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«Los que vienen con la plata del blanqueo no son héroes, en Santa Fe les vamos a pasar el escáner»

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El Ministro de Economía de Santa Fe analiza cómo impacta el plan de Milei en la gestión provincial.

Pablo Olivares es un funcionario fogueado en las cuentas públicas santafesinas. Conoce bien los recovecos de la administración porque en los tres gobiernos del Frente Progresista ocupó por doce años secretarías en finanzas, hacienda y política económica. 

Ahora como ministro de Economía de Maximiliano Pullaro emerge de lo técnico y asume un protagonismo político mayor. Un poco porque, como acepta, en las tensiones distributivas de un escenario general recesivo le toca jugar a ser paragolpes del gobernador. Ya con antelación elegía meterse, desde las redes sociales en el gobierno del peronista Omar Perotti, en los potreros de las discusiones públicas. Ahora cada vez con más visibilidad.

Olivares tiene 49 años y tres hijos. Estudió en Santa Fe donde se recibió de contador público. Viene de un hogar de docentes alfonsinistas y se involucró en el radicalismo en la universidad más como un adherente que militante ferviente. Futbolero, a los 18 años fue arquero campeón de la liga de Coronda con Belgrano de esa ciudad, de donde es oriundo. Colgó los botines a los 25 para entrar de a poco en la actividad política como funcionario municipal en Esperanza, primero, y en el gobierno provincial después.

Ángel Sciara, que fue ministro de Economía de Hermes Binner y Antonio Bonfatti, lo tuvo en sus gestiones y lo recuerda así. «Un tipo con mirada política afilada, divertido para trabajar y no ortodoxo en su concepción de la economía». Ese rasgo punzante que Olivares mostraba en Twitter ahora lo modera sobre todo cuando la apuesta política de Pullaro, desde una provincia desfavorecida como todas por el corte brutal de los recursos nacionales, es no mojarle la oreja a Milei. La estrategia es esquivarlo, no chocar, para conseguir fondos y poder gobernar.

"Los que vienen con la plata del blanqueo no son héroes, en Santa Fe les vamos a pasar el escáner"

Con el gobernador correligionario, al que como la mayoría de los próximos llama Maxi, construyó un vínculo de especial confianza. En algún momento desliza tener conciencia de que por primera vez en 40 años el radicalismo santafesino tiene como nunca la chance de construir su oportunidad nacional. La UCR que siempre vivió a la sombra del peronismo, con Vernet, Reviglio, Obeid y Reutemann primero, y de los socialistas luego, finalmente coronó su mangrullo. «Santa Fe tiene una gran potencia pero siempre políticamente la vio pasar. Lo que nos proponemos es hacernos respetar por el lugar que tenemos», afirma.

Dice que uno de los objetivos de gobierno principales es potenciar y apuntalar la actividad del agronegocio mediante planes de obras públicas viales y energéticas. Para eso no cuentan con la mano cerrada de la Nación. «Este gobierno nos brinda una previsibilidad: no hay plata».

Este gobierno nos brinda una previsibilidad: no hay plata.

Algo de ese cariz picante que le atribuyen se nota cuando se le pregunta si Santa Fe va a adherir al blanqueo de capitales y por los peligros ocultos de que con eso fondos de economías criminales se infiltren en un territorio que tras una década de violencia ha encontrado una notoria pausa. Sostiene que los que blanquean no son ni héroes ni patriotas. Que para un gobierno es muy incómodo tratarlos frente a los que no fugaron la plata y pagaron impuestos. Y que no le gustan los lobistas de los blanqueadores.

Santa Fe está pensando en adherir al régimen aunque advierte que podrían aplicarles algún impuesto. «Respetaremos la seguridad jurídica pero a los que traigan planta del blanqueo a Santa Fe le vamos a pasar el escáner. Una cosa es el evasor y otra el que lavó o fugó dinero de la actividad ilícita. Si el objeto del blanqueo es incentivar la actividad económica no nos deberían objetar que controlemos con todo lo que esté a nuestro alcance».

"Los que vienen con la plata del blanqueo no son héroes, en Santa Fe les vamos a pasar el escáner"

Una expresión de esa molestia llega al final de la entrevista. «Ayer (por el jueves) me llamó la atención había una charla sobre los beneficios del blanqueo que daba el presidente de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, que pertenece a una familia de inversores inmobiliarios y al lado un abogado que fue administrador provincial de impuestos, pero ahora asesora cómo blanquear. El titular de la conferencia era algo así como «En un camino a la transparencia del blanqueo». Las cosas como son. Los que están en el blanqueo son blanqueadores. Yo prefiero cuidar y abrazar al que se quedó acá y pagó impuestos».

-Arquero, economista y dirigente político. ¿Algo más para compararlo con Milei?

-(Risas) Me considero más que un dirigente un cuadro orgánico de la política. Yo soy un contador con formación de posgrado en Economía Monetaria. Lo escuché al presidente hablar de lo que significa el puesto de arquero, que tiene una particularidad que es lidiar permanentemente con el fallo. El fallo en ese puesto te arrima a la catástrofe. 

Santa Fe tiene una gran potencia pero siempre políticamente la vio pasar. Lo que nos proponemos es hacernos respetar por el lugar que Santa Fe tiene a nivel nacional. Cuando Maxi nos convocó recuerdo una frase de pocas palabras llenas de sentido: «Nosotros somos Illia».

Te subís a un proyecto que te va a demandar dar lo mejor como cuando vas a un Mundial y casi olvidarte del resto. En este momento hay que tratar de dar lo mejor. Y además se me activó la fibra partidaria de esta oportunidad, después de tanto tiempo para el radicalismo ser gobierno es un privilegio y esto mete un componente adicional.

-Ahora la posición del radicalismo en Santa Fe se empieza a considerar a nivel nacional

-Pero es algo que hay que construir. Santa Fe tiene una gran potencia pero siempre políticamente la vio pasar. Lo que nos proponemos es hacernos respetar por el lugar que Santa Fe tiene a nivel nacional. Cuando Maxi nos convocó recuerdo una frase de pocas palabras llenas de sentido: «Nosotros somos Illia». Tenemos que tener eficiencia y solo compromiso para la provincia.

-No hay obra pública de la Nación, no hay transferencias usuales, hay recesión, suspensiones en el empleo, la inflación sigue. ¿Cómo impacta en la economía de la provincia la política económica de Milei?

-Impacta por un lado en los recursos que hace que caminen por debajo de la inflación. Hoy el plan económico nacional brinda una previsibilidad: saber que no hay plata. Me obliga a admitir que tengo que arreglarme de otra forma. En ese sentido saber que cuento con algo o cuento con nada simplifica las variables e indica que hay que redoblar los esfuerzos. 

No trato de ser complaciente ni indulgente con el gobierno nacional. Pero al menos no hay histeriqueo. Este es el panorama que hay. Se que tengo un presupuesto con los recursos y gastos para 3.500.000 habitantes y que eso es una arena de pujas. El ministro de Economía tiene que estar atento a las pujas. 

"Los que vienen con la plata del blanqueo no son héroes, en Santa Fe les vamos a pasar el escáner"

-Pienso que la previsibilidad del plan económico y falta de histeriqueo se parece un poco al que le dice a su pareja: «Vamos a seguir juntos pero no te voy a dar bola».

-No se si es así literalmente pero uno tiene que mirar permanentemente algo que Maxi nos traza, y es que hay que gobernar para tres millones y medio de habitantes. En cada discusión parte de esa cantidad están subrepresentados y otros sobrerrepresentados. A veces hay una fuerte puja salarial que genera debate lógico, pero involucra a 150 mil personas entre 3 millones y medio. 

Haber sido discriminados por la Nación nos obligó hace tiempo a buscar plata cruzándonos a Dubai o Abu Dhabi. Una parte de la obra de infraestructura se hará con ahorro de la provincia. 

Los ministros somos técnicos pero tenemos que pensar no desde el Excel sino con cabeza política y buscar un equilibrio en las tensiones. Eso ocurre en las negociaciones salariales, siempre queremos dar más pero también tenemos que comprar patrulleros y ambulancias. Una de las cosas que hicimos a nivel nacional fue involucrarnos y no utilizar el primer año para ordenar hacia adentro y balconear el panorama. Por las expectativas que cargaba el gobierno hubo que salir desde el primer momento a gestionar fuerte.

-En el informe semestral de gestión que presentaron esta semana hicieron hincapié en el superávit logrado. ¿Eso pasó a costa de hacer muy poco gasto en obras? Lo pregunto porque usted señalaba que las finanzas públicas están al servicio de la población y era crítico con la ponderación del superávit que hacía el gobernador Perotti. ¿Es un cambio de discurso?

-No, este es el primer semestre del primer año de gestión. Lo más importante en ese primer semestre es que el gasto de capital (obras públicas) camina por debajo de los gastos corrientes y el ahorro, que es lo que queda para invertir, crece. Al llegar la obra pública estaba parada, hubo que conversar con los contratistas para que a partir de marzo se continuara la obra frenada. 

Si se toma la evolución bimestral del gasto de capital a partir de mayo junio estamos en un 200 por ciento de crecimiento interanual con lo que la aceleración en gasto de capital empieza a notarse. Los primeros meses de baja tenían que ver con lo que venía parado y las negociaciones con los contratistas que buscaban que se les cancelara deuda atrasada para poder recomenzar. Cuando se toma a partir de ahí se empieza a ver el alza en la obra pública. En julio es un 50 por ciento arriba del primer semestre por esa razón. El segundo semestre esto se va a acentuar.

-¿Entonces puede que a fin de año ya no haya superávit?

-Puede que cerremos en equilibrio por el superávit del primer semestre. Veremos el año que viene si logramos que los recursos empiecen a despegar por la actividad económica.

-Fueron a buscar al exterior recursos para obra de infraestructura. ¿Los obliga la quita de recursos federales del gobierno nacional?

-El mercado de capitales externo está cerrado por dos años seguro. Afuera se busca financiamiento en organismos multilaterales. Haber sido discriminados por la Nación nos obligó hace tiempo a buscar plata cruzándonos a Dubai o Abu Dhabi. Una parte de la obra de infraestructura se hará con ahorro de la provincia. 

"Los que vienen con la plata del blanqueo no son héroes, en Santa Fe les vamos a pasar el escáner"

La decisión en este tiempo de bancarse una discusión de poco romanticismo con los gremios estatales no es porque uno esté contra los trabajadores sino con una priorización política para hacer obras. Se sabe que para mejorar la educación es necesario tener buenos salarios docentes pero para tener buena educación hay que tener obras en la escuelas. 

Eso implica una mirada racional sobre cómo se mueven los gastos operativos. No es grato el racionamiento del gasto del Servicio Penitenciario pero notamos que se podía bajar con lógica el valor de las raciones y vamos a terminar en agosto pagando lo mismo que en enero de 2023.

-En la discusión con el gremio docente afloró un debate histórico sobre la progresividad en cómo se asigna el gasto. El planteo es que el gobierno ajusta con ellos con el premio al presentismo pero no cambia por ejemplo el impuesto inmobiliario que tiene una base muy desactualizada.

-Lo puedo contestar yo o lo puede responder la Sociedad Rural que al mismo tiempo que se da este debate critica que el gobierno le suba el impuesto.

-Claro, pero es el gobierno el que en base a un criterio político toma las decisiones.

-Por supuesto. Siempre está la discusión de por qué no le cobran más a tal. También se dice por qué no les cobran más a las empresas exportadoras cerealeras pero las provincias no tienen facultades ni competencias para cobrar ingresos brutos a las exportación porque eso va incluido en lo pautado por la ley de coparticipación federal. 

Este año va a haber un incremento del inmobiliario rural y urbano razonable que trate de recuperar la inflación. Todo lo que se puede cobrar se hace. A la industria, a los bancos, al acopio de cereal. En Santa Fe Ingresos brutos está creciendo por arriba del IVA. Es el impuesto de toda la provincia que más creció por lo que se le impone a la actividad financiera. No le aplicamos ingresos brutos ni a transporte ni al agro en la actividad primaria. 

De vuelta, esta es una discusión llena de tensiones, en el medio de otras dos grandes olas. Una es el planteo permanente que nos pide «Bajemos la carga tributaria». Y ahora está el discurso libertario, ¿no?, este extremo de que todo impuesto es un robo. 

Mientras no tengamos una reformulación a nivel nacional con la coparticipación, por la doble imposición ingresos brutos que es un impuesto con muy mala prensa va a seguir.

-Cuando a principios de año se planteó la reposición del impuesto a las ganancias Santa Fe lo encontró regresivo e injusto y propuso un impuesto a la riqueza. Eso parte de una visión sociológica del estado de las cuentas públicas. Mencioné el impuesto inmobiliario porque desde los 90 no se actualiza la base cuando el valor de la tierra se multiplicó y a nivel urbano crecieron los metros cuadrados construidos.

-A nivel provincial el impuesto inmobiliario no puede seguir cayendo. Si bien es sobre los stocks y no sobre los flujos es sobre la propiedad inmueble que es una expresión de riqueza por antonomasia. Es legítimo que se cobre sobre el patrimonio. El asunto es cuánto es viable política y socialmente aumentarlo. Es razonable que la tributación patrimonial tienda a crecer en participación sobre los demás impuestos.  

Hasta el discurso liberal tiende a veces hacia ese lugar. Mientras no tengamos una reformulación a nivel nacional con la coparticipación, por la doble imposición ingresos brutos que es un impuesto con muy mala prensa va a seguir. Es un tema que hay que abordar desde los tres niveles. La legitimación de los gobiernos descansa más en cómo presta los servicios que en cómo se obtienen los recursos. 

Pero hoy se puede hacer mucho mediante la eficiencia. Más que cobrar mucho o cobrar poco debemos tener la menor interferencia en los incentivos. Cuando un impuesto desincentiva a producir es lo más dañino. La base del inmobiliario no cambia el incentivo a producir o no producir. Es un tema legislativo, pero una prioridad que estará presente este año si llegamos o en el otro es que este impuesto vuelva a tener la tributación conforme a los avalúos. 

Para que empiecen a reflejar el valor relativo de los inmuebles, que hoy tributan en base a una foto del año 1974 y no de los años noventa. En el 91 se hizo una actualización por coeficiente pero los valores relativos venían del 74. Es un objetivo que nos trazamos.

-¿Cuál es la brecha entre la emisión de este impuesto y lo que se recauda?

-Si es la mora, la recaudación está en un 70 por ciento aproximadamente, la mora es un 30.

-Santa Fe está por hacer una importante reforma de su caja de jubilaciones. ¿Puede prosperar el planteo que hizo la provincia ante la Corte Suprema para que la Nación le restituya los aportes que le cortó?

-Antes de mirarlo desde lo presupuestario decimos que la Caja tiene que quedar en la provincia, pero como un auténtico sistema de reparto. Tenemos la voluntad de que los santafesinos tengamos un sistema previsional para el sector público pero no puede ser a expensas de los que no están en el sistema público. Hoy una parte importante de los santafesinos se pagan la jubilación y con sus impuestos sostienen a los trabajadores públicos. Eso no es justo. La jubilación es un seguro de vejez que prevé la seguridad social. Hoy la provincia puede sostener una transición pero no una divergencia donde tiene un déficit mayor mes a mes.

-Se escuchó que si Santa Fe adhiere al blanqueo podría haber un impuesto provincial. ¿Cuál es su opinión del blanqueo?

-El blanqueo es una venta de indulgencia. Es mirar a alguien que hizo algo incorrecto y como solución proponerle un perdón. Pero lo semántico importa. El que lo hace no es un héroe ni un patriota, es un blanqueador. La discusión sobre la ética se mueve en el terreno del pragmatismo. En el Congreso se discutió que esto no se hacía con afán de recaudación sino de movilizar la economía. 

El blanqueo es una venta de indulgencia. Es mirar a alguien que hizo algo incorrecto y como solución proponerle un perdón. Pero lo semántico importa. El que lo hace no es un héroe ni un patriota, es un blanqueador. 

Santa Fe ahora tiene que definir qué hace. ¿Boicotear el blanqueo nacional? No, el sistema político ya eligió esa dirección. El presidente se para en un lugar nada culposo y dice que el que fugó es un héroe y que perdonar está bien. Yo no lo comparto porque pienso en el que a pesar de todo se quedó. Al que se rajó porque las condiciones le parecían insoportables lo puedo en algún caso comprender pero no lo voy a poner en un pie de igualdad con el que en las mismas condiciones trabajó acá y pagó impuestos. Después está qué hacen las provincias.

-¿Qué va a pasar con el que busque invertir en Santa Fe lo blanqueado?

-El principio uno es certeza jurídica, no somos un estado libre asociado al país, vamos a ser responsables. Pero en Santa Fe al blanqueo lo tomamos con seriedad. Una cosa es el evasor y otra el que hizo lavado o tuvo vínculos con el delito. En la provincia vamos a pasar el escáner. No van a venir libremente a hacer cualquier cosa. 

No voy a volver loco al inversor con mil certificados pero sí vamos a imponer al que quiera blanquear controles desde todas las dependencias del Estado: UIF local, direcciones del Ministerio de Seguridad y todos los registros públicos con manejo de información económica. Al que puso la plata en el colchón o la llevó a Uruguay para no pagar impuestos y la trae le cabe una valoración. 

Ahora el que tuvo que ver con una actividad ilícita, o lavó y la quiere recircular está en otro lugar y tiene que saber que en Santa Fe está tocando el timbre para que acá averigüemos qué haces. Nos pueden decir «En Santa Fe la están complicando». Creo que nadie se puede enojar. El argumento del debate legislativo fue que este instrumento no era para lavadores. Que nos permitan entonces que seamos consecuentes y controlemos. No me alcanza una declaración jurada del blanqueador, también voy a chequear todo por otros medios. Porque si aparece un tipo en el blanqueo que después termina en una investigación criminal la situación sería horrorosa.

"Los que vienen con la plata del blanqueo no son héroes, en Santa Fe les vamos a pasar el escáner"

-¿Y cobrará la provincia de Santa Fe impuestos al que blanquea?

-Esa es la tercera cuestión. Cuando Macri hizo su blanqueo no coparticipó. Estuvo la reunión del Consejo de Responsabilidad Fiscal de la semana pasada. Hay provincias que dicen que cobrarán y otras que no. Si se blanquean 30 mil millones de dólares cuando se estima cuánto le toca a Santa Fe son unos 28 mil millones de pesos. Con lo cual es mantener una posición en contra del Estado nacional por poca plata. 

Pero lo principal para nosotros es la distinción con los que se quedaron aquí en las peores pagando ingresos brutos y están mirando qué hace la provincia. No voy a pedir que se pague todo pero tampoco que esto sea gratis. Primero transitaremos esto con certeza jurídica. Segundo haremos una revisión activa de los que adhieran. Tercero, por una cuestión de Justicia con el que pagó algo tiene que exigírsele al que blanquea, sea un impuesto, o sea que su grupo de pertenencia tenga deuda cero. Entendemos que no hay que ser liviano al estilo «vení, no pagués más nada, con lo que pagaste a nivel nacional está bien». También estaremos atentos a los que llegan ahora que son los lobistas del blanqueo.

-¿Y quiénes son esos?

-Yo era secretario de Finanzas en el gobierno de Miguel Lifschitz. Recuerdo que a Miguel le pasó eso. Venían emisarios que le decían «mirá que si no adherís se van a perder inversiones». Yo observo eso con atención y por eso remarco la importancia de utilizar el término blanqueador y no inversor. Al lobista que venga preocupado por la demora en adherir yo lo filtro: sos blanqueador, no sos ningún héroe. 

Y si venís a venderme los beneficios del blanqueo sos un personero o adalid de los blanqueadores. Ayer (por el jueves) me llamó la atención había una charla sobre los beneficios del blanqueo que daba el presidente de la Bolsa de Comercio de Santa Fe que pertenece a una familia de la actividad inmobiliaria y al lado un abogado administrador provincial de impuestos que ahora asesora cómo blanquear. Y el titular era algo así como «En un camino a la transparencia del blanqueo». Las cosas como son. Los que están en el blanqueo son blanqueadores. Yo prefiero cuidar y abrazar al que se quedó acá y pagó impuestos.


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Jubilado a la parrilla

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Palazos a los jubilados y corrupción en la mira papal. El retiro de Petronas y la explosión del gasoducto, en la gestión de los ceos de Roca. La nueva vanguardia.
Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

El Papa criticó la represión a los jubilados y la corrupción en el gobierno; la ONU advirtió por la indefensión de la niñez sumergida en la pobreza; explotó el gasoducto del Norte, y Petronas puso en duda la famosa mayor inversión de la historia. El inminente veto a la ley de financiamiento universitario anunció protestas estudiantiles masivas que se unirán a los jubilados, dos sectores en los que Milei había cosechado en las elecciones. Semana mala para el Presidente que, en contrapartida, consiguió frenar el veto al aumento a los jubilados con ayuda de parte del opoficialismo y es probable que logre una imagen de toda la política enfrentada a Unión por la Patria con la propuesta de reforma política.

Argentina se ha convertido en un país imprevisible, donde resulta imposible precisar la forma como el derrumbe de la economía instrumentado por el gobierno se traslada a las decisiones políticas de los perjudicados. Los jubilados están en el horno. Son los que más perdieron en el ajuste, han sido sus principales víctimas y grupos cada vez más importantes de ellos han encabezado la protesta. Fuera de los grupos movilizados, todos los jubilados se quejan por lo que reciben y por el aumento del transporte y las tarifas, pero no es claro que haya un cambio masivo en las conductas políticas.

Milei ganó con un poco más del 55 por ciento de los votos y en los primeros meses logró aumentar unos puntos más la imagen positiva. En las últimas mediciones su imagen osciló entre el 40 y el 45 por ciento. Quiere decir que perdió más del diez por ciento. No es tanto si se lo compara con los efectos catastróficos de sus medidas sobre la vida de millones.

Esa distorsión entre causa y efecto constituye una incógnita en una sociedad muy intoxicada por discursos de odio, fake news, y una configuración social donde la mayoría de los trabajadores fueron llevados a la informalidad. Cayeron en ese plano por los efectos destructivos del neoliberalismo en las últimas décadas.

La perversión de esa movilidad descendente radicó en que fue disfrazada de elección personal. Una especie de liberación. El kiosquito, el remisse, el flete, la mensajería, la changa, la venta callejera, el trabajo no presencial y otros empleos fueron disfrazados de emprendimientos individuales. El discurso conservador complementó a este “emprendedurismo” con una ideología “meritocrática” que, en esencia es una ilusión porque todo ese universo depende de la producción de riqueza real.

Por más esfuerzo, por más méritos que tenga, ningún resultado lo favorecerá si el resto de la sociedad no genera riqueza real, no produce ni consume bienes. En todos los trabajos vale el esfuerzo y el conocimiento cuando el resto de la economía funciona. De lo contrario, la derecha ordena esas condiciones como una ideología del sometimiento para la explotación por una elite. Ese proceso se montó sobre el antiperonismo extendido en un sector de la sociedad y sobre la decepción que produjo el gobierno de Alberto Fernández.

El resultado ha sido el surgimiento de lo más grotesco de la política y la economía, una mascarada de discurso exótico cargado de odio y fotografías de un pie gordo y colorado, con talco para los hongos. Hay corporaciones que se han favorecido con este despropósito y que se apuran a sacarle todo el jugo porque saben que en algún momento se termina.

El grupo Roca, que buscó usar al gobierno para concretar su reconversión hacia la actividad energética, y ubicó gerentes en puntos estratégicos de la gestión en esa área, encarnó dos desastres con pocos antecedentes de tanta ineptitud como fueron la explosión del gasoducto Norte y la amenaza de Petronas de retirar la inversión milmillonaria que iba a hacer con el gas de Vaca Muerta. La arbitrariedad como se manejó un negocio tan delicado para debilitar al gobernador bonaerense Axel Kicillof, provocó incertidumbre en el gigante malayo.

Esta semana, el escenario pareció sufrir otras distorsiones. En el capitalismo industrial se decía que lo obreros de la industrian eran la vanguardia de las luchas. En los ’90, con el neoliberalismo, aparecieron los movimientos de trabajadores desocupados a la cabeza de la protesta. Y ahora son los trabajadores jubilados.

Primero fue demonizar a los movimientos sociales. Patricia Bullrich creció –tristemente– con la represión a esas marchas de los desocupados y creyó que valía para todos. Pero es difícil demonizar a los jubilados porque los hay en todas las familias. Allí no funcionan las fake news y la difamación porque hay comprobación directa.

Y es cierto que no se movilizan todos los jubilados, sino más bien algunos grupos. Pero la imagen de los garrotazos a esos adultos mayores tiene un efecto subterráneo de terreno minado para el gobierno. Otra imagen de alto impacto fueron los jubilados en la puerta de la residencia de Olivos mientras en el interior se festejaba con un pantagruélico asado el rechazo al aumento de las jubilaciones.

Ha sido una mezcla explosiva que se catalizó con los aumentos siderales de tarifas de los servicios y del transporte, que pasaron de ser caras a ser impagables para los trabajadores. Otra imagen altamente inflamable fueron las filas de personas que caminaban por las vías para eludir los molinetes de los andenes. Y la posterior imagen de esos mismos lugares custodiados por efectivos policiales o por seguridad contratada.

Los tiempos en la sociedad han sido diferentes a los de la política. Hubo una oposición nítida desde el principio desde Unión por la Patria y la izquierda, mientras que el rechazo en la sociedad fue expresándose en protestas aisladas, hasta la situación actual donde las encuestas no miden un cambio importante, en contraste con el cambio fuerte en el ánimo generalizado, al menos en CABA y el conurbano. Otras fuerzas mantuvieron una actitud ambigua porque se sentían comprendidos en parte del discurso oficialista.

Pero la política todavía no pudo dar cuenta de los cambios de humor que se van generalizando. No pudo entender parte de sus limitaciones que interfieren el contacto pleno con esta nueva realidad. Lo que en un momento fue representación, dejó de serlo cuando cambió lo que representaba y no se produjo el mismo cambio en el representante. El mecanismo se manifestó en todos los planos, con el fuerte achicamiento del PRO, la pérdida de identidad de la UCR y los conflictos en el peronismo.

La Iglesia ha sido una gran antena de los humores de la política y de la sociedad. Se mantiene por encima de la política y sólo interviene de manera clara cuando interpreta señales cada vez más fuertes. Las palabras del papa Francisco fueron muy directas con respecto a la represión a los jubilados y más aún sus referencias a la corrupción en el gobierno. La Iglesia nunca se lanza a una pileta vacía. Las palabras que formuló el Papa estuvieron en sintonía con el malhumor extendido.

Milei exhibe déficit cero falseado por deudas impagas. Y un dólar quieto a costa de reservas del Central. Consiguió mandar a la pobreza a casi el 60 por ciento de los argentinos y convertir al país en uno de los más caros en dólares. Cuando el malhumor social entre en contacto con la política, Milei se acaba. Es el tramo que falta recorrer.


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