender la universidad que el gobierno quiere cerrar es “raro”. Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.

Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron estratégicamente a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.

Las manos invisibles del mercado no son tan invisibles, pero se ocultan detrás de los ataques a los puntos más sensibles, como los trabajadores, los derechos humanos y la educación. Este país dejaría de existir, se derrumbaría, si destruyeran esos pilares.

La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. La Plaza y las avenidas laterales, más toda la Avenida de Mayo hasta parte de la Plaza de los dos Congresos, las diagonales, Rivadavia e Irigoyen, repletas. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.

En las tres marchas hubo una parte que fue a todas, pero en cada una se suman muchos manifestantes nuevos. Y el que va una vez, ya no se baja, porque el encuentro físico con otras personas que piensan parecido y actúan en común destruye preconceptos y diluye el prejuicio sobre el que se monta todo el discurso antipopular o incluso antimilitante o antipolítico, que son los antis que funcionan como pegamento del relato desarmador de la derecha.

En esta marcha hubo muchísima gente sin encolumnarse. Y había columnas que casi nunca han compartido la calle, como las de agrupaciones peronistas estudiantiles y la Franja Morada del radicalismo. Esa misma mezcla se daba en la muchedumbre.

Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.

Un detalle que puso en evidencia la diversidad de los manifestantes que asistieron a las marchas fue la profusión de cartelitos caseros. En las marchas anteriores había algunos. Pero ayer estaba plagado de cartelitos con leyendas inventadas por sus portadores, escritos con marcadores de diferentes colores sobre hojas, cartulinas o cartones. Una nota de Página/12, da cuenta de este fenómeno. No hay que pensar demasiado: Si se juntan cientos o miles de maestras y docentes, preparan la marcha como si fuera una clase, con sus cartelitos didácticos o graciosos para sus alumnos. Es difícil imaginar una marcha de ferroviarios, por ejemplo, con cartelitos escritos a mano con marcadores de diferentes colores.

Qué poco conocen el país real estos tipos que gobiernan. Esos cartelitos son una clase en la escuela pública. Nadie las obliga a llevar un cartelito. Es lo que hacen las maestras en su tiempo “libre”, porque es lo que lleva en la sangre el ser docente. “La educación nos hace libre” dice uno que reivindica la verdadera libertad y no la que carajean estos farsantes. Y hay otro que es para reflexionar: ”Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.


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