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La corrida cambiaria está lanzada y acorrala al equipo económico

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Los bonos soberanos en moneda extranjera mantuvieron la tendencia negativa. El riesgo país se ubicó cerca de los 1550 puntos, señal de pesimismo de inversores del mercado financiero. Consultores y economistas de la city piden que se aplique una alteración urgente en la estrategia cambiaria.
Federico Kucher

Por Federico Kucher

Las tensiones financieras siguen sin darle respiro al equipo económico. El dólar blue volvió a subir este martes, mientras que los bonos soberanos en moneda extranjera continuaron en baja. El riesgo país ya se ubica cerca de los 1550 puntos y marca el pesimismo del mercado. Las declaraciones del viernes pasado fueron criticadas por propios y ajenos. Los consultores y economistas piden que se aplique un cambio urgente en la estrategia cambiaria.

Con la corrida de los últimos días, las cotizaciones financieras del dólar se ubican todas por encima de los 1400 pesos. El dólar blue terminó la jornada en 1430 pesos, con un aumento de casi 2 por ciento, al tiempo que el mep finalizó en 1428, al subir 1,1 por ciento y el contado con liquidación cerró en 1428 pesos, con una suba superior al 1 por ciento.

Los aumentos del dólar financiero son importantes considerando que costaba alrededor de 1050 pesos a fin de abril. Se trata de un incremento cercano al 40 por ciento en dos meses y muestra el cambio de humor de los inversores con la Argentina. Una tendencia que impacta no sólo en el plano cambiario sino con el precio de los activos bursátiles. La bolsa porteña acumula una fuerte volatilidad en las últimas semanas y los bonos en dólares tuvieron un desplome, que llevó el riesgo país nuevamente a niveles de más de 1500 puntos.

Desde el gobierno intentan matizar el ruido con los mercados. Por ejemplo, el vocero presidencial aseguró que “no vamos a devaluar. No nos vamos a correr de lo que anunció Caputo». Además, el funcionario consideró que “el equilibrio de las cuentas públicas está garantizada. La emisión cero está garantizada, el rumbo económico está garantizado».

Estas declaraciones son muy similares a las que vienen haciendo los referentes del equipo económico sin éxito para recuperar la confianza del mercado. Hace más de un mes que en Palacio de Hacienda comenzaron a repetir casi todos los días que no habrá cambios en la política cambiaria. La afirmación es que el dólar oficial seguirá moviéndose a un ritmo del 2 por ciento al mes hasta fin de año, es decir que no habrá un ajuste de devaluación.

Sin embargo, en la misma medida que el gobierno busca desmentir un salto en el dólar oficial, el mercado incrementó la especulación y regresaron las tensiones en el frente externo. La suba del dólar contado con liquidación, mep y blue ya elevó la brecha cambiaria al rango del 50 por ciento y pone más presión para sostener la cotización del tipo de cambio oficial.

En un informe de la agencia de bolsa Portfolio Personal indicaron que “el mercado se tiño de rojo por segunda rueda consecutiva tras el anuncio de final de la semana pasada (vinculado a una nueva etapa de emisión cero)”. 

Se agregó que “la reacción del mercado de los últimos dos días deja en evidencia que los inversores necesitan más definiciones sobre los parámetros que deben conseguirse para salir del cepo. Es decir, no alcanzó con el anuncio de un nuevo esquema monetario que redundaría en una tasa real positiva”.

La principal crítica que hacen distintos economistas tanto cercanos como opuestos al gobierno es que no se entiende la estrategia de corto y mediano plazo. Desde el equipo económico plantean que habrá una etapa en la que la emisión será cero (al igual que el déficit fiscal) pero no dan explicaciones de cómo lo conseguirán ni cuánto tiempo será necesario para abrir los controles cambiarios.

Al no haber una fecha clara, la forma más sencilla de interpretar la situación es que el gobierno sólo tiene en un terreno discursivo la idea de unificar y lanzar el esquema de competencia de monedas. Los inversores parecen apostar cada vez más a una salida desordenada de la actual situación cambiaria, en la cual habría devaluación del dólar oficial, una aceleración de la inflación y un nuevo impacto en los niveles de actividad y consumo internos.

Algunos economistas y consultores cercanos al gobierno se muestran cada vez más digustados con la hoja de ruta trazada para los próximos meses y aseguran que los controles cambiarios deben levantarse cuanto antes. Por otro lado, aseguran que la medida de trasladar los pasivos de la autoridad monetaria a Letras del Tesoro no tiene una finalidad clara ni genera cambios sustanciales. Durante esta semana habría nuevas precisiones sobre los aspectos técnicos de esta medida. En el Banco Central publicarían a partir de este jueves parte de la letra chica del cambio.


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La oposición pidió sesionar el miércoles para revertir el veto a las universidades

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La UCR, Unión por la Patria y Encuentro Federal buscan frenar la decisión de Javier Milei de bloquear la Ley de Financiamiento Universitario.

Por María Cafferata

Apenas unas horas después de que Javier Milei publicó el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, la oposición le respondió con tres pedidos de sesión para rechazarlo. Uno de la UCR -sin las firmas de los cinco radicales M-, otro de Encuentro Federal y el tercero de Unión por la Patria. Si bien no está la convocatoria oficial, la fecha de la sesión será el miércoles a las 11 de la mañana y, hasta entonces, ni el gobierno libertario ni la oposición dormirán mucho. El desafío de Milei es retener los 87 «héroes» que lo ayudaron a evitar el aumento a las jubilaciones, pero sin el respaldo del PRO, su más importante aliado, no tiene muchas posibilidades. Mientras Mauricio Macri impulsa su paritaria, la oposición apunta los cañones hacia otro lado: el universo de indecisos que responden a los gobernadores y que se muestran incómodos con blindar un veto que desfinancia las universidades en las que muchos de ellos dan clases. 

Pese a los intentos de minimizar la marcha, en la Casa Rosada están nerviosos. El PRO no termina de confirmar su apoyo y, para colmo, las señales que envía Mauricio Macri -como la reunión que tuvo con los senadores nacionales- no hacen sino sumar confusión y ambigüedad. Sin el macrismo, los votos para blindar el veto no están: el oficialismo necesita 86 voluntades si desea bloquear cualquier intento de la oposición de sumar los dos tercios y, si el PRO llega a dar libertad de acción, las posibilidades de hacerse con el número son prácticamente nulas. La Libertad Avanza solo cuenta con una cuarentena de diputados propios a los que podrían sumarse alrededor de veinte satélites oficialistas, bullrichistas y de fuerzas provinciales. 

«Lo que vaya a pasar no lo sabemos y cada diputado es dueño de su opinión cuando le toque votar», admitió el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante la conferencia de prensa. El Gobierno tiene interlocutores con Macri, pero, hasta ahora, la respuesta no ha sido la esperada. «Lo va a volver loco a Milei y se lo va a hacer pagar caro», ironizaba un dirigente alejado del macrismo, pero que conoce al expresidente hace años. En Casa Rosada mantienen cautela, pero ya comenzaron a advertir que, de perder la votación en el recinto, podrían llegar a «judicializar» la ley. 

Mientras que el Gobierno negocia con Macri, la oposición salió a gatillarle con tres pedidos de sesión para rechazar el veto en la Cámara de Diputados. El primero fue presentando por el radicalismo y lleva las firmas del jefe de bloque, Rodrigo de Loredo, y de representantes de todas las líneas internas de la UCR. Todas excepto una: el quinteto radical libertario que fue a Casa de Gobierno a sacarse una selfie con Milei y, horas después, cambió su  voto para blindar el veto al aumento de las jubilaciones.
Hasta hace una semana, Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol, Pablo Cervi y Federico Tournier aseguraban que trabajarían codo a codo con el Gobierno. Algunos tienen un vínculo aceitado con los funcionarios nacionales -y fantasean, incluso, con convertirse en uno de ellos- lo sostienen. Este es el caso, por ejemplo, del tucumano Campero, que ya se había rehusado a acompañar la ley cuando se aprobó en agosto. Tanto Campero como Picat se ausentaron en esa votación. Arjol y Cervi están más incómodos con la decisión y mantienen el suspenso: ambos son intensamente presionados por el resto del partido, que publicó ayer un comunicado instando a todos los diputados y senadores radicales a insistir en la ley.

Dirigentes como Danya Tavela o Martín Lousteau están a la cabeza de las negociaciones, trabajan no solo para que todo el bloque acompañe, sino también para acercar a dirigentes de otros espacios, como el PRO. Algunos diputados amarillos, como Álvaro González (la mano derecha de Horacio Rodríguez Larreta) y Héctor Baldassi, ya anticiparon que acompañarán la ley a pesar de no haberlo hecho cuando se aprobó. El radicalismo y el pichettismo de Encuentro Federal, mientras tanto, fantasean con poder sumar a algunos más, como la chubutense Ana Clara Romero y el fueguino Héctor Stefani.

El segundo pedido de sesión -para el mismo día y horario- fue presentado por Encuentro Federal, el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto. La convocatoria lleva la firma de casi todo el bloque: desde exmacristas como Emilio Monzó, Nicolás Massot y Oscar Agost Carreño, hasta socialistas como Esteban Paulón, la lilita Paula Oliveto y el cordobés Ignacio García Aresca, que responde a Martín Llaryora. Este bloque funcionó, hasta hace unos meses, como uno de los aliados más importantes del Gobierno en el Congreso, pero, últimamente, se convirtió en uno de los opositores más activos junto al peronismo. Hubo dos diputados del bloque que no firmaron la convocatoria: Jorge Ávila y Francisco Morchio. Los dirigentes responden a los gobernadores de Chubut y Entre Ríos, respectivamente, y su postura dependerá de la actitud que tomen los mandatarios de esas provincias.

Los armadores de EF, mientras tanto, mantienen conversaciones con las fuerzas provinciales aglutinadas en Innovación Federal para que acompañen la ley. Los ocho diputados y diputadas misioneros, salteños y rionegrinos de Innovación son una pieza clave en el tablero del recinto y los dirigentes pichettistas, como Carreño o Monzó, intentan convencerlos de que no vuelvan a plegarse al gobierno (como hicieron con el veto a las jubilaciones). Los legisladores están incómodos -muchos, como la salteña Pamela Calletti, son docentes- y admiten, en la intimidad, que quieren insistir con la ley. Pero su decisión final dependerá de lo que lo que los gobernadores acuerden con Milei. «Nosotros respondemos al gobernador y estamos ahí para levantar la mano», admitió un misionero en referencia a Carlos Rovira, mandamás del Frente para la Concordia Misionero. 

El grueso de los votos para resistir al veto vendrán del peronismo, que cuenta con 99 diputados propios. En el bloque, que preside Germán Martínez, aseguran que estarán todos presentes para insistir en la ley (incluso los más díscolos, como los catamarqueños o el entrerriano Gustavo Bordet, el santafesino Roberto Mirabella y el jujeño Guillermo Snopek, con tendencia a ausentarse en algunas votaciones). 

En UxP están entusiasmados. El panorama está difícil y se parte de una base de votos más baja que el aumento a las jubilaciones -la ley de Financiamiento Universitario salió con 144 votos en agosto-, pero consideran que, con un cuidadoso juego de ausencias, podrán alcanzar los dos tercios. «Esto va a ser día a día», pronosticó una diputada peronista.


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