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Prédica anti casta, «cepo» al Estado y más ajuste, pero con bajo rating 

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El Presidente no dio un solo detalle de la ley que fue a presentar al Congreso, pero se sirvió de la cadena nacional para despotricar contra el kirchnerismo, a quien ya eligió como contrincante de cara a las próximas elecciones. Macri, en ese marco, resultó prácticamente ninguneado. “Vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”, prometió Milei, sin mencionar a los jubilados ni a las universidades. Hubo insultos y cruces con la oposición, pero el discurso no tuvo el eco esperado. 
Matías Ferrari

Por Matías Ferrari

Prédica anticasta, “déficit cero” como mantra y polarización con el kirchnerismo en vivo y por cadena nacional: el paso de Javier Milei por el Congreso tuvo más que ver con su necesidad de montar un show político que con la presentación del Presupuesto 2025, el tema para el cual, a fin de cuentas, había convocado a los diputados propios y ajenos. Frente a un recinto semivacío –buena parte de la oposición decidió pegar el faltazo–, el Presidente no sólo justificó el ajuste en marcha sino que redobló la apuesta y prometió para el año próximo “achicar el gasto del Estado” todo lo posible. En esa línea, justificó el veto a la movilidad jubilatoria y al presupuesto universitario. “Vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”, prometió. Y en la volteada de la motosierra metió a los gobernadores, a quienes les pidió afrontar el recorte de unos 60 mil millones de dólares. De paso, aprovechó para pegarle al kirchnerismo, al que culpó por los males económicos del país y a la que acusó de haber hecho “cosas estúpidas”. Los legisladores opositores que lo escucharon también la ligaron: esta vez los llamó “ratas miserables”. Todo eso en 50 minutos de discurso, en los que casi no hubo detalles de la ley que fue a presentar y que concluyó, como es habitual, con la arenga de “Viva la libertad, carajo”, festejada desde los balcones.

Parado frente un atril improvisado para la ocasión y arropado por la banda y el bastón presidencial, Milei redundó a lo largo de su discurso en dos de las ideas centrales de su gestión: el ajuste y el desprecio por lo público. Pronunció las palabras «déficit» y «Estado» más de 30 veces cada una, pero ni una sola vez salió de su boca «jubilados», ni «trabajadores». Tampoco «devaluación», que es lo que le pide el sector agroexportador, ni «cepo», salvo en la introducción, aunque con un sentido bien distinto al tradicional. «Vengo a ponerle un cepo al Estado», dijo al presentarse. 

El resto de su alocución giró en torno a esas mismas ideas, aunque esta vez utilizó la transmisión en vivo por cadena nacional para proyectar una polarización directa con el kirchnerismo, al que acusó de todos los males del país. De acuerdo a Milei, «llegamos al 50% de pobreza, al retorno del analfabetismo, a tasas de criminalidad siderales, un entramado energético que no soporta cuatro días de calor seguido y hospitales públicos sin insumos que no pueden curar a nadie», gracias al modelo que más detesta.

Esa polarización empieza a ser mirada con recelo pero como algo inevitable por los aliados del PRO, y también por otros que quedaron en el medio, como la UCR. Milei los ninguneó y, de acuerdo al mapa político que dibujó en su discurso con miras a la elección del año que viene, intentó arrinconarlos. «Milei es un gran catalizador de rupturas y vino acá a dividir aguas y llevarse lo que pueda», interpretaba un legislador de la oposición amigable, con un ojo puesto en la doblez y cuasi fractura de la UCR y otro en el futuro armado de listas. 

Para Mauricio Macri, quizás, esa polarización (en la que por ahora queda afuera) haya sido la peor noticia del domingo. De todos modos, Milei se encargó de dejarle algunos recados también a él, sobre todo en el tramo en que defendió la «gestión» del gabinete libertario, precisamente el apartado más criticado por el líder del PRO. «Gestionar no es designar miles de funcionarios en todos los rincones del Estado cuando la mitad de esas áreas no deberían existir», chicaneó. 

Sin eco

«Los invito a volver por un minuto a despejar la X conmigo para entender de qué se trata. Ustedes pueden abstenerse porque suman con dificultad», dijo Milei, en el punto más álgido en cuanto insultos de la noche y ya lanzado a polarizar con el peronismo. El «ustedes» estaba dirigido al bloque de Unión por la Patria, que eligió dar el presente pero con apenas una veintena de legisladores, especialmente aquellos vinculados a la comisión de Presupuesto y a los temas económicos. Enseguida repitió el gesto y señaló al titular del bloque, Germán Martínez, quien le había recriminado que estaba leyendo el discurso. «Mirá, que yo lea o no… vos seguís sumando con dificultad, Martínez» (SIC), retrucó.

El segundo round llegó minutos después, cuando desde las bancas opositoras salió una recriminación hacia el plan motosierra y en favor de los jubilados, estudiantes y trabajadores ajustados. «Hacelo dentro del presupuesto y no de manera demagógica, exterminando a los argentinos y los jóvenes», fustigó el Presidente. Más tarde, cuando citó una supuesta frase de Cicerón, dijo que la idea del ajuste «tiene más de 2.000 años» y, mirando al bloque de UxP, lanzó: «Más de 2.000 años, y ustedes de eso no aprendieron nada». 

Salvo por esos cruces, la recepción del discurso de Milei fue más bien fría. Casi todos los diputados del PRO y el radicalismo, no sólo de UxP, lo escucharon sin conocer los  detalles del proyecto del presupuesto, que ingresó por mesa de entradas una vez que terminó el acto. 

El rating tampoco acompañó al Presidente. Según las mediciones de consultoras especialistas, fue uno de los peores domingos del año para la televisión abierta. A las 20, una hora antes de la cadena nacional, el rating promediaba 15,9 puntos, número que se desplomó rápidamente y llegó a rozar un piso de 3,5 puntos durante el discurso.

Las cámaras de la transmisión oficial siguieron de cerca los rostros y las reacciones de principalmente dos ministros: la de Seguridad, Patricia Bullrich, y el de Economía, Luis Caputo. Milei llegó al recinto acompañado por su hermana Karina y el diputado José Luis Espert (presidente de la comisión de Presupuesto), al que sentó en el estrado de la presidencia junto a Victoria Villarruel y Martín Menem. La novia del Presidente, Yuyito González, lo siugió desde los palcos. 

Más ajuste

«Ajustar el déficit de quince puntos del PBI implicó que hiciéramos un recorte del gasto de alrededor de 90 mil millones de dólares, que no es otra cosa que decir que le estamos devolviendo a los argentinos esos 90 mil millones de dólares…. o sea: no exageramos cuando decimos que hemos hecho el ajuste más grande de la historia de la humanidad», dijo Milei fiel a su estilo de vociferar hashtags de Twitter y para introducir el capítulo en el que le solicitó a los gobernadores que aporten su parte al plan motosierra. 

«A los gobernadores les digo: cumplir el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PBI requiere que las provincias, en su conjunto, hagan un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares. Nosotros ya hemos cumplido nuestra parte del acuerdo; ahora faltan ustedes. Los argentinos, a lo largo y ancho del país, saben perfectamente bien que por cada peso que dejen de gastar las provincias y los municipios, se lo podrán devolver en baja de ingresos brutos u otras tasas. Si cumplen con este mandato popular, los argentinos de bien estarán agradecidos», dijo. El conflicto por los recursos marcó los primeros meses de la gestión de Milei, y los mandatarios provinciales le hicieron sentir el rigor durante el primer tratamiento de la ley bases. Habrá que ver si la disputa por recursos suma nuevos capítulos en el futuro inmediato. 

También hubo un capítulo dedicado al achique del Estado. «Gestionar es echar los 31.000 ñoquis que hemos echado en estos primeros nueve meses», dijo. A fines de este mes podría haber una nueva poda de empleados públicos, siguiendo la norma libertaria de renovar los contratos estatales por apenas tres meses y ejecutar así el descuartizamiento por partes, como Jack.

Finalmente, Milei dejó una advertencia para quienes no lo acompañen en futuras aventuras. «Hay dos caminos», dijo. «Sepan ustedes, miembros de este honorable Congreso, que la decisión de qué lado de la historia quieren quedar es suya. Luego será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos o en la esquina de las ratas miserables que apostaron contra el país y contra su gente», remató. La mayoría de los aludidos, de todos modos, evitaron los flashes y partieron lo más rápido que pudieron del edificio del Congreso.

Repercusiones

  • «Presupuesto 2025. No dio un solo dato. El único, muy poco rating», chicaneó el diputado por la Ciudad Leandro Santoro. «Está más preocupado por las legislativas de 2025 y por su interna con Macri que en explicar seriamente cómo va a evitar el default», sostuvo. 
  • «Fue un discurso político muy parecido a los que venimos escuchando, como en la Asamblea Legislativa y el Pacto de Mayo. No habló del Presupuesto. Que digan cuáles son las prioridades», reclamó por su parte la vicepresidente del bloque radical, Karina Banfi.
  • «Además de ir a pelearse con Germán Martínez y de decir que va a cerrar el Congreso nacional si no se votan que él quiere; el presidente dijo que se viene más ajuste para el pueblo y más beneficios para el 5% más rico del país», escribió en Twitter la senadora de UxP, Juliana Di Tullio.
  • «Milei no contempló medidas que esperan todos los argentinos, como una solución justa para los haberes de los jubilados», dijo el diputado de la CC, Maximiliano Ferraro. «Las columnas de esta gestión son las de un Excel», agregó. 

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Reprimir a los jubilados: la nueva costumbre del Gobierno de Javier Milei

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Pocas horas después del asado en Olivos para festejar el veto a la ley de movilidad, las fuerzas de Seguridad desalojaron otra movilización en el Congreso. Más de 600 jubilados insistieron con el reclamo del aumento en los haberes y la restitución de la cobertura del PAMI. Hubo al menos 10 heridos con lesiones químicas, entre ellos la diputada nacional Vanina Biasi.

Por celeste del bianco

El Gobierno Nacional instauró una nueva práctica: reprimir a jubilados. Como cada miércoles desde hace un mes, las fuerzas de seguridad desalojaron con gases lacrimógenos, armas de fuego con postas de goma y bastonazos una nueva movilización en los alrededores del Congreso. Pocas horas después del asado en Olivos con los diputados que garantizaron el veto del presidente Javier Milei a la Ley de movilidad jubilatoria, volvió la violencia frente al Parlamento por cuarta semana consecutiva.

Un grupo de 200 efectivos de Infantería y de Detención de la Policía Federal reprimió a más de 600 jubiladas y jubilados que circulaban alrededor del Congreso para pedir un aumento de emergencia, la recomposición de los haberes y la restitución de la cobertura de los medicamentos al 100% del PAMI y el resto de las obras sociales. Mientras marchaban por la avenida Entre Ríos, la policía inició el operativo con empujones y gases. Según relevó la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), hubo al menos 10 heridos con lesiones químicas, entre ellos la diputada nacional del Frente de Izquierda Vanina Biasi.

“Tengo 30 años de militancia, me han gaseado muchísimas veces, pero nunca un gas me quemó como éste. Es impresionante lo que me está quemando, siento una quemazón terrible en la piel”, afirmó la legisladora del Partido Obrero que fue atacada cuando se agachó para asistir a un hombre que estaba tirado en la calle. El presidente del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA Argentina), Esteban Chalá, le confirmó a Página/12 que atendieron a una decena de personas afectadas por el spray de gas pimienta, que fueron atendidas en el lugar sin derivación a hospitales. “Había personas de 80 años tiradas en el piso por un operativo intempestivo y absurdo, otra vez a 20 metros de que desarmaran la movilización», agregó la diputada en diálogo con la radio AM 750.

La violencia de cada miércoles

Las marchas de los miércoles no son una novedad, se hacen desde septiembre del año pasado, cuando eran alrededor de 15 0 20 jubilados que reclamaban mejores ingresos, pero desde que La Libertad Avanza llegó al gobierno, la cantidad de jubilados y jubiladas aumentó considerablemente ante el deterioro de su calidad de vida. Lo que sí es una novedad es la represión constante que instaló la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre este grupo vulnerable: es la cuarta semana en la que son atacados, con el antecedente brutal de febrero cuando también fueron golpeados durante el tratamiento de la Ley Bases.

Rubén Cocurullo, de 76 años, estuvo ahí, igual que el resto de los miércoles. Entre empujones, le preguntó a una mujer policía de no más de 30 años por qué estaba ahí. “Cuándo llegás a tu casa y tus hijos te preguntan que hiciste en el Congreso, ¿Qué les contestás?, ¿Que reprimiste a una persona que podía ser su abuelo?”, lanzó al aire el presidente de la agrupación Jubilados Insurgentes. La pregunta retórica no tuvo más que un cabeceo debajo del casco como respuesta.

Cocurullo no tiene miedo, seguirá protestando a pesar de la represión. “Esto me genera cada vez más bronca y ganas de salir a la calle. Mi miedo es a morir de hambre. ¿Cómo no voy a luchar? Yo no me puedo quedar en mi casa mirando la televisión si no llego a la canasta básica”, le contó a este diario.

Los reclamos 

Uno de los reclamos del Plenario de Trabajadores Jubilados es un haber mínimo de 950.000 pesos que contemple la canasta básica de los adultos mayores, que incluye elementos diferentes a las que se toman en cuenta para las mediciones del INDEC. Además, piden retrotraer la decisión del PAMI de eliminar 44 medicamentos del listado de cobertura al 100% y un aumento de emergencia. Según un informe de HelpAge International Red Global Argentina, el impacto de la pobreza en las personas mayores afecta al 73% de la población adulta de más de 61 años. “Han cambiado sus hábitos, dejaron de comprar medicamentos esenciales y modificaron sus hábitos alimentarios, algunos están haciendo una comida por día”, explicó Silvia Gascón, referente de la organización y directora de la Maestría en Gerontología de Isalud.

Otra de las personas reprimidas fue Nora Biaggio, integrante del Plenario que ya lleva más de 1600 actos en el Anexo del Congreso de la Nación, una práctica que iniciaron en la década del 90. “Ya es algo habitual reprimir a los jubilados porque no nos callamos la boca, pero esto lo que genera es más bronca”, dijo en diálogo con Página/12. La mujer agregó que si bien teme por su salud, seguirá manifestándose: “Por supuesto que me da miedo, un golpe mal dado para nosotros puede ser mortal, nos puede generar una reacción alérgica o peor. Somos personas llenas de dolencias, pero esta represión no nos va a frenar porque estamos mal”, agregó.

Para el próximo viernes 20 se planea un acto en Plaza de Mayo para conmemorar el Día del jubilado y la jubilada. Habrá una radio abierta a las 16 horas y un acto a las 17, al que esperan que asistan otros sectores de la sociedad. Además, este miércoles se hicieron movilizaciones en distintas ciudades del país como Rosario, Mar del Plata, Córdoba, Salta y Neuquén, entre otras. “Esto está creciendo cada vez más, hay réplicas en toda Argentina”, agregó Biaggio.

El asado en Olivos, una provocación

La violencia hacia los jubilados no es sólo física, también es simbólica. El martes por la noche, Milei recibió en la Residencia de Olivos a 71 de los 87 diputados y diputadas que garantizaron el veto a la Ley de movilidad jubilatoria que establecía un aumento de 8,1 puntos porcentuales . Al asado del festejo por el recorte, asistieron 25 representantes del PRO, encabezados por el jefe del bloque, Cristian Ritondo, todos los miembros de La Libertad Avanza y del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y solo uno de los radicales que cambiaron su voto: Mariano Campero, que se mostró jocoso con en la previa. El resto de los diputados de la UCR que fueron suspendidos, Martín Arjol, de Misiones, Luis Picat, de Córdoba y Pablo Cervi, de Neuquén, decidieron no participar. Lo mismo que el correntino José Tournier, que si bien integra el bloque de la UCR no fue suspendido porque no está afiliado.

“Lo del asado fue una provocación en todo sentido. El presidente los invita a comer un asado, algo inaccesible para un jubilado, para un trabajador, para una familia y ellos se reúnen. Eso muestra cómo son estos diputados que se dan vuelta y aceptan cualquier cosa”, agregó Biaggio, que también estuvo en la protesta que hicieron en las afueras de la quinta presidencial durante la cena.

Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), las jubilaciones sin bono en el trimestre septiembre-noviembre de 2024 se mantendrán 4,6% por debajo del mismo trimestre de 2023, mientras que las jubilaciones con bono lo harían 13,6% por debajo. Pero el deterioro en los ingresos de los jubilados también se vislumbra en el Presupuesto 2025, presentado el domingo por Milei. Según las proyecciones de las partidas de Seguridad Social, en las que se incluyen las jubilaciones y las asignaciones sociales, tendrán una disminución del 14,6% real en 2024.

A pesar de las represiones sistemáticas de cada miércoles, los jubilados y jubiladas tienen decidido seguir en la calle. “¿Sabes por qué nos llamamos Jubilados Insurgentes? Porque es sinónimo de revolución y nosotros queremos la revolución social, queremos igualdad”, dijo Cocurullo tras reponerse de los empujones y gas pimienta. 


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